CAMPUS GALICIA ENTREVISTA ERLEND OYE

ENTREVISTAS 2003

Erlend Oye, viaje alrededor del mundo en unas semanas

Puede que no conozcas a Erlend Oye, el noruego con gafas que forma parte de Kings Of Convenience. A veces cantante folk, y otras parte de una entidad de baile, no sería extraño que después del verano, una vez haya participado en el Festival Internacional de Benicassim, su nombre esté en boca de todos. Unrest, su primer disco, en el que colabora con diez productores distintos de ciudades distintas, está ya editado.

Ahora vive en Berlín, aunque nació en Bergen, Noruega. Al principio, sus gustos tiraban a The Smiths y Red House Painters. Así conoció a Bergenite Eirik Glambek Boe, con el que formó Kings Of Convenience en 1998. Su primera idea fue componer canciones con dos guitarras y dos voces, lo que les llevó a Quiet Is The New Loud, editado a principios del 2001.

Poco después, Erlend sacó tiempo para trabajar en el debut de Royksopp, Melody AM, más cercano a la escena de baile, y que daría dos éxitos: “Remind Me” y “Poor Leno”. En ese momento surgió la necesidad de hacer algo más. “Me entró el deseo de escribir y grabar mucho más rápido,” comenta, “que, por ejemplo, con Kings Of Convenience, donde había demasiado perfeccionismo. Quería escribir canciones que reflejaran el aquí y ahora, mi estado de ánimo de este momento”.

Ahí apareció el plan: un disco, diez ciudades, diez canciones, diez productores. Un régimen estricto que dio forma a Unrest. La grabación llevó a Erlend de Bergen a Berlín, pasando por Barcelona, Roma, Rennes, Nueva York, Suecia o Finlandia, con la ayuda de algunos de los productores de música electrónica más innovadores del momento: Morgan Geist, Soviet, Schneider TM, Jolly Music, Bjorn Torske, Prefuse 73, Kompis, Mr. Velcrofastener, Minnitza y Kilogram.

El título del disco viene del deseo de explorar y la sensación de incomodidad que sufre si pasa mucho tiempo en un único lugar. “Da igual cuál sea el tipo de música que cante, ya que siempre le pongo algo de mi tristeza optimista, como un filtro amarillo a la vida con el que le doy la bienvenida a todo el mundo a mi particular mundo,” señala. “No se trata tanto de algo distinto a lo anterior, sino que me encanta actuar, bailar en un escenario, y esto me da la oportunidad de ser alguien diferente. Viajar y colaborar con gente nueva me permite respirar esas ciudades y asumirlas como mías. Me llena el deseo de unir todas esas ciudades y su gente. Es como ser capaz de escribir una página cada día en el diario de gente diferente”. O sea, parafraseando a George Clinton, “una nación bajo un ritmo”.

Erlend llevará Unrest a públicos distintos de varias formas o en varias encarnaciones, bien como Erlend el pinchadiscos, o como Erlend con su banda al completo, pero siempre será un Erlend inesperado. Apariciones de los últimos meses en lugares como el Festival Aquaplaning, Dugnad, Sonar o en la casa de alguien en el Este de Londres han mostrado todas las facetas que encierra su repertorio. “Quiero que me vean como un artista por lo que he hecho. La semana pasada estuve pinchando música en Portugal para 1500 personas, con seis compactos, un disco y un micrófono, y conseguir que todos bailaran fue uno de los mejores momentos de mi vida.”

Erlend también se ríe de aquellos que le acusan de subirse al carro de la música electrónica. “El carro del electro es un buen carro al que me acabo de subir,” dice con cierta sorna. “En serio, se trata de música excitante y eso es lo único que me importa. Tiene mucho que ver con el antiguo jefe de mi sello discográfico, Mikal Telle, que me ponía cosas que me inspiraron. Puede que no sean precisamente aquellos que siguen la escena de baile a quienes les guste mi disco, aunque yo espero que sí les guste.”

