CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MADONNA

ENTREVISTAS 2003

Madonna: baila su revolución

American Life es el nuevo álbum de una artista que representa libertad, vitalidad y entusiasmo en el mundo de la música. En este trabajo, Madonna lleva al límite su particular fervor patriótico. Además, supone una declaración de intenciones, un manifiesto innegociable y una defensa sólida de nuestro derecho inalienable a mover el culo en las pistas de baile. En pocas palabras, American Life, junto con el primer single del mismo título, es el himno de una nueva forma de vivir para Madonna.

¿Pero qué otra cosa cabía esperar de este icono polifacético que se ha convertido en la encarnación misma de hacer lo que le da a uno la gana? Continuando con el éxito de Music, su álbum del 2000, Madonna vuelve a formar equipo con el productor, compositor y alquimista musical Mirwais Ahmadzai, para crear juntos once nuevos temas originales. “Sí, supongo que estamos dentro del ámbito de la música electrónica, mirando al hip hop, al pop más puro y a la música romántica actual,” comenta la artista.

"Para mí American Life reivindica un nuevo y hermoso paisaje sonoro, sobrio y suntuoso a la vez, evocador y altivo, encantador, pero peligroso.” Por debajo laten las observaciones de Madonna sobre el actual estado de la condición espiritual contemporánea. “Vivimos en un callejón sin salida,” dice, y ella no tiene ningún miedo a bucear en su propia alma, ni tampoco a nombrar al ángel y al demonio que todos llevamos sobre nuestros hombros.

“Antes pensaba que el Sueño Americano consistía en llegar a Nueva York con treinta y cinco dólares en el bolsillo y abrirse camino a toda costa hacia la cumbre,” comenta Madonna refiriéndose a la razón de su extraordinario álbum. “Pero pienso también que los sueños de los americanos pueden ser muy fugaces. La fama, el dinero y la belleza no significan nada si realmente crees que esos valores te traerán la felicidad. Por supuesto, lo grande de ser americano es que tenemos libertad para sacar nuestras propias conclusiones sobre lo que importa en la vida. Tenemos derecho a decir lo que pensamos, y eso es exactamente lo que he venido haciendo desde mis comienzos.”

Esta convicción domina todo el álbum. “Acabo de aprender a tocar la guitarra,” confiesa Madonna, “lo que significa que ahora no me hace falta contar con mucha gente durante el proceso de composición. Quizá por eso estos temas parecen más personales.”

A pesar de la intensa intimidad de las revelaciones contenidas en American Life, Madonna reconoce de inmediato la impagable aportación del otro “conspirador” del disco. “Mirwais es una personalidad única,” afirma Madonna, “con una peculiar visión de la vida que se transmite a su forma de hacer música. En el estudio es como un científico loco, programando los sintetizadores para crear sonidos apasionantes y futuristas. Es increíble cómo toma las sencillas ideas que le propongo y las convierte en algo maravilloso con sólo tocar un botón.”

La mezcla musical fraguada por Madonna y Mirwais condensa la esencia vital de Madonna, convirtiendo así American Life en una obra confesional y polémica. “Creo que todos mis discos van configurando un mapa de mi evolución,” continúa Madonna. “Una de las preguntas que me hacen más a menudo es si mis canciones son autobiográficas. La respuesta es que siempre nacen de lo personal, y por el camino van cruzándose con las experiencias de otras personas, historias que he escuchado o leído. De pronto, esas experiencias forman parte de mí, y ya no estoy muy segura de dónde termina mi experiencia y dónde empieza la de los otros.”

Este proceso se hace patente en temas de American Life como “Hollywood.” “Es una de mis metáforas,” explica. “Hollywood es la ciudad de los sueños, la ciudad de la superficialidad, donde puedes perder de vista lo que verdaderamente importa en la vida. Puedes perder la memoria, la visión de futuro y, al final, puedes acabar perdiéndote a ti mismo.”

Refiriéndose al contenido de “Mother And Father,” Madonna es igualmente franca: “La canción habla de mis esfuerzos por superar el dolor por la muerte de mi madre, pero no me gusta la autocompasión. Porque cuando acaba el día, todos tenemos que asumir la responsabilidad de nuestros actos. Eso es lo que trato de hacer con mi música. Quiero contar historias con mis canciones, y que la gente saque sus propias conclusiones, que cojan lo que les sirva y prescindan del resto.”

