CAMPUS GALICIA ENTREVISTA STEVE WYNN

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA JAMIROQUAI

ENTREVISTAS 2001

Jamiroquai, la discoteca espacial

Hasta ahora su obra se mide por el éxito. La odisea de diez años de Jamiroquai por la galaxia del funk ha generado cifras espectaculares. Los cuatro discos editados desde que surgió Jay Kay en 1992 del submundo del acid jazz de Londres han vendido unos 16 millones de álbumes. Si el popular Jay Kay hubiera sido menos consciente, ahora estaría en la luna con esas cifras arrolladoras. Los comentarios sobre su obra lo tienen bien puesto con los pies en la tierra.

"El éxito es cuando veo a toda esa gente delante de mí pasándoselo bien y saber que tienes un buen disco entre las manos que a ti te gusta tanto como a ellos", comenta Jay. "Lo más importante de vender tanto es que ha sido en todo el mundo, no sólo en Inglaterra, hay todo un universo de gente ahí fuera. Yo quiero ser universal".

Ahora que edita su quinto disco A Funk Oddyssey, Jay comenta que tiene buenas razones para sentirse orgulloso del alcance democrático de su música. "No había ningún plan maestro cuando me metí en un estudio para grabar mi primer single en 1992, “When You Gonna Learn?”. Allí ya quedaba claro que le gustaba el funk, el soul, el rhythm & blues, el jazz y la música disco. "Fui muy criticado por tener un estilo propio, aunque a medida que las tendencias se han desintegrado y los prejuicios se han disipado, la música contemporánea ha sincronizado con mi onda".

"Si Bootsy Collins y Gil Scott Heron te hacen una señal con el pulgar hacia arriba y figuras del hip hop contemporáneo como Guru, Busta Rhymes o Missy Elliot quieren trabajar conmigo, es que no lo debo estar haciendo muy mal".

Jamiroquai -que escogió su nombre de la tribu de los irocos, para reflejar su propia empatía hacia su condición de desterrados y a su mentalidad por la tierra- debutó en 1992 con Emergency On Planet Earth.

En estos momentos, a sus 31 años, aún mucho más joven que muchos artistas punteros de la música, él ya se ha retirado al campo, tiene a los periódicos pendientes de su vida sentimental, adora los coches de carreras, no tiene pelos en la lengua y todo ello le conforma en un principiante de superestrella pop.

"Lo que la gente tiene que recordar es que soy una persona, un ser humano y que nadie es perfecto", dice Jay. "Yo sigo creciendo y en cierta manera sigo siendo un niño en mi corazón. Alguna gente evoluciona muy deprisa y otros muy despacio. Pero todo lo que escribo en una canción sigue siendo lo que quiero decir y sigo aferrándome a mis teorías sobre la vida. Además lo que hago no hace daño a nadie, absolutamente a nadie. Sólo espero que mis temas hagan ponerse en pie a la gente y que digan `me encanta esta canción´, `quiero bailarla´, o `me encanta lo que decía en ésa´, o `eso es justo lo que me pasó ayer´”.

A Funk Odyssey vuelve a atacar directamente a las piernas, empujando al baile. Esta vez cuenta con un empuje extra –es la primera vez que la banda ha utilizado la nueva sala de programación recién construida en el estudio de Jay en Buckinghamshire, donde han fusionado el funk orgánico y el robótico. "Además el nuevo guitarrista Rob Harris ha supuesto," dice Jay, "una diferencia importante y no sólo porque haya coescrito muchos de los temas. Ha sido muy divertido y estoy encantado con los resultados. Hemos evolucionado".

En el nuevo disco el estilo peculiar de Jamiroquai se mantiene en el funk del primer sencillo “Little L”. “Feels So Good” hace referencia a los buenos tiempos clásicos de la música disco y las pistas de baile se estremecerán toda la noche con “You Give Me Something”. “Corner Of The Earth” presenta arreglos latinos, algo bastante en boga.

