ULTRASÓNICA ARTÍCULO GABINETE CALIGARI

ULTRASÓNICA ARTÍCULO GABINETE CALIGARI

ULTRASÓNICA

ARTÍCULOS 2004


Gabinete Caligari, la movida más chula

         Tenía que llegar. Después del tratamiento tan especial dado a Nacha Pop en su reciente recopilatorio, ahora le llega el turno a Gabinete Caligari, que son revisados en compacto y DVD tres años después de su disolución. La culpa fue de Gabinete. Colección de canciones + La filmoteca del Dr. Caligari recoge 20 canciones y 45 minutos de filmación de una de las bandas imprescindibles de las dos últimas décadas.

         Gabinete Caligari nació como trío en 1981, tomando su nombre de la película clave del expresionismo alemán El Gabinete del Doctor Caligari. A Ferni Presas, bajista, y Edi Clavo, batería, se les unió Jaime Urrutia, guitarra y cantante, que provenía del grupo de nueva ola Ejecutivos Agresivos -donde dieron sus pasos una buena cantidad de músicos de lo que luego se conoció como movida-, para comenzar su trayectoria ofreciendo la mayor parte de sus primeras actuaciones en el legendario Rockola de Madrid.

Su primer tema, “Golpes”, salió editado en un single de cuatro canciones compartido con Parálisis Permanente, por entonces compañeros y con una línea de trabajo parecida. La letra de la canción, morbosa y sadomasoquista, ayudó a abrir los oídos de un público acostumbrado a los sonidos fáciles y las letras desenfadadas de los grupos de la época. Luego llegarían flirteos con lo macabro (“Olor a carne quemada”), lo autoritario (“Obediencia y nada más”) o la célebre provocación que lanzaron en uno de sus primeros conciertos: “¡Hola, buenas noches! Somos Gabinete Caligari y somos fascistas.”.

Su actitud provocadora y arrogante pasaba por reivindicar la España profunda atreviéndose a tocar temas tan alejados del rock anglosajón dominante como la masonería, la tauromaquia o la mili. En 1983 publican su primer álbum Qué Dios reparta suerte, donde el estilo torero prima con ritmos hispanos de pasodobles y temas relacionados con lo que algunos conocen como la fiesta nacional como “Sangre española”. Ahí ya quedaba claro que Gabinete Caligari escaparía siempre a cualquier idea preconcebida que se tuviera de ellos y que no se iban a conformar con un único estilo, lo que fue, tal vez, su mayor mérito.

Un año después publicaron el mini-LP Cuatro Rosas, título de uno de sus temas más emblemáticos y cierto aire Dylan en la melodía, una metáfora de amor y alcohol que es uno de los discos imprescindibles del rock en castellano y que dio, también, nombre a un legendario local de copas que ellos regentaron en Madrid durante años.

En sus discos el trío madrileño supo evolucionar sin dejar de dar, al menos, un par de éxitos en cada uno de sus discos. Desde “Camino Soria”, un homenaje al recio espíritu castellano, hasta “La culpa fue del Cha-cha-chá”, del disco Privado editado en 1989.

Con el álbum Camino Soria consiguieron aunar crítica y éxito entre el público español. Junto a la canción que le daba título, el álbum contenía temas como “Suite nupcial”, “La sangre de tu tristeza” o “Tócala Uli”, todas ellas recopiladas aquí.

A pesar de que su última grabación data de 1998, parece que haya pasado más tiempo, quizás porque su época dorada fueron los ochenta. Por ello su recuperación es tan agradecida. Como ellos mismos reconocen, les faltó paciencia al final. Incluso ahora, años después de su separación, las relaciones entre ellos son tensas y está totalmente descartada algún tipo de colaboración.

En el DVD que acompaña al disco se repasan actuaciones del archivo de RTVE de los temas más populares del trío madrileño grabados entre 1987 y 1990, con declaraciones de periodistas en activo como Diego Manrique, Jesús Ordovás y Fernando Martín, quien protagoniza la mayor curiosidad al confesar que su primera crónica para El País fue de un concierto de la banda y que se pasó toda la noche buscando símiles taurinos con los que completar su artículo de sólo 30 líneas.

De todas formas, desmerece comprobar que todas las apariciones que se recogen en el DVD son de actuaciones en playback, algo que no sabemos si se enmendará cuando se edite el prometido DVD de más de dos horas.

Por último, conviene recordar para los más interesados en el grupo, que también se ha publicado al mismo tiempo el libro de Jesús Rodríguez Lenin Gabinete Caligari, el lado más chulo de la movida (Temas de Hoy).

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO ELVIS PRESLEY ALOHA FROM HAWAII

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ARTÍCULOS 2004


Elvis: Aloha From Hawaii

 

         Se acaba de editar en DVD el mítico especial televisivo de 1973, Elvis: Aloha From Hawaii. Elvis estaba ya en los últimos años de su carrera, pero aún mantenía su magnetismo. ¿Recuerdas la historia del rey del rock?  

