ULTRASÓNICA ARTÍCULO BOXEO Y ROCK

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ARTÍCULOS 2004


Rock’n’ring, golpes con ritmo

The Beatles con Muhammad Ali

El boxeo y la música han sido como la mano para el guante durante años, tal vez porque comparten más de lo que  quisieran: competición intensa, una industria que exprime al máximo el talento y luego lo abandona, la posibilidad del éxito rápido y dinero fácil y la casi seguridad de que a nadie le interesarás cuando estés abajo y tirado. 

Boxeadores que intentaron cantar

De esa estrecha y particular relación, tal vez el momento más recordado sea “Hurricane”, la canción que Bob Dylan compuso para apoyar la liberación del peso medio Rubin Carter y que dio lugar, años después, a una película interpretada por Denzel Washington. Aquel boxeador había sido encarcelado después de ser dudosamente acusado de matar a tres hombres blancos en un bar, convirtiéndose en uno de los casos judiciales más famosos por su haber derivado en una causa racial.

El boxeador más conocido de todos los tiempos, Cassius Clay -Muhammad Ali- contribuyó a la causa subiéndose al escenario en la gira Rolling Thunder Revue de Bob Dylan de 1975. Seguramente su aparición fue más celebrada que el único disco que editó, I Am The Greatest Soy el más grande-.

Joe Frazier, uno de sus clásicos adversarios, también lo intentó, sin mucho éxito, con una versión del “Knock On Wood” con un grupo que llamó Smokin’ Joe And The Knockouts -Joe Fumador y los Noqueadores-. Más suerte tuvo el púgil Joe Louis, con una decente carrera musical, en especial con “You Can Run But You Can’t Hide”, una canción basada en una de sus recomendaciones a un oponente, Billy Conn. 

La atracción de Ali

Bob Dylan era un gran aficionado al boxeo y no perdió ocasión de recordarlo dedicándole elogios a Ali en más de una ocasión. Además de “Hurricane”, también compuso la canción “Who Killed Davey Moore?”, un acertado retrato del lado más oscuro del boxeo.

Pero Muhammad Ali tuvo más de un admirador en el mundo de la música. Aunque Frank Sinatra era más amigo y seguidor de Rocky Marciano, y aunque compró una participación en los negocios del boxeador Tony Mauriello, no desaprovechó la oportunidad de acudir al Madison Square Garden en 1971 para fotografiar a Ali  en su pelea con Joe Frazier para la portada y un reportaje especial de la revista Life.

Tampoco Elvis Presley se resistió a los encantos de Muhammad Ali. En el 73 fue él el presentador del boxeador en una de sus peleas, en la que éste se presentó con un bata blanca que decía “El campeón de la gente”. A Elvis le gustaba el mundo del ring, y así lo pudo demostrar en su película de 1962 Kid Galahad.

Músicos que intentaron boxear

Ninguno de los tres grandes de la música se lanzaron al cuadrilátero, pero otros músicos sí. Bo Diddley se hizo un nombre en el circuito juvenil mientras que el capo del sello Motown, Berry Gordy, peleó profesionalmente como peso mosca en 15 combates, antes de que su carrera se viera truncada por el Ejército. No iba mal encaminado, ya que su entrenador se pasó luego a llevar la carrera del recordado Joe Frazier.

Uno de los sparring de Berry Gordy fue Jackie Wilson. Durante un tiempo peleó como peso welter, ganando algún título, hasta que su madre, cansada de las cicatrices, lo convenció de que se dedicase a la música. Curiosamente, fue su reunión con Berry Gordy para componer “Reet Petite” lo que inició su fulgurante carrera en el soul.

Marvin Gaye, desencantado de la música a finales de los 60, se ofreció como jugador profesional de fútbol a los Lions de Detroit cuando tenía 31 años, pero, al ser rechazado, se decidió por el boxeo. Durante meses entrenó en el gimnasio de su ciudad hasta que decidió grabar What’s Going On y abandonar los guantes definitivamente.

