CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON HIDROGENESSE

ENTREVISTAS 2002

Hidrogenesse, populismo comprometido

Según ellos mismos -Carlos Ballesteros, voz, y Genís Segarra, teclista-, Hidrogenesse se conocieron en una convención del sector -¿cuál?- hace más de cinco años, y desde entonces han dedicado parte de su tiempo y talento a este grupo de rock arty y conceptual.

Hidrogenesse empezó con un carácter bien definido y, aunque ensayaron varios estilos y abordaron distintos temas, siempre se han mantenido diamantinos respecto a su credo estético y ético, basado en el populismo. Su fascinación por la cultura de masas, el pop, los medios y la sociedad, les han llevado a explotar todo tipo de fórmulas, de géneros y de estilos, intentando construir un vehículo de comunicación directo e infalible. Por eso no se les puede catalogar estilísticamente: han hecho desde balada romántica hasta falso rock and roll, pasando por el italo-disco o la experimentación electrónica.

Ya desde el principio se les acusó de usar elementos kitsch en sus obras. Sin embargo, según ellos, “nunca nos ha interesado lo kitsch. Siempre intentamos imprimir en los espectadores confianza en sí mismos, una base. Para nosotros, nuestras canciones giran más en torno al espectador que a cualquier otra cosa.”

Debutaron en el recopilatorio Lujo y Miseria (1997) con cuatro canciones, entre las cuales estaba “Hidroboy” y una versión de Morrissey traducida al catalán. En el 2000 publicaron el single “Así se baila el siglo XX” y, ya en el 2001, editaron un EP de cinco temas titulado “Eres PC Eres Mac”. Ahora presentan su primer disco, Gimnàstica Passiva.

“El disco es un homenaje al periodo comprendido entre 1987 y 1992: los años que nos marcaron como aficionados a la música. Una época en la que lo único que hacíamos era escuchar música.”

“También hemos intentado explicar en este disco qué coño es esto de tener un grupo, en canciones como “Hidrogenesse Asociados” o “1987”. Esta canción, “1987”, está inspirada por la trayectoria de The KLF / The JAMS / The Timelords. Tenían una ideología inventada y un programa estético basado en la propaganda, y llevaron sus tesis hasta el final: disolvieron la banda después de vender millones de discos, quemar un montón de dinero -literalmente-, y lanzar un ingenuo ultimátum a la humanidad entera: no grabarían más discos hasta que no hubiera paz en el mundo. Música, escapismo, ideología y consumismo anti-capitalista.”

No son las únicas referencias de su debut. “Hay otros homenajes en este disco. Además de “Kurt, Courtney, Frances Bean And Me”, nuestro tributo a las tres personas más importantes de los 90, hemos usado guitarras de los Auteurs, baterías de los Sparks, de T.Rex… Hay guiños a la D.A.F. y a los Smiths, y también hemos usado frases que hemos oído o leído de nuestros artistas favoritos.”

La electrónica no es algo insospechado, pero aquí hay más. “Suponemos que lo que se espera de un disco de Hidrogenesse es que suenen muchas cajas de ritmo, vocoders y guiños a los 80 pero al hacer Gimnàstica Passiva nos hemos fijado más en otro cambio de década: finales de los 70 y principios de los 80, en el que grupos como The Cars, Sparks, Pete Shelley y The Associates recogían la herencia del glam y del punk y empezaban a usar la rudimentaria electrónica del momento. En este disco además de vocoders y sintetizadores hemos grabado guitarras acústicas y eléctricas, armónicas, baterías y bajos.”

El tema que abre el disco, “Hidrogenesse Asociados” es algo así como el himno oficial del grupo y es, a la vez, una autobiografía y un manifiesto. “En la canción, el azar de una calurosa jornada reúne a dos solitarios que son -no tardan en descubrirlo- almas gemelas,” comentan, “perplejas en el caos de la vida moderna. Un vago deseo de hacer algo y un inquebrantable optimismo hará que se abismen en la música, la literatura, el deporte… Pero cada nueva empresa, lejos de lo que esperaban, les llenará de escepticismo, y el desánimo no tardará en aparecer… para ilusionarse de nuevo con otra cosa.” O sea, su historia.

