CAMPUS GALICIA ARTICULO JEFF BUCKLEY

ARTÍCULOS 2004

JEFF BUCKLEY: In memoriam

Se cumplen diez años de la edición de Grace, el único disco editado en vida por Jeff Buckley y puede que el gran disco de los 90. Con motivo de una edición especial que incluye un segundo disco de canciones inéditas de aquellas sesiones no editadas hasta ahora y un DVD, le rendimos nuestro más sincero homenaje en cuatro partes: el comentario de su único disco editado en vida, un somero repaso por su vida y obra, declaraciones de otros artistas sobre él y, por último, las canciones que otros compusieron como tributo al que fue, probablemente, el artista más influyente de los 90.

JEFF BUCKLEY: Grace (Columbia-Sony, 94)

¿Qué pensar de un disco de debut que mezcla brillantes canciones originales con temas de Nina Simone, Leonard Cohen o de un tal Benjamin Britten? Pues, evidentemente, que su responsable no es un cualquiera y que tiene que estar muy seguro de lo que se trae entre manos. No, no hablamos de un desconocido.

Cuando Jeff Buckley apareció casi por sorpresa en el 94 -antes sólo había editado un EP de cuatro canciones en directo, Live At Sin-é-, se le pudo ubicar fácilmente por ser hijo del atormentado y gran cantautor Tim Buckley, que había fallecido unos cuantos años antes víctima de una sobredosis. No servía de nada: Jeff casi no había conocido a su padre y renegaba de él por haberse fugado de su casa cuando aún era un niño. La mala suerte hizo que Jeff acabara prematuramente su carrera, como su padre, aunque en su caso ahogado en el Mississippi, dos años después de publicar su debut.

Grace destaca en una primera escucha, sobre todo, por la brillantez vocal de Jeff Buckley, su instrumentación ambiciosa y un sentimiento de ser fiel y verdadero al espíritu de las canciones, así que poca importancia tiene que tres de ellas sean versiones. Canciones nuevas llenas de inventiva, versiones insospechadas y una voz tan profunda y inusual como la de su padre son sólo algunos de los elementos característicos de lo que fue un talento único.

Su primer y único disco editado en vida es un álbum definido por sus extremos y, ciertamente, no es para oyentes que no le dan al rock apasionado una segunda oportunidad. Buckley canta con poder y una intensidad perturbadora. Los textos que vieron la luz después de las mezclas muestran un artesano muy meticuloso a la hora de componer y que trata de enfrentarse, a través de la poesía, a un amplio abanico de emociones y percepciones.

El trabajo de guitarra de Buckley desafía cualquier definición: espartano y cristalino en “Lilac Wine” o “Hallelujah”, melancólico y acústico en la maravillosa “Lover, You Should Have Come Over” o como un muro de sonido eléctrico. Si hay que sonar como Led Zeppelin, Buckley lo hace y no pide perdón, como en “Mojo Pin” o “Grace”, ambas co-escritas con el antiguo guitarrista de Captain Beefheart, Gary Lucas. Además, cuenta con una gran labor de equipo, gracias a la percusión de Matt Johnson, el bajo de Mick Grohndahl y pinceladas de color de una sección de cuerda, un órgano y tablas. Grace es fascinante, difícil de escuchar y un trabajo muy sólido. El único disco imprescindible de los 90. El disco más influyente en los músicos de los últimos años. Nunca lo confundirías con cualquier otro disco.

Xavier Valiño

JEFF BUCKLEY – In memoriam

El dia en que iba a morir, Jeff Buckley fue a la marina de Mud Island, cerca del Mississippi, en Memphis, Tenessee con un amigo.Estaban escuchando música y tocando la guitarra, cuando Jeff decidió bañarse vestido, cosa que ya había hecho antes.Cerca pasaba un barco presto para atracar, agitando las aguas en la maniobra.De un momento a otro ,le perdió de vista.Tres dias después los pasajeros de un barco encontraron su cadaver flotando, atrapado entre ramas, tenía 30 años.El pasado 29 de Mayo se han cumplido 5 años de tan infausto acontecimiento.

Había nacido en el californiano condado de Orange, hijo de Mary Guibert y una celebridad folk a la que apenas conoció, Tim Buckley, con la que compartía su talento musical, la voz celestial y la belleza, amén de, paradojicamente, un deceso prematuro.