James Brown podía haberse convertido en el padrino del pugilismo, y no del soul, si hubiese continuado con su carrera tras ganar las tres peleas en las que participó como profesional. Al ver a Little Richard encima de un escenario todo cambió. Irónicamente, cuando estaba casi olvidado, a principios de los 80, su canción “Living In America” para la película Rocky IV le dio su mayor éxito en 20 años.

En Jamaica, el boxeo tuvo siempre una atracción similar al reggae, y muchos músicos se sintieron atraídos por el ring, como, por ejemplo, el legendario Prince Buster o el mítico productor Lee ‘Scratch’ Perry, quien en sus días de púgil era conocido como ‘Little’ Perry.

Pero no sólo los músicos de color se acercaron al boxeo. La afición fue más allá de las portadas pugilísticas de músicos blancos como, por ejemplo, Let’s Dance de David Bowie, Flamingo’s de Enrique Bunbury o Peace & Love de The Pogues. Billy Joel dividió los primeros años de su carrera entre el piano y el ring. En su momento admitió que lo que le había llamado la atención era la imagen varonil del boxeo, aunque lo abandonó al descubrir que no tenía el instinto matador y después de que le rompiesen la nariz en uno de sus 22 combates.

También Chris Isaak comenzó como campeón juvenil del peso ligero, antes de aceptar una beca para marchar a Japón un par de años y descubrir que lo que realmente echaba de menos eran los primeros tiempos del rock’n’roll.

En estos últimos años se ha establecido una curiosa relación entre el rap y el mundo del boxeo. Public Enemy ya hablaban de uno de sus ídolos, Muhammad Ali, en el “Timebomb” de su debut Yo! Bumrush The Show. Mike Tyson sirvió de inspiración a “I’m Bad” de LL Cool J y a “I Think I Can Beat Mike Tyson” de Jazzy Jeff and The Fresh Prince. Pero a Tyson el grupo que realmente le gustaba era Public Enemy. En uno de sus mantos escribió el conocido “Don’t Believe The Hype” de Public Enemy y en el 89 se negó a pelear si, en lugar del himno nacional, no sonaba antes del combate el “Fight The Power” del mismo grupo. 

Canciones para una velada en el ring:  

         Bee Gees: “Saved By The Bell”

         Big Youth: “George Foreman”

         Bob Dylan: “Hurricane”

         Dennis Alcapone: “Cassius Clay”

         Elvis Costello: “TKO”

         Everything But The Girl: “Boxing And Pop Music”

         Georgie Fame: “The Ali Shuffle”

         Hazel: “Joe Louis Punch Out”

         Jo Boxers: “Boxer Beat”

         Johnny Wakelin: “Black Superman (Muhammad Ali)”

         Simon And Garfunkel: “The Boxer”

         The Supremes: “You Beat Me To The Punch”

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO PREVIO FIB HEINEKEN

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ARTÍCULOS 2004


Festival Internacional de Benicàssim: estío musical

Benicàssim: ciudad costera y turística de la costa de Castellón, a unos 15 kilómetros de su capital. Benicàssim: lugar donde se celebra cada primer fin de semana de agosto el festival musical más importante de España. Las dos acepciones compiten ya en el subconsciente de todos desde no hace mucho.

Todo es mérito de unos locos que, hace ahora diez años, se propusieron montar el gran festival estatal de la música independiente, al estilo de otros que se venían celebrando en Europa. Nueve ediciones les han bastado para consolidar su propuesta, con bastantes cientos de artistas que ya han pasado por sus escenarios, muchos de ellos en la única visita que han hecho a un festival de aquí, incluyendo a nombres como Björk, The Cure, Radiohead, Massive Attack, Oasis, Sonic Youth, Fatboy Slim, Pulp, P J Harvey…  

Por eso, lo que diferencia a Benicàssim del resto de los festivales es el cartel de grupos que logran reunir en cada edición y que intenta, cuando menos, mantener el nivel año tras año, incluyendo siempre a artistas que viven su mejor momento creativo y artístico y que gozan del total respaldo crítico y de los verdaderos aficionados a la música. Sí, la piscina detrás del escenario ayuda, y muchas bandas esperan con impaciencia la llamada para poder asistir al festival. 