Elvis Aaron Presley, conocido en todo el mundo sencillamente como Elvis, está considerado una de las figuras más importantes de la música y la cultura del siglo XX. Cambió para siempre el panorama musical norteamericano con un sonido y un estilo que combinaban diversas influencias artísticas muy diferentes entre si, convirtiéndose además en una auténtica revolución musical que dio paso a una transformación cultural de dimensiones mundiales.  

Elvis era un apasionado de una amplia variedad de ritmos y estilos. Sus influencias incluían desde baladas pop a la música country que se hacía en su época, pasando por las composiciones gospel que solía escuchar en la iglesia (de las que solía ser testigo en sesiones que se prolongaban durante toda la noche), e incluyendo asimismo el sonido de rhythm & blues realizado por artistas de color que escuchaba durante sus años de adolescencia, en la histórica calle Beale Street de Memphis.  

Su mayor aspiración fue siempre asimilar las canciones que tanto le gustaban y extraer de ellas un estilo propio y original. Por aquel entonces nadie podría haber imaginado hasta qué punto Elvis haría realidad aquel sueño, ni el enorme impacto que ejerció en la música y en la sociedad. Supo mezclar una gran variedad de estilos e influencias, creando un sonido que hasta ese momento nunca se había escuchado en ningún otro lugar.  

Durante ese proceso, se convirtió en el representante más famoso del mundo del rock and roll, ofreciendo a toda una generación un sonido propio e innovador. En la carrera de Elvis destacan dos períodos que definieron su historia musical: 1955-56, cuando adquirió una enorme popularidad en Estados Unidos y en el resto del mundo con un sonido que recogía influencias procedentes de distintos estilos, y los años 70, cuando, tras haber regresado en dos ocasiones tras otros tantos alejamientos del mundo artístico, recuperó su imagen de mito gracias a sus giras de conciertos. Hoy, 25 años después de su muerte, el éxito que consiguió como artista se mantiene tan impactante como el primer día, y Elvis Presley sigue siendo el indiscutible Rey del Rock and Roll.  

La carrera de Elvis, sin embargo, no nació con el rock & roll. En sus primeras grabaciones realizadas con Sam Phillips en el sello Sun Records en 1954, Elvis cantaba balada tras balada. Aunque parezca increíble, por aquel entonces no consiguió impresionar a Phillips, quien pensó que el talento de Elvis nunca podría compararse con el de estrellas como Eddie Fisher, Dean Martin o Johnny Ray, los grandes baladistas de aquella época.  

Un buen día, Elvis, durante un descanso en la grabación de uno de sus discos, interpretó, sin ensayar previamente, una versión del tema “That’s All Right”, de la estrella de blues Arthur Crudups. Aquel sonido, formado por la voz de un cantante blanco influido por la música negra, era exactamente lo que Phillips estaba buscando para promocionar un nuevo estilo. El sonido que Elvis creó en 1954-55, justo antes de lanzarse al estrellato al año siguiente, resultó revolucionario ya desde sus primeras interpretaciones.  

Elvis añadía un toque de rhythm & blues al estilo country, y viceversa, mezclando géneros musicales que hasta entonces se mantenían totalmente independientes. Criticado precisamente por haber eliminado la línea divisoria entre el pop y el country, Elvis estaba abriendo las puertas de lo que significaría un nuevo género que a partir de entonces sería conocido en todo el mundo como rock & roll.  

En 1956, Elvis ya era una gran estrella en toda Norteamérica, y estaba considerado como el líder del rock and roll. Aquel nuevo género encontró un nuevo hogar en el sello RCA, al que Elvis se incorporó aquel mismo año. Con el lanzamiento de “Hound Dog” en 1956, Elvis profundizó aún más en aquel nuevo sonido que incluía toques de pop, rhythm & blues y gospel en sus grabaciones. Al hacerlo, alcanzó un nivel de éxito mayor del que hasta entonces había conseguido ningún otro artista.  

Su primer lanzamiento con RCA, Elvis Presley, se convirtió en el disco más vendido de la época. En 1956, Elvis llegó a tener al mismo tiempo hasta 10 singles de estilos diferentes en listas. Sin embargo, fue el rock and roll lo que le convirtió en una estrella conocida en todo el mundo, admirada y criticada a la vez. Aquel nuevo sonido, el rock and roll, se convirtió en el auténtico catalizador de una importante serie de cambios a todos los niveles.  

Elvis proporcionó a la juventud de los años 50, una generación con unos enormes deseos de cambio que buscaba una alternativa a la música que escuchaban sus padres, un sonido y un estilo que podían considerar como algo propio. La música de Elvis, con el cambio radical que supuso respecto a las baladas que solían dominar en el mundo de la música antes de su llegada, y su impactante personalidad, proporcionaron a sus fans el estilo fresco e innovador que esperaban desde hacía tiempo. A lo largo de aquel proceso, sus críticos, incluyendo a sus padres, muchos medios de comunicación y otros artistas, le dedicaron adjetivos como “rebelde”, “peligroso” o “lascivo”. Irónicamente, Elvis nunca se planteó hacer música como un método para iniciar una revolución social. Su único objetivo era entretener al público.  