“No hay nada más triste que lo tuyo” es una canción muy especial. “La canción más single del disco la hemos estado tocando en directo desde 1998, y está basada en hechos reales. Cuando la hicimos, pretendíamos componer nuestro Meat Is Murder de los Smiths, y al final creemos que hemos resumido ese legendario LP entero en nuestra canción: con animales, ferias, extrarradio, vidas miserables, gentes desesperadas, etc.”

“Góngora” también sorprende al adaptar versos del poeta. “Otra canción muy especial para nosotros es “Góngora”. Hemos puesto música a unas estrofas de El Polifemo (1613) de Luis de Góngora y hemos contado con la colaboración de Rosa de los Vientos, de Chico y Chica, que la canta a dúo con Carlos. También colabora en el disco Alfonso Melero, batería de Hello Cuca!, que toca dos veces la batería en “A-68” y en “1987” las maracas.”

Gimnàstica Passiva es puro populismo porque es directo y variado, y resulta atractivo desde la primera escucha. Pero también porque los temas se abordan de un modo comprometido, político. Ellos dicen que su disco es “un manual de estrategias personales para combatir el individualismo, la soledad y la alienación del capitalismo”, y resumen estas estrategias en tres acciones: “uno, formar una banda, dos, escapar, y tres, enamorarse. Es obvio que la tercera opción ya incluye las dos primeras.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON BRIAN FERRY

ENTREVISTAS 2002

Bryan Ferry, dandy hiperactivo

Frantic -Frenético- no es un calificativo que se asocie normalmente a la percepción popular que se tiene de Bryan Ferry. Su nuevo álbum es un conjunto de canciones enérgicas y efervescentes, que mezcla temas propios elegantes con un puñado de versiones. Revitalizado tras la gira para la que se volvieron a reunir Roxy Music el año pasado, Bryan Ferry suena con más fuerza que nunca.

“El título Frantic viene de unas letras que escribí pero que acabaron por no incluirse en el álbum, pero aún así parecía un buen título para este disco. Estos dos últimos años han sido muy agitados para mí: estuve de gira y a la vez grabando, así que el estado de ánimo con el que compuse este álbum no se puede describir de otra forma que frenético.”

El álbum está repleto de una energía que Ferry solía mantener oculta. Se puede decir que esté quizá más centrado en las canciones que obsesionado con las texturas. “Con el disco As Time Goes By ya me había inspirado en el sonido de los años 30, y esta vez quería hacer algo muy diferente: quería hacer un disco basado en el sonido de guitarra y que mostrase sentimientos muy vivos, muy directos.”

En este disco aparecen músicos como Johnny Greenwood de Radiohead, Dave Stewart de Eurythmics, que colaboró en la composición de varios temas, y varios incondicionales de las giras de Roxy Music: Paul Thompson, Chris Spedding, Colin Good y Lucy Wilkins. También Bryan Eno colaboró con Bryan Ferry por primera vez en varios años en la composición del tema final “I Thought” y tocó en “Goddess Of Love”. “¡Y canta con gusto en las dos!,” añade Bryan sonriendo.

En cuanto a las letras, y para deleite de los fans de Roxy Music de toda la vida, Ferry versionea y revigoriza temas que ya había explorado con anterioridad: el amor, la sensualidad, la nostalgia, el hogar ideal… El hecho de que frantic (frenético) rime con romantic (romántico) no es del todo casual.

La grabación de Frantic se interrumpió el año pasado para hacer la gira reunión de Roxy Music. “Una gran experiencia,” señala Ferry. “También me supuso un valioso respiro al pasar un tiempo sin pensar en el disco”.

Hoy tiene un recuerdo para aquella aventura. “Había verdadera energía en Roxy Music, era algo nuevo. Teniendo una formación de sonidos tan interesante, nuestro objetivo era ser diferentes. Así que se tantearon muchas posibilidades. Había muchísimas cosas que nos inspiraban, un montón de palabras fascinantes. Todo eso lo podíamos reflejar de muy variadas formas.”