En última instancia, por su capacidad para revelar la esencia y su inagotable esfuerzo creador, afirma que American Life es también un acto revolucionario. “Revolución es una palabra en la que he estado pensando mucho en los últimos tiempos,“ confiesa Madonna. “¿Es revolucionario que alguien que es rico y famoso y que ha alcanzado el éxito alce la voz para decir que ninguna de esas cosas importan? Ya que he llegado hasta este punto, creo que ya es hora de desmentir públicamente un montón de ideas preconcebidas sobre quién soy y qué es lo que me importa. Vivimos en un tiempo en el que todo el mundo está preocupado por conseguir su pedazo de fama, sea como sea. Y sin embargo, no nos preocupamos en absoluto por nuestra relación con los demás, no nos importa si podemos hacer un bien a los otros. Por encima de todo, ése es el mensaje de este álbum, y además es un mensaje con el que se puede bailar.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LUCINDA WILLIAMS

ENTREVISTAS 2003

Lucinda Williams, la esencia del arte

Ya pasados los 50, Lucinda Williams se ha convertido en una de las mejores cantantes y compositoras de los EEUU, con discos que cabalgan entre el rock y el country. Ahora publica World Without Tears.

“Estoy realmente contenta con este disco porque no se parece en nada a lo que haya hecho anteriormente”. Habla Lucinda Williams, una de las artistas más completas del country-rock acerca de su último trabajo, el esperadísimo World Without Tears. “Creo que se nota una progresión. Se nota el esfuerzo”.

Tanto como si eres fan como si te acabas de incorporar a la cautivadora forma de trabajar de Lucinda Williams, World Without Tears es una joya eléctrica que va directa al corazón. Además, que su máximo logro es huir de las definiciones, porque desafía a esas definiciones. Es, por igual, un disco de blues, de folk, de country o de rock, basado en la poética forma de escribir las letras que van directas a los sentimientos más universales del ser humano: la pérdida, la alegría, la redención.

Precisamente, las letras han sido el fuerte de Lucinda desde siempre. Conocida antes por ser la hija menor del poeta Miller Williams, Lucinda grabó dos aclamadísimos discos para Smithsonian / Folkways antes de que, en 1988, fichara por Rough Trade. “Todo el mundo de la industria discográfica pareció tomar buena cuenta de mi forma de componer y, en poco tiempo, las versiones de las canciones de las artistas de country Patty Loveless y Mary-Chapin Carpenter (“The Night Is Too Long” y “Passionate Kisses”, respectivamente) fueron directamente a lo alto de las listas de éxitos americanas, lo que le permitió a Lucinda ganar su primer Grammy en 1992.

Ese mismo año, Lucinda editó Sweet Old World, que también contó con buenísimas críticas y que la situó de inmediato a la cabeza de la música de raíz americana. Así, en 1998, se abrieron las compuertas del éxito con el disco Car Wheels On A Gravel Road. A este le siguió, en el año 2000, el disco Essence, un disco que provocó que el Time Magazine nombrara a Lucinda “La mejor cantautora de USA”. Y, ahora, llega el esplendoroso World Without Tears.

“Cada canción tiene un sabor diferente y reflejan muchas de mis influencias,” dice Lucinda de su trabajo. “Supongo que parece que el disco refleja una buena mezcla de estilos.” Por ejemplo, está muy presente esa crudeza y esa sexualidad tan instalada en el rhythm & blues de “Righteously”, que cuenta con un riff de guitarra que bien podría haberlo firmado Jimi Hendrix.

“Supongo que la canción “Atonement” es un curioso jaleo que puede llevar desde ZZ Top hasta Howlin’ Wolf,” apunta. Y, finalmente, está ese dylaniano “Sweet Side” y esa herencia de los Stones del Exile On Maine Street de “Real Live Bleeding Fingers And Broken Guitar Strings”.

Una de las pistas más reveladores de este World Without Tears es “American Dream”, una canción que nos puede recordar a los Doors más añejos y en la que Lucinda engancha una letra devastadoramente personal: “A pesar de todo, sí, es un país maravilloso éste en el que vivimos pero, al mismo tiempo, hay una serie de problemas que necesitamos solucionar”, dice Williams de este tema en concreto.

“Para la grabación, llamé a Mark Howard, que también estuvo detrás de los controles con Bob Dylan y U2.” Como ya ha hecho con otros artistas a los que ha grabado, Mark convenció a Lucinda de que conseguiría un toque muchísimo más cálido e íntimo si grababa en directo las canciones.

“Todo fue espontáneo y emocionante”, subraya Lucinda. “Fue maravilloso. Grabamos todo en una mansión del 1920 justo en el centro de Los Angeles. Y grabamos de la forma que grabaría una banda de directo”. Y esa banda eran: Doug Pettibone a la guitarra, Jim Christie a la batería, la percusión y los teclados y Taras Prodaniuk al bajo.

“Y eso hizo que este disco sea tan especial: personas que llegan a crear algo absolutamente original de influencias de todas partes”. Definitivamente, Lucinda Williams ha captado el espíritu y la esencia del arte.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LOU REED «NYC MAN»

ENTREVISTAS 2003

Lou Reed, el hombre de Nueva York

Lou Reed acaba de editar un nuevo recopilatorio de su obra, NYC Man, sólo que esta vez se ha involucrado en la selección y cuenta con su total beneplácito. “Cualquiera que sea admirador de mis canciones o de los discos de The Velvet Underground se sentirá encantado de escuchar este nuevo álbum, que además suena tal como siempre debió sonar.”