Así que, ¿cuál es su canción favorita? “Eso es como preguntarle a alguien a cuál de sus hijos ama más,” responde. “Este disco soy yo respondiendo a Hunting High And Low de A-Ha, la primera casete que compré en mi vida. Tiene gracia mirar hacia atrás y decir que hice lo que no hice. El ultimo corte del disco marca el final del viaje, pero en realidad no ha hecho más que empezar.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON ELLIOTT MURPHY

ENTREVISTAS 2003

Elliott Murphy, la última estrella de la noche

El 2003 ha sido un gran año para el ya clásico Elliott Murphy en España, al menos en cuanto a la edición de sus discos. En medio de varias giras ha tenido tiempo para reeditar el legendario Murph The Surf en febrero, y publicar la colección de material añejo Vintage Series en marzo -sólo disponible a través de Internet-, el doble disco en directo Last Of The Rock Stars… And Me And You y, ahora, en octubre, su último disco doble en estudio, Strings Of The Storm. Este sábado 8 lo presenta en la sala Playa Club de A Coruña. Escuchemos, en sus propias palabras, lo que tiene que contar sobre su última obra.

“Mi río de canciones fluía poderosamente esta vez y yo no soy nadie para dejar las cosas almacenadas sin enseñarlas durante años. Además, siempre que crees que tu almacén esta vacío y que no tienes nada digno de enseñar encuentras cosas que estaban ahí y que habías hecho hace mucho tiempo (yo, por ejemplo, con el disco Vintage Series Vol. 1).

Antes incluso de que empezara a contar las canciones que tenía, antes incluso de tener estas canciones, yo sabía que iba a ser un álbum doble y que era algo que tenía que hacer. Hubo momentos de pánico y desesperación pero yo me sujeté al mástil de mi barco como Ulises; fuertemente atado con cuerdas de guitarra hasta que la tormenta pasara y el mar se calmara y pudiéramos atracar en el seguro puerto de Le Havre. Había oído el canto de las sirenas y ahora solo quería bailar con ellas.

El proceso de grabación comenzó como un pequeño susurro hace un año; unas cuantas canciones como “Moan” y “Temple Bar” fueron grabadas mientras yo trabajaba en “Better Days” para el disco de tributo a Bruce Springsteen Light of Day. Coincidió que el viento fue favorable y arrastró a Ernie Brooks -guitarra- y a Kenny Margolis -piano- a la ciudad y, finalmente, a Cindy Bullens que con sus coros añadió mucho soul y gracia. Danny, Thomas y Florent fueron indispensables también.

Una vez más estoy impresionado por los enormes talentos del increíble equipo que he juntado a mi alrededor. Especialmente con el siempre fiel Olivier Durand, el cual, junto con el doctor Flo -Florent Barbier, percusión- y yo mismo formamos el trío sagrado que malgasta incontables días pululando alrededor de la sala de control buscando… el sonido. Y si hay un sonido característico en el álbum puede que sea la guitarra barítona que Olivier sugirió. Y mi kazoo, por supuesto…

En cuanto a lo que tiene que ver con la composición, para mí el período más terrible fue la semana después de haber vuelto de Estados Unidos el pasado mes de junio, en el que tuve que sufrir ese terrible jet-lag que me despertó a las dos de la madrugada después de apenas unas horas de descanso. Así que al anochecer bajé a mi estudio y, durante cinco noches consecutivas, escribimos una canción y grabamos una maqueta. El “escribimos” es por mi gato negro Salem que parecía estar fascinado con todo el proceso. O quizás fuera Salem el que dio todo su encanto al proceso desde el principio. Es lo mismo: él ronroneó constantemente hasta que cada canción era rescatada y finalmente me iba a dormir a las 6 o 7 de la mañana. Las canciones del jet-lag fueron “Big Sky”, “Le Future”, “Last Star of the Night”, “A Mountain of Love” y, por supuesto, “Jet-Lag”.

Incluso después de haber grabado cada canción que había escrito para el álbum yo sabía que algo importante se me estaba olvidando: la primera canción del álbum, el comienzo. Y como una mariposa “Green River” voló dentro de mi ventana una mañana temprano en el País Vasco. La terminé después del desayuno y la banda la tocó esa misma noche en un gran concierto en Vitoria. Hay dos versiones en el álbum: “Birds” de Neil Young y “The Banks of the Ohio” que es una canción folk tradicional americana. Un poco de “Birds” llevaba estando años en mi cabeza –“And if you fly away without me…”-, pero nunca pude figurarme de dónde venía. Finalmente un amigo me lo dijo. “The Banks of the Ohio” es de la antología de Harry Smith de canciones folk americanas, un punto de partida tan bueno como el que más.

