ROCK INDEPENDIENTE ESTATAL Novedades 1994

La brillante escena estatal

Entre los nuevos grupos de la independencia estatal, todos tienen como uno de sus modelos a los Surfin’ Bichos. Su cuarto disco, El amigo de las tormentas (Virus-RCA), es tan intenso como los anteriores, aunque sea el disco del adiós. Fernando Alfaro y sus colegas, que ahora trabajan bajo el nombre de Mercromina, han decidido separarse después de lograr su disco más accesible sin bajar el listón. Canciones como «Venados de sol a sol», «Si tengo que cambiar» o «El final de una quimera» demuestran porqué en los últimos cinco años nadie ha podido hacerles sombra por aquí.

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ANTONIO VEGA 1994

Lecciones de física con Antonio Vega

 

Busca un libro que diga cómo,

luego otro que se titula sí.

Sigue… un tercero llamado nada

es la fórmula de círculos sin fin.

Es que no hay nada mejor que revolver

el tiempo con el café.

Es que no hay nada mejor que imaginar,

la física es un placer. Leer más

SUEDE 1994

El descompuesto universo de Suede

 

Uno de los guitarristas más creativos de los últimos años decide dejar a su banda. Nada nuevo en el mundo del rock, salvo si tenemos en cuenta que se trata de un grupo con un único disco y que la ruptura se produce en medio de la grabación de su segundo disco, el que todos esperan con ansiedad para conocer el verdadero alcance del fenómeno Suede. Leer más

MALLORCA

VIAJES


La cara oculta de Mallorca

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Claro que están esas Baleares que todos nos imaginamos. Las Islas de los guiris y otros turistas de la Península en busca de las tres eses: sol, sangría y sexo. También hay pueblos tomados enteramente por extranjeros, jubilados o artistas, que han optado por un retiro dorado, creyendo encontrar la tranquilidad que no tienen en otros lugares.

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RAP Novedades 1993

EL RAP DEL 93

   

Al lado del gansta-rap, de tipos como Ice-T, Snoop Doggy Dog, Professor Griff, Ice-Q o Cypress Hill -que se tiran todo su Black Sunday reclamando la legalización de la marihuana-, el 93 ha tenido un hueco para otras bandas que buscan fundir el hip-hop con el jazz, el soul y hasta los ritmos tradicionales irlandeses. Después de intentos como los de Grandmaster Flash, Run DMC, LL Cool, Stetsasonic, Dream Warriors, Gang Starr e, incluso, Miles Davis, parece que el hip-hop y el jazz han encontrado el momento ideal para su fusión natural.

El más clásico nos ha salido Guru, quien ha llamado a músicos de jazz como Donal Byrd, Brandford Marsalis, Ronny Jordan o Courtney Pine para que pongan instrumentos auténticos y notas de jazz, en lugar de samplers, por debajo de los rapeados de Guru, junto a N’dea Davenport, DC Lee y MC Solaar. Jazzmatazz (Chrysalis-EMI) es «una fusión experimental de hip-hop y jazz», tal y como dice Guru, líder, junto a D. J. Premier, de Gang Starr. «El hip-hop es hijo del be-bop». Puede sonar un poco frío y nada revolucionario, pero sólo es el primer volumen.

Sin embargo, han sido US 3, con su Hand On The Torch (Blue Note – Hispavox), los primeros que han obtenido del legendario sello de jazz Blue Note licencia absoluta para trabajar sobre su fondo de catálogo. Más de uno tenía ganas de asistir a la definitiva fusión entre el jazz de Blue Note y el rap. Es decir, les han dado la posibilidad de samplear a su antojo la historia del jazz y añadirle recitados rap por encima. Un lujo al que los productores londinenses Geoff Wilkinson y Mel Simpson no han sabido extraerle todo su provecho, a pesar de aciertos como «Cantaloop». No es más que el principio de algo excitante que está por llegar, y de un segundo disco que promete más que este primero.

