CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MAXIMILIAN HECKER

ENTREVISTAS 2003

Maximilian Hecker, crooner romántico

Rose es el segundo álbum de Maximilian Hecker para Kitty-Yo después de su debut, Infinite Love Songs, de octubre del 2001. De nuevo su potencial de crooner romántico estalla en todo su esplendor.

Rose incluye once nuevas canciones que han contado con una producción mucho más profesional que la de su anterior entrega. Además, a sus 25 años, la capacidad de interpretar y de componer de Maximilian ha experimentado una notable mejoría desde entonces.

Tanto en Rose como en Infinite Love Songs, el esqueleto se construye a partir de las maquetas caseras, pero para Rose las posibilidades del estudio han sido superiores, y el trabajo conjunto con el productor Gareth Jones ha supuesto una mejoría sustancial.

Durante los dos últimos años, Maximilian ha estado de gira intensiva por toda Europa, como telonero de The Walkabouts en Escandinavia y de Lloyd Cole en Francia, y no ha dejado de tocar en festivales de primera fila, como Pukkelpop y La Route Du Rock. En mayo del 2003 inició su gira por Europa, en la que pasará, además, por distintos festivales de verano. Si en las anteriores ocasiones siempre actuaba en solitario, para la gira del 2003 llevará, por primera vez, una banda de tres músicos de acompañamiento.

El propio Maximilian nos comenta una por una sus canciones.

“Rose”

– El indie y el pop unidos. La primera parte de la canción trata del último grito desesperado antes de que todo acabe; la segunda habla de la redención a través de la fe en el llanto, las minas de oro y ella.

“I Am Falling Now”

– Tiene un estribillo que rompe mi corazón cada vez. Pienso: “Pobre tío”. Tiene que despertar la pena en quien lo oiga, sin duda. El final es puro Gallagher en sus mejores tiempos. Sólo que ellos nunca cantarían un texto así. Se parece a Liam Gallagher cantando una canción de Roy Orbison.

“Fool”

– En mis vacaciones de Navidad en casa, tomando un café, de repente me encontré con esta melodía en mi cabeza, perfectamente terminada con el ritmo y el arreglo.

“That`s What You Do”

– Es una canción muy antigua. La letra es tan fácil, que, aunque lo entendieran billones de personas, sonaría auténtica. Me recuerda al estilo de Richard Ashcroft.

“Daylight”

– Sonaba muy de los años 80 en la primera versión, como de Depeche Mode, y lo curioso era que nunca había escuchado a Depeche Mode. Sólo cuando una mujer es prácticamente inalcanzable, siento ese sentimiento de deseo que interpreto como amor.

“My Love For You Is Insane”

– Realmente es una canción para la pista de baile. El nuevo Maximilian Hecker.

“Kate Moss”

– Escribí esta canción en Barcelona, en una habitación del hotel en el que estaba. La sección de cuerda suena como su cabello.

“Never-Ending Days”

– Es la canción de un único riff. Tiene que ver con cuando fui telonero de The Walkabouts en Escandinavia y las caminatas solitarias que me daba. Siempre aparecía un McDonalds. La felicidad y el sufrimiento están tan cerca uno del otro.

“My Friends”

– Mi canción más profunda. Cada vez que la escucho, me rompe el cuello. El estribillo es tan bonito que me siento como en el estómago de mi madre. Revive a través de un grito apasionado, como el último aliento antes de una muerte dulce.

“Powderblue”

– Una nana.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MASSIVE ATTACK

ENTREVISTAS 2003

Massive Attack, forzando la cerradura

Vuelven Massive Attack. Y justo ahora, en una época en la que las obsesiones anodinas de los famosos y los grandes e interminables camiones de estrellas falsas están monopolizando el paisaje cultural, necesitamos más que nunca al grupo más influyente de Gran Bretaña. Massive Attack han empujado con consistencia los límites de su propio sonido, desde las raíces de su soundsytem hacia los estratos de guitarra complejos e insistentes de Mezanine, y sorprendiendo constantemente con sus inspiradas colaboraciones y su sonido innovador.

Ahora, doce años después de su primer disco, el mítico Blue Lines, los grupos prometedores cuelgan con la coletilla de “los nuevos Massive Attack”. Dejaron su marca en la música británica, dando forma y cambiando la música dance, el pop, el hip hop británico, el drum & bass y el rock.