¿Qué más? Unas cuantas canciones fueron compuestas en un hotel en Ferrara, Italia (“From Room 102”, “O Catarina”), y una en Mallorca (“The Red Lights”). La mayoría de las grabaciones son en directo y mi voz viene de esas sesiones básicas donde yo me sentía más inspirado, rodeado de grandes músicos. Aún ahora continuo revisando algunas canciones de Strings of the Storm y, probablemente, las letras cambiarán un poco cuando las escuches en el escenario. Walt Whitman también lo hizo.

Las tres -o quizás cuatro- portadas diferentes no tienen nada que ver con un plan de marketing, sino simplemente con diferencias culturales entre Francia, España y Alemania. Un poco como el fútbol, supongo. “Ground Zero” realmente sólo salió a la luz en Francia en un EP, así que la incluimos como regalo para todo el mundo.

Todo era como si yo fuera un detective en una misión secreta, sólo que no sabía cuál era el secreto. Como si viajara día tras día sin saber el destino. Como hacer el amor en total oscuridad con una desconocida que nunca hubieras visto. Era surrealista y por eso elegí parafrasear unas cuantas palabras de André Bretón para el título. Espero que Strings of the Storm me ayude a comprenderlo todo algún día…

Siempre trato de dar lo mejor de mí a vosotros, mis seguidores, porque vosotros sois mis guardianes del tesoro y dais a mi música y a mis palabras un hogar a lo largo y ancho del mundo. Confío en no haberos dado demasiado…”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON ELLIOTT MURPHY

ENTREVISTAS 2003

Elliott Murphy, haciendo surf por el pasado

EL 2003 marca el treinta aniversario deL primer álbum DE Elliott Murphy, Aquashow (1973), por lo que se puede decir que su carrera y la de Bruce Springsteen, que empezó en la misma época, guardan más de un paralelismo. El año pasado vio la luz su últimos disco, Soul Surfing, el número 22 en su discografía, que cada vez es más confusa.

Mientras Springsteen se hizo con un hueco entre los artistas que llenan grandes estadios, y de los que todos conocen perfectamente su discografía, Elliott Murphy ha permanecido en un discreto segundo plano, editando buenos discos en compañías distintas y viviendo en Paris.

En el año 1982 editó Murph The Surf, disco que nunca estuvo disponible en compacto en España, y que ahora aparece por fin gracias a Dusty Roses, la discográfica que lo apoya incondicionalmente desde hace unos años desde Oviedo. Esta nueva edición aparece, además, con nueva portada y un tema extra.

El propio Elliott Murphy explica lo que significó este disco en su trayectoria: “De alguna forma, éste fue mi álbum de regreso. Después de mis cuatro discos con las multinacionales en los años 70 (Aquashow, Lost Generation, Night Lights y Just A Story From America), me quedé a la deriva en el Océano Independiente”.

“Murph The Surf se grabó en Nueva York en Sundragon Studios con la banda con la que estaba girando en aquella época,” continúa, explicando quien estaba con él en aquellos días, “un grupo que consistía en Ernie Brooks al bajo, Richard Sohl a los teclados y Jesse Chamberlain a la batería. Tony Machine también tocó la batería en algunos temas, pero estaba dividiendo su tiempo entre David Johansen y yo. Y el vanguardista Peter Gordon añadió un poco de saxo y también de teclados. Resulta difícil de creer que ahora tanto Jesse Chamberlain como Richard Sohl hayan fallecido. Conocí a Jesse cuando él tocaba con Ernie y Chris Spedding en The Necessaries, y Richard Sohl venía de The Patti Smith Group, aunque ya lo conocía de antes. Todos hicimos muchas giras juntos y un montón de conciertos en Tramps, que era mi lugar habitual en Nueva York cuando vivía allí a principios de los 80. Tocábamos en Tramps cada jueves por la noche y parece que siempre llovía. Echo de menos a Jesse y Richard, y espero que sus espíritus vivan en este álbum”.