Empezó a tocar en el instituto, en algunos grupos, pero se deshizo de todo lazo cuando decidió marcharse a Nueva York para estudiar música.Allí formó parte de Gods & Monsters, dejándolos al poco para dedicarse a tocar en bares y cafés.Su talento no pasó desapercibido y acabó firmando con Columbia para lanzar el E.P. de estreno “Live at Sin-E” a finales de 1993, con temas propios y versiones de Edith Piaf y Van Morrison con la sola compañía de su guitarra.La acogida fue muy buena, por parte de público y crítica.

Pero lo que era una promesa como tantas se convirtió con “Grace” (1994) en una realidad en mayúsculas, en una realidad propia de listas de lo mejor del año.Esta vez Jeff estaba acompañado de una banda solvente al servicio de sus múltiples influencias.Grace es una obra cumbre de la música, un disco de terciopelo, sensual,furioso, delicado, que colocó a su autor, de la noche a la mañana, en la cumbre, en el número uno de las influencias que gustosamente se reconocen.Ni la apoteósica “Grace”, ni la gloriosa "Last goodbye", ni la paradójica“Eternal life”, ni una asombrosa versión del “Hallelujah” de Cohen ( droga dura para los oídos, juro que engancha) pasarán jamás al olvido, siempre teniendo presentes que el resto de temas de tan glorioso disco no son, ni muchísimo menos, de relleno.

Demasiado autocrítico y muy poco dado a los avatares del mercado musical, trabajó con ahínco, pero sin prisas en un disco que se titularía "My Sweetheart, The Drunk", empezando a grabar en Memphis, estando enfrasacado en tal tarea cuando aconteció el desgraciado avatar.Las inconclusas grabaciones serían publicadas como “Sketches (For My Sweetheart, The Drunk)” en 1998, abriendo la veda a la recuperación de grabaciones post mortem habitual, aunque realmente necesaria en este caso.Más tarde vendrían “Mystery white boy”, colección de temas en directo y quien sabe ya qué mas.Esperamos más exhumaciones con anhelo, mientras su reconocimieno como figura clave de los noventa va quedando cada vez más clara.

Una pérdida de hondo calado, un cantante excepcional, un músico de lujo, una voz irrecuperable, un mito que nunca quiso serlo.El destino, al parecer, no está exento de cierta ironía.Pedro Hermida

LAS OPINIONES DE OTROS ARTISTAS SOBRE JEFF BUCKLEY

– Bono (U2): “Jeff Buckley era una gota pura en un océano de ruido.” – Elvis Costello: “Espero que la gente resista la tentación de convertir su vida y muerte en una estúpida fantasía romántica. Él era mucho más que todo eso. Jeff Buckley tomaba cualquier canción y la hacía suya, embelleciéndola, de una forma tan natural que muy poca gente puede hacer.” – Jimmy Page (guitarrista de Led Zeppelin): “El disco que he escuchado sin parar en los últimos doce meses es Grace. Es un gran cantante. Tiene tanta variedad emocional, tanto en las versiones, como la de Leonard Cohen, como en sus propias canciones. Robert Plant y yo lo vimos en directo en Australia y nos dejó aturdidos. Alguien le gritó que dejara de tocar música tan profunda, y él le dio la respuesta perfecta: “La música debe ser como hacer el amor. Unas veces te apetece suave y tierno y otras quieres que sea fuerte y agresivo.” Creo que a Led Zeppelin nos hacía el mejor de los cumplidos con su música.” – Elizabeth Fraser (cantante de Cocteau Twins):“Me apasiona cantar con Jeff. Ha escrito una canción llamada "Grace", que literalmente me pone los pelos de punta. La primera vez que la escuché sudaba como una novia en su día de boda. La música nunca me había provocado esa reacción antes.”

– Nelly Furtado: “Amo a Jeff Buckley. Grace cambió mi vida. Él influyó profundamente en mis canciones, en mi forma de componer y en mi forma de actuar, en todo.”

– Eddie Vedder (líder de Pearl Jam):“Una vez estuve con él. Estuvimos hablando y tocando. Me tocó una versión de “Indifference” para mí sólo. Nunca olvidaré cómo lo hizo… Me quedé sin habla… Uno de los momentos más memorables de mi vida… Ojalá lo hubiera conocido mejor.”