100th Window es el cuarto álbum de Massive Attack. Compuesto y grabado en el estudio del grupo en Bristol el año pasado, supone también un avance hacia una electrónica torpe, paisajes psicodélicos, cuerdas árabes y una inmersión más en el viejo y profundo dub reggae. Robert Del Naja, más conocido como 3D, explica: “Queríamos hacer este álbum más caliente que Mezzanine, pero no queríamos que fuese más blando. Queríamos mantener el filo y la intriga, pero sin hacerlo frío y sombrío.”

El álbum está compuesto y producido por 3D y el coproductor de Mezzanine, Neil Davidge, mientras que el otro miembro de Massive Attack, Grant “Daddy G” Marshal se tomó un descanso del estudio. “Grant se ha cogido unas pequeñas vacaciones, un año sabático, porque ha tenido un hijo y está empezando una nueva vida”, comenta 3D. “Volverá a coger de nuevo las riendas de la música cuando se venga de gira con nosotros. Volverá.”

Al igual que el resto de sus trabajos publicados, 100th Window impulsa al grupo a nuevas aguas. “Siempre quisimos hacer algo diferente y estirar nuestra imaginación; era muy importante para nosotros que representase un cambio, un avance con respecto a Mezzanine.” El grupo de Bristol siempre ha encajado canciones brillantes con música experimental, y 3D decidió que era hora de volver a lo básico. El mismo 3D canta en cuatro canciones y conectó con Sinead O”Connor. Grabaron tres temas, incluyendo el single “Special Cases”. “Sinead es una de las grandes cantantes que hay ahora”, explica 3D. “Aporta un espíritu completamente puro, una emoción real y el creer de verdad en lo que está haciendo. Se ve en los resultados que su maternidad no le ha sacado la rabia, al contrario que otras cantantes, que son mucho más blandas y genéricas”.

El título del disco está tomado de un libro de culto de seguridad electrónica, escrito por Charles Jennings. “Esa idea me gusto mucho”, comenta 3D. “El disco trata del modo en el que la gente trata de esconder sus sentimientos, aunque siempre se puede encontrar una forma de entrar, si sabes cómo forzar la cerradura”.

En los cuatro años que van desde Mezzanine, después de que uno de los miembros fundadores, Andrew “Mushroom” Vowles, dejase el grupo, la banda volvió a ponerse manos a la obra. Empezaron colaborando con David Bowie en una versión de “Nature Boy” para la banda sonora de Moulin Rouge, se centraron en los grupos de su sello Melankolic y Del Naja hizo un remezcla para Dandy Warhols en “Godless”. “No teníamos prisa”, cuenta 3D. “Y en realidad, ¿cuándo hubo una sensación de urgencia en algo nuestro?”

Siguen sin amainarse: el grupo ya está componiendo material nuevo, cotejando canciones para el próximo álbum que piensan publicar doce meses después de la aparición de 100th Window, y hay planes para trabajar con Tom Waits y Mike Patton de Faith No More, así como para repetir el éxito de la colaboración del año pasado con Mos Def, “I Against I”.

El tema de apertura de 100th Window, “Future Proof”, está cargado de distintas capas. El viejo colaborador de Massive Attack, Horace Andy, que apareció por primera vez como invitado ya en Blue Lines, aparece en el tema lleno de aristas “Everywhen” y en el perturbador “Name Taken”.Si bien el grupo ha flirteado siempre con los sonidos del Este, de forma notable en “Karmacoma” e “Inertia Creeps”, ahora han llevado el sonido a un nivel nuevo e impresionante.

“Me encanta el sonido de cuerdas del Este; contienen una emoción pura y hermosa. El estado actual del mundo ha impregnado al disco. No puedes evitar ser consciente que el Oeste está dominando al Este, y yo quería trasladar algo de esas emociones en el disco”. En el seductor “Small Time Shot Away” encontramos a 3D a las voces. El tema de cierre, “Anti-Star”, cruje con cuerdas árabes épicas y, como la totalidad de 100th Window, refleja perfectamente la historia de hibridación cultural de la música de baile.