Poco antes de dar su opinión sobre cada una de las canciones, Lou Reed reconoce que esta vez sí esta satisfecho. “A la hora de dar forma a una recopilación de grandes éxitos, normalmente el artista suele ser la última persona en dar su opinión. Muchas veces, las compañías esperan a que éste haya fallecido para que no interrumpa el proyecto, pero en este caso decidieron ponerse en contacto conmigo para ayudarles a seleccionar las canciones, a elegir el orden de los temas en el disco y a buscar a las personas más adecuadas para dar forma al álbum. El resultado es un disco del que todos nos sentimos realmente orgullosos”

WHO AM I? (TRIPITENA’S SONG)

– Hemos intentado dar forma a este doble CD desde el punto de vista de intentar elegir las canciones que mejor se ajustan unas a otras, más que seleccionarlas cronológicamente. Cuando lo hicimos pensamos que estaría bien empezar el álbum con la canción más moderna, antes de sumergirnos de lleno en un clásico. Esta mezcla en concreto es una de las dos versiones que existen del mismo tema. La que hemos incluido en este disco es mi favorita, porque la produje con Hal Willner, también con mi grupo. La verdad es que tuvimos mucha suerte de poder grabar dos versiones de este tema. La otra versión es la de Ric Wake, un productor de primera, que grabamos en primer para el álbum The Raven. Ésta es algo más dura, y también tiene su merecido hueco en el recuerdo de nuestros fans.

ROCK ‘N’ ROLL

– El álbum Loaded está lleno de buenas canciones. Cualquiera que sea aficionado a mis canciones o a las de Velvet Underground estará encantado de escuchar estos temas de la forma en que siempre debieron haber sonado. Cuando trabajábamos con vinilo la posibilidad de reprocesar las grabaciones realizadas en estéreo resultaba algo bastante complicado. Ahora, con los medios de que disponemos actualmente, hemos podido por fin hacer las cosas como siempre quisimos hacerlas.

I’M WAITING PARA THE MAN

– En este tema destaca muy especialmente la fuerza de John Cale en el piano. Recuerdo muy bien lo fuerte que tocaba las teclas, la potencia que ponía en su interpretación, aunque al principio era fácil distinguirlo en el disco. Ahora, sin embargo, puedo sentirlo de principio a fin.

WHITE LIGHT/WHITE HEAT

Rock And Roll Animal supone el estilo de Lou Reed rememorando a Velvet Underground. De alguna manera fue como si tres años después aún siguiera haciendo el mismo tipo de música que hacía con Velvet Underground, sólo que esta vez estaba todo centrado en el álbum Rock And Roll Animal. Ésta es una de las mejores grabaciones realizadas en directo, pero también en este caso se podía mejorar el sonido que teníamos disponible, aunque ya de por sí la calidad que conseguimos en su momento era bastante alta. Sin embargo, hemos conseguido mejorar aún más el nivel. Si alguien lo duda, sólo tiene que fijarse en la parte final del tema.

STREET HASSLE

– “Street Hassle” se grabó en el antiguo estudio Record Plant. Allí estaba yo, junto a Patti Smith y Bruce Springsteen, cada uno en un estudio distinto. Conocía a Steve Van Zandt, y decidimos preguntarle si pensaba que Bruce aceptaría grabar un monólogo para nuestra canción. Bruce dijo que por supuesto lo haría, pero que no queríamos que mencionáramos su nombre. Me hubiera gustado que todos los fans de Bruce hubieran comprado el disco, pero como no podíamos utilizar su nombre, muchos pensaron que aquella voz era la mía tratando de imitarle. “Street Hassle” se divide en tres movimientos, e incluye diferentes personajes hablando, mientras que “Walk On The Wild Side”, con la que “Street Hassle” ha sido comparada en ocasiones, es más bien un vistazo acerca de cuatro o cinco personas en forma de viñetas de cuatro a ocho líneas. Esta vez hay mucho texto. Al final, el discurso que ofrece el personaje protagonista de la canción me recuerda un monólogo de Tennessee Williams.

THE KIDS

– Cuando compuse Berlin nunca había visitado la ciudad alemana, la canción se centraba en un viaje imaginario. Y es que ni siquiera podía permitirme pagar un billete en clase turista. Es curioso, porque ahora se ha convertido en todo un clásico, a pesar de que cuando se publicó por primera vez la canción fue maltratada por la crítica. Todos mis discos han recibido pésimas críticas en el momento de publicarse y, en cambio, veinte años más tarde, cuando se vuelven a reeditar, resulta que todo el mundo los considera auténticos clásicos. Es curioso. Metal Machine Music, que marcó el final de una etapa, se publicó para celebrar el 25 aniversario, con una presentación muy cuidada. Yo mismo me encargué de las mezclas, así que puse especial cuidado en que sonara lo mejor posible. El grupo alemán Ensemble Zeitkratzer lo interpretó en directo en Berlín y en Venecia. Tuvieron que pasar 25 años para poder escucharlo en directo, pero el resultado fue impresionante.