"Creo que "Corner Of The Earth" es esencial", comenta Jay. "Resume dónde me encuentro realmente. Resume dónde estoy y creo que eso vale para cualquiera que esté en un lugar o en un momento en el que es feliz. En cierto sentido es una canción espiritual. Me siento muy orgulloso de ella, creo que a nivel lírico fluye y se entrelaza estupendamente. Creo que "You Give Me Something" y "Little L" también son muy buenos para un grupo como nosotros porque son sencillos y van al grano, son como una especie de himnos. "Picture Of My Life" es como su nombre indica, como yo me sentí en aquel momento. Para ser sincero tengo que decir que lloré cuando escribí la letra para que os hagáis una idea. Porque realmente me salió del corazón. Y eso es lo que siento cada vez que lo escucho."

En el nuevo siglo es difícil considerar los logros de Jamiroquai como parte de un género o como algo periférico a la escena principal. Hay que tener en cuenta que cuando Jay empezó era un chico blanco delgaducho que hacía música negra, con un estilo disco-funk y con mensajes hacia la ecología y la deuda en el tercer mundo. Diez años más tarde, la estrella más grande del rap es un chico blanco delgaducho, el disco y el funk están completamente rehabilitados y la nueva coalición contracultural está ahí fuera en las calles emitiendo mensajes ecológicos y contra la deuda del tercer mundo.

En ese caso, A Funk Odyssey es un buen momento para liberar los buenos sentimientos. "Me gustaría que fuera un buen año musicalmente hablando", dice Jay. "No se me ocurre pensar en nada más que pueda querer ahora porque eso se apodera de tu vida. Pero me encanta la sensación de montaña rusa que esto implica y me siento bien con este disco"

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA TRAVIS

ENTREVISTAS 2001

Travis, la vida corriente

En la industria del disco, obsesionada por la imagen, muchos artistas se quejan de que la música ha quedado relegada por el vídeo y por las cada día más numerosas revistas de música a la moda. Travis, que han mamado las buenas melodías de la radio al viejo estilo, es un grupo que va, sin pretenderlo, contra esa tendencia.

Su segundo álbum, The Man Who, del año 99, les hizo llegar al público británico de una forma como no lo habían hecho con el primero, Good Feeling. Con el tercero, Travis ha tomado la concienzuda decisión de evitar la celebridad y hacer de la música la prioridad. En vez de vender imagen, Travis elige ir a por una nueva serie de cuidadas y bonitas canciones en lo que han titulado The Invisible Band.

– Vuestro anterior álbum resultó ser un éxito inesperado. ¿Cómo fue experimentar que ese disco superaba lo que la industria esperaba de vosotros?

– Neil: Fue muy divertido. Como banda, no creo que uno ponga sus expectativas por debajo. Por supuesto, uno quiere hacerlo bien, ya sabes. Cuando ocurre, es bastante agradable. Es bueno algunas veces ser el que la gente espera que pierda. Creo que la parte más interesante es cuando todas las revistas que solían rechazarte te ponen en la portada.

– Gougls (riendo): Lo que me sorprendió a mí fue que trabajamos tan duro como con el primero, Good Feeling. Hemos visto las dos caras de la moneda. Nos hemos dejados las pelotas en un disco que no consiguió nada y nos las dejamos en otro que pegó el reventón.

– Neil, has mencionado las revistas. El Reino Unido tiene una prensa especializada muy activa y fanática. ¿Lees estas publicaciones?

– N: Miro las fotos. Las hojeo un poco y miro los cortes de pelo (risas). Realmente no les doy mucha credibilidad. No nos afecta de un modo subconsciente ni nada parecido. Puedes conseguir tanto una buena crítica como mala. Si es un buen periodista y tiene algo que decir -y eso incluye las críticas negativas- las acepto y estoy feliz con ello.

– D: Igual que ha habido una masacre en la buena música, ha habido una masacre en el buen periodismo. Los periodistas tienen una misión que es muy similar a la de los músicos: informar, educar y presentar una opinión de una forma entretenida.

– N: creo que lo que más cabreó a la prensa es que, si hubieran podido, The Man Who no hubiera vendido una sola copia. Fue tratado como una escoria hasta la muerte cuando apareció. Cuando se convirtió en un éxito, fue una gran sorpresa para la prensa. Nunca hemos sido particularmente queridos por la prensa.

