CAMPUS GALICIA ARTÍCULO YOUSSOU N’DOUR

ARTÍCULOS 2003

Youssou N’Dour, África en sus manos

En estos días recorre Youssou N’Dour España en su gira más larga por nuestro Estado, presentando su nuevo disco en directo Live At The Union Chapel, así que conviene recordar la trayectoria del músico africano más universal.

La música popular de hoy en día en Senegal, conocida en la lengua wolof como mbalax, se desarrolló como una mezcla de distintos elementos: el griot, que es la percusión tradicional del país, los cantos religiosos y los ritmos y arreglos afrocubanos que hicieron el viaje de vuelta desde el Caribe hasta África Occidental en los años 40, 50 y 60 y que han florecido en África desde entonces. A partir de mediados de los 70, la mezcla resultante se modernizó, incorporando ritmos de baile indígenas más complejos, melódicos solos de saxofón y guitarra, soliloquios vibrantes de duelos de tambor, y, en ocasiones, incluso cantos religiosos musulmanes de inspiración sufí.

Todo ello dio origen a una nueva música, en ocasiones nostálgica, secreta y majestuosa, y en otros momentos sincopada con un estilo celebrativo, explosivo e indescriptiblemente funky. Los jóvenes músicos senegaleses, empapados de la música de Jimi Hendrix, Carlos Santana y James Brown, conocedores del amplio espectro del jazz americano, la música soul y el rock, estilos todos ellos acogidos con entusiasmo por Dakar, la cosmopolita capital de Senegal, estaban redescubriendo su herencia cultural y buscando intérpretes tradicionales, principalmente cantantes y músicos de tambor, para incorporarlos a sus grupos.

Los griots -músicos, cantantes espirituales y contadores de historias- integran una distinguida casta en la sociedad wolof y en África entera. El mbalax se gestó en este período de fructífera vorágine musical, y encontró en Youssou N’Dour su intérprete ideal e indiscutible.

Nacido en Dakar en 1959, N’Dour es un cantante dotado de un notable alcance y equilibrio vocal y, como compositor, líder de un grupo y productor, disfruta de una prodigiosa inteligencia musical. The New York Times ha descrito recientemente su voz como un “tenor impresionante, un arma dócil que el artista despliega con autoridad de profeta.” N’Dour absorbe en su trabajo todo el espectro musical senegalés, pasado por el tamiz de un rock poco ortodoxo o un pop muy alejado de la cultura senegalesa.

Nombrado “Artista africano del siglo” por la publicación inglesa Folk Roots en el umbral del año 2000, N’Dour ha popularizado el mbalax en todo el mundo a lo largo de más de veinte años de grabaciones y conciertos fuera de las fronteras de Senegal, siempre junto a su grupo The Super Etoile.

Robert Christgau, periodista de The Village Voice y decano de los críticos de rock americanos, ha definido audazmente a N’Dour como “el mejor cantante pop del mundo” al tiempo que le considera “el único africano que camina inexorablemente hacia la fusión del pop mundial, ese concepto sobre el que el resto de los artistas tan sólo teorizan.” Peter Gabriel, cuyo dúo con N’Dour en el tema “In Your Eyes” del álbum de Gabriel SO, publicado en 1985, marcó un momento clave en la historia del rock, considera a N’Dour sencillamente como “uno de los mejores cantantes vivos.”

N’Dour consolidó su liderazgo del grupo The Super Etoile hacia 1979, manteniendo en sus filas a los músicos que formaron inicialmente la banda. Poco después, el grupo inició su carrera internacional gracias al apoyo de una asociación de taxistas senegaleses en Francia y de un pequeño círculo de seguidores en Inglaterra. Los comienzos del cantante en Dakar no habían sido tan prometedores. No era más que un espigado adolescente cuando comenzó a cantar en los conciertos piratas que se improvisaban en los descampados cercanos a ciertos clubes nocturnos a los que N´Dour y sus compañeros tenían difícil o imposible acceso.