La fiebre del rock and roll empezó a decaer en 1958, cuando Elvis fue llamado a filas. En aquella época, el sello RCA publicó tres singles de éxito mientras Elvis cumplía el servicio militar. A pesar de ello, la popularidad del rock and roll fue disminuyendo a medida que el género evolucionaba y los fans empezaban a escuchar nuevas canciones. Cuando salió del ejército en 1960, el sonido y el estilo de Elvis habían cambiado.  

El primer álbum que publicó después de licenciarse, Elvis Is Back, mostraba una nueva voz más controlada y madura después de haber pasado dos años en el ejército. Todo ello, unido al desarrollo de nuevas técnicas de grabación, hicieron que la voz de Elvis sonara mejor que nunca. En su primer lanzamiento después de dos años de alejamiento, incluyó no sólo rock and roll, sino también pop y gospel. Además de su afición por la música, Elvis deseaba fervientemente convertirse en actor. Su mánager, Colonel Parker, le animó en su aspiración como medio ideal para aumentar la popularidad de Elvis entre el público.  

En los años 50 y principios de los 60 aspiraba a convertirse en actor dramático. Sin embargo, el público se mostraba mucho más interesado en su música. Eso hizo que Elvis se viera encasillado a interpretar películas musicales, algo que siempre le hizo sentirse enormemente frustrado. A lo largo de los 60, alternó su carrera como actor con su faceta como cantante, pero mientras su participación en el cine resultó todo un éxito, las canciones que grabó para sus películas no conseguían tanto éxito como se esperaba de ellas.  

Para solucionarlo, Elvis siguió grabando discos que incluían canciones nuevas, totalmente independientes de las que interpretaba en sus películas. En la etapa entre 1961 y 1968, Elvis había conseguido triunfar tanto en el cine como la música. Con el tiempo, sin embargo, la popularidad de Elvis empezó a decaer. Su música ya no incluía la originalidad y espontaneidad de su primera etapa.  

Al mismo tiempo, la invasión de la música británica en 1963, que se vio empujada al éxito en los años 50 precisamente gracias al éxito del norteamericano, empezó a dañar la carrera de Elvis, lo mismo que ocurrió con el éxito que alcanzaron otros artistas estadounidenses. Grupos como The Beatles, The Rolling Stones y The Doors, y cantautores como Bob Dylan entraron a formar parte del mundo de la música, y se convirtieron en una nueva alternativa para los fans más jóvenes. En 1968, las cosas cambiaron cuando Elvis protagonizó un espectacular regreso.  

Aunque en un principio se pensó como un programa navideño, Elvis, un especial televisivo que supuso su regreso a la actualidad en 1968, empujó su figura a un nuevo nivel. Tomando buena parte de su repertorio de los años 50, junto con algunas nuevas canciones, aquella actuación se convirtió en una excelente retrospectiva de su imagen anterior, tanto en sonido como en lo que se refiere a su imagen y estilo. Vestido con un traje de cuero negro, Elvis mostraba el mismo carisma y la misma energía que cautivaron a toda una generación diez años antes. Su espectacular interpretación ofreció nuevas energías a un público que había olvidado la fuerza y el dinamismo de Elvis Presley.  

La increíble reacción del público y las excelentes críticas que recibió aquel especial animaron a Elvis a intentar recuperar la posición de líder en el mundo de la música. Para empezar, cambió su estilo de grabación por primera vez en casi una década. Dejó a un lado los estudios de Nashville que fueron su hogar entre 1960 y 1968, y un mes después de la emisión de aquel famoso especial televisivo de 1968 empezó a grabar en Memphis, contando además con un nuevo grupo de músicos. De nuevo, Elvis se resistía a dejarse encasillar por las barreras musicales de su época, y se volcó en el desarrollo de un estilo propio.  

Lo mismo que hizo con las canciones que interpretó tras su regreso del servicio militar, From Elvis in Memphis, el álbum que publicó en 1969 incluía varios géneros muy distintos entre si. El disco ofrecía nada menos que 12 personalidades musicales totalmente independientes. Apoyado por el éxito de los singles “In The Ghetto” y “Suspicious Minds”, las canciones contaban además con letras más maduras y con un mayor compromiso social. Elvis acababa de iniciar una nueva e importante etapa de su carrera.  

El programa especial de 1968 también le ayudó a conseguir la interacción con el público que había echado de menos desde su etapa en Hollywood. En agosto de 1969, Elvis volvió a iniciar una serie de espectaculares conciertos en directo, empezando con cuatro actuaciones con lleno absoluto en el International Hotel de Las Vegas, lo que supuso todo un récord en aquella época en lo que se refiere a asistencia de público a un concierto. Tras realizar nuevas actuaciones en Las Vegas, inició una gira con la que recorrió las principales ciudades de Estados Unidos. Entre concierto y concierto, Elvis siguió grabando nuevos discos.  