Con relación al disco, parece que está entre el predilecto de mucha gente. “Alguna gente me dice que Murph The Surf es realmente su álbum favorito, y especialmente canciones como “The Fall of Saigon”, “Continental Kinda Girl” y “Dusty Roses”. Aún toco muchas de estas canciones en mis conciertos, y probablemente añada más. “Garden City” trata sobre mi lugar de nacimiento en Long Island y espero llegar a cantar la canción ahí también. La foto de la nueva portada se hizo en Italia durante mi primera gira por allí, en la época de Murph The Surf. La foto se usó en un disco pirata, Live In Italy, y desgraciadamente el Alfa Romeo Spider en el que estoy sentado no es mío”.

Esta reedición incluye un inédito,“In A Minute”. “No estaba en el álbum original y no sé por qué. Me suena mejor hoy en día que antes. “Saigon” sigue siendo mi canción favorita del disco. Recuerdo que mis managers entonces me decían que nadie quería oír canciones sobre la guerra de Vietnam. Pocos años más tarde mi amigo Bruce Springsteen publicó Born In The USA y cambió la perspectiva histórica del rock’n’roll”.

Además, parece que la recuperación de aquel disco tendrá otras consecuencias más prácticas. “El año pasado empecé a hacer surf de nuevo… ¡Espero que la reedición de Murph The Surf me ayude a hacer un “hang 10” una vez más!”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA ELBOW

ENTREVISTAS 2003

Elbow, almas divagantes

Tras el éxito de Asleep In The Back, Elbow regresan con un segundo disco, Cast Of Thousands, tan interesante como su debut y que presentarán en el Santi Rock. El interrogante a estas alturas es si se traerán a sus grandes mascotas, El y Bow.

– Empecemos hablando de Jimi Goodwin de Doves y su participación en el disco.

– Estaba en Liverpool esperando por su pasaporte y nos telefoneó para saber si podía pasar a ver lo que estábamos haciendo. Vino para un día, lo llevamos a comer en un restaurante que nos invitó -creo que ni sabían quiénes éramos- y le preguntamos si quería cantar en una canción que habíamos compuesto titulada “Grace Under Pressure”. Lo hizo y después salimos a emborracharnos. Fue un buen día.

– La otra participación curiosa en el disco de la del coro de gospel de la London Community. ¿Que hicieron exactamente?

– Probablemente son el coro de gospel más conocido que tenemos por aquí. Tocaron en “Tender” de Blur y en Ladies And Gentlemen We’re Floating In Space de Spiritualized. La idea era hacer un álbum menos oscuro que Asleep In The Back. Estos dos últimos años fueron maravillosos, así que no podíamos engañar a nadie. Tenía que ser más optimista y lo que ellos hacen eleva el espíritu con su sonido. Queríamos que estuvieran en el disco, y “Grace Under Pressure” era la elección obvia. Tiene una estructura simple y queríamos darle más profundidad. También había una línea en “Ribcage” -“when the sun shines” (“cuando el sol brilla”)- que trajo Guy Garvey y que pensamos que era también perfecta para el coro.

– En “Grace Under Pressure” habéis acreditado a 15.000 personas.

– Eso fue en el festival de Glastonbury. La tocamos allí y Guy preguntó al público quién quería estar en nuestro próximo disco, así que les hizo cantar aquello de “we still believe in love, fuck you” (“todavía creemos en el amor, que te jodan”). Cuando estábamos en el estudio nos pasaron la grabación de la BBC, porque ellos registran todos los festivales. Estaba en la línea de la canción. Pusimos una sección de cuerda para introducir la línea. Nos gusta mucho que estén ahí. Nos gusta escuchar el sonido de las multitudes. Habitualmente están en todos los discos en directo, pero nunca en uno de estudio.

– ¿Y cómo fue lo de utilizar vuestra página web para saber quién estuvo allí?