WALK ON THE WILD SIDE

– “Walk On The Wild Side” era una de las 12 canciones incluidas en el álbum Transformer, y en ningún momento le di más importancia a esta que a ninguna de las demás. De hecho, la que más me gustaba era “Hangin’ Around”, así que quizá por eso casi nadie me hace caso cuando les comento mis preferencias. También hay otro tema en el mismo álbum que también me encanta, “New York Telephone Conversation”, que interpreto junto a David Bowie; es una composición de tan sólo un minuto de duración. La verdad es que ese disco tiene muchas cosas interesantes en su interior. Otro ejemplo: 25 años después de su lanzamiento, “Perfect Day” se convirtió en un tema mucho más importante de lo que nunca fue “Wild Side”. Para que veas…

KILL YOUR SONS

– Estaba revisando un montón de grabaciones y este tema del álbum Live In Italy parecía estar esperando tranquilamente a que lo descubriera de nuevo. Al escucharlo pensé que la parte de guitarra es excelente, interpretada por Robert Quine, por no hablar de la genial interpretación de Fred Maher en la batería. Me encanta la forma de tocar la batería de Fred. La calidad de la grabación no era demasiado buena, así que la hemos arreglado un poco para este disco.

VICIOUS

– Durante las sesiones de grabación del álbum Transformer nos divertimos muchísimo. Trabajamos en un estudio genial con un maravilloso ingeniero. David Bowie y Mick Ronson participaron en las sesiones y se ocuparon de traer a los músicos. No tuve que preocuparme de nada de eso. Poco antes había grabado el álbum Lou Reed en Londres, en el que me llevaron a varios técnicos de estudio con los que no me llevaba demasiado bien. Sin embargo, la creación de Transformer fue muy divertida. Siempre es interesante trabajar con gente que está llena de buenas ideas. En concreto, David tiene muchísimas, y en el caso de Ronson era un gran arreglista. Teníamos todos los elementos necesarios para que la experiencia resultara perfecta.

THE BLUE MASK

– Este tema de la “oscuridad” de la vida… La vida está hecha de muchas cosas. Por ejemplo, te podrías pasar todo el tiempo escribiendo acerca de cosas románticas o pequeños detalles sencillos, aunque la verdad es que no entiendo muy bien por qué nadie debería hacerlo. En cambio, si además de las cosas bonitas hablas de elementos más negativos, enseguida te califican como negativo y oscuro, me parece algo increíble. Por ejemplo, es lo que pasa con The Raven. No conozco a nadie que no haya sufrido un mínimo de ansiedad en algún momento, no existe nadie que sea feliz todo el tiempo. En todas las cosas hay siempre un equilibrio, un yin y un yang, instantes buenos y malos. Yo no diría que son canciones oscuras, prefiero verlas como parte de la vida real.

I’LL BE YOUR MIRROR

– Me gusta mucho esta versión de “I’ll Be Your Mirror” que toqué en una guitarra acústica eléctrica conectada a un amplificador especial. Lo utilizamos en Londres, en el Festival Meltdown. “I’ll Be Your Mirror” es una canción clásica de Velvet Underground, uno de mis temas favoritos de todos los tiempos.

MAGIC AND LOSS – THE SUMMATION

– “Magic and Loss” habla acerca de la pérdida de mi amigo Doc Pomus, que murió tras una grave enfermedad. Pensé que la gente suele escribir discursos póstumos, misas e incluso hay piezas de música creadas especialmente para estas ocasiones, ya sea u nacimiento o la transformación del alma pero, ¿qué nos ofrece la música actual para homenajear a un amigo que ha muerto? ¿Cómo puedes expresar las emociones de ese momento? ¿Cómo consigues sobrevivir a algo tan terrible que sucede en la vida real? ¿Cómo consigues llegar al otro lado, a ese lado más alegre? “Magic and Loss” viene a ser una afirmación positiva de la vida, en vez de limitarse a destacar como un lamento negativo sobre la muerte.

ECSTASY

– Lo más interesante acerca de “Ecstasy” es que incluye un punteo de guitarra genial. Cuando pienso en ello me recuerda al riff de guitarra de “Sweet Jane”. De vez en cuando, sin esperarlo, surge una buena inspiración de guitarra. A veces voy por la calle y me sorprendo al escuchar a algún chico que está aprendiendo a tocar, y está practicando con “Sweet Jane”. Me encanta cuando eso ocurre. Es lo mismo que ocurre con Chuck Berry: todo el mundo practica con su música, lo mismo que practican con “Sweet Jane”. En el caso de “Ecstasy”, debo reconocer que es un poco más complicado, pero una vez que has aprendido a tocar “Sweet Jane”, el siguiente paso es practicar con “Ecstasy” hasta que la domines por completo.