En enero de 1973 volvió a hacer historia, confirmando su éxito mundial, con la emisión de Elvis: Aloha From Hawaii, un programa especial que fue presenciado por más de 1.000 millones de espectadores en 40 países. Aunque Elvis siguió actuando en directo a lo largo de los años 70, sus conciertos fueron perdiendo fuerza. Durante aquel período, su repertorio estaba formado sobre todo por baladas que se centraban en los momentos más duros de su vida, incluyendo su fracasado matrimonio (Elvis y Priscilla Presley se divorciaron en 1973).  

Hacia el final de su carrera, Elvis aún disfrutaba cantando en directo, pero mostraba síntomas de cansancio en lo que se refiere a su carrera como artista discográfico, hasta tal punto que insistió en grabar desde su propia casa. De hecho, nunca asistió a su última sesión de grabación, prevista para el mes de enero de 1977 en Nashville. Después de haber alcanzado más éxito que ningún otro artista, Elvis empezó a aburrirse y se propuso empezar a descubrir nuevos retos. Al mismo tiempo, su salud fue empeorando, enfrentándose a numerosos problemas y a una creciente dependencia de las medicinas.  

A pesar del trágico final que alcanzó su vida y del repentino final de su carrera, los logros conseguidos por Elvis se mantienen como auténticos hitos históricos. Sin ir más lejos, es la única persona que ha conseguido formar parte de los tres “halls of fame”, es decir, los dedicados al rock and roll, country y gospel.  

Hoy, 25 años después de su muerte, sigue siendo una de las figuras más influyentes de la música y la cultura norteamericanas y, lo que es aún más importante, sus logros han sido reconocidos por varias generaciones, que han dedicado a Elvis Presley un lugar permanente no sólo en Estados Unidos, sino también en la historia de la música y del resto del mundo.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO DÚO DINÁMICO

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ARTÍCULOS 2004


Delicatessen dinámicas

 

La historia de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa como artistas es, sin duda,  una historia fascinante y definitivamente atípica. Hijos de familias humildes (de emigrantes vascos y aragoneses respectivamente), encontraron en su Barcelona natal todo lo necesario para el éxito, que exportaron inmediatamente a toda España y a Sudamérica. También como autores, productores o arregladores,  muchas de sus obras han sido grandes éxitos por otros artistas desde Suecia a Australia, desde Francia a Japón. 

Esta historia comienza en los años 50. Manolo es campeón de España junior de natación,  con un tiempo de 1’07” en cien metros,  y juega como titular del equipo de waterpolo del Club Natación Barcelona. Al mismo tiempo frecuenta el Club Hondo de la Ciudad Condal, de gran raigambre jazzística. Visitan ese club, con cierta frecuencia, Tete Montolíu, Lionel Hampton, Ramón Farrán, Roda, y otros músicos de jazz que pasan por la ciudad. Manolo canta en algunas ocasiones temas americanos, acompañado por esos grandes músicos.  

Ramón ha estudiado música desde los nueve años y, por tradición familiar, canta jotas en el Centro Aragonés de Barcelona, donde, siendo aún niño, gana varios concursos de jotas. Su padre le enseña los primeros acordes de guitarra. También dirige una pequeña coral en un grupo parroquial y forma parte de un trío musical con un hermano mayor y otro amigo, que actúa en fiestas benéficas, cantando canciones folklóricas, de Los Panchos, etc.  

Manolo y Ramón se conocen en la empresa Elizalde, S. A. en donde ambos han entrado a trabajar. Coinciden teniendo dieciséis años cada uno, en la misma sección y buscando su futuro: los dos quieren ser peritos industriales (hoy ingenieros) y se ubican en el Departamento Técnico de diseño de fabricación de motores de aviación.  

Todo va viento en popa, terminan sus estudios, y como pasatiempo se reúnen a veces para cantar. Es en la fiesta de la empresa por Navidad donde cantan juntos por primera vez: el “White Christmas” de Bing Crosby. El éxito obtenido les anima a ensayar otras canciones de Paul Anka, de los Cinco Latinos, de Nat King Cole, de Frank Sinatra, de los Everly Brothers, de Elvis Presley, o sea, los ídolos de entonces, aunque tratarán ya desde esos primeros tiempos de añadir su sello personal.  

El Dúo Dinámico nace como tal en Barcelona el 28 de diciembre de 1958. La primera actuación ante público es en el programa La comarca nos visita de Radio Barcelona. Ellos quieren llamarse The Dinamic Boys pero el presentador del programa, Enrique Fernández, dice no saber inglés y los presenta como Dúo Dinámico. Ellos aceptan el nombre y así queda. Ese día firman los primeros autógrafos.