– Si fue recibido con esas críticas tan frustrantes, ¿cómo es que The Man Who terminó siendo un éxito?

– N: Por la radio.

– D: Por la radio y los conciertos en vivo. Así es como conseguimos que la música llegue a la gente y el boca a boca funciona. Las críticas eran palabras sobre la música. La radio permitió que la música viva llegara a la gente.

– N: La radio es lo que lo empieza todo. Mira el caso de "Sing": fue número uno en las listas. Creo que fue escuchada por 80 millones de personas en el Reino Unido. Eso es jodidamente alucinante.

– Salisteis a una larga gira después de la explosión de The Man Who, tocando cada noche. ¿Hubo un punto en el que empezasteis a estar cansados de las canciones?

– D: Nunca nos cansamos de las canciones. Hay días en los que te sientes como un chamarilero. Es la realidad de la vida en la carretera. Encuentro que una cosa que me permite soportar esos días es saber que tocaré esas canciones. Si te cansas de ellas, es el momento de dejarlo. En serio, si te cansas de tocarlas en un año, ¿cómo van a durar? ¡Tienen que durar para siempre! Ése es el propósito de las canciones. Si la gente que compone esas canciones se cansa de ellas en un año, es que no son buenas.

– ¿Cómo se lleva el pensar y trabajar sobre el siguiente álbum cuando estás todavía de gira con el anterior?

– D: Es un proceso natural. Las canciones vienen de alguna parte y te fuerzan a empezar a improvisar y a trabajar sobre ellas. Siempre terminamos con un álbum de unas ocho o nueve canciones escritas y escribimos dos más en el último minuto. Eso se ha convertido en nuestra rutina. Cuando acabamos la gira estamos ansiosos de volver al estudio porque es el ciclo natural de creación para nosotros. Después de un año y medio de gira, estoy deseando ir hacia delante.

– Una de las críticas que se han hecho sobre vuestra música es que no es lo suficientemente política. ¿Qué respondéis a eso?

– D: Los humanos inventan cosas para que parezcan mejores. Inventamos la tecnología, la religión y la política para sentirnos mejor y controlarnos los unos a los otros. Lo que es interesante es que todo son sombras e ilusión. Lo esencial del negocio de ser humano es comer, cagar y follar y enamorarse. Estar alegre o estar triste. Son todas esas cosas fundamentales en la vida las que un buen músico debe atrapar.

– N: La música y el arte son todo una reflexión del sentimiento individual de una persona o de su personalidad. No somos políticos porque no sentimos la necesidad de serlo. Creo antes a un compositor que a un político.

– Mencionáis el hecho de que todos somos parte de una gran máquina. Obviamente queréis que vuestra música hable por si misma pero, al mismo tiempo, os veis forzados a sentaros con periodistas, discutir vuestras canciones y pretender que tenéis las respuestas para todo tipo de preguntas fuertes. ¿Cómo se mantiene el equilibrio?

– D: Puede ser duro. ¿Quién puede decir que por que eres miembro de una banda tienes una opinión que deba ser escuchada? Lo único que realmente sabemos mejor que nadie es el hecho de estar en esta banda. Pero entendemos que esto es parte de la industria.

– N: No puedes realmente hablar de música. Sólo de vibraciones y emociones, nada más.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA LA BUENA VIDA

ENTREVISTAS 2001

La Buena Vida: «La música es una fe»

El sexteto donostiarra edita hoy un quinto álbum exquisito en línea con su filosofía: «Cuando componer se convierte en industria, algo falla».

Tras vender una media de casi diez mil copias de cada uno de sus exquisitos discos de pop melancólico, el sexteto donostiarra edita hoy su quinto trabajo, Hallelujah, en la independiente madrileña Siesta, que afronta el lanzamiento más ambicioso de su trayectoria.

La Buena Vida, junto a los desaparecidos Le Mans, destacaron en el denominado Donosti sound de los 90. Compartían la dispersión geográfica de sus miembros, el desprecio de la industria musical vasca, el amor por el pop francés de los 60, similares argumentos sentimentales y adolescentes y una ejecución instrumental que, desde el minimalismo, evolucionó hasta el autoexigente barroquismo.