– Fran Healy (líder de Travis): “Me contaron que un día Tom Yorke de Radiohead fue a verlo actuar y, a continuación, marchó directo al estudio a grabar “Fake Plastic Trees”. Así que cambió su forma de cantar basándose en lo que le había visto a Jeff Buckley, más o menos cuando a mí me pasó lo mismo. Yo lo vi en otra actuación, en Glasgow, y pensé que su voz no era de este mundo. Era algo que elevaba el espíritu y yo, descaradamente, traté de copiarlo.”

– Alanis Morissette: “Amo a Jeff Buckley. No es que quiera imitar su estilo, pero… Cuando estoy en el estudio, grabando las partes vocales, pienso en él. La prioridad es expresarme de esa forma.”

– Bernard Butler (primer guitarrista de Suede): “He conocido un buen montón de estúpidos en el mundo de la música. Jeff era el que tenía más talento y, al mismo tiempo, el más agradable. Era el único de quien esperaba con ansiedad escuchar nuevas canciones. Mi mujer y yo hablamos mucho de música, y siempre nos decíamos que, por muy cínicos que fuéramos, sabíamos que Jeff Buckley siempre haría discos enormes. Durante un año toqué una de sus canciones, “Last Goodbye”, todos los días, a pleno volumen. Nadie más me ha hecho sentir sin miedo de ser yo mismo… Me hizo feliz.”

Xavier Valiño

LAS CANCIONES TRIBUTO ESCRITAS POR OTROS EN HOMENAJE A JEFF BUCKLEY

– Cocteau Twins: Rilkean Heart y Half-Gifts (Milk And Kisses, 1996)

Elizabeth Fraser, una de las voces más embrujadoras del pop, fue una de las mejores amigas de Jeff Buckley, y llegó a grabar varias canciones con él que aún permanecen inéditas. En su álbum ¿póstumo? le dedicó estas dos canciones. “Busqué en ti experiencias trascendentales que me transportaran lejos de la soledad y la alienación, hacia un sentimiento de conexión, estática y mágica. Me convertí en una adicta en esa búsqueda…”

– Juliana Hatfield: Trying Not To Think About It (En el EP “Please Do Not Disturb”, 1997)

En este caso, Juliana conocía a Jeff de sus primeros tiempos, cuando éste solía hacer de telonero en sus conciertos. Aunque alcanzó más notoriedad que ella, siguieron siendo amigos. “El Mississippi tiene una fuerte corriente… Dime que estoy soñando, que es una pesadilla.”

– Hole: Boys On The Radio (Celebrity Skin, 1998)

La ocasión que Jeff estuvo más cerca de ser una figura pública fue después de un breve encuentro con la viuda de Kurt Cobain, Courtney Love. Ésta le dedicó una canción. “Los chicos que suenan en la radio se golpean y queman, se retraen y se desvanecen lentamente en tus interminables noches de verano.”

– Duncan Sheik: A Body Goes Down (Humming, 1998)

El cantautor estadounidense se toma la tragedia con proporciones bíblicas. “Un cuerpo se ahoga con el peso de una belleza temerosa de su luz. Que avisen a los hombres sagrados. Consolad a vuestros hijos e hijas.”

– Chris Cornell: Wave Goodbye (Euphoria Morning, 1999)

El que fuera líder de Soundgarden escribió la canción, que apareció en su primer disco en solitario, justo después de la muerte de Jeff. Además de amigos en vida de Jeff, ayudó a seleccionar las canciones de su disco póstumo Sketches For My Sweetheart The Drunk. Un verso de la letra: “Cada cosa dolorosa que dijiste resuena en tus oídos cuando echas de menos a alguien.”

– Willie Nile: On The Road To Calvary (Beautiful Wreck Of The World, 1999)

Para muchos, el cantautor estadounidense compuso el mejor tributo posible para Jeff Buckley. “Me llevaste por el río poderoso, me levantaste sobre el mar bravo. Me das todo este amor que tienes para repartir, en mi porche de atrás de camino al calvario. ”

– Aimee Mann: Just Like Anyone (Bachelor #2, 2000)

Llegó a conocer a Jeff, pero no tuvo tiempo para dedicarle toda la atención que hubiera querido. “Eras uno de nosotros y me pregunto, como todo el mundo, si hay algo más que yo hubiera podido hacer.”