Como no podía ser de otra forma, la organización ha preparado una edición muy especial para celebrar su décimo aniversario los próximos 5, 6, 7 y 8 de agosto. En esta ocasión, tirando literalmente la casa por la ventana, se ha conseguido mantener la relación entre independencia y calidad de todas las ediciones anteriores -o sea, crecer sin traicionar su espíritu-, con una mayor relevancia a lo que empezó a ser algo habitual, aunque un tanto anecdótico, en las pasadas ediciones: recuperar grandes nombres de la historia del pop-rock que aún siguen estando totalmente vigentes. 

Si por el FIB Heineken ya pasaron en los últimos tiempos Suicide, Big Star, Paul Weller o Donovan, lo de este año es sobresaliente. Ahí están tres nombres que por sí serían más que suficientes para montar un festival: Brian Wilson, líder de los Beach Boys, en su primera actuación en solitario en España, ya cumplidos los 60: Kraftwerk, en una de sus contadísimas apariciones en España; y Love con Arthur Lee que, aunque no hace mucho aún que hacían una pequeña gira por España, también es cierto que fue sin la orquesta que los acompañará en uno de los escenarios del FIB.

Palabras mayores, aunque a su lado hay otro nombre histórico que siempre hay que ver, Lou Reed, que además presenta un relevante disco en directo, Animal Serenade. Conviene no olvidar a Wire, que ofrecerán, a buen seguro, el concierto menos complaciente y más potente de todo el festival.

A estas alturas, clásicos son ya también Einstürzende Neubaten -hace casi dos décadas que no tocan en España-, Pet Shop Boys, The Chemical Brothers -clásicos en Benicàssim, que no han querido perderse este aniversario-, Lambchop, Belle & Sebastian, Tindersticks, The Charlatans, Spiritualized, Ash, Primal Scream, Teenage Fanclub, Yann Tiersen… A su lado estarán recién llegados de fuerte tirón como Franz Ferdinand, Kings Of Leon, Scissor Sisters, The Shins, Colder…

No es todo. Varias bandas estatales redondean el plantel, al igual que en ediciones anteriores, seleccionadas entre lo mejor de la oferta de los sellos independientes más combativos: Cooper, Los Planetas, Grupo Salvaje, Fangoria, Migala, Pauline en la playa, Maga, Polar o The Sunday Drivers, junto al grupo ganador del concurso de maquetas convocado por la organización -y al que se presentaron cientos de demos-: Virüs. 

Además, entre el 1 y el 9 de agosto se celebrarán en la misma localidad castellonense otras actividades complementarias a los conciertos, como el V Festival Internacional de Cortometrajes, la VII Muestra de Teatro FIB-actúa, la VII Pasarela de Moda Mustang Fashion Weekend, la VI Cita con la Danza, la VII Exposición de Arte y distintos cursos de verano organizados con la Universidad Jaume I de Castellón.  

Todo esto se podrá ver en el mismo emplazamiento de los cuatro últimos años, junto a la carretera N-340 a su paso por Benicàssim, con capacidad para 30.000 personas y convenientemente señalizado. El abono para los cuatro días, incluidos nueve de acampada -la eterna cuestión pendiente del Festival, y que esperemos que este año se resuelva de una vez por todas- cuesta 152 euros, 140 euros para tres días y 55 euros la entrada de un sólo día. Para más información y compra de entradas: 

Internet: http://www.fiberfib.com

Teléfonos de venta de entradas: 902-332211; 902-400222

Oficina de Turismo de Benicàssim: 964-300962

Salidas desde Galicia: contactar con Breakpoint 986-205588.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO AVIONES Y ESTRELLAS DEL ROCK

ULTRASÓNICA ARTÍCULO AVIONES Y ESTRELLAS DEL ROCK

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ARTÍCULOS 2004


Los desmanes de las estrellas del rock en los aviones

Courtney Love y Björk 

         ¿Hay algún extraño vínculo entre ser una estrella del rock y comportarse como un imbécil a la hora de coger un avión? Parece que sí, por lo menos en una proporción mucho mayor que en cualquier otro medio público de transporte. Puede que sean los nervios, la barra libre de la primera clase o el jet-lag, pero lo que es cierto es que los casos de artistas desquiciados avión a 10.000 metros sobre el nivel del mar o en un aeropuerto son bastantes. Repasamos los más llamativos.