Después de varias actuaciones en la radio, firman su primer contrato. Es para actuar en el restaurante La Masía de Barcelona donde les pagarán 400 pesetas por cantar tres tandas de canciones por noche. Eso es en el verano de 1959. De día siguen trabajando en su empresa, que ahora se llama Enmasa. Duermen cuando pueden, pero poco. Al final del verano deciden dejar su anterior empresa y dedicarse a la música. Sus padres no lo ven claro de momento, pero ellos sí. También actuarán en tardes de brassería con el trío de Tete Montoliu cobrando por ello… ¡la merienda! Los chicos prometen.  

Algunos profesionales de compañías de discos les oyen cantar en una de las salas de fiesta que ya les empiezan a contratar, y después de conversaciones y de varias pruebas, graban su primer disco en el otoño de 1959. Cuatro canciones (“Little Darling”, “Cowboy”, “Alone” y “Recordándote”) forman un EP que rápidamente alcanza gran difusión en la radio y, casi inmediatamente, grandes ventas, las máximas posibles, ya que en la España pobre de finales de los 50 casi no había tocadiscos. En el segundo disco que graban, intentan la aventura de la composición: su canción “Linda Muñeca” obtendrá el mismo éxito que otras canciones del disco.  

A partir de entonces, los nombres de De la Calva/Arcusa, ya como autores, figurarán en casi todos sus discos, tres años antes de que los famosos Beatles, Lennon y McCartney, irrumpieran en el mundo musical. Definen así de una forma completa con sus propias canciones el estilo único que los hace inconfundibles, imitados y, a la vez, bandera musical de una juventud que empieza a despertar como colectivo. El Dúo Dinámico tiene que luchar contra los ejecutivos de su compañía discográfica para defender sus ideas, porque en su sello no quieren grabaciones con grandes coros, grandes orquestas, ni un repertorio original que el Dúo propone. El Dúo Dinámico vence y convence con sus ideas y su éxito.  

El fenómeno de las fans está entonces latente en todo el mundo. Elvis Presley y Paul Anka en EEUU y Cliff Richard en el Reino Unido despiertan locuras entre las chicas más jóvenes. El Dúo tiene también suerte en eso. Cantan un tipo de canción con un estilo nuevo, casi revolucionario, dicen cosas para los jóvenes por primera vez en este país, su vestuario es informal y los jóvenes se identifican con ellos.  

“Quince años tiene mi amor” hace estragos. Todas las adolescentes del país tienen la fotografía o un póster del Dúo Dinámico en sus habitaciones. Los clubes de fans del Dúo Dinámico se forman de una manera espontánea por toda la geografía, y allí por donde van a actuar desatan las emociones de las colegialas y las iras de los padres, que no entienden lo que pasa. La mili, que también hacen juntos en la Base Aérea de Zaragoza, les servirá para hacer planes y prepararse para el futuro.  

El futuro se materializa en forma de más y más EPs de 4 canciones. Ocupan los primeros lugares de las listas de éxito con cada canción que graban, hasta conseguir 17 números 1. Salen en la portada de mas de 200 revistas. Una editorial de Barcelona, Bruguera, lanza un cómic con el Dúo Dinámico de protagonista que alcanza una tirada de casi 100.000 ejemplares semanales. Comienzan entonces las giras por América. Y cuatro películas: Botón de Ancla, Búsqueme a esa chica, Escala en Tenerife y Una chica para dos.  

El Dúo se hace imprescindible también en los festivales de canción que se prodigan por toda España. En varios de ellos consiguen premios, ganando el Festival de la Canción del Mediterráneo en Barcelona con “Como ayer”, cantada también por el trágicamente desaparecido Bruno Lomas; el Festival de la Costa Verde con “Somos jóvenes”; y segundos premios en el Festival de Benidorm con “Quisiera ser” y en otra edición con “Amor amargo”.  

El broche final lo consiguen como autores, ganando por primera vez para España el Festival de Eurovisión en 1968, con “La la la”, cantada por Massiel. La anécdota es que esta canción iba a ser cantada por Joan Manuel Serrat, amigo de Manolo y Ramón por tener en aquel tiempo un manager común, José M ª Lasso de la Vega. Serrat, al final, decidió ir solamente si la cantaba en catalán, creando un problema político de cierta importancia en aquel tiempo.  

Hacia 1972 el Dúo decide retirarse. El último disco grabado en Londres, con todos los medios posibles y hasta con la colaboración del productor de los Beatles, George Martin, como asesor, no tiene el éxito de ventas al que estaban acostumbrados, y deciden marcharse sin grandes aspavientos. La música va por otros derroteros. En España soplan los vientos de protesta, preludio natural de un cambio político, y nacen por doquier cantantes de música folk, poetas de temas sociales y de protesta. Admitiendo el cambio, y desplazada la música de diversión de su sitio, el Dúo Dinámico se va. Se va para siempre.  