– Mark Eitzel: To The Sea (The Invisible Man, 2001)

En uno de sus discos en solitario, el que fuera líder de American Music Club se lamenta de no haber conocido suficiente a alguien a quien estimaba. “Creías que estaba ocupado, pero sólo estaba ocupado escapando de tu belleza.”

– P. J. Harvey: Memphis (Cara B del single “Good Fortune”, 2001)

P. J. Harvey compartió muchos momentos con Jeff Buckley. La que iba a ser una canción más de su último disco, Stories From The City, Stories From The Sea, acabó como cara B. “Tú respirando en mi boca… Lo tomo, lo tomo, lo tomo.”

OTRAS:

– Heather Nova: Valley Of Sound (Siren, 1998)

– The Frames; ‘Neath The Beeches (Dance With The Devil, 1999)

– Ron Sexmith: In A Flash (Whereabouts, 1999)

– Zita Swoon: Song For A Dead Singer (Paint Pictures On A Wedding Dress, 1999).

– Those Bastard Souls: The Last Thing I Ever Wanted Was To Show Up And Blow Your Mind (Debt And Departure, 1999)

– Amy Fairchild: Jeff Buckley Song (Demographic, 2000)

– Kashmir: Gorgeous (The Good Life, 2000)

– Angelou: Little Sister (While You Were Sleeping, 2001)

– Rebecca Moore: Live In Blue Sparks (Home Wreckordings, 2001)

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO CONCIERTO THE JAYHAWKS

ULTRASÓNICA ARTÍCULO CONCIERTO THE JAYHAWKS

ULTRASÓNICA

ARTÍCULOS 2004


The Jayhawks

Fecha: sábado, 27 de marzo de 2004

Sala: Capitol, Santiago

Estilo: Rock

Público: 700 espectadores

Nuestro primer contacto con Gary Louris en la sala ya nos avisaba que aquello se iba a convertir en una fiesta. Cruzando la barra para sortear la sala llena, se acercó al escenario cuando aún estaba Kraig Jarret Johnson & The Program tocando y subió a acompañarlo con la guitarra y su voz. El pipa se volvía loco con su pandereta. Y Kraig cerraba su actuación de escasos 40 minutos como un tren desbocado con, precisamente, la canción más acelerada de su debut, “Freight Train”. 

Media hora más tarde, Gary Louris volvió a leer, una vez más, el libro de estilo de las raíces del rock en la insuperable Sala Capitol, tanto para los fieles como para los neófitos. Y triunfó, sobre todo cuando empastaba sus voces con el batería Tim O’Reagan como si fueran los mismísimos Byrds.  

A su lado, instituciones vivas del nuevo rock americano de los 80 como  Stephen McCarthy de los Long Ryders en la pedal steel guitar. Y como invitados, entre otros, su antiguo compinche en la banda -y ahora telonero- Kraig Jarret Johnson (“una vez se ha sido un Jayhawk, se es un Jayhawk para siempre,” dijo) o compañeros de fechorías como Juan de los Vancouvers en la última gira de los Jayhawks por aquí. 

Se ganaron a los que no conocían al dedillo sus siete discos con la versión del “Bad Time” de Grand Funk Railroad. Y sentí que me daba la razón cuando, en los bises, además de ese “Fools On Parade” -“Locos de marcha”- escrito en la caótica última gira española, se arrancó con “Tailspin”, sin duda la mejor canción del ya clásico Rainy Day Music. Pero había más. 