PETER BUCK (REM): Según se demostró posteriormente en su aparición ante el juez, el 21 de abril de 2001, en un vuelo entre Seattle y Londres, dos días antes de un concierto en Trafalgar Square, el habitualmente tranquilo guitarrista de REM se tomó un par de pastillas para dormir aunque, y aquí comenzaron los problemas, las mezcló con alcohol. Cuando le impidieron beber más, rompió una nota de advertencia que le habían pasado, puso un compacto en la bandeja de la comida -pensando que se trataba de un reproductor de compactos-, tiró una cuchara de yogur a la tripulación y se sentó al lado de una desconocida de primera clase asegurando que era su esposa. Más adelante reconoció estar “profundamente avergonzado por el incidente”. Suponemos que ahora leerá bien los prospectos de las pastillas que se toma. 

IAN BROWN (STONE ROSES): En su caso, su aparición ante el juez tuvo menos suerte. Acabó pasando cuatro meses entre rejas por lo que había hecho en un vuelo en febrero de 1998, y eso que su pecado era similar al de Peter Buck: un exceso de alcohol que acabó con Ian Brown golpeando en la puerta del servicio, gritando a la tripulación y amenazando con un expresivo “cortaré tus jodidas manos” a una azafata de British Airways. 

BJÖRK: En 1996 las cosas no le fueron tan bien a la diva islandesa. Después de ser pasto de los tabloides británicos, un fan trató de enviarle una carta-bomba. Por aquellas fechas, al llegar al aeropuerto Don Muang de Bangkok, un periodista trató de sacarle unas fotos junto a su hija Sindri. Björk empezó a asestarle tales golpes que el osado reportero tuvo que ser atendido en el hospital. Las imágenes quedaron registradas y dieron la vuelta al mundo. “Esa mujer que nunca le ha pegado a nadie, pero que pierde su carácter cuando van a por su hija,” parece que fue el comentario del director Lars Von Trier para justificar haberle ofrecido el papel principal en su película Bailando en la oscuridad.  

LIAM GALLAGHER (OASIS): No uno, sino dos son los incidentes conocidos hasta el momento del menor de los Gallagher, Liam -¿quién si no?-. El primero sucedió en 1988, cuando en un vuelo entre Hong Kong y Australia, empezó a tirar la comida, insultar a la tripulación, se negó a dejar de fumar y amenazó al piloto que trató de calmarlo. Según la aerolínea, Cathay Pacific, todo se debió al “típico comportamiento de un borracho”. La compañía le tiene vetado volar con ellos. Tres años después, el 12 de enero de 2001, cuando iba a coger un vuelo desde el aeropuerto londinense de Gatwick a Rio de Janeiro, para participar en el Festival Rock In Rio, le dedicó varios gestos obscenos a la azafata que le atendía, tocándole también el trasero. Vamos, nada nuevo en él. 

COURTNEY LOVE: En los últimos meses de su conducta impredecible se puede esperar cualquier cosa. Así que lo del 2 de febrero del 2003 en un avión de Virgin Atlantic en vuelo de Los Ángeles a Londres -en donde iba a participar en una gala benéfica organizada por Elton John- no cogió a nadie desprevenido. Según el informe policial, a bordo se dedicó a insultar a la tripulación, actuó de forma violenta, se negó a sentarse y ponerse el cinturón. Al día siguiente, en Londres, llamó a un fotógrafo de la revista Q y se paseó desnuda en un taxi por Londres. Dos días intensos, vaya que sí. 