Para este álbum, grupo grabó horas y horas de música “tambaleante y alucinógena” con los ex-componentes de Spiritualized, ahora en Lupine Gol, pero tras semanas de mezclar los temas en el estudio, desnudar la música y transformarla en canciones utilizables, volvieron a empezar otra vez desde el principio. “Teníamos unas 80 horas de sesiones extraordinarias, pero no estaban bien para nosotros. Una vez que las limpiamos, perdimos lo que las hacía especiales”.

Además de una gira mundial, en la que habrá pantallas gigantes e interactivas, Massive Attack darán cuatro actuaciones de un sólo día durante el verano. “Cuando empezamos a tocar siempre intentábamos crear un ambiente en torno al soundsystem, y crear un lugar donde quisiésemos tocar. Ahora queremos volver a eso otra vez y tener una gran fiesta de paso”.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MARS VOLTA

ENTREVISTAS 2003

The Mars Volta, duros y progresivos

En 1996 Julio Venegas, un artista de El Paso, Tejas, se suicidó. Era un espíritu libre y un provocador, “Definitivamente vivió su vida hasta el límite,” recuerda su amigo, Cedric Bixler Zavala. “Hacia el final, tenía muy mala pinta debido al coma. Su cuerpo era un mapa lleno de cicatrices y algunos de sus amigos le llamaban Frankenstein. Tenía unas marcas muy grandes en el cuello, moratones, golpes, y su brazo estaba destrozado por echarse veneno para ratas. Parecía una enciclopedia de cicatrices.”

Cuando Cedric cantaba en At The Drive-In, escribió una letra -“Embroglio”, perteneciente al disco Acrobatic Tenement de 1998- acerca de Venegas, quien se mató mientras el grupo estaba ensayando. “Creo que no fue justo lo que le pasó,” continúa. “Me sentí con ganas de dedicarle un disco entero.”

Aquel disco es De-Loused In The Comatorium, el primer álbum de The Mars Volta. De-Loused In The Comatorium contiene una hora de música irritable, sin miedos y pensativa, una celebración ficticia de la vida de Julio Venegas.

“El concepto del disco es la historia de un hombre que intenta suicidarse con una sobredosis de morfina. En vez de morir, cae en coma durante una semana, y vive experiencias fantásticas en sus sueños, batallas entre lo bueno y lo malo de su conciencia. Al final, se despierta del coma, pero elige morir.”

Un tema ambicioso y directo, pero ya hemos aprendido a esperarnos mucho de Cedric y de Omar Rodríguez-López, su compañero de faena. Como dice Omar: “Tenemos una ideología muy sólida, y una parte de ello consiste en tener las máximas ideas posibles para no quedarte estancado.”

En At The Drive-In, la lingüística de Cedric venía marcada por sus raíces en el post-hardcore. Ahora, la música se forma por palabras imaginativas y sin compromiso. De-Loused In The Comatorium incluye ocho canciones que pueden recordar a Led Zeppelin, Fugazi, Jane’s Addiction, Can, Santana, Spirit, Miles Davis… Y, ocasionalmente, a At The Drive-In.

Es sin duda alguna música progresiva: abierta en su género, sin miedo a la seriedad, y siempre con nuevas ideas en cada nota. “Supongo que el concepto de la música progresiva está un poco congelado,” dice Cedric. “Es lo viejo, lo que los chicos quieren que desaparezca. Yo sólo espero que la gente no piense que van a ver a un tío tocando los teclados sobre hielo. Tenemos los pies sobre la tierra, hay mucha estética punk envuelta.”

Para Cedric y Omar, The Mars Volta también representa una escapada, de alguna manera, ya que no se ven sometidos a ningún límite. Ya con la entrada del nuevo milenio, At The Drive-In fue uno de los grupos más dinámicos del planeta.

Volviendo de una gira europea a principios del 2001, Omar se sentía muy infeliz, aunque no tenía nada que ver con sus ideas políticas o sus expectativas, como se había dicho. “Estaba aburrido de la música que estábamos tocando,” se acuerda. “No parábamos de hacer los mismos discos. Fue muy bonito que nos prestaran atención con At The Drive-In, después de seis años, pero nos quedamos musicalmente vacíos, espiritualmente vacíos. Es importante saber empezar de nuevo, empezar de la nada y no temer exponerte a ti mismo.”

Al final, le contó a Cedric su interés en grupos experimentales. “La idea era tener un grupo sin limitaciones conceptuales. Ambos supimos que aquello supondría un gran sacrificio, muchos corazones rotos y un cambio en nuestras vidas. Aún así, ambos lo aceptamos con tal de no hacer sufrir a la música.”