– Fue una idea que tuvimos. Ahí estaba toda esa gente cantando y no sabíamos quiénes eran esas 15.000 personas. Así que enviamos un correo electrónico a nuestros fans diciendo que íbamos a acreditar a todos los que estuvieron en Glastonbury. Al final aparecieron como unos 4.500. Es interesante coger la carpeta y ver los nombres de toda esa gente que nunca has conocido pero que saben de tu música y se preocupan para que su nombre esté en el disco. Y queda muy bien.

– Obviamente, ese hecho ha inspirado el título del disco.

– Sí, Cast Of Thousands -Un reparto de miles-. Queríamos involucrar a la gente. Mucha gente participó en él, lo que es una sensación estimulante. Además parecía encajar con dónde nos encontrábamos como grupo. Así que fue algo lógico.

– ¿Y qué me dices de la idea de colgar “Ribcage” gratis en Internet?

– Fue una forma de dar a conocer el álbum, para que, incluso la gente que no lo puede comprar, tenga una idea. Además, aunque nos gustaba, no podía ser el single, ya que dura seis minutos y medio, algo que sólo se pueden permitir Radiohead. La verdad no tenemos nada en contra de que la gente se descargue la música: lo van a hacer de todas formas. Personalmente, me gusta más ver la carpeta y tocar el disco. Pero en lo que un músico saca el dinero es tocando en vivo, así que todas los medios de promoción son buenos para que la gente vaya a verte.

– A veces os comparan con Doves o con Coldplay.

– No nos importa la comparación con Doves. En Manchester casi todos buscamos inspiración en los demás grupos. Es interesante ver cómo llevan las cosas. Mientras tomes algo de los demás y lo conviertas en algo tuyo, no está mal tener influencias. Además, nos gusta que nos influencien los amigos, como Doves. Con Coldplay no lo veo tanto. Si nos comparan a Doves, Radiohead o King Crimson, puedo ver la semejanza en la forma en la que experimentamos con los sonidos y los instrumentos. Eso no lo veo en Coldplay, que son buenos compositores, pero de una forma más tradicional.

– ¿Existe entonces una unión entre los artistas de Manchester?

– Sí, hay un bar al que vamos todos, llamado Big Hand. Doves pasan por allí, Alfie también, la gente de Twisted Nerve, Mani de Primal Scream… Aunque todos nos movemos en niveles diferentes, no hay jerarquías. Es como una comunidad. La gente está orgullosa de ser de Manchester. Cuando salgo fuera, no digo que soy de Inglaterra, sino de Manchester, y la gente sabe dónde está. Es una gran ciudad. Nos ayudamos unos a otros, incluso antes de tener un contrato discográfico.

– ¿Viste la película 24 Hour Party People? ¿Cuál es tu opinión de Tony Wilson?

– Sí, nos gustó mucho. Tony Wilson era un capullo, pero realmente intentó algo que fuera importante para él. Y lo cierto es que hizo algo grande con Factory Records y la sala Hacienda. Fue una pena que todo saliera mal al final. Era algo de lo que sentirse muy orgulloso siendo de Manchester. Después de la película, muchos mejoramos la opinión que teníamos de él.

– Las mascotas que aparecen en la portada, El y Bow, de las que habéis hecho reproducciones a gran tamaño, tuvieron un encontronazo con la policía, ¿no?

– Estaban al lado de la autopista, en un descampado. La gente reducía la velocidad para verlas, porque pensaban que se trataba de alienígenas, y había verdaderos atascos. La policía tuvo bastantes llamadas, así que tuvimos que sacarlas. De todas formas, hemos hecho una sesión de fotos allí, con ellas. Han estado con nosotros en todos los festivales. Son dos miembros más del grupo.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON ED HARCOURT

ENTREVISTAS 2003

Ed Harcourt, el último trovador

Érase una vez un hombre al que le encantaba hacer realidad sus sueños a lo largo de la vida, pintando canciones llenas de sombras de colores, un hombre que hablaba de amor y de otros sentimientos en cada uno de sus temas y que se encontraba cómodo en la oscuridad mientras vivía a fondo la belleza de la luz. Se identificaba plenamente con la imagen y el universo de artistas tan diferentes entre si como Tim Burton, J.D Salinger, Maurice Sendak, Paul Auster, los hermanos Grimm, Chet Baker, Tom Waits o Raymond Carver. Al mismo tiempo, mostraba un talento muy especial a la hora de expresar su pasión por el mundo a través de una dulce serenata.