De la gira final con Roxy Music, de nuevo al estudio. “Fue genial poder coger toda la energía de la gira y de algunos de los músicos y montarse en ella. Colin Good, el teclista de la gira, hizo la producción con Rhett Davies, y trabajamos más y remezclamos algunas cosas que yo había hecho antes con Dave Stewart. Las canciones de Bob Dylan siempre me parecieron muy poéticas, y grabamos “Don’t Think Twice” en directo y de forma sencilla, algo que es poco común hoy en día. Continuamente estoy construyendo esas mezclas de sonido, pero para mí fue genial, como cantante, no tener que competir con otros cien instrumentos.”

La canción con sonido medieval francés “Ja Nun Hons Pris” sirve como breve prólogo para “Fool For Love”, que tiene una especie de aire cortés, y que evoca imágenes de dragones y unicornios no de este mundo.

Goddess Of Love, por el contrario, tiene una inspiración bien distinta. “En cualquier otro sitio es fácil encontrar referencias a ídolos como James Bond, Jackie O, Johnny Ray, Greta Garbo,” señala el cantante, “mientras que “Goddess Of Love” está inspirada en Marilyn. Para mí el escribir algo inspirado por Marilyn Monroe era saldar una deuda que arrastraba desde hacía mucho: ella fue la última diosa de la pantalla.”

Otra de sus inspiraciones es Leadbelly, del que interpreta en el disco su blues clásico “Goodnight Irene” con músicos de cajun. “Es la primera persona que recuerdo haber escuchado en la radio cuando era un niño. Tuvo una gran influencia en mí. Ese anhelo y nostalgia de su voz… Así me nació el amor por el blues que mantengo desde entonces.”

La búsqueda se extiende al futurismo en el tema “Hiroshima”, que explora un mundo de ciencia-ficción cyberpunk y que también rinde homenaje a las películas de la nouvelle vague de Alain Resnais.

Aunque quizá sea “San Simeon”, un regreso a la hermosa escena del crimen que fue la canción de Roxy Music “In Every Dream Home A Heartache”, la que representa paradójicamente el salto más atrevido e imaginativo de Ferry. “La mayor parte de las letras las escribí hace algún tiempo. Algunas vienen de estrofas que no había incluido en “In Every Dream Home A Heartache”. No me había deshecho de ellas. La canción está inspirada en la película de Orson Welles Ciudadano Kane, con un castillo rondado por los fantasmas de un millar de fiestas de Hollywood.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON HOLYWATER

ENTREVISTAS 2002

Holywater, en la ciudad gris

Hace dos años que grabaron su primer disco, Handle With Care, después de ganar el Premio Galicia Cidade Única. Ahora, con la edición de su álbum por el sello independiente Astro y la oportunidad de abrir el concierto de la única fecha gallega de Suede, se enfrentan a su momento. Desde Lugo nos responde Ricardo Rodríguez, vocalista guitarrista y compositor del grupo.

¿Qué otras aventuras musicales tuvisteis cada uno antes de formar Holywater?

– Todos fueron grupos que pasaron sin pena ni gloria, pero que nos ayudaron a aprender, a coger tablas en un escenario. Siempre estás aprendiendo cuando tienes un grupo, al tocar con otra gente o al conocer a gente nueva. Seguimos aprendiendo y nos queda mucho por aprender.

¿Por qué fue decisiva la incorporación de Martín para la formación de la banda?

-Las guitarras en Holywater eran más simples, ya que yo no podía coordinar el estar haciendo muchos arreglos en la guitarra con estar cantando. Ahora nos repartimos los arreglos entre los dos, nadie tiene más importancia en ese aspecto: es decir, que en Holywater no hay guitarrista principal ni esas cosas. Ahora el sonido es más envolvente, más denso; incluso si hacemos lo mismo los dos, todo el mundo sabe que dos guitarras dan más potencia que una.

Tenéis dos maquetas anteriores al disco. ¿Qué canciones iban y en qué se diferencian de las que aparecen en el disco?