Es lo que pensaban, pero la vida se encargaría de demostrarles lo contrario. Como muchos futbolistas cuando terminan su vida activa en el campo de fútbol y se retiran, al Dúo se le ocurre continuar en la música, como “entrenadores”. Aplicarán sus experiencias a otros artistas. Compondrán y producirán a nuevos cantantes. Es un trabajo nuevo y duro. Ya no estarán delante del público, sino tras las bambalinas del teatro, y saben que perderán poco a poco su gran popularidad. No les asusta y acometen su nuevo trabajo con entusiasmo. Sendas compañías de discos les ofrecen un cargo de dirección artística que ellos aceptan de buen grado.  

Para entonces, ya España ha consolidado su democracia, y la gente vuelve a pensar en divertirse. Varios empresarios quieren hacer volver a cantar al Dúo Dinámico. Ellos se han retirado y dicen que no. Lo consigue, después de mucho intentarlo, Antonio Asensio del Grupo Z, quien se empeña en que el Dúo cante en la presentación de El Periódico en Madrid y en Barcelona. Es a finales del año 1978. En ese tiempo, sus canciones, incluidas en películas como El último guateque y Asignatura pendiente o en la serie de TVE Verano azul, reverdecen los éxitos de antaño y preparan su retorno, casi a pesar suyo.  

En la Navidad de 1980, EMI, su discográfica de siempre, decide publicar un LP con los 20 éxitos de Oro, las mejores canciones de los sesenta del Dúo, y el disco se coloca en el número 1, como en los viejos tiempos, vendiendo un millón de copia casi de golpe y porrazo. Tenemos Dúo otra vez.  

Lo que menos podían esperar es que, después de 16 años sin grabar, en el año 86 Sony les ofrezca un contrato para grabar temas nuevos y popurrís de sus antiguos temas. Canciones como “Tu vacilándome” o “Resistiré”, que es elegida por Pedro Almodóvar para su película Átame con Victoria Abril y Antonio Banderas, obtienen otra vez el éxito. 

En 1999 el Dúo Dinámico recibe el Premio De Honor por la significativa labor de una vida como autores y artistas en la gala de los Premios De La Música de ese año. Es un nuevo hito en su trayectoria, y un merecido reconocimiento a su papel crucial en el desarrollo de la música en España. Y así hasta ahora, con el Dúo que sigue sin parar: conciertos por toda España con su eterno repertorio de superéxitos, actuaciones en TV y los inviernos dedicados a composición, grabaciones y producciones (Manolo en Madrid, Ramón en Miami y, a veces, juntos).

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ARTÍCULO DAYNA KURTZ

ARTÍCULOS 2004

Dayna Kurtz, el primer vals

Postcards From Downtown (CD, Dock);

Postcards From Amsterdam (DVD, Dock);

Beautiful Yesterday (CD, Munich-Dock)

“Sé cómo encajar toda clase de ofertas despiadadas…” (“Postcards From Downtown”)

Si alguien nos pidiese que citásemos un artista que abarcase en su obra todo lo mejor de la música del siglo pasado, no lo deberíamos dudar ni un segundo: Dayna Kurtz. Y eso que estamos hablando de una mujer que sólo tiene publicado un disco, Postcards From Dowtown, del año pasado.

¿Cómo es posible? Ella diría que Postcards From Downtown es su primer álbum, aunque, si se indaga un poco más, podríamos discutirlo. Hay seguidores que guardan celosamente alguna grabación en directo; otras se pueden encontrar en páginas de subastas de Internet. Parece ser que existen, también, diversas casetes de sesiones registradas con distintos músicos y productores como Bob Power (D’Angelo, Me’shell N’degeOcello, Erykah Badu) o Craig Street (Cassandra Wilson, Joe Henry, kd Lang). Además, en la propia web de la cantante hay a la venta una grabación de un recital titulado Otherwise Luscious Life.

Todo esto quiere decir que Dayna Kurtz no es una recién llegada. Es más, lleva más de diez años dando conciertos y siguiendo la estela de los músicos de antes de que apareciera el registro sonoro: dar a conocer sus canciones y exponerlas al público. La edición de discos ha sido, hasta ahora, secundario, ni tan siquiera una meta.

Esta mujer, que se define a sí misma como un “animal de carretera” ha pasado esta última década conociendo las pequeñas salas de conciertos de su país y sus ciudades, recorriéndolo en coches de segunda mano y enfrentándose a audiencias ruidosas que no sabían quién era, pero a las que conseguía acallar desde la primera canción. Ha hecho giras sola y abriendo para otros artistas como Chris Whitley, Richie Havens, B.B. King o Ladysmith Black Mambazo.

Ya en 1997, sus compañeros, alertados por lo que se avecinaba, la eligieron mejor compositora del año y la compañía Bug Music (Johnny Cash, Ryan Adams, Buddy Guy, Los Lobos, Wilco) se hizo con los derechos de edición de sus canciones, aunque ella prefirió seguir con sus recitales o retirada en el molino en el que vive y encuentra inspiración, en una ciudad al norte del Estado de Jersey.