Omar empezó a buscar a los músicos que necesitaban para The Mars Volta: Ikey Owens de The Long Beach Dub All-Stars, teclados, y Jon Theodore, un batería que tocó con Golden, al igual que Jeremy Ward, su amigo de De Facto, quien se convertiría en el miembro secreto del grupo, para manejar los samplers y los efectos detrás del escenario. “Fue genial tocar con personas con la misma visión,” continúa, “una influencia que siempre ha formado parte de At The Drive-In.” Jeremy Ward, lamentablemente, falleció en mayo de 2003, tan sólo unas semanas antes de la edición de este primer disco.

Gracias a su propio sello, Gold Standard Laboratories, y una serie de conciertos consiguieron atraer la atención de Rick Rubin, productor, de Flea, que tocó el bajo, y de su viejo amigo John Frusciante, otro miembro de los Red Hot Chili Peppers, quien colaboró con su guitarra en “Cicatriz”.

A finales del año pasado, The Mars Volta se instalaron en la casa de Rubin, en Laurel Canyon, una casa con una “presencia muy fuerte”, según Omar, y empezaron a grabar De-Loused In The Comatorium. El resultado es este disco tan apasionado, elaborado e inventivo, uno de esos discos en el que la música está presente de una forma muy emocional.

“Creo que nos costó muchas vueltas,” admite Cedric, “pero todos mis discos favoritos son así.” Parece que The Mars Volta le piden mucho a la música, y saben que no son los únicos. “Nuestra música no es nada del otro mundo, pero tampoco somos marcianos,” reconoce Omar, modestamente. “Sí nosotros lo hemos conseguido, habrá otros que también lo consigan.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MANTA RAY

ENTREVISTAS 2003

Manta Ray, rabia contra la máquina

Desde luego, la cantera asturiana que empezó con los 90 está dando ahora sus mejores frutos. Tras el excelente disco de Nosoträsh, llega el asombroso nuevo y doble álbum de Nacho Vegas -que fuera componente de Manta Ray- y la reválida de sus antiguos compañeros en Estratexa -así, en asturiano-.

¿Se parece el resultado de Estratexa a la intención que había antes de grabarlo?

– Creo que sí. Teníamos claro desde el principio que queríamos hacer un disco más duro, más violento, más rabiado. Y el resultado cumple a la perfección con ese plan, con esa estrategia que nos habíamos marcado.

En este disco parece que habéis dejado atrás una etapa y optáis por algo más directo y menos pulido. ¿Es así?

– Es así. Teníamos la espina clavada de que, en los discos anteriores, no habíamos sabido plasmar el sonido que conseguimos en directo. Y en este disco creo que hemos conseguido hacerlo. Por eso está grabado en directo, con los cuatro en la misma sala del estudio, como si estuviéramos en nuestro local de ensayo. Y creo que eso se nota. Y se notará aun más en directo.

También habéis optado por la faceta más instrumental. ¿Distraen los textos de lo que queréis decir?

– Sabemos que la materia prima de nuestro trabajo es el sonido. Nuestro lenguaje es abstracto y eso soporta mal el discurso más narrativo, más figurativo, que le pueden proporcionar los textos a la música. Preferimos explotar las posibilidades del sonido y no incorporar demasiados elementos que desvíen la atención de ello. Por eso la voz y los textos cada vez van perdiendo más peso en la música de Manta Ray.

¿Cómo están de escondidas las sensaciones que pretendéis reflejar en las letras? ¿Se les dan muchas vueltas antes de ser definitivas?

-Yo creo que en la música de Manta Ray, al margen de que haya una intención de reflejar determinadas sensaciones e ideas, hay un espacio muy grande para la interpretación del oyente. Eso nos interesa y cada vez lo tenemos más claro. De alguna manera, la percepción es un proceso también de creación, porque es donde ordenas todas esas ideas que la música te puede proporcionar.

¿Cómo se puede sonar como un grupo siempre interesante?

– Pasando muchas horas en un local de ensayo frío y húmedo.

¿Se rechaza lo que ya se ha hecho anteriormente?