– En el disco hay dos canciones de la primera maqueta y cinco de la segunda. La diferencia es brutal. Para empezar, ni Laura ni Martín estaban en la primera maqueta, y en la segunda Martín llegó justo para grabar un par de arreglos. Ahora somos una banda completa y distinta de la que las grabó y, como te dije antes, hemos aprendido mucho desde entonces hasta que se grabó el disco. También hemos aprendido mucho desde que grabamos el disco hace dos años hasta ahora. Preferimos no saber nada de las maquetas.

¿Hay frustración por no haber podido contar con la producción de Ken Stringfellow de los Posies?

-Quizá fue más un sueño que algo que palpáramos como real en algún momento. Para que el proyecto se llevase a cabo necesitábamos que una discográfica aceptara las condiciones de ese plan. Nadie quiso hacerlo. Pero bueno, a partir de ahora vamos a elegir muy bien a los que serán nuestros productores, no vamos a fiarnos de alguien simplemente por su nombre. Queremos hacer las cosas bien y ser coherentes con nosotros mismos.

¿Qué recuerdos hay del concierto de Barcelona con los Posies?

– Tequila… New York, New York… ¡Y más tequila! Son un par de gamberros.

El diseño de la carpeta es una idea de Ricardo. ¿Qué representa?

– Ésta es una de esas cosas que el que compra el disco debería de pensarlo por sí mismo. De todas formas, te diremos que es una representación de la vida, del crecimiento como personas, de los pasos que hemos de dar en esta vida para llegar a una meta. La vida es frágil y, si quieres que perdure y tener éxito, has de tratarla con mucho cuidado.

¿Algo que cambiaríais del disco?

– Demasiadas cosas. Mejor no nos metamos en ese asunto. Recuerda que lo grabamos hace dos años.

¿Qué paso en el año y medio que va de la grabación a la edición del disco?

– Dos años ya. Hemos tocado muchísimo, hemos conocido a mucha gente genial, como Roberto de nuestra compañía discográfica Astro, a los Jordis -Deandandy-, compramos mucho material… Somos mejores músicos, tenemos las cosas más claras, sabemos lo que queremos, y puede que antes no lo tuviéramos muy claro. También hemos engordado unos kilitos…

¿Es Astro un sello adecuado para el grupo?

– Es cierto que Astro no tiene ningún grupo en sus filas que se parezca a Holywater, aunque también es cierto que ninguna discográfica en España tiene a ningún grupo que se parezca a Holywater. Astro es un sello importante que, desde la independencia, tiene una gran influencia en medios. Astro confía en nosotros y nosotros confiamos en Astro. Tenemos muchas ganas de trabajar con ellos y de que todo vaya bien, y eso creo que se nota en ambos lados, y de eso se trata: de trabajar a gusto y de que las cosas vayan bien. Y un mejor trato hacia el grupo del que nos da Roberto es difícil de encontrar.

¿Qué sensación os produce triunfar en concursos rock y contar con una legión de seguidores fieles pero, al mismo tiempo, no poder llegar a más gente?

-Para eso estamos currándonoslo ahora. Creemos que hay un público potencial para Holywater, y tenemos que trabajar en equipo con Astro para que haya una promoción interesantey que nadie se quede sin saber que hay un grupo que se llama Holywater que hacen esta música. Queremos llegar a lo máximo que se pueda llegar, eso está claro, como cualquier grupo, y el que no lo admita es que es un hipócrita. En España hay mucha mierda dentro del rollo alternativo o independiente triunfando y creo que la gente necesita y quiere un poco de música de calidad.

¿Algo que os interese de la escena gallega o estatal?

-Deluxe, Deluxe, Deluxe. Son buenísimos ¡Los amamos!

¿Os parece que los críticos abusan del tópico de citar a Radiohead o Jeff Buckley?

– Los críticos son muy majos y tienen mucha cultura musical, por eso siempre citan a tres grupos… Tenían que ponerlos a todos a trabajar como Bustamante, ya verías como luego se esforzaban más y escuchaban los discos como Dios manda.