Si representa tan bien la música del último siglo, es porque su voz tiene el calor y el compás de las viejas divas del jazz, como Billie Holiday, Betty Carter o Nina Simone, del blues, como Bessie Smith, o del soul, como Aretha Franklin. A ello se le debe añadir el efecto dramático que sólo Tom Waits o Marianne Faithfull poseen, la belleza de los textos de Suzanne Vega, el ingenio poético de Leonard Cohen, la intensidad de Jeff Buckley y Van Morrison, ecos de Patti Smith, Laura Nyro, Joni Mitchell…

Pero, por mucho que evoque a otros, Dayna Kurtz no suena a nadie más. Además, es una excelente guitarrista, intercalando sus textos en unas melodías a ratos lánguidas, en otras ocasiones desgarradas. En los últimos tiempos le ha añadido a sus canciones el color de una guitarra slide, con lo que sus canciones se han reforzado.

En Postcards From Downtown, el álbum que la presenta en sociedad, despliega todo su arsenal. Desde el estribillo lleno de rabia de “Miss Liberty” al emocionante blues de “Last Good Taste”, del contagioso vals “Fred Astaire” a la balada country “Just Like Jack”, Dayna Kurtz utiliza su amplio registro vocal y su desbordante guitarra para mostrarse en todo su esplendor.

Hasta ahora Dayna Kurtz puede haber sido el secreto mejor guardado de la música americana, pero con Postcards From Downtown el secreto se ha revelado en toda su magnitud a todo aquel que quiera descubrirlo. Lo que hace de este disco algo tan especial no es sólo su voz y su guitarra, sino su habilidad para contar historias y para escoger los instrumentos adecuados para que emitan los sonidos más adecuados en el momento justo. Lo que sitúa a Postcards From Downtown en una liga diferente es que, como las mejores novelas negras americanas, puede olerse, saborearse y sentirse.

Está impregnado de peligro, sexo voraz y personajes desquiciados que protagonizan cada una de sus postales dando vida a un paisaje de confusión doloroso. La tensión que se apodera de la atmósfera desde que suena el violonchelo de la canción que lo abre, “Fred Astaire”, nunca decae. Los protagonistas de sus canciones se muestran desesperados, buscando alguien o algo a lo que agarrarse, aunque la mayor parte del tiempo sólo consiguen asirse al fino aire. Algunas veces, incluso acaban ahogándose con sus botas puestas, como en “Somebody Leave A Light On.”

Por suerte, una vez que se ha descubierto parece que no va a volver a desaparecer durante tanto tiempo. Recientemente acaba de editarse un DVD titulado Postcards From Ámsterdam que incluye la actuación que el pasado 5 de junio ofreció en la Sala Paradiso de Ámsterdam. El recital fue grabado por técnicos holandeses -conviene recordar que, hasta el momento, ése es el país en el que mejor respuesta encuentra- y, junto a sus habituales Dave Richards al bajo y Randy Crafton a la batería, aparece el músico holandés Roel Spanjers tocando teclado y acordeón.

Por si fuera poco, está recién editado su segundo disco oficial, Beautiful Yesterday. En él, Dayna Kurtz acude tanto a las canciones compuestas por ella, emocionantes una vez más, como a las versiones de gente tan distinta como Leonard Cohen, Prince o Billie Holiday. En todas, tanto las que mejor salen paradas del envite como aquellas que le quedan más lejanas, sorprende, y eso es algo de lo que pocos artistas pueden presumir. Por lo tanto, parece viva la llama de contar con amigos, conocidos y autores de verdad, lejos de los oropeles, y seguir siendo el secreto más estimulante de la música norteamericana actual sólo al alcance de quien va más allá.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA ARTÍCULO BOXEO Y ROCK

ULTRASÓNICA ARTÍCULO BOXEO Y ROCK

ULTRASÓNICA

ARTÍCULOS 2004


Rock’n’ring, golpes con ritmo

The Beatles con Muhammad Ali

El boxeo y la música han sido como la mano para el guante durante años, tal vez porque comparten más de lo que  quisieran: competición intensa, una industria que exprime al máximo el talento y luego lo abandona, la posibilidad del éxito rápido y dinero fácil y la casi seguridad de que a nadie le interesarás cuando estés abajo y tirado. 

Boxeadores que intentaron cantar

De esa estrecha y particular relación, tal vez el momento más recordado sea “Hurricane”, la canción que Bob Dylan compuso para apoyar la liberación del peso medio Rubin Carter y que dio lugar, años después, a una película interpretada por Denzel Washington. Aquel boxeador había sido encarcelado después de ser dudosamente acusado de matar a tres hombres blancos en un bar, convirtiéndose en uno de los casos judiciales más famosos por su haber derivado en una causa racial.

El boxeador más conocido de todos los tiempos, Cassius Clay -Muhammad Ali- contribuyó a la causa subiéndose al escenario en la gira Rolling Thunder Revue de Bob Dylan de 1975. Seguramente su aparición fue más celebrada que el único disco que editó, I Am The Greatest Soy el más grande-.

