CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON HOOVERPHONIC
ENTREVISTAS 2002
Hooverphonic, más allá del mundo etéreo El origen de este grupo belga, que se llamaba Hoover en sus inicios, no deja de ser una curiosidad, puesto que su música es netamente pop, concretamente británico, que empezó bebiendo de Massive Attack y se dirige hacia terrenos menos previsibles. O sea, trip-hop rugoso que aún no está en la primera división internacional, pero que se le acerca.
El año pasado estuvieron en el Festival Internacional de Benicassim y allí quedó claro que lo suyo gana potencia en directo, aunque se queda en ese punto medio que va de los sonidos más sedosos y accesibles hasta la explosión ocasional de las guitarras, pasando de refilón por la música de baile. Ahora presentan en Galicia su nuevo disco Jackie Cane.
Para su primer disco, A New Stereophonic Sound Spectacular, se llamaron Hoover, pero tuvieron que cambiárselo para evitar un pleito judicial. Coincidió, además, que decidieron ir avanzando sobre los ritmos más cadenciosos hacia otras latitudes con el cambio de nombre. Hoy, Hooverphonic pueden sonar oscuros, sexy, a soul, a jazz, a rock y a trip-hop, todo mezclado en una solución más que efectiva.
En 1995, el trío de Bruselas firmó su primer contrato con Sony después de enviar una maqueta a la compañía. “Tuvimos un éxito inicial con la canción “2 Wicky”, que estaba en la banda sonora de Belleza Robada. Aquello nos dio la oportunidad de grabar nuestro primer disco.” En él había referencias a las bandas sonoras de las películas de James Bond y un sonido etéreo y suave, cortesía de la vocalista Liesje Sadonius.
“Liesje lo dejó porque se cansó de hacer giras. Poco después ya estaba con nosotros Geike Arnaert, nuestra cantante actual, que inyectó al grupo nueva energía y un nuevo estilo.” Efectivamente, ahora la voz no sólo atrapa, sino que se levanta entre los muestreos de soul añejo del programador y guitarrista Alex Callier, quien mezcla a Isaac Hayes y James Brown con un aire de la fría Europa del Norte.
Pero mientras Hooverphonic pueden extraer sonidos densos del estudio, su guitarrista Raymond Geerts dice que en directo las cosas son muy diferentes. “Intentamos evitar los muestreos tanto como es posible durante nuestras actuaciones. Por ejemplo, “2 Wicky” es todo en directo ahora, y suena mucho más jazz y suave.”
Instrumentalmente, Raymond Geerts y el bajista Alex Callier componen las estructuras a partir de lo que va saliendo en la fase de pre-producción. “La mayoría de nuestras canciones las escribimos a la guitarra”, dice Geerts. "Sentimos que el elemento humano está presente en todo el proceso de composición. Aunque incorporamos la electrónica, es el ser humano quien la programa. Pero en directo no puedes decir de dónde viene cada sonido. Las voces de “2 Wicky” están pasadas a un teclado e interpretadas al mismo tiempo.”
Tras Blue Wonder Power Milk, llegó The Magnificent Tree y ahora Jackie Cane, su cuarto disco, con el que mantienes y amplían una base de seguidores bastante fieles. “Tenemos una audiencia leal que nos ha seguido en nuestras bandas sonoras, discos y conciertos en directo. No sólo nos apoyan, sino que contribuyen a nuestro estado de ánimo. Todos parecen agentes secretos”, añade sonriendo.
No acaban ahí las sorpresas del directo. “La mayor parte de la gente que viene a nuestros conciertos esperan bailar a todo trapo, pero nuestras canciones son más tranquilas”, explica Geerts. “Pero está bien, porque la última vez que dimos conciertos con alguien que sonaba como nosotros, Massive Attack, parecía que no estábamos convirtiendo a nuevos seguidores. La gente espera que le toquen la música con la que se encuentran cómodos. Para nosotros es importante correr riesgos e ir en busca de nuevas direcciones o nunca creceremos.”
Las influencias del grupo pasan por Miles Davis, Dizzy Gillespie, Sly and the Family Stone, la bossa nova brasileña, The Smiths o los Pixies. Pero cuando actúan, su poderío tiene mucho que ver con su cantante. “La presencia de Geike hace pensar en un lobo en una piel de cordero. Parece que tiene una apariencia física frágil, pero lleva dentro un arsenal de interpretación muy intenso. La verdad es que capta muy bien los conflictos que están presentes en la mayoría de las relaciones. Parece la agente doble Mata Hari, tratando a cada ciudad como una nueva y retadora misión.”
Xavier Valiño