ULTRASÓNICA

BECK: The Information (Universal)

            Según Beck, éste iba a ser su disco de hip-hop. Pues no: The Information es un disco que recupera gran parte del espíritu de Odelay y Midnight Vultures, como si Sea Change nunca hubiera existido, y ello a pesar de contar con Nigel Godrich, habitual de Radiohead, como productor. Por lo tanto, en su noveno álbum encontramos al Beck más juguetón, el que combina sonidos de todos los tiempos para parir ese crisol que es su marca de la casa, al menos por lo que más se le recuerda. De todas formas hay que decir que algo de razón lleva: el hip-hop está en la base de una buena parte de los temas, por lo que su intención original tampoco se ha desvirtuado tanto.

BEBEL GILBERTO: Momento (Ziriguiboom/Crammed-V2/Nuevos Medios)

            A pesar de que grabó sus primeras canciones a los siete años, en 1973, y de que hizo un EP en 1986, Bebel Gilberto no editó su primer disco, Tanto tempo, hasta el 2000. La hija de Joao Gilberto y Miucha, hijastra de Astrid Gilberto y sobrina de Chico Buarque, lanzó un segundo disco, homónimo, en el 2004. Ahora, tres años más tarde reaparece con Momento, en el que parece que su fórmula se asienta y encuentra el punto medio que siempre ha estado buscando y que, también es verdad, conseguía igualmente en sus dos anteriores trabajos, revitalizando la bossa nova a base de pop, electrónica y algo de samba, atreviéndose incluso con el “Night & Day” de Cole Porter.

APOSTLE OF HUSTLE: National Anthem Of Nowhere (Arts & Crafts/Sinnamon)

         Apostle Of Hustle es el proyecto paralelo de Andrew Whiteman, el inconfundible guitarrista de Broken Social Scene. Tras la telúrica hipnosis de su psicodélico debut, Folkloric Feel (04), con su segundo disco, National Anthem Of Nowhere el grupo formado en 2002 revalida su imaginario de rock heterogéneo con préstamos latinos y ecos a Tom Waits, PJ Harvey y Marc Ribot. En este interesante segundo disco viaja de la euforia del pop de guitarras de “Justine, Beckoning” a las sombras de Jimmy Scott, con ecos a Belle & Sebastian, Calexico y Jeff Buckley, incluyendo un homenaje a Víctor Jara (“Fast Pony For Víctor Jara”, el tema más reivindicativo del disco).

AMY WINEHOUSE: Back To Black (Island-Universal)

         Back To Black es ya uno de los discos soul más sobresalientes editados en los últimos años por una artista joven, incluso teniendo en cuenta su procedencia, el Reino Unido. Frank, su debut, ponía en la pista de una excelente cantante y compositora, aunque muy centrada en el jazz. Su segundo álbum toma la senda del soul clásico, de los grupos de los 60, de Phil Spector, The Supremes o Aretha Franklin. Y lo mejor es que se siente que Amy Winehouse, por muy joven que sea, lo ha vivido: una ruptura sentimental, de la que dan fe las letras, y la rehabilitación de su adicción al alcohol de la que habla en una de sus mejores canciones, “Rehab”.

AKLI D: Ma Yela (Because-Warner)

        Akli es la voz de la inmigración en una sociedad acostumbrada a fagocitar noticias de cayucos todos los días. Su debut, Ma yela, es una de las sorpresas del año. Producido por Manu Chao, el disco contiene 13 canciones cantadas en argelino, francés y castellano. Como exiliado bereber de Argelia, Akli D pasó sus primeros años en Francia sin hogar, tocando en el metro de París. Su debut va más allá de un único estilo o historia. Como sus primeros días en Europa, su música tiene mucho de impredecible y algo de afortunado caos, combinando pop del Norte de África, folk de Argelia y algo así como blues, con letras políticas que hablan de problemas en lugares olvidados como Chechenia o Argelia.