– Algo de eso hay. Nos gusta reinventarnos a nosotros mismos y no tener un lenguaje musical demasiado claro. Nos desprendemos, en cada nuevo trabajo, de todo lo que adquirimos en nuestro trabajo anterior. Si no hiciéramos eso, nos estaríamos acomodando y eso no nos gusta.

¿Os sigue gustando la música que se hizo en Alemania en los 70 y es vuestra principal referencia?

– Nos gusta, claro que sí. Can nos parece un grupo fundamental, por poner un ejemplo. Pero tampoco podemos decir que sea una referencia principal para nosotros, porque procuramos trabajar sin referentes, sin influencias que nos puedan llevar al mimetismo. Hace tiempo que aprendimos a desprendernos de la música que escuchamos cuando entramos en el local de ensayo. Todas las influencias que pueda haber son inconscientes.

Si tuvierais que poner la banda sonora a una película, ¿cuál os gustaría que fuera?

– Cada uno de nosotros te diría una distinta. Además, son muchas las películas que nos podrían interesar en ese sentido. En cualquier caso, nos gustaría hacer una banda sonora de una película donde pudiéramos involucrarnos desde el principio. No nos entusiasma la idea de trabajar por encargo para una película, pero si la idea de colaborar con un director de cine desde los comienzos de un trabajo fílmico.

¿Hasta que punto controláis todo lo que afecta al grupo: portadas, escenario, producción…?

– Pues casi totalmente. Nos involucramos al 100% en todos esos aspectos, pero siempre procuramos rodearnos de gente de confianza que nos eche una mano, y en ellos delegamos algunos aspectos. De las portadas o las luces de los conciertos se encarga, por ejemplo, Ramón Isidoro, un artista asturiano amigo nuestro en el que confiamos plenamente y con el que podemos dialogar de todos esos aspectos. Nosotros sólo somos músicos y dejamos otro tipo de aspectos para gente que conoce ese terreno y sabe lo que queremos. Ellos son, de alguna manera, los otros miembros de Manta Ray.

¿Hay algún productor con el que os gustaría trabajar?

– Kaki Arkarazo. Afortunadamente, ya trabajamos con él.

¿Qué recuerdos quedan hoy de vuestro primer disco?

– Pocos, creo. Supongo que éramos más inexpertos que ahora. Más ingenuos musicalmente.

¿Ayuda a mantener la ilusión sabiendo que hay tanta o más receptividad a vuestras canciones en el extranjero?

– La ilusión se mantiene precisamente porque no sabemos qué receptividad puede tener nuestra música fuera del Estado. Nos ilusiona tocar fuera y enfrentarnos a un público nuevo, que no nos conoce de nada.

¿Qué cosas cambiaríais de vuestra trayectoria si pudierais volver a empezar?

– No me gusta mirar demasiado al pasado, así que mejor pensar qué cosas hacer en el futuro de las que no te puedas arrepentir.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON MALAHORA

ENTREVISTAS 2003

Malahora, la calle del viento

Malahora es un quinteto sevillano que recientemente ha editado su primer disco grande, Intro][vertido. Pop de corte clásico en las doces canciones que componen el LP y que supone la primera referencia del sello Lunar Discos.

Intro][vertidoes el título de vuestro reciente primer disco grande. ¿Contentos de cómo ha quedado?

-La grabación de un LP es uno de los eventos más importantes que pueden darse para una banda, y más si se trata del primer larga duración. Si la escala fuese: nada, poco, bastante y muy satisfechos, nos quedamos con el más alto: muy satisfechos. La primera parte del trabajo (hacerlo) y la segunda (sacarlo) acabaron, y ahora estamos enfrascados en la promoción y difusión que esperamos también pueden calificarse por lo menos como las anteriores.

Este disco poco tiene que ver con El desierto de las mil flores, un mini-CD que habíais editado en el sello Pussycats. La verdad es que dos años dan para evolucionar mucho.

– ¡Y tanto! No renegamos de El desierto de las mil flores, pero es obvio que comparado con Intro][vertido podrían estar grabados por dos grupos distintos. Pero no, somos casi los mismos, ya que entre uno y otro están la incorporación de Julio López a la banda y la influencia de grupos, músicos y concepciones musicales nuevas. Es curioso, pero entre los dos discos grabamos una maqueta de cinco temas con la que llegamos a pensar que habíamos definido nuestro estilo. ¡Nada más lejos de la realidad! Lo cierto es que mirando hacia atrás estamos satisfechos de donde estamos; mirando hacia delante y en términos culinarios, el suflé está aún en el horno.