¿Qué otras músicas con las que no se os relaciona os gustan?
– Yo soy un fanático del pop británico de calidad, nada de brit-pop basura. Ahora mismo estoy flipando con Doves, con esa sencillez, pero a la vez una producción muy elaborada y con mucho gusto. Coldplay, Beatles, Divine Comedy, etc. También nos gusta el post-rock. A Martín le gusta mucho Mogwai, pero yo prefiero a Sigur Ros, me van mucho más las atmósferas sonoras. De todas maneras, no flipamos con el post-rock como la mitad del planeta ahora mismo; está bien para algunos momentos. Demasiada dosis puede acabar desquiciándote. Luis es mas cañero: le gustan Bad Religion y Tool, y ahora está todo loco con Dregd, que sacarán dentro de nada nuevo disco. A Laura le va más la música más electrónica como Air o Björk, con la que todos flipamos mucho, y cosas más setenteras como Pink Floyd o David Bowie.

¿Qué hay preparado para los próximos meses?

– Tenemos que hacer promoción en Madrid. Haremos Radio 3, y luego un par de conciertos como teloneros en la gira de Niños Mutantes en Madrid y Valencia y, más adelante, en enero, estaremos de gira por las principales ciudades gallegas presentando el disco.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CAETANO VELOSO

ENTREVISTAS 2002

Caetano Veloso: “No soy nacionalista, a ningún nivel”

Hace casi un año, cuando apareció el disco Noites do Norte, Caetano Veloso decidió hacer un lanzamiento singular que sirviera de crítica o comentario a las intervenciones del periodismo en la música brasileña. Antes de que el compacto estuviera en las tiendas, Caetano convirtió su sitio de Internet en una página de Noites do Norte y publicó, a modo de autopresentación, una entrevista de Geneton Moraes Neto: una manera de mostrar qué pensaba del disco y de anunciar qué diría, mucho más tarde, a la prensa. Porque Caetano Veloso quiso, con deliberada intención pedagógica, que todos los críticos hubiesen escuchado la música antes de hablar con él, para evitar los prejuicios y las meras intuiciones.

Hace pocos días atrás, y repitiendo una fórmula que evidentemente funciona bien, salió a la venta en Brasil Noites do Norte ao vivo, basado en el espectáculo con el que ha estado últimamente girando por varios continentes. La característica central es la exhaustividad del registro: más de dos horas de música en un compacto doble, retomando las canciones grabadas en estudio, con nuevas versiones de viejos temas propios y prestados.

– ¿Cómo repercute en el arte la pérdida de instancia crítica que señala en el periodismo? ¿Cuál es, en tu experiencia, la relación con la crítica?

-Una vez, Joao Gilberto dijo que lo que yo hacía era acompañar la música con el pensamiento. Era una forma de decir que introduzco la crítica en el propio trabajo musical. No sé si la instancia crítica se perdió en el periodismo, sólo siento que, con frecuencia, al menos en Brasil, los suplementos de espectáculos y cultura se parecen mucho a hojas de promoción de compañías discográficas o de agencia de artistas, y los críticos, que quieren mostrarse liberados del mercantilismo, no hacen más que alimentar preconceptos mezquinos: dan cabida a esos preconceptos en nombre de una lucha contra el enfoque comercial de los diarios para los que trabajan. Y, en realidad, al hacer alarde de esos preconceptos no hacen más que volver sus diarios aún más comerciales.

– Has dicho hablando de Naçao Zumbi (grupo que declara una distancia con el trabajo de Caetano Veloso), que es interesante la necesidad de crear "en contra de algo, de alguien". Es, en cierta medida, crear un enemigo artístico. ¿Contra quién creas? ¿Cuáles son tus enemigos y a qué arte te opones?

-Ni Tom Jobim ni Joao Gilberto necesitaron oponerse a Ary Barroso o a Dorival Caymmi. Ni Gil ni yo necesitamos nunca oponernos a Joao y Tom. No me gusta incentivar demasiado esa moda de hoy en día de los muchachos que necesitan declararse enemigos de los que los precedieron. Lo que yo dije es que lo que hace Naçao Zumbi es tan bueno que, si para eso fue necesario que yo no les gustara, todo bien. Pero, como a mí me gusta lo que hacen, preferiría que a ellos les gustase lo que hago yo. De hecho, no estoy seguro de que no les guste.

