GENE CLARK IN THE BYRDS

THE BYRDS: Gene Clark in The Byrds 1964-1973: Set You Free (Raven)

 

¿Otro disco de los Byrds? Pero, ¿es que queda algo por rebañar en los baúles de CBS que no haya sido aireado? Box set, reediciones remasterizadas y ampliadas, los no se cuantos volúmenes Sanctuary de Sundazed en vinilo… Probablemente no queda nada digno de ser publicado, pero todavía hay quien encuentra la manera de escuchar lo que nos sabemos de memoria desde un nuevo ángulo.

 

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ULTRASÓNICA ARTÍCULO ELVIS PRESLEY ALOHA FROM HAWAII

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ARTÍCULOS 2004


Elvis: Aloha From Hawaii

 

         Se acaba de editar en DVD el mítico especial televisivo de 1973, Elvis: Aloha From Hawaii. Elvis estaba ya en los últimos años de su carrera, pero aún mantenía su magnetismo. ¿Recuerdas la historia del rey del rock?  

Elvis Aaron Presley, conocido en todo el mundo sencillamente como Elvis, está considerado una de las figuras más importantes de la música y la cultura del siglo XX. Cambió para siempre el panorama musical norteamericano con un sonido y un estilo que combinaban diversas influencias artísticas muy diferentes entre si, convirtiéndose además en una auténtica revolución musical que dio paso a una transformación cultural de dimensiones mundiales.  

Elvis era un apasionado de una amplia variedad de ritmos y estilos. Sus influencias incluían desde baladas pop a la música country que se hacía en su época, pasando por las composiciones gospel que solía escuchar en la iglesia (de las que solía ser testigo en sesiones que se prolongaban durante toda la noche), e incluyendo asimismo el sonido de rhythm & blues realizado por artistas de color que escuchaba durante sus años de adolescencia, en la histórica calle Beale Street de Memphis.  

Su mayor aspiración fue siempre asimilar las canciones que tanto le gustaban y extraer de ellas un estilo propio y original. Por aquel entonces nadie podría haber imaginado hasta qué punto Elvis haría realidad aquel sueño, ni el enorme impacto que ejerció en la música y en la sociedad. Supo mezclar una gran variedad de estilos e influencias, creando un sonido que hasta ese momento nunca se había escuchado en ningún otro lugar.  

Durante ese proceso, se convirtió en el representante más famoso del mundo del rock and roll, ofreciendo a toda una generación un sonido propio e innovador. En la carrera de Elvis destacan dos períodos que definieron su historia musical: 1955-56, cuando adquirió una enorme popularidad en Estados Unidos y en el resto del mundo con un sonido que recogía influencias procedentes de distintos estilos, y los años 70, cuando, tras haber regresado en dos ocasiones tras otros tantos alejamientos del mundo artístico, recuperó su imagen de mito gracias a sus giras de conciertos. Hoy, 25 años después de su muerte, el éxito que consiguió como artista se mantiene tan impactante como el primer día, y Elvis Presley sigue siendo el indiscutible Rey del Rock and Roll.  

La carrera de Elvis, sin embargo, no nació con el rock & roll. En sus primeras grabaciones realizadas con Sam Phillips en el sello Sun Records en 1954, Elvis cantaba balada tras balada. Aunque parezca increíble, por aquel entonces no consiguió impresionar a Phillips, quien pensó que el talento de Elvis nunca podría compararse con el de estrellas como Eddie Fisher, Dean Martin o Johnny Ray, los grandes baladistas de aquella época.  

Un buen día, Elvis, durante un descanso en la grabación de uno de sus discos, interpretó, sin ensayar previamente, una versión del tema “That’s All Right”, de la estrella de blues Arthur Crudups. Aquel sonido, formado por la voz de un cantante blanco influido por la música negra, era exactamente lo que Phillips estaba buscando para promocionar un nuevo estilo. El sonido que Elvis creó en 1954-55, justo antes de lanzarse al estrellato al año siguiente, resultó revolucionario ya desde sus primeras interpretaciones.  