Ese más pasaba por la reivindicación de Golden Smog, proyecto en el que participaron -¡vaya casualidad!- los dos protagonistas de la noche, Louris y Jonson (además de gente de Wilco, Big Star o The Replacements). Para la despedida, con todos los invitados en el escenario, al estilo de The Band, el mejor tema de Golden Smog y una de las canciones imprescindibles de los 90: “Until You Came Along” -por cierto, horas antes, Johnson me confesaba que habrá tercer disco de Golden Smog-.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ARTICULO HOMENAJE A JOE STRUMMER -CURIOSIDADES-

ARTÍCULOS 2003

Joe Strummer, detrás del punk político

Se reedita en estos días el disco London Calling, el primer gran disco de los 80 -a pesar de haber sido editado a finales de 1979- en formato triple, incluyendo un nuevo disco con canciones inéditas pertenecientes a las sesiones de grabación y un DVD. Para quien no tenga nada de The Clash, éste es el disco más relevante que puede comprar este año. Por supuesto, la muerte de Joe Strummer el 22 de diciembre de 2002, ayudará a la venta del disco. Aunque, en este caso, no hay mal que por bien no venga, si una nueva generación descubre a la banda más importante del rock comprometido.

Sus compañeros quieren que este lanzamiento sea un homenaje a Joe. "Mientras estábamos recopilando los cortes de nuestro último álbum recopilatorio, sufrimos la trágica e irreparable pérdida de nuestro amigo. Nos gustaría dedicar este disco a su memoria."

Cada frase que dijo en su día Joe Strummer era un slogan; cada cosa que hizo un acto simbólico, puede que premeditado o reformulado para convertirse en otro capítulo grandioso dentro de la leyenda que fueron y son The Clash.

Todos conocemos de sobra la importancia de The Clash, su discografía, las aventuras de Joe Strummer… Por eso, desde aquí, y coincidiendo con este nuevo recopilatorio, preferimos recordar algunos de los momentos más curiosos de su trayectoria, como nuestro particular homenaje.

– Joe Mellor -su verdadero nombre-, nacido en Turquía en 1952, siempre se sintió menospreciado por los punks por provenir de una familia de clase media, ya que su padre era diplomático. Para justificarse, en más de una ocasión intentó explicar que su padre era un simple funcionario de base y que su única propiedad era una única vivienda. Lo cierto es que trabajó limpiando los lavabos de la Ópera de Londres y que a Mick Jones y Paul Simonon se los encontró en la cola del paro.

– Mientras mantenía su primer grupo, The 101’ers, vivió en una casa ocupada. Allí estaban, entre otros, un navarro y dos malagueñas, con lo que se inició su larga relación con España. Una de ellas, Paloma, que cambió su nombre por Palm Olive, fundó de The Slits. En aquel momento, el grupo favorito de Joe Strummer era Doctor Feelgood y su canción favorita “Gloria” de Van Morrison.

– En abril de 1976, los Sex Pistols hicieron de teloneros de The 101’ers y Joe quedó epatado -a aquel concierto asistieron también Mick Jones y Paul Simonon-. Además, se volvió loco con el primer disco de los Ramones. En esos días todo cambió. Dejó el rhythm & blues y abrazó el punk y pasó a llamarse Joe Strummer -golpeador-.

– Como mandan los cánones del punk, a Joe Strummer y Mick Jones les importaba un pimiento que sus compinches en lo que iba a ser su grupo supieran tocar su instrumento. Paul Simonon, a quien se le encargó del bajo, en su vida había tocado una nota. Eso sí: su imagen era la apropiada, la de un rebelde guapo que atraía a las fans -fue votado el hombre más sexy en una de las encuestas anuales de la revista Playgirl- y que, además, se dedicaba a pintar.

– En la primera entrevista que The Clash dieron sólo hablaron de su ideario político. “La gente debería saber que somos anti-fascistas, anti-violencia, anti-racistas y pro-creatividad”. En ningún momento hablaron de técnica musical.

– Siempre dijo que no le gustaba nada la costumbre del público de escupir en los conciertos punk. Es más: echaba la culpa de una hepatitis de seis meses que sufrió a un escupitajo que alguien le tiró en un concierto y que él tragó.

– La abuela de Mick Jones hizo de mecenas en sus inicios: les dejó su vivienda en el piso 18 de un edificio para componer su primer disco y ensayar. Además, no se perdía una actuación de su nieto y sus compinches.

– Cuando Mick Jones apareció con “Remote Control” para incluir en su primer disco, el resto del grupo la llamó mini-ópera. Duraba… ¡dos minutos y medio!