Por supuesto, en el mundo de Ed Harcourt hay mucho más que tumbas y oscuras cartas de amor. Para todos aquellos que aún no hayan tenido la suerte de conocerle, Ed Harcourt es un romántico, un narrador de historias, un predicador contemporáneo y, lo que es más importante, un intérprete lleno de talento.

Primero surgió la descarnada ingenuidad de Maplewood, su primera grabación en solitario, formada por seis temas, un lanzamiento que atrajo la atención del público hacia el talento de Ed Harcourt durante los últimos meses de 2000. Formado por las primeras maquetas que grabó Harcourt en formato de 4 pistas, aquel disco supuso la llegada de un nuevo talento al mundo de los cantautores e intérpretes, con tanto éxito que muchos críticos se apresuraron en compararle con estrellas como Randy Newman, Tom Waits y Harry Nilsson, sobre todo en canciones como “Apple Of My Eye” y “I”ve Become Misguided”.

El joven Harcourt atrajo la atención de buena parte del público desde el principio, dejando una excelente impresión entre la crítica y convirtiéndose al mismo tiempo en uno de los artistas más innovadores y prometedores de Inglaterra. Todo ello se vio aumentado tan sólo unos meses después con el lanzamiento de Here Be Monsters, su primer larga duración. Lleno de nuevos e interesantes ritmos surgidos de la colaboración con el co-productor Tim Holmes (Death In Vegas), quien mostró una gran capacidad creativa e innovadora como creador, Here Be Monsters ofreció al público una buena imagen de lo que era capaz de ofrecer el auténtico Ed Harcourt, con una contagiosa capacidad para crear buenas canciones, una evidente majestuosidad y una irrefrenable sed de nuevos descubrimientos musicales.

Desde la explosión de piano de “God Protect Your Soul” hasta la demostración de pop psicodélico de “Shanghai” o la potencia sonora de “Beneath The Heart Of Darkness”, con su espectacular final, el disco representaba una oferta llena de originalidad. Here Be Monsters era una maravillosa colección de canciones, y un primer lanzamiento repleto de calidad. Como es lógico, los premios llegaron poco después de tan importante álbum. siendo nominado al Mercury Music Prize. De ese modo, Harcourt actuó en numerosos conciertos y festivales, como solista y también como telonero de artistas como Sparklehorse, Neil Finn y Beth Orton, tanto en Europa como en Estados Unidos y Australia.

Ahora, a sus veinticinco años, muy pocos estarán preparados para lo que está a punto de ofrecernos en su nuevo trabajo, From Every Sphere, un álbum ideal para que lo disfruten todos los amantes de la buena música, un disco adictivo y muy potente, lleno de sentimientos y aromas urbanos. Sus canciones se convierten en auténticas bandas sonoras de ciudades angustiosas, amores perdidos, almas heridas, tesoros olvidados y sueños por realizar.

Grabado y desarrollado junto a Tchad Blake (Tom Waits, Low, American Music Club), el álbum supone un paso muy importante a partir del éxito de Here Be Monsters: “Desde el principio me di cuenta de que me encantan muchas de las cosas que Tchad hizo en el pasado. Pienso que ha aportado una enorme innovación al disco. Su manera de pensar es única, y hemos conectado desde el principio. Hemos llegado a desarrollar tres canciones en un día, y me encanta la forma en que los dos hemos aprendido a llevar el mismo ritmo. Desde que publiqué mi último disco, he pasado más tiempo escuchando discos que creándolos. Ahora sentía la necesidad de mantener las ideas claras para dar forma al mejor álbum posible”.

Cada canción forma parte inseparable de una auténtica tela de araña que atrapa a los que sienten curiosidad por la música, a los amantes de las buenas canciones y a todos los que en un momento u otro se hayan cuestionado el papel de Hartcourt en el mundo de la creación musical. “Estoy muy orgulloso de este trabajo, con el que me he sentido muy centrado y con las ideas muy claras en todo momento. Siempre he sabido que podía aportar muchas cosas a este disco”, afirma. Aunque al principio se planteó como un doble álbum conceptual que iba a titularse The Ghosts Parade, muy pronto aquella primera idea dio paso a un disco mucho más fragmentado en el que las canciones empezaron a tomar forma por si solas.