Elvis añadía un toque de rhythm & blues al estilo country, y viceversa, mezclando géneros musicales que hasta entonces se mantenían totalmente independientes. Criticado precisamente por haber eliminado la línea divisoria entre el pop y el country, Elvis estaba abriendo las puertas de lo que significaría un nuevo género que a partir de entonces sería conocido en todo el mundo como rock & roll.  

En 1956, Elvis ya era una gran estrella en toda Norteamérica, y estaba considerado como el líder del rock and roll. Aquel nuevo género encontró un nuevo hogar en el sello RCA, al que Elvis se incorporó aquel mismo año. Con el lanzamiento de “Hound Dog” en 1956, Elvis profundizó aún más en aquel nuevo sonido que incluía toques de pop, rhythm & blues y gospel en sus grabaciones. Al hacerlo, alcanzó un nivel de éxito mayor del que hasta entonces había conseguido ningún otro artista.  

Su primer lanzamiento con RCA, Elvis Presley, se convirtió en el disco más vendido de la época. En 1956, Elvis llegó a tener al mismo tiempo hasta 10 singles de estilos diferentes en listas. Sin embargo, fue el rock and roll lo que le convirtió en una estrella conocida en todo el mundo, admirada y criticada a la vez. Aquel nuevo sonido, el rock and roll, se convirtió en el auténtico catalizador de una importante serie de cambios a todos los niveles.  

Elvis proporcionó a la juventud de los años 50, una generación con unos enormes deseos de cambio que buscaba una alternativa a la música que escuchaban sus padres, un sonido y un estilo que podían considerar como algo propio. La música de Elvis, con el cambio radical que supuso respecto a las baladas que solían dominar en el mundo de la música antes de su llegada, y su impactante personalidad, proporcionaron a sus fans el estilo fresco e innovador que esperaban desde hacía tiempo. A lo largo de aquel proceso, sus críticos, incluyendo a sus padres, muchos medios de comunicación y otros artistas, le dedicaron adjetivos como “rebelde”, “peligroso” o “lascivo”. Irónicamente, Elvis nunca se planteó hacer música como un método para iniciar una revolución social. Su único objetivo era entretener al público.  

La fiebre del rock and roll empezó a decaer en 1958, cuando Elvis fue llamado a filas. En aquella época, el sello RCA publicó tres singles de éxito mientras Elvis cumplía el servicio militar. A pesar de ello, la popularidad del rock and roll fue disminuyendo a medida que el género evolucionaba y los fans empezaban a escuchar nuevas canciones. Cuando salió del ejército en 1960, el sonido y el estilo de Elvis habían cambiado.  

El primer álbum que publicó después de licenciarse, Elvis Is Back, mostraba una nueva voz más controlada y madura después de haber pasado dos años en el ejército. Todo ello, unido al desarrollo de nuevas técnicas de grabación, hicieron que la voz de Elvis sonara mejor que nunca. En su primer lanzamiento después de dos años de alejamiento, incluyó no sólo rock and roll, sino también pop y gospel. Además de su afición por la música, Elvis deseaba fervientemente convertirse en actor. Su mánager, Colonel Parker, le animó en su aspiración como medio ideal para aumentar la popularidad de Elvis entre el público.  

En los años 50 y principios de los 60 aspiraba a convertirse en actor dramático. Sin embargo, el público se mostraba mucho más interesado en su música. Eso hizo que Elvis se viera encasillado a interpretar películas musicales, algo que siempre le hizo sentirse enormemente frustrado. A lo largo de los 60, alternó su carrera como actor con su faceta como cantante, pero mientras su participación en el cine resultó todo un éxito, las canciones que grabó para sus películas no conseguían tanto éxito como se esperaba de ellas.  

Para solucionarlo, Elvis siguió grabando discos que incluían canciones nuevas, totalmente independientes de las que interpretaba en sus películas. En la etapa entre 1961 y 1968, Elvis había conseguido triunfar tanto en el cine como la música. Con el tiempo, sin embargo, la popularidad de Elvis empezó a decaer. Su música ya no incluía la originalidad y espontaneidad de su primera etapa.  