RONALD CHENG: Este tipo, desconocido en Occidente, pero una estrella del pop en su país, se emborrachó en la primera clase de un vuelo de Los Ángeles a Taipei, empezó a fumar, gritó obscenidades a la tripulación y se arrastró por el suelo del avión. También agarró a una azafata y la encerró en uno de los compartimentos para maletas del avión, del que la tuvo que sacar el capitán del aparato. El avión se vio forzado a aterrizar en Alaska y el ídolo del pop fue recluido en un hospital psiquiátrico. 

DUFF McKAGAN (GUNS N’ ROSES): En el caso del bajista de Guns N’ Roses, lo suyo acabó en multa. Su pecado: mear en la moqueta de la primera clase de un avión 747. El precio: 20.000 dólares. Barato no es, precisamente, aunque puede que ni le importase. 

DIANA ROSS: El 22 de septiembre de 1999 Diana Ross no estaba de humor. Después de que una agente del aeropuerto la cacheara, Diana Ross hizo lo propio con los pechos de la agente y le dijo: “¿Qué, te gusta?” El consenso en el aeropuerto parece que fue que no, ya que la retuvieron durante unas cuantas horas. 

KYLIE MINOGUE Y MICHAEL HUTCHENCE (I.N.X.S.S.): Según quienes iban en aquel avión, a principios de los 90, los por entonces novios se lo hicieron en el servicio del avión, algo con lo que más de uno ha fantaseado alguna vez. Parece ser que la puerta del servicio se abrió y todos los que iban en primera clase pudieron verlo perfectamente. Cuando le preguntaron a Kylie, ésta comentó: “Los hechos no fueron así exactamente…” No hay constancia de si los sorprendidos espectadores aplaudieron después del espectáculo. 

BRIAN FERRY: El dandy del pop se estaba echando una siesta a la vuelta de unas vacaciones con su familia en Kenia cuando le despertó un perturbado mental que había tomado el control del avión con un cuchillo y pretendía derribarlo con sus 400 ocupantes. Según él, “fue el mayor susto de mi vida”. Curiosamente, el siguiente movimiento de Ferry fue propiciar la reunión de Roxy Music. La pregunta podría parecer una tontería, pero no lo es tanto: ¿Tendría algo que ver haber visto en peligro su vida? 

MUSE: En el 2000, después de haber recogido el premio a la banda revelación del año en una ceremonia de premios británica, se largaron rápidamente para el aeropuerto, donde les esperaba un jet privado que los llevaría a Munich, donde tenían concierto al día siguiente. El motor estalló en llamas en pleno vuelo y tuvieron la suerte de no estar muy lejos del aeropuerto londinense del que acababan de despegar. Salieron casi ilesos del aterrizaje de emergencia. El susto fue tal que tomaron un taxi, volvieron a la fiesta y cogieron la borrachera de sus vidas. 

DIEGO EL CIGALA: Por aquí, también tenemos nuestros héroes particulares. En un vuelo Madrid-Tenerife de marzo de 2003, el cantante le pidió a la tripulación que le colgaran un traje. La azafata le explicó que no existía armario para trajes y le ofreció colgarla en la parte destinada al equipaje de mano. El cantante se negó, la insultó y la amenazó de muerte. La azafata se resguardó en la cabina de los pilotos, y Diego El Cigala empezó a golpear la puerta. A continuación, lo desalojaron del vuelo, y el cantante denunció a la compañía por discriminación racial, ya que, según él, le llamaron “gitano”.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ARTÍCULO YOUSSOU N’DOUR

ARTÍCULOS 2003

Youssou N’Dour, África en sus manos

En estos días recorre Youssou N’Dour España en su gira más larga por nuestro Estado, presentando su nuevo disco en directo Live At The Union Chapel, así que conviene recordar la trayectoria del músico africano más universal.

La música popular de hoy en día en Senegal, conocida en la lengua wolof como mbalax, se desarrolló como una mezcla de distintos elementos: el griot, que es la percusión tradicional del país, los cantos religiosos y los ritmos y arreglos afrocubanos que hicieron el viaje de vuelta desde el Caribe hasta África Occidental en los años 40, 50 y 60 y que han florecido en África desde entonces. A partir de mediados de los 70, la mezcla resultante se modernizó, incorporando ritmos de baile indígenas más complejos, melódicos solos de saxofón y guitarra, soliloquios vibrantes de duelos de tambor, y, en ocasiones, incluso cantos religiosos musulmanes de inspiración sufí.