– ¿Cómo se conjuga esa constante defensa tuya de lo popular con tu compleja construcción conceptual de la música?

-Soy naturalmente popular. De formación. Sé cantar canciones populares desde que aprendí a hablar. Me gustan. No niego el término Música Popular Brasileña: reniego del uso que se hace de él. Acá en Brasil, MPB se transformó en el nombre de un género musical. Es como si fuese el género más noble. Y, como es muy variado y no tiene ninguna unidad que admita su caracterización como género, el criterio termina basándose en aquellos preconceptos de clase que guían la crítica pretenciosa de la que hablaba en la primera pregunta. La complejidad conceptual de la construcción de mi música nace exclusivamente de la conciencia que tengo de esa situación, y de mi gusto. Las ideas del poeta modernista Oswald de Andrade, tienen todo que ver con eso. El insinuó una actitud vital, luminosa, antiprovinciana, enemiga de los preconceptos y de los cercos del buen gusto que alentó mucho a la generación tropicalista.

– Sueles decir que te interesa el proceso de creación a partir de la composición de la palabra cantada, como una unidad. ¿Cómo fue el proceso de gestación del disco?

-Mi plan inicial para el disco que terminó llamándose Noites de Norte era trabajar a partir de la combinación de voz y percusión. Quería hacer un disco más de sonidos que de canciones. Por lo tanto, no estaba pensando en partir de la palabra cantada. Pero cayó en mis manos un libro de Joaquim Nabuco y no pude dejar de ponerle música a ese fragmento sobre la esclavitud. De ahí, volví a las canciones: hice "13 de Maio" y "Cantiga de Boi", decidí volver a grabar "Zumbi" de Jorge Benjor y mi "Sou seu sabiá". En fin, volví a la palabra cantada: digo que me siento un esclavo de las canciones. Pero los experimentos de voz y percusión atraviesan todo el disco y le dan el sabor. Un sabor hecho de la tensión entre esa dulce esclavitud a las canciones y de alguna libertad cautelosa.

– Noites do Norte es un disco muy variado. ¿Eso fue una búsqueda o es el resultado de un trabajo que apunta simultáneamente a diferentes blancos? ¿Tiene que ver con la idea de hacer música con una visión de cineasta como dices en tu libro, Verdade Tropical?

-Sí, tengo visión de cineasta. Noites do Norte es variado; pero muchos de mis discos lo son. Creo que, efectivamente, eso se debe a que apunto a diferentes blancos al mismo tiempo, pero también a la idea de que varias cosas diferentes yuxtapuestas pueden crear una unidad en otro nivel, como en el montaje cinematográfico. Nunca dejo de pensar un disco un poco como una película. Puedo decir lo mismo de mis espectáculos: son como películas para mí.

– En tu obra, la idea de homenaje, la declaración de tu admiración por otros artistas es una constante. ¿Se trata de un gesto de reconocimiento o piensas que un artista se define a sí mismo, también, a partir de esas declaraciones?

-Las dos cosas. Quiero agradecer, agradar, celebrar. Pero también sé que voy construyendo mi identidad artística, y mi conciencia sobre ella, a través de esos retratos.

– En tu trabajo parece haber un doble movimiento conceptual que contribuye, por un lado, a la construcción de la identidad brasileña y, por el otro, a la construcción del personaje Caetano Veloso para el mundo. Pensando también en la idea de un artista más global, del artista-cineasta, ¿hasta qué punto intentas medir la construcción de esas imágenes?