Al mismo tiempo, la invasión de la música británica en 1963, que se vio empujada al éxito en los años 50 precisamente gracias al éxito del norteamericano, empezó a dañar la carrera de Elvis, lo mismo que ocurrió con el éxito que alcanzaron otros artistas estadounidenses. Grupos como The Beatles, The Rolling Stones y The Doors, y cantautores como Bob Dylan entraron a formar parte del mundo de la música, y se convirtieron en una nueva alternativa para los fans más jóvenes. En 1968, las cosas cambiaron cuando Elvis protagonizó un espectacular regreso.  

Aunque en un principio se pensó como un programa navideño, Elvis, un especial televisivo que supuso su regreso a la actualidad en 1968, empujó su figura a un nuevo nivel. Tomando buena parte de su repertorio de los años 50, junto con algunas nuevas canciones, aquella actuación se convirtió en una excelente retrospectiva de su imagen anterior, tanto en sonido como en lo que se refiere a su imagen y estilo. Vestido con un traje de cuero negro, Elvis mostraba el mismo carisma y la misma energía que cautivaron a toda una generación diez años antes. Su espectacular interpretación ofreció nuevas energías a un público que había olvidado la fuerza y el dinamismo de Elvis Presley.  

La increíble reacción del público y las excelentes críticas que recibió aquel especial animaron a Elvis a intentar recuperar la posición de líder en el mundo de la música. Para empezar, cambió su estilo de grabación por primera vez en casi una década. Dejó a un lado los estudios de Nashville que fueron su hogar entre 1960 y 1968, y un mes después de la emisión de aquel famoso especial televisivo de 1968 empezó a grabar en Memphis, contando además con un nuevo grupo de músicos. De nuevo, Elvis se resistía a dejarse encasillar por las barreras musicales de su época, y se volcó en el desarrollo de un estilo propio.  

Lo mismo que hizo con las canciones que interpretó tras su regreso del servicio militar, From Elvis in Memphis, el álbum que publicó en 1969 incluía varios géneros muy distintos entre si. El disco ofrecía nada menos que 12 personalidades musicales totalmente independientes. Apoyado por el éxito de los singles “In The Ghetto” y “Suspicious Minds”, las canciones contaban además con letras más maduras y con un mayor compromiso social. Elvis acababa de iniciar una nueva e importante etapa de su carrera.  

El programa especial de 1968 también le ayudó a conseguir la interacción con el público que había echado de menos desde su etapa en Hollywood. En agosto de 1969, Elvis volvió a iniciar una serie de espectaculares conciertos en directo, empezando con cuatro actuaciones con lleno absoluto en el International Hotel de Las Vegas, lo que supuso todo un récord en aquella época en lo que se refiere a asistencia de público a un concierto. Tras realizar nuevas actuaciones en Las Vegas, inició una gira con la que recorrió las principales ciudades de Estados Unidos. Entre concierto y concierto, Elvis siguió grabando nuevos discos.  

En enero de 1973 volvió a hacer historia, confirmando su éxito mundial, con la emisión de Elvis: Aloha From Hawaii, un programa especial que fue presenciado por más de 1.000 millones de espectadores en 40 países. Aunque Elvis siguió actuando en directo a lo largo de los años 70, sus conciertos fueron perdiendo fuerza. Durante aquel período, su repertorio estaba formado sobre todo por baladas que se centraban en los momentos más duros de su vida, incluyendo su fracasado matrimonio (Elvis y Priscilla Presley se divorciaron en 1973).  

Hacia el final de su carrera, Elvis aún disfrutaba cantando en directo, pero mostraba síntomas de cansancio en lo que se refiere a su carrera como artista discográfico, hasta tal punto que insistió en grabar desde su propia casa. De hecho, nunca asistió a su última sesión de grabación, prevista para el mes de enero de 1977 en Nashville. Después de haber alcanzado más éxito que ningún otro artista, Elvis empezó a aburrirse y se propuso empezar a descubrir nuevos retos. Al mismo tiempo, su salud fue empeorando, enfrentándose a numerosos problemas y a una creciente dependencia de las medicinas.  

A pesar del trágico final que alcanzó su vida y del repentino final de su carrera, los logros conseguidos por Elvis se mantienen como auténticos hitos históricos. Sin ir más lejos, es la única persona que ha conseguido formar parte de los tres “halls of fame”, es decir, los dedicados al rock and roll, country y gospel.  