Por si alguien lo había olvidado, los Digable Planets también intentaron su particular fusión en el 93. Ellos no necesitaron de auténticos músicos de jazz ni obtuvieron permiso para entrar a saco en el catálogo de Blue Note. Por el contrario, su Reachin’ (A New Refutation Of Time And Space) (Pendulum-WEA) es de lo mejor en el terreno de la fusión del hip-hop y el jazz. Para ello el trío ha utilizado con imaginación los medios a su alcance y buenos samplers, logrando un disco embrujador, de ritmo espacial, y en el que pululan el espíritu de Charlie Parker, Miles Davis, Curtis Mayfield o Jimi Hendrix.

La resurrección de los últimos meses la han protagonizado De La Soul. Tras el magnífico 3 Feet High And Rising de debut, agotaron nuestra paciencia con un De La Soul Is Dead -«»De La Soul están muertos»- bastante explícito. Sin embargo este Buhloone Mindstate (Tommy Boy-GASA) recupera toda la magia que el trío de Long Island sabe conseguir, con el jazz recuperado con Maceo Parker en «I Be Blowin'», «Patti Dooke», «I Am I Be», «Long Island Wildin'», el soul en «Breakadawn» y el chiste orgiástico en «Dave Has A Problem… Seriously». El hip-hop recupera así una de sus voces más escuchadas, y sus bocas no están ya tan cerradas como sugiere ese espléndido dibujo de la portada.

Más o menos lo mismo ha sucedido con Jungle Brothers, quienes recuperan parte de lo mejor que había en su segundo disco Done By The Forces Of Nature. Su presente pasa por J. Beez Wit The Remedy (WEA), tres años después, que vuelve a mostrar su ya típico conglomerado de ritmos e instrumentos afroamericanos. Incluso se destapan con el humor en «Spark A New Flame», «I’m In Love With Indica» o «My Jimmy Weighs A Ton». La cuestión es que ya no sorprenden de la misma forma, pero siguen teniendo una fórmula atractiva.

Las enseñanzas de Arrested Development han encontrado seguidores en Gumbo. Su primer disco, Droppin’ Soulful H2O On The Fiber (Chrysalis- EMI), recupera el espíritu de comuna agraria-naturista–hippy de los primeros. Además, está producido por Speech, de los Arrested Development. Entre sus samplers se cuentan Carole King, James Brown, Average White Band o Tom Scott. Son divertidos, contagian alegría en «A Free Soul», hablan de la hermandad africana y nos desean «paz, amor, unidad y respeto para todos». Buenas intenciones y buen rap-soul.

The Goats han sido la sorpresa del año. Tricks Of The Shade (Columbia) combina, como ningún otro disco, hip-hop con un acercamiento rock y unas bases funky. Son decididamente políticos, como lo atestiguan «Noriega’s Coke Stand», «Georgie Bush Kids» o «Burn The Flag». Por si fuera poco, lo reparten todo en 25 cortes; así, siempre hay algo nuevo para quien cree haberlo oído todo antes. Por eso The Goats han conseguido, junto a Digable Planets, el disco hip-hop del 93.

Con Marxman y sus 33 Revolutions Per Minute (Talkin’ Loud-Polygram) tenemos por fin el hip-hop irlandés, aquel que Sinead O’Connor, ajena a esta escena, había intentado en una canción de su segundo disco. Marxman añaden detalles de instrumentos tradicionales irlandeses -bodhran, banjo, flauta- a unas letras inspiradas en los manifiestos de Marx, Engels, Lenin o Trotsky. Ni una cosa ni la otra llegan a dominar el disco, pero le dan una vitalidad evidente a canciones como «Father Like Son», «Ship Ahoy», «Sad Affair» y «All About Eve». Eso es 33 revoluciones por minuto, un disco serio con un sentido bastante pop del rap.

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