ULTRASÓNICA

ELECTRALANE: No Shouts No Call (Too Pure-Popstock!)

            Nunca han tocado realmente bien, no cantan especialmente bien, graban todo de forma natural y, sin embargo, Electralane apuntan cada vez más alto. Desde Rock It To The Moon en 2001, el cuarteto ha venido combinando post-rock rudimentario y repetitivo, indie-pop, jazz, krautrock y música coral, intentando dar unidad a sus intenciones. Ahora, en su cuarto disco, tras perder el miedo a comunicarse directamente (aquí hay textos hacia la persona amada, en lugar de poemas en francés) y una vez que han intentado aportar algo de emoción a su música y una intimidad sónica impensable en sus tres discos anteriores, Electralane han conseguido la quintaesencia de lo que se puede lograr con los elementos más básicos del rock (guitarras, baterías, voces y buenas melodías).

EDITORS: An End Has A Start (Kitchenware-PIAS)

            ¡Quién iba a decir que el sello independiente que dio a conocer al mundo el pop pluscuamperfecto de Prefab Sprout iba a tener su mayor éxito con un grupo que sigue las enseñanzas de Joy Division! El cuarteto de Birmingham sorprendió con su debut del 2005, The Back Room: sus angustiadas canciones llegaron a las listas de éxitos. Dos años más tarde repiten el esquema: si Interpol han mareado la fórmula en tres discos, ellos también lo pueden hacer: voz de barítono de su líder Tom Smith, temas entre Joy Division y The Chamaleons -en esta ocasión añadiendo algo de la épica de U2 de mediados de los 80- y singles contagiosos como “Smokers Outside Hospital Doors”. Por difícil que parezca, casi 30 años después de que alguien diera con este sonido, esto vende y Editors -con Interpol- son sus principales beneficiarios.

DEVASTATIONS: Coal (Beggars Banquet-¡Popstock!)

         Puede que el mundo no necesite más discos oscuros, llenos de desengaños, historias terribles y realidades duras. Pero algunos oyentes sí. Por eso hay quien recibirá el segundo disco de Devastations, editado en Australia en 2005 y hace poco en nuestro Estado, como maná celestial. Los australianos, que ahora tienen su centro de operaciones en Berlín desde que Blixa Bargeld les organizara unos cuantos conciertos en Europa, saben cómo trabajar esa clase de canciones que parten de las etapas berlinesas de Lou Reed y David Bowie para acabar en Nick Cave, la referencia a la que siempre se enfrentan cuando se habla de ellos. Sí, puede que la voz de barítono del vocalista y bajista Tom Carlyon recuerde a la de su compatriota y a lo que hizo con los Bad Seeds en el Melbourne de mitad de los 80, pero en su segundo disco, más que los textos, lo que hace que vuelen por sí solos es el uso de la instrumentación y las orquestaciones, su auténtico don. Cada coro, cada violín, incluso cada concesión a la violencia musical -como en “Take You Home” o “What’s A Place Like That Doing In A Girl Like You” (gran título, por cierto) – suena necesaria, vital para la razón misma de la existencia de la canción. Da igual que el espíritu de Leonard Cohen ande por ahí, que Tindersticks y Black Heart Procession se muevan en coordenadas no muy distintas, que nos podamos imaginar a Bryan Ferry cantando “Sex & Mayhem”, que la sensación de incomodidad de algunas películas de David Lynch se pasee por “Take You Home” o “A Man Of Fortune”, que Jarvis Cocker pudiera hacer suya  “Terrified”… Devastations son tan necesarios para algunos como el humo y el licor al que invocan.

CYNTHIA LENNON: John (Libro) (Robinbook)

         Existen muchas historias y biografías de The Beatles, especialmente del controvertido y genial John Lennon, pero ésta sobresale por un hecho especial: está escrita por su primera mujer y madre de su hijo Julian, la cual compartió con los Beatles su etapa de formación, su ascenso al estrellato y su periodo de disolución. Los testimonios y revelaciones que ofrece aquí Cynthia Lennon llenan por fin numerosos espacios nebulosos de la vida y la personalidad de John Lennon, así como de la trayectoria de los demás componentes de los Beatles y otros personajes destacados asociados a ellos, como Brian Epstein y Yoko Ono, hablando de episodios de los que jamás se ha hablado y entrando sin reparos en controversias nunca aclaradas.