Hoy, 25 años después de su muerte, sigue siendo una de las figuras más influyentes de la música y la cultura norteamericanas y, lo que es aún más importante, sus logros han sido reconocidos por varias generaciones, que han dedicado a Elvis Presley un lugar permanente no sólo en Estados Unidos, sino también en la historia de la música y del resto del mundo.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO THE BEATLES: «LET IT BE… NAKED»

ULTRASÓNICA ARTÍCULO THE BEATLES: "LET IT BE… NAKED"

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ARTÍCULOS 2004


The Beatles: Let It Be… Naked

Un clásico en horas oscuras

 

         Si estás buscando un disco que capture el momento en el que los 60 finalizaban y la cruda luz de una nueva década empezaba a brillar sin piedad a través de las cortinas, no busques más. No importa que los anfitriones sean quienes inventaron la cultura pop como la conocemos, que sentaran la agenda social de la década más decadente del siglo y que, incluso, por el camino, consiguieran ofrecer viñetas cruciales sobre el sentido de la vida. Al final de los 60, para los Beatles, los buenos tiempos habían llegado a su fin. E, inevitablemente, junto a los ojos enfurecidos, los egos ensombrecidos y los resbalones creativos, llegó la madre de todas las resacas. Aquella resaca se llamó Let It Be

         Hoy en día, y al margen de la polémica, la idea de un renovado Let It Be es algo genuinamente excitante. En un  momento en el que bandas tan diversas como The White Stripes, Jet, Kings Of Leon o The Coral miran sin descaro hacia el final de los 60, la edición de la nueva versión impulsada por un Paul McCartney irritado por la producción ampulosa de Phil Spector no podía haber llegado en mejor momento.  

También no es menos cierto que su edición original no pudo llegar en peor momento. En mayo de los 70, The Beatles habían acabado sus peleas por omisión. Enganchados a la heroína y acosados por las brigadas de la decencia por la exhibición de sus litografías eróticas de su luna de miel, John Lennon y Yoko Ono volaron a Dinamarca para renovar su peinado y buscar Ovnis. Ringo Star acababa de estrenar su debut en el cine, The Magic Christian, y tenía en mente comenzar una carrera como estrella de Hollywood. Mientras tanto, George Harrison y Paul McCartney estaban ultimando sus respectivos debuts en solitario. Para rematar la jugada, en abril, semanas antes de la edición de Let It Be, se filtró a la prensa la noticia de que Paul abandonaba el grupo, cansado de las luchas internas. No es que la atmósfera que se respiraba entre ellos constara por escrito, pero era algo que estaba en las nubes que colgaban por encima. 

En un ambiente tan enrarecido, cualquier lanzamiento de los Beatles hubiera sido tratado con muchas suspicacias, pero, además, su nuevo disco no estaba pensado para subirle la moral a nadie. Dentro de una funda de contornos de color negro y con un retrato distraído de cada uno de los componentes debajo de un título resignado, Let It Be Déjalo estar– fue recibido con bastante frialdad. 

Aún hoy, las sesiones de grabación continúan rodeadas de misterio. Sus orígenes nos conducen a mediados de noviembre del 68. El grupo estaba todavía bajo la influencia de la muerte de Brian Epstein, su manager, y a Paul McCartney se le ocurrió que la mejor manera de sobreponerse era volver a tocar en un escenario como The Beatles y hacer una serie de conciertos para televisión que se podría editar más tarde como un disco en el que el grupo dejara claro que volvía a sus raíces. Al tiempo que serviría como contrapeso a la pesadilla en la que se había convertido la grabación del disco doble The White Album, podría permitir al grupo recuperar la atención de una audiencia no tan perdida por las indulgencias psicodélicas del Magical Mystery Tour como decepcionada por la actitud de los cuatro de Liverpool. 