Todo ello dio origen a una nueva música, en ocasiones nostálgica, secreta y majestuosa, y en otros momentos sincopada con un estilo celebrativo, explosivo e indescriptiblemente funky. Los jóvenes músicos senegaleses, empapados de la música de Jimi Hendrix, Carlos Santana y James Brown, conocedores del amplio espectro del jazz americano, la música soul y el rock, estilos todos ellos acogidos con entusiasmo por Dakar, la cosmopolita capital de Senegal, estaban redescubriendo su herencia cultural y buscando intérpretes tradicionales, principalmente cantantes y músicos de tambor, para incorporarlos a sus grupos.

Los griots -músicos, cantantes espirituales y contadores de historias- integran una distinguida casta en la sociedad wolof y en África entera. El mbalax se gestó en este período de fructífera vorágine musical, y encontró en Youssou N’Dour su intérprete ideal e indiscutible.

Nacido en Dakar en 1959, N’Dour es un cantante dotado de un notable alcance y equilibrio vocal y, como compositor, líder de un grupo y productor, disfruta de una prodigiosa inteligencia musical. The New York Times ha descrito recientemente su voz como un “tenor impresionante, un arma dócil que el artista despliega con autoridad de profeta.” N’Dour absorbe en su trabajo todo el espectro musical senegalés, pasado por el tamiz de un rock poco ortodoxo o un pop muy alejado de la cultura senegalesa.

Nombrado “Artista africano del siglo” por la publicación inglesa Folk Roots en el umbral del año 2000, N’Dour ha popularizado el mbalax en todo el mundo a lo largo de más de veinte años de grabaciones y conciertos fuera de las fronteras de Senegal, siempre junto a su grupo The Super Etoile.

Robert Christgau, periodista de The Village Voice y decano de los críticos de rock americanos, ha definido audazmente a N’Dour como “el mejor cantante pop del mundo” al tiempo que le considera “el único africano que camina inexorablemente hacia la fusión del pop mundial, ese concepto sobre el que el resto de los artistas tan sólo teorizan.” Peter Gabriel, cuyo dúo con N’Dour en el tema “In Your Eyes” del álbum de Gabriel SO, publicado en 1985, marcó un momento clave en la historia del rock, considera a N’Dour sencillamente como “uno de los mejores cantantes vivos.”

N’Dour consolidó su liderazgo del grupo The Super Etoile hacia 1979, manteniendo en sus filas a los músicos que formaron inicialmente la banda. Poco después, el grupo inició su carrera internacional gracias al apoyo de una asociación de taxistas senegaleses en Francia y de un pequeño círculo de seguidores en Inglaterra. Los comienzos del cantante en Dakar no habían sido tan prometedores. No era más que un espigado adolescente cuando comenzó a cantar en los conciertos piratas que se improvisaban en los descampados cercanos a ciertos clubes nocturnos a los que N´Dour y sus compañeros tenían difícil o imposible acceso.

Allí fue donde, gracias a su particular voz, empezó a ganarse una sólida reputación de niño prodigio, al tiempo que conseguía sus pequeños momentos de gloria en los programas para cantantes aficionados emitidos por la radio nacional. Cuando sólo tenía doce años, N’Dour actuaba también en celebraciones religiosas y ceremoniales de su barrio, en el severo distrito musulmán de la Medina donde nació y se crió. Youssou era el primogénito de un mecánico de coches muy religioso, Elimane N’Dour, y de su esposa, N’Deye Sokhna Mboup, una mujer de origen griot que también actuaba ocasionalmente en las ceremonias de los barrios de la Medina.