I WANNA BE BLACK

– En una ocasión fui a Alemania para profundizar en un sistema de sonido llamado Binaural. Su creación se remonta a la Exposición Universal de 1942, el año en que nací. Se trata de una forma de crear sonido en tres dimensiones, en 360 grados. Ahora tenemos el 5.1, pero el sonido Binaural hace que el 5.1 parezca 1.3. Sin embargo, surgieron ciertos problemas técnicos con el álbum Take No Prisoners que siempre me habían molestado. Afortunadamente, ahora hemos podido recuperar aquellas cintas para solucionar algunos de los problemas que surgieron durante su grabación. En concreto, este tema procede de una de las cintas que conseguimos recuperar de la época anti-Binaural, aunque finalmente hemos conseguido dejarlo tal como siempre habíamos deseado. Ahora suena como si estuvieras en una sala rodeado de espectadores por todas partes. Al fondo se escucha el sonido de los vasos, los comentarios de la gente y el ruido de las sillas crujiendo o arrastrándose. Es algo muy emocionante. Se trata de una “mezcla de auriculares”, es decir, que si la escuchas con auriculares te darás cuenta realmente de la auténtica maravilla que hemos conseguido en lo que a sonido se refiere. El objetivo de un tema como “I Wanna Be Black” era animar un poco a todo el que lo escuchase. Ésa fue nuestra intención desde el principio, en un momento en el que la gente necesitaba un poco de optimismo, y creo que lo conseguimos.

TEMPORARY THING

– Una de mis canciones favoritas, que incluye la famosa frase: “Estoy seguro de que ni tu madre, tu padre ni tu hermano estarían de acuerdo conmigo, pero me da igual, porque ninguno de ellos es mejor que yo”. Fue un tema totalmente hardcore antes de que ese estilo surgiera con entidad propia.

SHOOTING STAR

– Algunos de los temas incluidos en el álbum Street Hassle se grabaron en directo. Después, sobre el tema original, añadí algunas otras cosas, no sólo en el tema que daba título al disco, “Street Hassle”, sino también en este caso, en “Shooting Star”.

LEGENDARY HEARTS

– Me gusta la idea que ofrece “Legendary Hearts”. Es como ver de cerca la historia de Romeo y Julieta en versión idealizada de West Side Story y después ver la versión que puedes encontrar en el Lower East Side de Nueva York, lo cual supone, por cierto, un gran cambio respecto a los personajes que aparecen en Berlin.

HEROIN

– Con dos guitarras, bajo y batería, cualquiera podría tocar una canción así, y ésa es una de las cosas que más me gustan de mi música. Aunque tengas el coeficiente intelectual de una tortuga puedes tocar cualquier canción de Lou Reed, de verdad… Para mí, los ritmos de tres cuerdas son suficientes, no me interesa aprender a componer con más cuerdas, prefiero dominar el sonido de tres. Si para John Lee Hooker era suficiente, también lo es para mí. Sin embargo, eso no quiere decir que no me guste la música de Miles Davis o Little Jimmy Scott, con los que he trabajado anteriormente (en Magic And Loss) o las canciones de Don Cherry, que participa en el tema “The Bells”. Disfrútala aderezada con un poco de sal.

CONEY ISLY BABY

– Creo que algunos sentimientos son algo universal. De vez en cuando, cuando tengo suerte, consigo sumergirme de lleno en esas sensaciones que casi todo el mundo comparte. No hay demasiados compositores a los que les guste escribir acerca de esos sentimientos para el público se identifique con ellos. A veces preferimos vincularnos a otras cosas que no sean sensaciones incómodas o poco agradables. No hay nada malo en esa actitud, pero de vez en cuando es interesante poder identificarse con una mayor variedad de situaciones y sentimientos.

THE BELLS

– En un principio, esta canción iba a ser una pequeña sinfonía con ritmo de rock. Cada canal, el izquierdo y el derecho, nos permite escuchar mundos totalmente distintos unos de otros. El resultado es una composición que está destinada a despertar una determinada emoción en todo el que la escuche. Cuando llega el momento en que empieza a sonar mi voz, suena como algo externo e impactante, y eso siempre me ha impresionado. Muchas veces, cuando estoy en el estudio, me pongo a escribir nuevas letras y surgen casi de repente, a la primera, y así es como surgen ciertas canciones, en tan sólo una toma. No grabo una segunda toma porque no soy capaz de volver a grabarlas. Ésta fue una de esas canciones. La grabé en directo, rodeado de un montón de gente y de micrófonos binaurales a mi alrededor. Tenía los cascos puestos de tal forma que podía escuchar exactamente el sonido que estaban recogiendo en ese momento los micros, y así podía ajustar mucho mejor mi interpretación. No dejes de escucharla, te gustará.