– The Clash, su primer disco, no convenció a su compañía americana por su “horrible sonido”. Pensaron en no editarlo nunca, hasta que se dieron cuenta de que las copias importadas vendidas pasaban ya de 100.000. De todas formas, sacaron las canciones que les parecieron menos interesantes e incluyeron numerosos singles que nunca habían aparecido en un LP. De esa forma, la edición americana se ha convertido en uno de los discos definitivos de The Clash y el que siempre aparece, junto a London Calling, en las listas de los mejores discos de la historia.

– Joe Strummer era un enamorado del reggae y fue quien lo introdujo al resto de la banda haciendo que sonara natural dentro de sus estructuras rock, como en las versiones de “Police & Thieves”, “Pressure Drop”, “Armagideon Time” o toda la cara dub de Sandinista! Sin embargo, cuando él y Mick Jones visitaron Jamaica después de grabar su primer disco, se encontraron totalmente solos y temieron por sus vidas, con miedo a una comunidad de color en la que no se integraron. Regresaron rápidamente a Inglaterra y la primera canción que compusieron fue “Safe European Home” -“El seguro hogar europeo”-.

– Joe Strummer siempre reconoció que su voz no era nada especial, que era áspera como la de Lemmy de Motorhead o Rod Stewart, pero que lo importante era poner el alma en ello y no la técnica. El productor de Give’Em Enough Rope, Sandy Pearlman, al que no le gustaba nada la voz de Joe, la mezcló con menos volumen que la batería en aquel disco.

– La portada de London Calling! es un homenaje -o copia- del disco Rock And Roll de Elvis de 1956. La imagen desenfocada de Paul Simonon rompiendo el bajo no le gustaba a Pennie Smith, su autora, pero Strummer la convenció para que fuera la elegida. Años más tarde, Siniestro Total la retomaron en la portada de su single “Sexo chungo”, aunque en este caso el instrumento estrellado contra el suelo era una gaita.

– Para justificarse por grabar con una multinacional, el grupo convenció a su compañía para editar el doble London Calling y el triple Sandinista! a precio de disco sencillo -aunque España fue el único país en el que Sandinista! se vendió a precio de triple-. Detrás de esta estrategia había otra motivación: Joe Strummer estaba convencido de que entregaba cinco discos y que así acabaría antes con el contrato por ocho discos que había firmado con Sony.

– Después de sus visitas a Granada, Joe Strummer intentó colocar algunas líneas en castellano, todas incorrectas y sin mucho sentido en sus canciones. En “”Spanish Bombs” canta “Yot’ quierro y finito / yote querda, oh ma corazón”. Y en “Should I Stay Or Should I Go” dice “Me arrodilla y está feliz / Al rededar en tu espalda / Si me voy va peligro / Me quedo es doble”. Tal vez Manu Chao empezó por aquí sus clases de castellano.

– The Clash fueron el primer grupo blanco en interesarse por un estilo que estaba naciendo: el rap. Invitaron a los pioneros Grandmaster Flash & The Furious Five a ser sus teloneros e introdujeron ese sonido en “The Magnificent Seven”, “This Is Radio Clash” y “Lightning Strikes (Not Once, But Twice)”.

– A principios de 1982 Joe desapareció durante un mes, dejando a sus compañeros colgados, justo cuando iban a empezar una gira. Años más tarde aclaró que necesitaba un descanso y que había estado en París emborrachándose y corriendo el maratón. Lo cierto es que su manager Bernie Rodhes, consciente de las desavenencias que empezaban a aparecer en el grupo, le ordenó desparecer durante una temporada.

– Joe Strummer produjo en 1986 el disco Más de 100 lobos de los granadinos 091. También produjo a The Pogues e hizo varias giras con ellos, como guitarrista y como sustituto de su cantante Shane MacGowan.

– En 1991, los Estados Unidos dieron la señal convenida para el inicio de la Guerra del Golfo haciendo sonar “Rock The Casbah” a través de la emisora de sus Fuerzas Armadas. Seguro que Joe Strummer se revolvió de asco en el momento en que se enteró. En la canción, compuesta con un propósito muy distinto, hay frases como “El rey llamó a sus aviadores / Y les dijo empezad a ganaros la paga / Dejar caer las bombas entre los minaretes / Por el camino de la casbah”.

– “Should I Stay Or Should I Go”, el único single número uno del grupo, lo fue en 1991, ocho años después de su edición original, gracias a su inclusión en un anuncio de los vaqueros Levi’s. Joe Strummer no quería ni oír hablar del tema; sin embargo, Mick Jones prestó su consentimiento. Hasta el día de su desaparición, Joe no se lo perdonó.