Allí fue donde, gracias a su particular voz, empezó a ganarse una sólida reputación de niño prodigio, al tiempo que conseguía sus pequeños momentos de gloria en los programas para cantantes aficionados emitidos por la radio nacional. Cuando sólo tenía doce años, N’Dour actuaba también en celebraciones religiosas y ceremoniales de su barrio, en el severo distrito musulmán de la Medina donde nació y se crió. Youssou era el primogénito de un mecánico de coches muy religioso, Elimane N’Dour, y de su esposa, N’Deye Sokhna Mboup, una mujer de origen griot que también actuaba ocasionalmente en las ceremonias de los barrios de la Medina.

Hoy, N’Dour y The Super Etoile, la banda africana más popular a escala mundial, continúan desafiando la tradición musical senegalesa con eso que el diario The Los Angeles Times ha descrito como “una gozosa precisión”. Por su parte, el periódico londinense The Guardian, refiriéndose al lado más introspectivo de la carrera del grupo -integrada tanto por trabajos con grandes discográficas y muy aplaudidos por la crítica como Set (Virgin, 1990), Eyes Open (Sony, 1992) The Guide (Sony, 1994) y Joko (The Link) (Nonesuch/Warner, 2000), como por docenas de publicaciones paralelas de producción local en Senegal- ha considerado su música “el mejor ejemplo del encuentro entre la música africana y la occidental: un ejemplo saludable, necesario y respetuoso”.

A pesar del brillo de su carrera internacional, Youssou N´Dour ha seguido manteniendo sus raíces en la música senegalesa y su capacidad para contar historias como el sello distintivo de su personalidad artística. Audaz innovador, pero también fiel protector del peculiar y único “estilo Dakar” del mbalax, N’Dour ha conseguido mantener un sonido que, al tiempo que se vuelca hacia la influencia exterior, no deja de ser típicamente senegalés, una síntesis de idiomas musicales inconfundiblemente alimentada por la materia musical de su patria. Gracias a la creación de este estilo agudamente personal, N’Dour continúa siendo una figura de culto en su país y en la siempre creciente diáspora mundial senegalesa.

N’Dour mantiene su hogar en Dakar, pero celebra una vez al año en París y Nueva York el Gran Baile Africano, una fiesta de baile al estilo senegalés, que ofrece el tipo de actuaciones salvajes habituales en los clubes de Dakar. En la celebración de este año, sus compatriotas en París y Nueva York se convirtieron por una noche en sus estrellas invitadas, y la energía celebrativa se desató en un espectáculo colectivo extraordinario.

El último disco de estudio de Youssou N’Dour, Nothing’s In Vain (Coono Du Réér), publicado en octubre de 2002, es el primer álbum que el artista ha grabado directamente para Nonesuch, la compañía que publicó su anterior trabajo, Joko (The Link) bajo licencia. Este álbum contribuía decididamente al deseo esencial que ha marcado la carrera de N’Dour: alimentar el florecimiento de las tradiciones musicales de su Senegal natal dentro del entorno de los modernos lenguajes del pop y obviando todas las fronteras musicales.

Críticos y fans han destacado siempre la habilidad de N´Dour para crear un nuevo tejido musical, vitalista y contagioso, entrelazando los hilos de la diversa tradición senegalesa y las distintas músicas del mundo. Con Nothing’s In Vain, N’Dour hacía un uso más liberal que nunca de los instrumentos acústicos tradicionales, como el kora, un arpa típica de África Occidental con veintiuna cuerdas, el xalam, un laúd senegalés de cinco cuerdas o el violín del país, el riti, que tiene una única cuerda, junto a la presencia más reconocible de la percusión senegalesa, el sabar, y las vibrantes guitarras ya popularizadas por discos anteriores.

Ahora, a finales del 2003, se publica su un nuevo disco en directo con Nonesuch para el mundo entero, aunque dirigido preferentemente al mundo occidental, tituladoLive At The Union Chapel, y en el que se recogen alguna de sus grandes canciones, demostrando, una vez más, la razón por la que es considerado el músico africano más importante de las últimas décadas.

Xavier Valiño

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