PERFECT DAY

– Si la gente se fijara atentamente en muchas de mis canciones no podrían evitar llevarse una enorme sorpresa. Este tema en concreto se hizo famoso gracias al éxito de la película Trainspotting. De repente descubrí que en ciertos momentos de mi carrera había compuesto algunos temas muy buenos, con un ambiente enfrentado al lado oscuro del auténtico príncipe de Nueva York.

SALLY CAN’T DANCE

– “Sally Can’t Dance” se centra en algo que ocurrió en el Lower East Side de Nueva York. En líneas generales lo que pasó fue que unos tipos mataron a una chica y metieron el cadáver en el maletero de un coche, donde la llevaron mientras ellos iban de fiesta en fiesta. La canción menciona los nombres de todas las discotecas y clubes que estaban de moda en aquella época. Fue la única vez que hice algo parecido, algo que se identificaba con un período concreto de tiempo. Incorporé lo que se llevaba entonces, las discotecas, el diseñador de moda más famoso del momento; en definitiva, todo lo que significaba estar a la última. El resultado es como un paseo por el ambiente nocturno neoyorquino, incluyendo el asesinato. Ésa es la razón por la que Sally no puede bailar, porque la encontraron metida en el maletero de un coche.

SATELLITE OF LOVE

– Me encantan los coros que realiza David Bowie en este tema. Desde luego, no es la clase de música que yo habría compuesto de haber tenido la oportunidad de trabajar durante un año con un programa de ordenador, pero David borda la interpretación. Además, posee una voz impresionante que es capaz de elevar hasta tonos increíbles. El resultado es un tema precioso en el que nos demuestra lo buen cantante que es.

NYC MAN

– La música de “NYC Man” es un sonido típicamente neoyorquino, yo diría incluso que destaca como un aire romántico y muy atractivo. Éste es el sonido que me viene a la mente cuando pienso en Manhattan.

DIRTY BLVD.

– “Dirty Blvd.” representa otro punto de vista diferente de Nueva York en un período diferente de la historia. Se trata de una de las canciones más difíciles que he compuesto, a pesar de que parece incluir un ritmo muy sencillo. En realidad es uno de los proyectos más complicados que he afrontado en toda mi carrera. Sólo tiene un ritmo de tres cuerdas y un estilo muy difícil de desarrollar.

ROCK MINUET

– Se trata de una canción muy sencilla acerca de un hombre y su padre. Me gusta la idea de volver a echar un vistazo a Edipo Rey. “Rock Minuet” es, al menos es como yo lo veo, una de las mejores canciones que he compuesto de esa clase, junto con “Street Hassle”. La veo como un examen muy serio de los sentimientos que muchos tienen hacia sus padres. Sé que mucha gente la comprenderá, aunque otros se sentirán molestos con ella. Por cierto, “Rock Minuet” incluye una parte de violín preciosa interpretada por la magnífica Laurie Anderson.

PALE BLUE EYES

– Existían dos mezclas, la japonesa y la norteamericana. Hemos podido volver a examinar ambas, para conseguir que esta versión sonara mejor que la que se incluyó en el álbum original, lo cual nos lleva hasta 1968… La verdad es que estuvo muy bien poder grabar este tema en 1968 y “Sweet Jane” un año más tarde, en 1969, ¿no te parece?

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LOU REED

ENTREVISTAS 2003

Lou Reed, cuervo negro

En una época en la que calificativos como “innovador” o “desafiante” han perdido sentido de tanto usarlos, siempre nos quedará Lou Reed para insuflar aire fresco a todos aquellos acólitos que le han venido siguiendo a lo largo de toda su carrera. Con The Raven, Reed nos ofrece un álbum que está a la altura de sus trabajos más innovadores.

“Este disco, The Raven, supone la culminación de absolutamente todo aquello en lo que he venido trabajando tiempo atrás, menos la fotografía,” explica Reed. “ Todas las ideas que tengo sobre sonido, mezclas, escritura, ritmo y rima están contenidas aquí. Es la culminación de todo lo anterior, todo.”

The Raven es un largo viaje de dos horas por el obsesivo mundo de Edgar Allan Poe, filtrado a través de la ecléctica sensibilidad de Reed. Junto a sus compañeros habituales de grupo, Fernando Saunders, Mike Rathke y Tony Smith, este disco cuenta con un magnífico elenco de artistas invitados, entre ellos Laurie Anderson, Elizabeth Ashley, David Bowie, Steve Buscemi, Ornette Coleman, The Blind Boys Of Alabama, Willem Dafoe y Kate & Anna McGarrigle, que forman parte del que probablemente sea uno de los álbumes más ambiciosos de Lou Reed hasta la fecha.