Xavier Valiño

THE WATERBOYS: «THIS IS THE SEA»

The Waterboys: This Is The Sea

El gran azul

   

         This Is The Sea, de 1985, el mejor disco de The Waterboys y aquel en el que Mike Scott logró con mayor acierto poner sobre el papel la gran música que rondaba por su cabeza, acaba de ser reeditado en una edición doble con un segundo disco de material inédito, una vez remasterizado.  Leer más

FIB HEINEKEN 2004

FIB, diez años y sumando


Belle & Sebastian en su festival favorito

(Fotos: Xavier Valiño)

        Los números marean -30.000 espectadores diariamente de media, 30% de público extranjero, 1.000 periodistas, más de cien actuaciones…-, pero eso es lo de menos. Benicassim es ya el punto de encuentro de dos generaciones, una en crecimiento y otra a la que le cuesta dejarse arrinconar. La primera, la de los artistas clásicos, refrendados este año por un público más adulto de lo habitual, al que se le suman los treintañeros que ya empezaron con la primera edición y que ahora acuden con sus bebés. Y la segunda, la de los jóvenes que siempre han acudido en masa al festival, y que este año se sentían menos representados por la menor presencia de artistas de ahora. 

        Ambas tuvieron este año momentos para el disfrute y momentos para la decepción. La mayor, para todos, la ausencia de Morrissey, anunciada tan sólo una hora antes de su concierto, cuando su escenario y sus músicos estaban ya preparados. La razón más probable: problemas técnicos de su avión privado y un ataque de ansiedad como consecuencia. Las gestiones para ubicarlo en otro horario no resultaron, según la organización. Su propuesta para tocar el domingo fue rechazada, según su manager. Da igual; los perjudicados fueron los fans y todos aquellos que compraron sus entradas: las lágrimas de muchos eran buena prueba. 

Tindersticks, ¿alguien dijo tristeza?

        El jueves, una vez caídos del cartel The Shins y Paul Weller, no prometía demasiado. A Tim Booth le faltan las canciones que tenían James y sus ganas de agradar son demasiado evidentes. Fangoria, a pesar de atraer al público más numeroso, no pudieron con su pésimo sonido. Ash supieron relegar el heavy-pop de su último disco, Meltdown, para imponerse con lo mejor de su –intrascendente- repertorio. Zoot Woman, sin Stuart Price -de gira con Madonna como director musical-, hicieron méritos al peor concierto de los cuatro días.

        El viernes ya se anunciaba distinto desde que Snow Patrol arrancaron la primera ovación. Guille, de La Casa Azul, también lo consiguió, demostrando que esto era, en un principio, un festival de pop. Sin embargo, el rock no le quedó nunca lejos, y ahí estaban Kings Of Leon para demostrarlo, alejándose de sus guitarras sureñas para avanzar que se acercan a Television en lo que será su segundo disco.

Einstürzende Neubaten, qué miedo

        Tindersticks bordaron la primera actuación sobresaliente del festival. Sus canciones tristes e intensas no tienen nada que ver con las bromas que se gastaban antes de salir al escenario. A esa hora, Air intentaban sacar lo mejor de su vertiente pop sin que se les notara en exceso su ramalazo sinfónico. Pero entonces llegaron los alemanes Einstürzende Neubauten, con Blixa Bargeld al frente, y pusieron una tensión y un desasosiego como nunca se había visto en Benicassim, con sus planchas metálicas, vibradores, bidones e instrumentos imposibles. The Charlatans, a su lado, no daban más que para una canción, “Sprotson Green”, y eso gracias al Hammond, que ensombrece a todo el resto.


The Charlatans, ¿cuándo se pasó el arroz?

        Todavía quedaban dos de los nombres clásicos de la electrónica. Lo de Pet Shop Boys y Kraftwerk no se diferenció mucho: sendas interpretaciones eficientes, con un montaje frío, de sus grandes éxitos. Sucede que los primeros van por el lado hedonista de la vida y convencieron sólo a sus seguidores, que parecían ser muchos, mientras que los segundos, con un guión mucho más cerebral, acabaron por seducir a todos, aunque sus trucos probablemente no causen el mismo efecto una segunda vez.