Hoy, N’Dour y The Super Etoile, la banda africana más popular a escala mundial, continúan desafiando la tradición musical senegalesa con eso que el diario The Los Angeles Times ha descrito como “una gozosa precisión”. Por su parte, el periódico londinense The Guardian, refiriéndose al lado más introspectivo de la carrera del grupo -integrada tanto por trabajos con grandes discográficas y muy aplaudidos por la crítica como Set (Virgin, 1990), Eyes Open (Sony, 1992) The Guide (Sony, 1994) y Joko (The Link) (Nonesuch/Warner, 2000), como por docenas de publicaciones paralelas de producción local en Senegal- ha considerado su música “el mejor ejemplo del encuentro entre la música africana y la occidental: un ejemplo saludable, necesario y respetuoso”.

A pesar del brillo de su carrera internacional, Youssou N´Dour ha seguido manteniendo sus raíces en la música senegalesa y su capacidad para contar historias como el sello distintivo de su personalidad artística. Audaz innovador, pero también fiel protector del peculiar y único “estilo Dakar” del mbalax, N’Dour ha conseguido mantener un sonido que, al tiempo que se vuelca hacia la influencia exterior, no deja de ser típicamente senegalés, una síntesis de idiomas musicales inconfundiblemente alimentada por la materia musical de su patria. Gracias a la creación de este estilo agudamente personal, N’Dour continúa siendo una figura de culto en su país y en la siempre creciente diáspora mundial senegalesa.

N’Dour mantiene su hogar en Dakar, pero celebra una vez al año en París y Nueva York el Gran Baile Africano, una fiesta de baile al estilo senegalés, que ofrece el tipo de actuaciones salvajes habituales en los clubes de Dakar. En la celebración de este año, sus compatriotas en París y Nueva York se convirtieron por una noche en sus estrellas invitadas, y la energía celebrativa se desató en un espectáculo colectivo extraordinario.

El último disco de estudio de Youssou N’Dour, Nothing’s In Vain (Coono Du Réér), publicado en octubre de 2002, es el primer álbum que el artista ha grabado directamente para Nonesuch, la compañía que publicó su anterior trabajo, Joko (The Link) bajo licencia. Este álbum contribuía decididamente al deseo esencial que ha marcado la carrera de N’Dour: alimentar el florecimiento de las tradiciones musicales de su Senegal natal dentro del entorno de los modernos lenguajes del pop y obviando todas las fronteras musicales.

Críticos y fans han destacado siempre la habilidad de N´Dour para crear un nuevo tejido musical, vitalista y contagioso, entrelazando los hilos de la diversa tradición senegalesa y las distintas músicas del mundo. Con Nothing’s In Vain, N’Dour hacía un uso más liberal que nunca de los instrumentos acústicos tradicionales, como el kora, un arpa típica de África Occidental con veintiuna cuerdas, el xalam, un laúd senegalés de cinco cuerdas o el violín del país, el riti, que tiene una única cuerda, junto a la presencia más reconocible de la percusión senegalesa, el sabar, y las vibrantes guitarras ya popularizadas por discos anteriores.

Ahora, a finales del 2003, se publica su un nuevo disco en directo con Nonesuch para el mundo entero, aunque dirigido preferentemente al mundo occidental, tituladoLive At The Union Chapel, y en el que se recogen alguna de sus grandes canciones, demostrando, una vez más, la razón por la que es considerado el músico africano más importante de las últimas décadas.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ARTÍCULO YEAH YEAH YEAHS

ARTÍCULOS 2003

Yeah Yeah Yeahs, llega la fiebre

Para reducir aún más una historia corta, los Yeah Yeah Yeahs se juntaron en Williamsburgh, Brooklyn (USA), hace dos años y medio cuando Karen O (voz) y Nick Zinner (guitarra) se conocieron en un bar de Nueva York. Escribieron algunas canciones bonitas de folk acústico juntos antes de darse cuenta de que podían llegar a ser el mejor grupo de rock, art-punk y disco de lo que sea de la ciudad.

Entonces le pidieron al compañero de universidad de Karen en Ohio, Brian Chase (batería), que se trajera consigo el trueno y la espina dorsal para la fiesta. Con Nick tocando a través de dos amplificadores, no necesitaban un bajista.

A comienzos de 2001, Yeah Yeah Yeahs grabaron su EP homónimo de cinco canciones (más comúnmente conocido como el “Bang! EP”) en los estudios Teel Funhouse de Manhattan.