En este estadio se hallan en estos momentos La Buena Vida. Hallelujah es un álbum sobresaliente, un listado de grandes composiciones dotadas de lujo y sensibilidad orquestal que, sin embargo, no pierden la complicidad del pop. Un repertorio que mantiene su madurez sin sofocar su emotividad juvenil.

Melancólicos, líricos, cotidianos y cosmopolitas, tan arrobadores como Vainica Doble, Nick Cave, Tindersticks, Pauline En La Playa, The Smiths o Francoise Hardy, La Buena Vida tratan de llamar la atención del gran público con la voz susurrante de la dulce Irantzu Valencia.

Raúl, el batería, y Pedro, el bajista, contestan compenetrados a nuestro cuestionario, en estos momentos inciertos: ¿El gran público descubrirá sus canciones de mesa camilla perfectas para el otoño o los donostiarras continuarán elaborando orfebrería pop para varios miles de escogidos?

– ¿Pensabais llegar tan lejos?

No. Nuestra intención desde el comienzo era disfrutar, grabar discos y componer buenas canciones. Queríamos realizarnos musicalmente y hacer algo que nos enorgulleciera. Caminamos poco a poco y el primer objetivo fue grabar una maqueta. Luego, comprar los instrumentos, pues al principio nos los prestaron.

– ¿Conserváis aún las ganas?

Son diferentes. No eres el mismo con 20 que con 28 años, pero sí existe un espíritu común que te mueve a tocar, grabar, componer… Eso sigue como antes. Ahora nos gusta actuar en lugares más grandes, disponer de mayores medios de grabación…

– Siesta divulga que sois normales y vestís discretamente.

Jo, jo, jo… Si normal significa tomarse unas cañas y un pincho de tortilla, sí, lo somos. Somos burgueses, como el 80% de la población española. Vestimos bien, muy bien, pero ni hemos creado imagen, ni nos preocupamos por ella.

– Encaráis la etapa más ambiciosa de vuestra carrera. Edición a lo grande y gira de 25 fechas por toda España.

Sin duda. Ahora tenemos manager y una persona dedicada en exclusiva a la promoción.

– ¿Es la primera vez que contáis con mánager?

No, pero antes estábamos dispuestos sólo para conciertos esporádicos y actuábamos únicamente ciertos fines de semana. En el tercer disco, Soidemersol, estuvimos en Get In (importante promotora guipuzcoana que lleva a La Oreja de Van Gogh y M-Clan) y nos organizaron eventos sobredimensionados. Quisieron repetir lo de La Oreja, con recitales gigantes, y éramos un grupo medio, no de superestructuras de 200.000 discos. Llegamos a aparecer en las fiestas de Cullera. Era una situación surrealista. Incluso dimos conciertos sin cobrar un duro.

– Vuestro sello afronta una gira muy extensa y una promoción intensa. ¿Tiene tanto dinero?

Ha gastado en la grabación lo que no gastaría una multinacional. Siesta no saca la tijera y, si pedimos una orquesta, la consiguen. Dan importancia al disco y buscan calidad. Al encontrarse un producto tan bueno, han decidido apostar.

– Los capos de Siesta, Manuel y Mateo, ¿viven del sello o es un hobbie?

Uno es farmacéutico y otro ingeniero de minas. Se han visto superados por el trabajo de Siesta y han ampliado el negocio. Se han dado cuenta de que, después de nueve años, es hora de apostar.

– Vosotros también hicistéis una gran apuesta con el tercer CD, Soidemersol, editado en la multinacional PolyGram, y fracasó.

Invirtieron en la grabación, pero la promoción no corrió acorde con ese montaje. Incumplieron promesas y ni siquiera nos colocaron en El Corte Inglés. Prefirieron llevar a Ismael Serrano. Además, en esas fechas echaron a todo el organigrama que nos fichó y llegó otra persona que no confiaba en nosotros. Las multis son como dinosaurios y se mueven por inercia. Tienen su cuota de mercado, conocen el perfil de cada grupo y así baja la calidad musical en España.