Pronto empezaron los problemas en aquellas sesiones. Cuando llegaron a los estudios Twickenham el 2 de enero de 1969, el grupo se encontró una vez más rodeado de cámaras y luces cegadoras, lo que les dio la impresión de ser piezas de exhibición en algún zoo humano. A los ocho días George Harrison se marchó, cansado de las críticas de Paul McCartney y, aunque regresó a la semana siguiente, decidieron abandonar los estudios para volver a los suyos, los estudios Apple. Allí, con la llegada del quinto Beatle, Billy Preston, al menos el ánimo mejoró y los cinco se embarcaron en sesiones sin fin en las que el ingeniero Glyn Johns grababa todo. 

Ese ánimo mejorado culminó en la última aparición en directo de los Beatles en la terraza de los estudios Apple el 30 de enero. El concierto fue interrumpido por la policía a los 42 minutos, después de quejas de los vecinos del barrio de Savile Row. Al día siguiente, tras apelar a la excusa de que había que darle unos toques finales, el grupo dejó al cabreado Glyn Johns y sus cintas grabadas de lado para ponerse a trabar en su despedida oficial, Abbey Road. Por increíble que parezca, dado lo que es habitual en el mundo de la música hoy, en su último año juntos The Beatles produjeron unas 60 canciones. 

“Fue la primera vez desde el primer disco en el que no tuvimos mucho que ver con ello,” recordaba John Lennon de las sesiones de Let It Be. “Ninguno de nosotros se molestó en pasarse por allí para acabarlo. Íbamos a dejar que se publicara un disco horrendo, sólo para que la gente viera lo que nos había pasado.” 

John Lennon preparó dos versiones del álbum sacándolas de un Everest de cintas, pero ambas fueron rechazadas. En ese instante, tras la sugerencia del manager Allen Klein, el grupo llamó al super-productor Phil Spector para poner orden. Legendario tanto por sus erráticos métodos de trabajo como por sus producciones de muro-de-sonido en algunos de los discos pop definitivos de los 60, Phil Spector había sido idealizado por John y pareció ser la elección lógica para salvar aquellas sesiones.  

En abril de 1970 Phil Spector había completado su trabajo: el disco estaba acabado y se titulaba Let It Be. Las críticas fueron ambivalentes, aunque Lennon evitaba cualquier discusión con un argumento infalible: “Siempre quiso trabajar con los Beatles y le dimos la mayor montaña de mierda que grabamos; consiguió sacar algo de allí y no me provocó vómitos.” 

McCartney no quedó tan impresionado. Decepcionado por los arreglos de Spector para “The Long And Winding Road”, se puso en marcha para disolver el grupo de una vez por todas. Irónicamente, sus intentos de unir el grupo de nuevo acabaron precipitando su final. 

Hace unos meses parecía haber dejado reposar sus sentimientos un tanto. “No culpo a Phil,” declaró. “En aquellos tiempos todo se nos estaba escapando. Todos sentíamos que estaba llegando el fin… Estábamos muy suspicaces entre nosotros y con todo lo demás. Probablemente nos encontrábamos al borde de un ataque de nervios.”  

El caso es que al fin se ha publicado el disco tal como él quería. Así que ahora podemos disfrutar de las dos versiones de Let It Be. ¿Cuál es mejor? ¿Cuál nos gusta más? Da igual: en medio de todo aquello, los Beatles todavía pudieron crear otro clásico del rock en su peor momento. Después de tres décadas intentando vivir con ello, tal vez fuera el momento de desmelenarse.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO GABINETE CALIGARI

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Gabinete Caligari, la movida más chula

         Tenía que llegar. Después del tratamiento tan especial dado a Nacha Pop en su reciente recopilatorio, ahora le llega el turno a Gabinete Caligari, que son revisados en compacto y DVD tres años después de su disolución. La culpa fue de Gabinete. Colección de canciones + La filmoteca del Dr. Caligari recoge 20 canciones y 45 minutos de filmación de una de las bandas imprescindibles de las dos últimas décadas.

         Gabinete Caligari nació como trío en 1981, tomando su nombre de la película clave del expresionismo alemán El Gabinete del Doctor Caligari. A Ferni Presas, bajista, y Edi Clavo, batería, se les unió Jaime Urrutia, guitarra y cantante, que provenía del grupo de nueva ola Ejecutivos Agresivos -donde dieron sus pasos una buena cantidad de músicos de lo que luego se conoció como movida-, para comenzar su trayectoria ofreciendo la mayor parte de sus primeras actuaciones en el legendario Rockola de Madrid.