Sin su EP y sus crecientes conciertos (por ejemplo, su debut abriendo para los White Stripes) no hubieran sido nada en especial, a nadie le importarían ahora. Pero en los fans y los críticos al mismo tiempo estaba surgiendo una devoción especial por la banda.

El grupo lanzó el EP a finales de 2001 en su sello Shifty y la emoción descrita arriba se convirtió en algo tangible. Poco después, Kill Rock Stars lanzó un recopilatorio llamado Fields And Streams que incluía una grabación temprana del “Modern Things” de los Yeah Yeah Yeahs.

En marzo el grupo tocó en Austin, en la conferencia musical South By Southwest de Texas, y gracias a su concierto electrizante y a la presencia de Karen y su traje diseñado por su amigo Christian Joy hicieron que acaparase las portadas de las revistas locales.

El Reino Unido saboreó por primera vez la música de los Yeah Yeah Yeahs a finales de marzo de 2002 junto a Jon Spencer Blues Explosion. Los Yeah Yeah Yeah’s tocaron su primer concierto de cabecera en Londres en Metro, en Oxford Street, antes de ser los teloneros de Jon Spencer en la Brixton Academy (en la que Karen llevó un vestido rosa que dominaba el escenario).

Una grabación en directo de “Our Time” de un concierto de Trash en The End aparece poco después en el recopilatorio Trash Companion. Sus pins de conejitos monos, sus camisetas con logos que dicen ‘¿Quieres Follar?’ y bolsos hechos a mano vendieron muchísimo entre las chicas que querían parecerse a Karen O.

Wichita Recordings había fichado al grupo para un el EP que salió en el Reino Unido en abril de 2002. Más tarde ese mismo año fue lanzado en USA por Touch & Go. A pesar de la línea “As a fuck son, you suck!” (“¡Hijo mío, al follar no vales nada!”) que se repite constantemente en el estribillo, “Bang!” evitó las censuras y se asentó en las emisoras para quedarse.

El EP hubiera llegado al Top 30, pero no llegó a cualificarse como single ya que sobrepasaba el límite de duración por unos pocos minutos. Ese junio, los Yeah Yeah Yeah’s volvieron para tocar en el Meltdown de David Bowie, el Mardi Gras y The Garage. Al final de 2002, el EP fue votado el nº 2 en su lista de singles del Año.

De vuelta en Brooklyn, los Yeah Yeah Yeahs habían comenzado las sesiones para su disco. Debido a que era su primer disco, todo tardó más de lo previsto, lo que hizo que tuvieran que cancelar sus conciertos en los festivales de Leeds y Reading. En septiembre y octubre volvieron a estar de gira junto a Jon Spencer Blues Explosion y Sleater-Kinney por USA y luego se reunieron con sus amigos The Liars (Karen sale con el cantante Angus) para más fechas americanas y algunas australianas en diciembre.

El segundo single, “Machine” (junto a “Graveyard” y con una remezcla de “Pin”) salió a través de Wichita Recordings en septiembre sin un video-clip, sin mención en revistas, pero llegó al nº 33 en la lista de singles. Este éxito tuvo mucho que ver con el boca a boca de los fans que pasaron la noticia de que había un nuevo single y a las geniales críticas que recibió de la prensa. El single llegó a ser el Single de la Semana en Kerrang! y Single del Mes en X-Ray.

Ya en el 2003 Yeah Yeah Yeahs completan su disco de debut, que fue mezclado por Alan Moulder en Londres a principios de 2003, con canciones totalmente nuevas o inéditas. Después de tantear el terreno, Yeah Yeah Yeah’s firmaron con Polydor en el Reino Unido, y el 28 de abril pasado salió Fever To Tell en su propio sello, precedido por una gira a finales de febrero y comienzos de marzo y un single “Date With The Night" el 14 de abril. Lo demás, o sea, como Yeah Yeah Yeahs se convirtieron en la sensación del momento en medio mundo, ya es historia.

Xavier Valiño

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