Quizás ahora estéis más emparentados musicalmente con bandas como Niños Mutantes.

– El caso de Niños Mutantes es digno de mención. Llevan en esto mucho tiempo y con muy buenas maneras. Personalmente los sigo desde Mano-parque-paseo y creo que Sol de Invierno es un muy buen disco, y su evolución es siempre creciente. Tenemos cierta afinidad con ellos pero está claro que si de alguna manera encajamos juntos en un estilo, las formas son distintas.

Vuestro disco supone también el debut de un nuevo sello, Lunar Discos. ¿Cómo se interesaron por editaros el disco?

– Lunar Discos nace por y para la edición de Intro][vertido. La idea parte de José Luis Osuna, aunque estamos todos metidos en el ajo. Es a través de José Luis como contactamos con la persona clave en este asunto: Roberto del sello Astro, que nos ha ayudado mucho.

Es un obstáculo para la promoción del disco que sea un sello pequeño y de reciente creación.

– Cierto; carecemos de la presencia y los medios, pero creemos que el disco vale la pena y puede funcionar. Ganas no nos faltan y estamos dispuestos a dar toda la guerra que haga falta. Estamos dispuestos a llegar a nuestro límite; a partir de ahí, alguien tiene que creer en nosotros.

El disco cuenta con las colaboraciones de Tito Valdés y Paco Martínez (Australian Blonde) y Víctor Sánchez (Del Ayo); todo un lujo.

– El asunto de las colaboraciones es algo que nos gusta bastante, pues aporta mucho durante y después de la grabación y más con músicos de esta talla. A Víctor lo conocemos desde hace tiempo; es un tío cojonudo y muy buen músico (actual guitarra de la banda de José Ignacio García Lapido). Lo de Tito Valdés fue, lógicamente, a través de Paco Loco. Paco ha sido sin duda la colaboración más importante del disco: producción, grabación y colaboración instrumental, además de otros aspectos más metafísicos y psicológicos.

Y José Ignacio García Lapido os ha escrito el tema "Todo el tiempo que pasó". ¿Cómo surgió esta colaboración?

– En este caso fueron Andrés (guitarra) y José Luis los culpables. José trabajó como manager para José Ignacio García Lapido y Andrés lo conoce a través de Víctor Sánchez, así que no fue muy difícil tener la oportunidad de tirarle los tejos para que nos escribiese un tema. Aceptó y nos envió una maqueta del tema El resto ya lo conoces.

Participáis en el disco tributo a 091 editado por Criminal Discos, haciendo el tema "El hombre invisible". ¿Cómo surgió lo de participar en este disco? ¿Y la elección del tema?

– Según tengo entendido, Criminal se puso en contacto con José Ignacio y éste les propuso algunos grupos que podrían encajar en al disco, entre los que estaba Malahora -doble satisfacción: homenajeamos a 091 y el maestro cuenta con nosotros- . Respecto a la elección del tema, pensamos que siendo del primer disco nos daría mas juego a la hora de llevarlo a nuestro terreno; además era una buena oportunidad de -modestamente- rescatar uno de los mejores temas del primer disco de 091, que es el menos conocido.

Estáis en plena gira de presentación del nuevo disco. ¿Qué tal está siendo la respuesta del público? Vais a estar tocando por casi toda la península, ¿no?

– Bastante buena, ya que si bien la afluencia de público no es masiva, las criticas sí son positivas; a la gente le gustan los temas y la puesta en escena del grupo. Somos conscientes de que la afluencia de público es un tema complicado que depende en gran medida de la promoción local que se haga y la cantidad de gente que por nosotros mismos podamos mover.De momento hemos pasado por Córdoba, Granada, Sevilla, Murcia, Valencia, Burgos, Zaragoza, Jumilla e iremos a Madrid, Jaén y Manzanares. El asalto al norte de la península (léase de Barcelona a Galicia) está cociéndose.

Ya para terminar, planes de futuro.

– Pues mientras imaginamos cómo seria nuestro concierto en Benicassim, seguimos con la gira de conciertos y la promoción del disco hasta en los confines del reino. Para finales de invierno sacaremos un single con algún tema inédito no recogido en el disco. En fin, seguir sembrando.

Toño Crespo

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