Su primer tema, “Golpes”, salió editado en un single de cuatro canciones compartido con Parálisis Permanente, por entonces compañeros y con una línea de trabajo parecida. La letra de la canción, morbosa y sadomasoquista, ayudó a abrir los oídos de un público acostumbrado a los sonidos fáciles y las letras desenfadadas de los grupos de la época. Luego llegarían flirteos con lo macabro (“Olor a carne quemada”), lo autoritario (“Obediencia y nada más”) o la célebre provocación que lanzaron en uno de sus primeros conciertos: “¡Hola, buenas noches! Somos Gabinete Caligari y somos fascistas.”.

Su actitud provocadora y arrogante pasaba por reivindicar la España profunda atreviéndose a tocar temas tan alejados del rock anglosajón dominante como la masonería, la tauromaquia o la mili. En 1983 publican su primer álbum Qué Dios reparta suerte, donde el estilo torero prima con ritmos hispanos de pasodobles y temas relacionados con lo que algunos conocen como la fiesta nacional como “Sangre española”. Ahí ya quedaba claro que Gabinete Caligari escaparía siempre a cualquier idea preconcebida que se tuviera de ellos y que no se iban a conformar con un único estilo, lo que fue, tal vez, su mayor mérito.

Un año después publicaron el mini-LP Cuatro Rosas, título de uno de sus temas más emblemáticos y cierto aire Dylan en la melodía, una metáfora de amor y alcohol que es uno de los discos imprescindibles del rock en castellano y que dio, también, nombre a un legendario local de copas que ellos regentaron en Madrid durante años.

En sus discos el trío madrileño supo evolucionar sin dejar de dar, al menos, un par de éxitos en cada uno de sus discos. Desde “Camino Soria”, un homenaje al recio espíritu castellano, hasta “La culpa fue del Cha-cha-chá”, del disco Privado editado en 1989.

Con el álbum Camino Soria consiguieron aunar crítica y éxito entre el público español. Junto a la canción que le daba título, el álbum contenía temas como “Suite nupcial”, “La sangre de tu tristeza” o “Tócala Uli”, todas ellas recopiladas aquí.

A pesar de que su última grabación data de 1998, parece que haya pasado más tiempo, quizás porque su época dorada fueron los ochenta. Por ello su recuperación es tan agradecida. Como ellos mismos reconocen, les faltó paciencia al final. Incluso ahora, años después de su separación, las relaciones entre ellos son tensas y está totalmente descartada algún tipo de colaboración.

En el DVD que acompaña al disco se repasan actuaciones del archivo de RTVE de los temas más populares del trío madrileño grabados entre 1987 y 1990, con declaraciones de periodistas en activo como Diego Manrique, Jesús Ordovás y Fernando Martín, quien protagoniza la mayor curiosidad al confesar que su primera crónica para El País fue de un concierto de la banda y que se pasó toda la noche buscando símiles taurinos con los que completar su artículo de sólo 30 líneas.

De todas formas, desmerece comprobar que todas las apariciones que se recogen en el DVD son de actuaciones en playback, algo que no sabemos si se enmendará cuando se edite el prometido DVD de más de dos horas.

Por último, conviene recordar para los más interesados en el grupo, que también se ha publicado al mismo tiempo el libro de Jesús Rodríguez Lenin Gabinete Caligari, el lado más chulo de la movida (Temas de Hoy).

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO THE JACKSONS

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Fiebre adolescente

The Very Best of The Jacksons

Mucho antes de que se crearan grupos artificiales del pop en el 2004, los Jackson 5 ya existían como el primer grupo de chicos, un conjunto de hermanos cuya música colectivamente e individualmente cambiarían el rumbo de la música popular, creado una influencia duradera en el pop de los años 70 y 80.  