Desde las descarnadas armonías y la luminosidad de “Jetsetter”, hasta la grandeza sinfónica de “Metaphorically Yours”, las letras de todas las canciones del disco hacen referencia a momentos muy especiales en la vida de Ed: la ruptura de una larga relación sentimental, aderezada con la locura cotidiana que supone ser un artista del piano. “Musicalmente, este disco es mucho más complejo, también resulta más profundo en lo que se refiere a las letras de las canciones, y en general es mucho más positivo y optimista. De hecho, mis canciones favoritas siempre incluyen un mensaje de optimismo. No quiero regocijarme en la auto-compasión. Here Be Monsters supuso mi salida de la adolescencia, y From Every Sphere marcó el final de los veintitantos años, en el que me mostraba un poco más seguro acerca de casi todo. Ahora he aprendido a confiar en los primeros instintos”.

From Every Sphere nos traslada hasta el último rincón de la mente de Hartcourt. Inspirado parcialmente en la larga enfermedad que marcó las sesiones de grabación de Here Be Monsters y en los meses que Ed pasó de gira a lo largo del año pasado, el disco mezcla a partes iguales delirio y fantasía, sobre todo en temas como “Fireflies Take Flight”. “Me paso la vida escribiendo. Muchas de las letras que desarrollo surgen a partir de experiencias reales, normalmente sueños que tengo. Me gustan las historias protagonizadas por personas, así que intento pensar visualmente en lugares, situaciones, ambientes y personajes de todo tipo”.

Según afirma, Ed Hartcourt no tiene la menor idea de la historia que ofrece “Ghostwriter”, aunque sí reconoce que “The Birds Will Sing For Us” se centra en una fuerte sensación de paranoia, con una mezcla de muerte y esperanza. “La felicidad está a un paso, así que lo mejor que podemos hacer es encontrarla de una vez por todas”, confiesa. El resto del disco nos ofrece búsquedas espirituales (“Bleed A River Deep”), homenajes (“Bittersweetheart”) e incluso una canción acerca de una plaga, en la que un personaje muy siniestro se dedica a robar el alma de los niños, usando para ello una red atrapa-mariposas (“Undertaker Strut”). Todo ello da forma a uno de los discos más emotivos y dramáticos de cuantos se van a publicar a lo largo de este año.

A la hora de hablar de las novedades creadas últimamente por Ed Harcourt, no podemos olvidar la versión que realizó hace poco del tema de Brian Wilson “Still I Dream Of It”, en un lanzamiento de edición limitada: “Me encanta esa canción; me parece preciosa, sincera e impecable, y al mismo tiempo llena de desesperación, hasta tal punto que te hace llegar su mensaje desde la primera vez que la escuchas. En todo momento supe que no podía intentar interpretarla como si fuera el original, así que le añadí un toque algo más dulce a mi nueva versión”, nos dice. “Ahora me siento mucho menos inseguro, y pienso que ya no necesito apoyarme tanto en la opinión de los demás para sentirme bien, porque creo profundamente en todo lo que hago. A medida que pasa el tiempo te das cuenta de que nunca dejas de aprender algo nuevo. La reacción ante ese descubrimiento es crear tu propio universo; en mi caso es así porque no me identifico con un sólo lugar. Quiero explorar lo que hay a mi alrededor utilizando mi manera de componer, sorprendiendo constantemente al público y evitando sentirme atrapado”.

Entonces, ¿cómo se ve Ed Harcourt a si mismo? “Soy el Oliver Reed del rock independiente, el Donnie Darko del piano”, nos dice. “Quiero conectar con los demás, y para conseguirlo no me importa dar todo lo que llevo dentro. Me siento el más feliz del mundo cuando estoy cantando sentado delante del piano. No me importa volcarme con lo que hago, porque mi única intención es vivir mi vida al máximo. No soy ningún superhéroe, aunque a veces sí creo que tengo una resistencia casi sobrehumana”, nos dice con una sonrisa.

Xavier Valiño

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