– Sí, es una vergüenza que DRO tenga a Mojinos Eskozíos porque venden 150.000 copias.

Ya, han estudiado el mercado y supongo que a DRO, que forma parte de una multinacional, le viene la orden de arriba. Cuando la música se convierte en industria, algo falla. No pedimos romanticismo, pero sí no ser vulgar.

– ¿Cómo os librasteis del contrato con PolyGram?

Fue la crónica de una muerte anunciada. A nadie le interesaba otro álbum. ¿Para qué? Además, nuestras grabaciones no son baratas. Como grupo, damos cierta categoría a cualquier catálogo y tenemos un público fiel. De La Buena Vida se ha escrito mucho y bien, pero se nos ha oído poco y la gente no puede llegar a ninguna conclusión. De Soidimersol se habló y se habló, pero no sonó en ninguna radio. Ahí está el problema.

– ¿Cómo se graba con una orquesta de Praga?

Sobre las maquetas se meten líneas de orquesta en sintetizador. Las hizo Joserra Semperena, teclista de Duncan Dhu, un tío buenísimo. Cogió todas nuestras ideas y armonizó nuestras líneas de arreglos. Terminadas las canciones, fuimos a Praga con la partitura y topamos con unos fenómenos. Era un estudio gigante preparado para el cine, con el sistema THX de Lucas. Eso sí, son músicos del Este y tocan exactamente lo que viene en la partitura. No les pidas ‘dale un poco más swing a la tromba’.

– ¿El gran valor de La Buena Vida es la voz de Irantzu?

Sin duda. Nos diferencia de otros grupos y le da personalidad. Sin ella, no seríamos lo mismo.

– ¿Qué inspira vuestras letras? ¿El amor?

Casi todos son temas universales. Emociones. La mayoría de la gente escribe de lo mismo. Hemos evolucionado en general, y más en las letras, que cada vez nos importan y trabajamos con mayor afán. Es la primera vez que las reproducimos en el CD. Yo antes flipaba con las de Tom Waits, y ahora con las de Nick Cave.

– Gracias a ellas podéis llegar al gran público, pero sin explotar.

Se trata de explorar los sentidos. Debes pasar del ‘I love you, yeah’ a algo que emocione, pero no hay que confundir música y literatura. Si quieres escribir de verdad, haz versos, novela o lo que sea.

– La portada es del reputado Javier Aramburu. ¿Le pagáis?

Cobra un montón y es un profesional como la copa de un pino. Aramburu rechaza muchos encargos y crece como un fuera de serie. Primero escucha el disco, intenta captar los sentimientos y refleja lo que va dentro. Cuando te explica cómo ha visto el álbum, te asusta hasta qué punto sabe trasladarlo a un dibujo.

– La Buena Vida actúa poco. ¿Os asusta el directo?

No. Tenemos muchas ganas. Es algo pendiente con la gente y nos vamos a soltar con esta gira. Iremos con la orquesta pregrabada, porque ya hemos viajado antes con músicos mercenarios y alguno parecía funcionario. Tuvimos gente que miraba su agenda y el móvil mientras tocaba el violín.

– ¿Seguiréis tomando la música como un divertimento?

Hemos dado nuestra vida por esto. La música es una fe y aspiramos a lo máximo.

– Quería decir que si seguiréis al margen del negocio para evitar contaminar vuestra música.

Eso está claro. Además, se pueden vender muchos discos con este espíritu. Hemos tenido la suerte de grabar cinco álbumes cómo y cuándo queríamos. Somos muy celosos en eso y no dejamos que nadie interfiera en la música. Un día hablamos con Warner, les dijimos que haríamos un trabajo con orquesta, y saltaron: ‘¿Con orquesta de dos kilos? ¡Meted un teclado!’. Si te dicen eso al empezar, ¿qué pedirán en lo demás?

Xavier Valiño / DV

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA LA MALA RODRÍGUEZ

ENTREVISTAS 2001

Mala Rodríguez, rap con salero

Se llama María Rodríguez Garrido, reside en Madrid aunque es del barrio sevillano de La Macarena, y tiene 21 añitos y un disco, Lujo ibérico, producido por Jata Mayúscula y SuperNafamacho de CPV, que es la mayor sorpresa habida hasta el momento del hip hop estatal.