The Raven se publica en dos versiones, una con un solo CD y otra en doble CD: “Vamos a publicarlo con su formato original, que contiene la versión completa, con una gran presentación,” explica Reed, “y también en una versión más corta, para aquellos que no quieran escuchar las dos horas, o que prefieran probar con ella antes de lanzarse a escuchar la más larga. Así que está la gran versión y la más pequeña y exquisita.”

Aunque pueda parecer poco habitual esta fusión de música contemporánea y poesía dentro de un proyecto de esta categoría, Reed lo considera la consecuencia natural de los intereses que le han venido ocupando toda su vida. “Desde los 14 años he estado tocando en grupos, pero nunca he abandonado la escritura. Mientras estaba en el instituto, tuve a Delmore Schwartz como tutor, y eso me influyó profundamente. Y después conocí a Andy Warhol, que también fue una gran influencia. Y todavía formo parte del Proyecto de Poesía de St. Mark, que dio a mucha gente joven (entonces yo era joven) la oportunidad de formarse y leer todo lo que escribían, que en mi caso eran letras de canciones, y presentarlo como si se tratase de literatura, como si se tratase de algo importante.”

No ha sido hasta hace poco cuando Reed releyó y conectó verdaderamente con la obra de Edgar Allan Poe. “Entré verdaderamente en el mundo de Poe cuando participé en una celebración de Halloween en la Iglesia de St. Anne junto a Hal Willner, mi coproductor,” recuerda Reed. “Cuando recité ‘The Tell-Tale Heart’, logré entenderlo de una forma completamente distinta, y me di cuenta de que mi comprensión de Poe había sido hasta entonces totalmente superficial.” Después siguió una colaboración con Robert Wilson titulada Poetry, que pudo verse en todo el mundo. Pero Reed se dio cuenta de que este material cobraba vida propia cuando se puso a rescribir The Raven, sirviéndose de su talento para convertir el poema en la madura experiencia auditiva que conforma el álbum.

Musicalmente, The Raven es un tour de force de nuevas canciones de Reed, que van desde la majestuosidad de temas como “Overture” y “Blind Rage” hasta las conmovedoras “Vanishing Act” y “Call On Me,” en la que disfrutamos de las exquisitas interpretaciones de Laurie Anderson y de la cellista Jane Scarpantoni. Las canciones recorren un amplio espectro emocional, desde el extraño comienzo de “Broadway Song” (en el que Reed le cede el micrófono a Steve Buscemi) hasta ese parón dramático en la actuación marcado por “Who Am I,” que Reed considera el centro neurálgico del álbum. “Es una de las primeras canciones que escribí para el proyecto, una canción bastante extraña, que resume para mí lo que significa crecer en el universo de Poe.”

En The Raven, Reed trabaja de nuevo con su viejo amigo David Bowie y con el mítico saxo Ornette Coleman, del que Reed es fan desde los años 60. “Le seguía por todos los clubes, aunque no podía pagar la entrada, así que ha sido la ilusión de mi vida trabajar con él.” Reed versionea dos temas clásicos: “The Bed” (incluido originalmente en Berlin) y “Perfect Day,” con la cautivadora voz de un joven cantante llamado Antony. “Si Jimmy Scott tuviera un hijo, ese sería Antony,” cuenta Reed. “Willner y yo estábamos buscando cantantes y entonces Hal me trajo una cinta de Antony, escuché cinco segundos y dije: “Es él.”

El espíritu de Poe impregna toda la grabación, pero las letras y la música quedan en manos de Reed. Tomemos como ejemplo el tema recitado por Willem Dafoe en la canción que da título al disco. “Su voz es como chocolate,” dice Reed. “Le escuchas por los cascos y dices: “Oye, podría quedarme escuchando a este tipo toda la vida”. “The Raven” empieza igual que el poema de Edgar Allan Poe ‘The Raven’, con el mismo par de versos, pero todo lo demás lo he escrito yo,” explica Reed. “Todo el mundo sabe que Edgar Allan Poe nunca dijo “sweaty, dickless liar” (“mentiroso sucio y cobarde”).

Tampoco puso Poe en boca de Tripitena (del poema “Hop-Frog”) las palabras: “Businessman, you’re not worth shitting on.” (“Comerciante, no mereces ni mi mierda”). “Pero pensé que era una frase apropiada a los tiempos que vivimos”, dice Reed, “cuando tantas grandes empresas se dedican a engañar y estafar a todo el mundo.”

Reed encuentra muchas similitudes entre la visión del mundo que tenía Poe a mediados del siglo 19 y las realidades de nuestro siglo 21. “Poe escribió un ensayo titulado The Imp of the Perverse en el que se pregunta por qué nos sentimos atraídos hacia cosas que sabemos que nos dañan, y ese tema recorre toda la obra de Poe”, cuenta Reed, que considera que autores como William Burroughs y Hubert Selby Jr. son los herederos del legado artístico de Poe. “Es cierto que se trata de un tema universal, y yo me siento muy identificado con esta idea.”