Conviene pararse a reflexionar: desde el invierno de 1969 a la primavera de 1971, Michael, Jackie, Jermaine, Tito y Marlon Jackson devolvieron la vida a la discográfica Motown Records con una serie de imparables éxitos. Las canciones “I Want You Back”, “ABC”, “The Love You Save”, “I’ll Be There”, “Mama’s Pearl”, “Never Can Say Goodbye” resucitaron a esta discográfica que cumplía una década y que era conocida con el apodo de “El sonido de la joven América”.  Al lograrlo, abrieron las puertas a The Osmonds, y a otros grupos prefabricados como New Edition, New Kids on the Block, Take That y a muchos otros grupos de chicos que han surgido desde entonces.  

A finales de 1971, Michael ya se había lanzado como una estrella en solitario, y aunque sus canciones como “Got To Be There”, “Rockin’Robin” y “Ben” están sobradas de vigor juvenil y vivacidad, ya en 1972 Michael estaba frustrado con la producción tan rigurosa de la discográfica Motown y ansiaba participar más en componer y producir. El álbum de los Jackson 5 en 1973, Get It Together, y el ultimo gran éxito de Motown de los Jackson 5 “Dancing Machine” les enseñó la manera de cómo una discográfica podría ayudar a un grupo a desarrollarse.  

Dejando su nombre y a su hermano Jermaine en Motown, firmaron con Epic, buscando obtener mas popularidad con la música que creaban. El hermano más pequeño Randy se unió al grupo a tiempo completo y los Jacksons alcanzaron el mismo éxito como un grupo adulto, logrando una transición impresionante de estrellas originales del pop a una banda activa de música que grababa y podía mezclar el pop, soul, funk, dance y baladas con una facilidad impecable. Mientras que su música en Motown estaba basada en singles, en Epic el objetivo inmediato fue crear álbumes.  

Asociados con los legendarios compositores y productores Kenny Gable y Leon Huff y el equipo de Filadelfia, a los Jackson se les dio un sonido más adulto y canciones que reflejaban que estos niños estrellas se habían convertido en hombres jóvenes. Michael ya tenía 18 años, siendo el más joven de los 5 hermanos, y demostraron que eran capaces de contribuir con sus propios temas.  

En su álbum de estreno The Jacksons el tema de Michael “Blues Away” fue su primera composición en solitario, y “Enjoy Yourself” y “Show You The Way To Go” los primeros singles de esta nueva  etapa. Este último fue su primer número 1 en Inglaterra, siguiéndole como mínimo con otros seis éxitos en los siguientes seis años.  

Después del segundo álbum, Goin’ Places, los Jackson maduraron y la carrera de Michael se lanzo a la estratosfera. En 1978, ya  produjeron  ellos mismos su álbum Destiny. Temas como “Blame It On The Boggie” y “Shake Your Body”, la primera y tercera canción del álbum fueron el definitivo modelo del estilo de los temas dance que desarrollaría con el productor Quincy Jones en su estreno en solitario. En 1979, el álbum clásico de pop-soul Off The Wall, se convirtió en el modelo para el soul de los años.  

Sin embargo, el cuarto álbum de los Jacksons obtuvo un éxito aún más grande. Triumph contenía el grandioso “Can You Feel It”. Todos los sonidos vocales que caracteriza el estilo de cantar de Michael se pusieron en práctica aquí, mientras que las letras también desarrollaron temas familiares. Un ejemplo es ‘Heartbreak Hotel”, una canción vengativa, y “Walk Right Now”, en la que el narrador estaba obsesionado con la persecución de una chica conspiradora.  

Hubo un intervalo de casi cuatro años entre Triumph y el siguiente álbum de estudio Victory, un titulo que invitaba desorden en donde existiera. Entre estos dos álbumes, fue editado Live en 1981, con el tema “Don’t Stop Till You Get Enough”. Como grabación de estudio, ése fue el principal sencillo del estreno en solitario de Michael con Off The Wall.  

Transcurrieron otros cinco años entre ese álbum y 2003 Jackson Street, en el cual Michael solamente hizo una aparición como invitado, mientras Jermaine asumía el puesto de líder. A pesar de haber inventado el mercado de grupos de chicos y de haber marcado la corriente de un nuevo género en el estilo del pop-rhythm & blues, esto es mucho más que un trabajo de toda una vida. Y esta música aún suena fresca y vital hoy en día.

Xavier Valiño

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