Scissor Sisters, full monty

        Al día grande, el sábado, le tocó lidiar con la decepción de Morrissey. Los más beneficiados por su ausencia y la necesidad de diversión fueron Scissor Sisters, que aprovecharon su oportunidad con el concierto más bailable y bailado, incluyendo un desnudo integral de Babaydaddy. Son como un chiste, pero de los buenos. Antes Teenage Fanclub, que habían pedido cambiar de hora para no coincidir con Morrissey, volvieron a lucir, una vez más, sus guitarras luminosas y sus melodías celestiales.

Yann Tiersen, el virtuoso se basta solo

        En una noche en la que nadie falló, Yann Tiersen lució su faceta más eléctrica, aunque también tuvo tiempo para recrear Amelie y para tocar el piano con una mano y el acordeón con la otra. Lou Reed quería desquitarse por el fracaso del Xacobeo y no le pudo salir mejor. Lo controló todo, dejó caer varios clásicos y regaló una escalofriante versión de “Venus In Furs”, gracias, en parte, al violonchelo de Jane Scarpantoni.

Los Planetas, la rumba en el FIB

        Belle & Sebastian quisieron repetir, para su final de gira, sus conciertos anteriores en Benicassim -“el mejor festival del mundo, aseguraron”-, pero el repertorio no fue el de las otras ocasiones. Después, a Los Planetas les faltó tiempo: cuando comenzaban a encajar canciones contagiosas una detrás de otra, les dio por versionear con palmeros una rumba de Bambino, finalizando antes de lo que deberían. Es igual, porque Bobby Gillespie, como poseído por el demonio, puso en marcha la apisonadora rítmica de Primal Scream, estruendosa, sucia, peligrosa y abrumadora. Según aseguraron al director Julien Temple, habían dado el mejor concierto de su vida.


Primal Scream: Bobby Gillespie poseído por el diablo

        Aún tenían que llegar los veteranos el domingo. Lo de Arthur Lee sólo tiene una definición: patético o, mejor dicho, la mayor tomadura de pelo en diez años de festival. Dicen que llevaba tres noches sin dormir y que estaba muy afectado por la muerte de su amigo Rick James, pero lo cierto es que su colocón le impedía casi cantar, coger la guitarra o el micro. Su banda le hizo todo el trabajo y el público lo abucheó a gusto antes de desertar en masa. Le aplicaremos lo que decía una tendera de Benicassim, “los fibers, aunque no lo parezcan, son inteligentes”.


Love, ayúdame en este trago, amigo Rick James 

        Nada que ver con Wire, que a sus cincuenta y tantos años demostraron que para atronar, nadie como ellos. Nadie necesita un imperdible para ser punk. ¿Y para hacer brillar el sol? Pues tampoco se necesita ser los Beach Boys, aunque sea Brian Wilson quien se ponga al frente. Lo sentaron en el escenario delante de un teclado que apenas tocaba, leía las letras en una pantalla, se equivocaba al presentar las canciones y todo dio igual, porque encadenó un éxito tras otro de los Beach Boys. Hasta los niños bailaban el rock’n’roll y el surf de los 60 de aquella particular verbena. El mérito era de unas canciones eternas y de una banda de acompañamiento joven, pero excelsa. The Wondermints es su nombre.


Brian Wilson, con el Inserso y The Wondermints de vacaciones por España

        En la recta final, Franz Ferdinand pusieron la actuación más intensa e incendiaria de un grupo novel en 10 años. Spiritualized se perdieron entre su maraña psicodélica, gustando más o menos según las sustancias que cada una hubiera tomado. Lambchop mostraron la misma clase que en la gira de este año que pasó por Pontevedra, aunque la versión esta vez fue de… ¡Sisters Of Mercy!


Teenage Fanclub, del FIB al cielo

        Ya sólo quedaba la electrónica de grandes estadios y trazo grueso de The Chemical Brothers, el punto final apropiado a cargo de la banda amuleto de la suerte de un Festival con visos de continuidad y de apertura. Aún siguen pendientes REM, New Order, David Bowie, The Strokes, Nick Cave y Depeche Mode. Y, una vez más, Morrissey…

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