Actuando de puente entre las canciones y los temas recitados del álbum encontramos la experimentación electrónica de Reed, que alcanza su cumbre en la penúltima canción del disco, un instrumental titulado “Fire Music”, que literalmente desborda los altavoces. “Es una pieza muy intensa; la grabamos tres días después del 11 de septiembre,” dice Reed, recordando que sus colaboradores tuvieron que atravesar un cordón policial en la calle 14 para llegar hasta su casa.. “Cuando la gente me pregunta qué pienso de lo ocurrido el 11 de septiembre, les digo que eso es lo que pienso, este tema lo define. Es imposible que no te afecte. He estado tocando instrumentos electrónicos durante mucho tiempo, y quería conectar con el punto en que lo dejé en Metal Machine Music, y por fin lo he conseguido con “Fire Music”.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON LISA GERMANO

ENTREVISTAS 2003

Lisa Germano, monólogos oníricos

Tras varios años en la discográfica 4AD, el quinto disco de Lisa Germano, Lullaby For Liquid Pig, se edita en estos días. Adorada por gente como Peter Gabriel, Neil Finn o David Bowie, su exquisita y bella música no es apta para todos los paladares pero, una vez probada, uno queda enganchado para siempre.

Estamos en Los Angeles, California, a finales del 2002 y Lisa Germano edita su nuevo disco, Lullaby For Liquid Pig. Cinco meses más tarde aparece en Europa y, cómo no, en España, de la mano del sello PIAS.

Como siempre, sus nuevas canciones combinan sonidos exquisitos e incómodos con letras que hablan de, sobre todo, la honestidad. “Aunque en el disco estoy acompañada por Neil Finn de Crowded House, Johnny Marr de The Smiths, Butch de Eels y otros amigos, la verdad es que todo, desde la concepción hasta la financiación del proyecto, es obra mía,” asegura Lisa Germano, quien grabó el disco en un período en el que estaba sin contrato discográfico.

“Había finalizado mi contrato con 4AD,” explica, “y no estaba interesada en otro. Por el contrario, me puse a trabajar en una librería a tiempo parcial; pasaba por muchas cosas emocionalmente y me encontré muy sola. Durante dos años trabajé en esa librería de Hollywood y, al acabar, iba a casa a escribir canciones.”

A medida que la música tomaba forma, fue surgiendo un tema. Dentro de cortes instrumentales que parecían borrosos y sin definir, situó historias de vivir ilusiones de felicidad y mantener esas visiones con una dieta de alcohol e introspección. Desde que se abre el disco, con “Nobody’s Playing”, que tiene un ritmo atípico, unas texturas ambiguas y referencias a “círculos y círculos, lugares en los que ahogarse”, Lullaby For Liquid Pig parece ser el acompañamiento de un monólogo secreto cantado en un mundo más onírico que real.

“Es cierto que siempre me ha gustado el alcohol,” reconoce Germano, “pero este disco no habla de eso, sino de la clase de persona que está empezando con un hábito que puede convertirse en una adicción, ya sea alcohol, heroína, sexo o cualquier otra cosa.”

El proyecto cobró vida cuando Tony Berg empezó a pasarse por la librería y recobró su colaboración de mucho tiempo atrás con la cantante. El manager de Germano le había pasado una copia al veterano productor, músico y ejecutivo de la compañía Artist Direct. “A los pocos minutos de escucharlo me estaba llamando y diciéndome que era lo mejor que había oído. Quería saber si había alguna forma de trabajar juntos en cómo editarlo.”

Puede que fuera cuestión de suerte, pero lo cierto es que Tony Berg estaba en trámites para empezar su propia compañía, Inefable, una subsidiaria de Artist Direct. “Me explicó su idea de estructurar el sello como un colectivo creativo, en el que los artistas apoyarían los proyectos de todos y se compartirían los beneficios, así que, de pronto, era el primer fichaje del sello.”

Berg tuvo que convencerla, pero parece que utilizo sus mejores argumentos. “Me habló de mi punto de vista único y de mi habilidad para discutir sobre aspectos reales de la música. Me dijo que era una artista auténtica, y que, al igual que Beck, Fiona Apple, Elvis Costello, Aimee Mann y otros, lo que hacemos es enfrentar a la gente a cosas con las que no se atreven a enfrentarse o a cosas a las que, aún atreviéndose, tienen que hacerlo de una forma original y retadora,” afirma Germano.

Alguna de las canciones tuvo su efecto inmediato. “Según él,” reconoce Germano, “una de las canciones, en concreto “From A Shell”, lo llevaba a la tristeza. Decía que le sonaba como el Titanic hundiéndose, y que le parecía muy importante que alguien fuese capaz de identificar su propia debilidad, incluso cuando la está experimentando. No sé si todo el mundo lo sentirá así, pero, desde luego, es hermoso y, al menos él, ha sabido captar la esencia del disco.”

Xavier Valiño

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