-Yo ni siquiera tenía planeado transformarme en músico profesional. Los acontecimientos me trajeron al lugar en el que me encuentro. En este lugar, poco a poco, fui viendo algunas oportunidades, que se tornaron enseguida responsabilidades, de resolver la identidad brasileña. En años más recientes me di cuenta de que la solución del tema de la identidad brasileña incluía una aceptación por mi parte de una figura Caetano Veloso en el mundo. Es decir: esto incluía esfuerzos en el sentido de tener que confirmar las buenas expectativas que, para mi sorpresa, muchas personas en algunos lugares del mundo, y algunas personas en muchos lugares del mundo, tenían en relación a mí. Soy lo suficientemente vanidoso como para que eso me produzca algún placer, pero está claro que también tengo que dejar pasar otros placeres mayores. Tengo la disposición suficiente como para no dejar que la pereza sea más fuerte que el respeto por la creación que la situación me exige.

– ¿Crees que la respuesta a esa diversidad e indefinición es cierto nacionalismo, llamativo, de hecho, para los extranjeros?

-La respuesta anterior ya abarca estas cuestiones. Sólo puedo agregar que, dentro de Brasil, hay gente que piensa que no tenemos identidad y que debemos buscar una; hay gente a la que le gustaría librarse de Brasil, de su mulatez, de su desconocida lengua portuguesa -hay un texto de Borges sobre la contribución negra a las Américas en el que Brasil ni siquiera es citado-, de su desorden, su inestabilidad, su pobreza y su mala distribución. Hay quienes, en cambio, mezclan nacionalismo con patriotismo y exaltan la inexistencia de volcanes, tifones y terremotos y la paz racial y piensan en defender la soberanía nacional contra el imperialismo norteamericano o el colonialismo cultural europeo. No me encuadro en ninguno de esos estereotipos. Creo que la mayoría de la población brasileña tampoco. Aunque algunos mezclen un poco de cada uno de esos vicios, la reacción directa, la reacción inconsciente, el movimiento esencial de los brasileños en general, sigue la realidad de la situación que acabo de describir.

– Planteas que una de las principales secuelas de la esclavitud en Brasil es la indefinición. En canciones como "Haití" muestras un país contradictorio, hostil y maravilloso. También escribiste en "Fora da ordem": "Aquí todo parece que todavía es construcción y ya es ruina". ¿Cómo ves Brasil ahora?

-Acepto provisoriamente decir que contribuyo a la construcción de la identidad brasileña. Pero, pensado más profundamente, no creo en eso. Por un lado, siempre sentí a Brasil como una identidad nítida y firme. Digo que, en mí, Brasil está resuelto. Por otro, no soy nacionalista en ningún nivel. Estoy seguro de que el modelo del Estado-Nación es algo pasajero y de que las naciones fueron inventadas ya en la curva descendente de esa idea. El hecho de que los Estados Unidos sean un país sin nombre es absolutamente adecuado al papel que cumplen como líderes del mundo en esa transición. Sí, porque América es el nombre del continente y Estados Unidos sólo indica una organización genérica y, por lo tanto, no puede ser el nombre de un país singular. Tan es así que Brasil se llamaba Estados Unidos del Brasil y México, creo, se llama aún hoy Estado Unidos de México. Hostil y maravilloso, excesivamente contradictorio, todo eso me parece verdadero con respecto a Brasil. Levi-Strauss, en Tristes Trópicos, escribió que las ciudades brasileñas parecían estar en la decadencia sin haber alcanzado la madurez. Es muy fácil encontrar ruinas de construcciones inacabadas acá. Pero nuestra situación concreta -ser el único país de lengua portuguesa de América, poseer un suelo de dimensiones continentales con una población altamente multirracial, ser la mayor población negra fuera de África- nos da oportunidades y responsabilidades históricas singulares. Soy uno de los que van a hacer cualquier cosa para que esas oportunidades sean aprovechadas y las responsabilidades encaradas con coraje e incluso con alegría.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON HOOVERPHONIC

ENTREVISTAS 2002

Hooverphonic, más allá del mundo etéreo El origen de este grupo belga, que se llamaba Hoover en sus inicios, no deja de ser una curiosidad, puesto que su música es netamente pop, concretamente británico, que empezó bebiendo de Massive Attack y se dirige hacia terrenos menos previsibles. O sea, trip-hop rugoso que aún no está en la primera división internacional, pero que se le acerca.