– ¿Por qué te llaman La Mala?

– Porque soy una hija de puta.

– Vaya. ¿Y cuándo empezaste a sospecharlo?

– Era broma, ¿eh? Es un adjetivo calificativo que me decían mis amigos.

– ¿Qué oías de niña?

– Rap americano, flamenco, jazz y The Police. También me gusta mucho la radio.

– ¿Entendías las letras del rap americano?

– Poco a poco. “Motherfucker” sí que lo entendía.

– ¿Cómo descubriste el rap?

– En Sevilla hay raperos, grupos, DJs… Hay horas de calle. El rap está en España. Más que nada en los bancos de la calle. Y en los estudios en los que se graba.

– ¿Rapeabas en los bancos públicos, con litronas?

– No bebo cerveza. Cervecita de vez en cuando, si me dan un buchito, pero no es por ahí. Va por otro lado. El rap es una crítica a la vida, a la sociedad, a lo que quieras. Es lo que quieres contar y que los demás sepan.

– ¿Y tú que criticas?

– La hipocresía, la falsedad, las ganas de joder.

– ¿No puede haber rap positivo, como el de De La Soul, por ejemplo?

– El mío es positivo y constructivo. Que cante las canciones esas quiere decir que veo esperanzas, a pesar de la mierda que hay.

– ¿Cuáles son tus grupos favoritos estatales?

– Los más potentes son 7 Notas 7 Colores. También SFDK y un montón de gente currándoselo, plantando cara a los diferentes estilos musicales. Aunque no cuaje en la sociedad española, pues ahí estamos. Y aunque nadie compre los discos, nosotros nos los escuchamos.

– ¿Qué te parece el nuevo disco de 7 Notas 7 Colores?

– Me parece muy adecudado para su estatura y para su peso.

– ¿Y en cuánto a tus influencias, cuáles citarías?

– Si hay que llamarlo influencia, el rap que escuchaba de chica: el gansta rap.

– ¿Empezaste a cantar rap o flamenco?

– Rap. No sé porque me mentas el flamenco. Si te suena a eso será porque soy andaluza y aquí somos muy moros.

– ¿Qué pensaban en tu casa cuando te ponías a rapear?

– “¿A dónde va esta niña? ¿Qué, te vas a un concierto a Andujar?” Hemos dado un montón de conciertos. Cutrecillos, pero ahí estábamos cantando. Aunque no es profesional, aquí hay una peña que está arrimando y hay que escucharla.

– ¿Cómo contactaste con la gente de Yo Gano?

– Accidentalmente. Compraron el contrato de grabación que tenía firmado con Zona Bruta.

– ¿Y por qué te ficharon los de Zona Bruta? ¿Les enviaste alguna maqueta, te conocían?

– Era el primer sello especializado en España y les envié una maqueta en el 96. No me llamaron, supongo que estaba demasiado verde. Con el tiempo me encontré con ellos y les entusiasmó la idea de trabajar juntos. Era el plan hasta que, por h o por b, acabé con Yo Gano. Vendieron mi contrato.

– ¿Yo Gano tiene más medios?

– No. Una cosa parecida. Mi disco se ha hecho por menos de un millón de pesetas.

– ¿Y cómo colabora Raimundo Amador?

– Conocía su música. Siempre le he escuchado, desde los tiempos de Pata Negra. Cuando se me ofreció la posibilidad de hacer un tema con él desde su discográfica, aunque fuera colaborar un poquito, dije que encantada de la vida, me mola su rollo.

– ¿La mujer está bien considerada en el rap, diciendo “bitch” en vez de “baby”?

– Por supuesto. En el rap se le da su lugar. De todas formas, yo opino que los hombres también son putas.

– ¿Te ves con hijos?

– ¿Me lo preguntas como mujer? Me gustaría tener hijos. Más que tenerlos, criarlos.

– ¿Qué piensas que harías fuera del mundo de la música?

– Estaría construyendo satélites.

Xavier Valiño

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