El año pasado estuvieron en el Festival Internacional de Benicassim y allí quedó claro que lo suyo gana potencia en directo, aunque se queda en ese punto medio que va de los sonidos más sedosos y accesibles hasta la explosión ocasional de las guitarras, pasando de refilón por la música de baile. Ahora presentan en Galicia su nuevo disco Jackie Cane.

Para su primer disco, A New Stereophonic Sound Spectacular, se llamaron Hoover, pero tuvieron que cambiárselo para evitar un pleito judicial. Coincidió, además, que decidieron ir avanzando sobre los ritmos más cadenciosos hacia otras latitudes con el cambio de nombre. Hoy, Hooverphonic pueden sonar oscuros, sexy, a soul, a jazz, a rock y a trip-hop, todo mezclado en una solución más que efectiva.

En 1995, el trío de Bruselas firmó su primer contrato con Sony después de enviar una maqueta a la compañía. “Tuvimos un éxito inicial con la canción “2 Wicky”, que estaba en la banda sonora de Belleza Robada. Aquello nos dio la oportunidad de grabar nuestro primer disco.” En él había referencias a las bandas sonoras de las películas de James Bond y un sonido etéreo y suave, cortesía de la vocalista Liesje Sadonius.

“Liesje lo dejó porque se cansó de hacer giras. Poco después ya estaba con nosotros Geike Arnaert, nuestra cantante actual, que inyectó al grupo nueva energía y un nuevo estilo.” Efectivamente, ahora la voz no sólo atrapa, sino que se levanta entre los muestreos de soul añejo del programador y guitarrista Alex Callier, quien mezcla a Isaac Hayes y James Brown con un aire de la fría Europa del Norte.

Pero mientras Hooverphonic pueden extraer sonidos densos del estudio, su guitarrista Raymond Geerts dice que en directo las cosas son muy diferentes. “Intentamos evitar los muestreos tanto como es posible durante nuestras actuaciones. Por ejemplo, “2 Wicky” es todo en directo ahora, y suena mucho más jazz y suave.”

Instrumentalmente, Raymond Geerts y el bajista Alex Callier componen las estructuras a partir de lo que va saliendo en la fase de pre-producción. “La mayoría de nuestras canciones las escribimos a la guitarra”, dice Geerts. "Sentimos que el elemento humano está presente en todo el proceso de composición. Aunque incorporamos la electrónica, es el ser humano quien la programa. Pero en directo no puedes decir de dónde viene cada sonido. Las voces de “2 Wicky” están pasadas a un teclado e interpretadas al mismo tiempo.”

Tras Blue Wonder Power Milk, llegó The Magnificent Tree y ahora Jackie Cane, su cuarto disco, con el que mantienes y amplían una base de seguidores bastante fieles. “Tenemos una audiencia leal que nos ha seguido en nuestras bandas sonoras, discos y conciertos en directo. No sólo nos apoyan, sino que contribuyen a nuestro estado de ánimo. Todos parecen agentes secretos”, añade sonriendo.

No acaban ahí las sorpresas del directo. “La mayor parte de la gente que viene a nuestros conciertos esperan bailar a todo trapo, pero nuestras canciones son más tranquilas”, explica Geerts. “Pero está bien, porque la última vez que dimos conciertos con alguien que sonaba como nosotros, Massive Attack, parecía que no estábamos convirtiendo a nuevos seguidores. La gente espera que le toquen la música con la que se encuentran cómodos. Para nosotros es importante correr riesgos e ir en busca de nuevas direcciones o nunca creceremos.”

Las influencias del grupo pasan por Miles Davis, Dizzy Gillespie, Sly and the Family Stone, la bossa nova brasileña, The Smiths o los Pixies. Pero cuando actúan, su poderío tiene mucho que ver con su cantante. “La presencia de Geike hace pensar en un lobo en una piel de cordero. Parece que tiene una apariencia física frágil, pero lleva dentro un arsenal de interpretación muy intenso. La verdad es que capta muy bien los conflictos que están presentes en la mayoría de las relaciones. Parece la agente doble Mata Hari, tratando a cada ciudad como una nueva y retadora misión.”

Xavier Valiño

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