Joe Frazier, uno de sus clásicos adversarios, también lo intentó, sin mucho éxito, con una versión del “Knock On Wood” con un grupo que llamó Smokin’ Joe And The Knockouts -Joe Fumador y los Noqueadores-. Más suerte tuvo el púgil Joe Louis, con una decente carrera musical, en especial con “You Can Run But You Can’t Hide”, una canción basada en una de sus recomendaciones a un oponente, Billy Conn. 

La atracción de Ali

Bob Dylan era un gran aficionado al boxeo y no perdió ocasión de recordarlo dedicándole elogios a Ali en más de una ocasión. Además de “Hurricane”, también compuso la canción “Who Killed Davey Moore?”, un acertado retrato del lado más oscuro del boxeo.

Pero Muhammad Ali tuvo más de un admirador en el mundo de la música. Aunque Frank Sinatra era más amigo y seguidor de Rocky Marciano, y aunque compró una participación en los negocios del boxeador Tony Mauriello, no desaprovechó la oportunidad de acudir al Madison Square Garden en 1971 para fotografiar a Ali  en su pelea con Joe Frazier para la portada y un reportaje especial de la revista Life.

Tampoco Elvis Presley se resistió a los encantos de Muhammad Ali. En el 73 fue él el presentador del boxeador en una de sus peleas, en la que éste se presentó con un bata blanca que decía “El campeón de la gente”. A Elvis le gustaba el mundo del ring, y así lo pudo demostrar en su película de 1962 Kid Galahad.

Músicos que intentaron boxear

Ninguno de los tres grandes de la música se lanzaron al cuadrilátero, pero otros músicos sí. Bo Diddley se hizo un nombre en el circuito juvenil mientras que el capo del sello Motown, Berry Gordy, peleó profesionalmente como peso mosca en 15 combates, antes de que su carrera se viera truncada por el Ejército. No iba mal encaminado, ya que su entrenador se pasó luego a llevar la carrera del recordado Joe Frazier.

Uno de los sparring de Berry Gordy fue Jackie Wilson. Durante un tiempo peleó como peso welter, ganando algún título, hasta que su madre, cansada de las cicatrices, lo convenció de que se dedicase a la música. Curiosamente, fue su reunión con Berry Gordy para componer “Reet Petite” lo que inició su fulgurante carrera en el soul.

Marvin Gaye, desencantado de la música a finales de los 60, se ofreció como jugador profesional de fútbol a los Lions de Detroit cuando tenía 31 años, pero, al ser rechazado, se decidió por el boxeo. Durante meses entrenó en el gimnasio de su ciudad hasta que decidió grabar What’s Going On y abandonar los guantes definitivamente.

James Brown podía haberse convertido en el padrino del pugilismo, y no del soul, si hubiese continuado con su carrera tras ganar las tres peleas en las que participó como profesional. Al ver a Little Richard encima de un escenario todo cambió. Irónicamente, cuando estaba casi olvidado, a principios de los 80, su canción “Living In America” para la película Rocky IV le dio su mayor éxito en 20 años.

En Jamaica, el boxeo tuvo siempre una atracción similar al reggae, y muchos músicos se sintieron atraídos por el ring, como, por ejemplo, el legendario Prince Buster o el mítico productor Lee ‘Scratch’ Perry, quien en sus días de púgil era conocido como ‘Little’ Perry.

Pero no sólo los músicos de color se acercaron al boxeo. La afición fue más allá de las portadas pugilísticas de músicos blancos como, por ejemplo, Let’s Dance de David Bowie, Flamingo’s de Enrique Bunbury o Peace & Love de The Pogues. Billy Joel dividió los primeros años de su carrera entre el piano y el ring. En su momento admitió que lo que le había llamado la atención era la imagen varonil del boxeo, aunque lo abandonó al descubrir que no tenía el instinto matador y después de que le rompiesen la nariz en uno de sus 22 combates.

También Chris Isaak comenzó como campeón juvenil del peso ligero, antes de aceptar una beca para marchar a Japón un par de años y descubrir que lo que realmente echaba de menos eran los primeros tiempos del rock’n’roll.

En estos últimos años se ha establecido una curiosa relación entre el rap y el mundo del boxeo. Public Enemy ya hablaban de uno de sus ídolos, Muhammad Ali, en el “Timebomb” de su debut Yo! Bumrush The Show. Mike Tyson sirvió de inspiración a “I’m Bad” de LL Cool J y a “I Think I Can Beat Mike Tyson” de Jazzy Jeff and The Fresh Prince. Pero a Tyson el grupo que realmente le gustaba era Public Enemy. En uno de sus mantos escribió el conocido “Don’t Believe The Hype” de Public Enemy y en el 89 se negó a pelear si, en lugar del himno nacional, no sonaba antes del combate el “Fight The Power” del mismo grupo. 

Canciones para una velada en el ring:  

         Bee Gees: “Saved By The Bell”

         Big Youth: “George Foreman”

         Bob Dylan: “Hurricane”

         Dennis Alcapone: “Cassius Clay”

         Elvis Costello: “TKO”

         Everything But The Girl: “Boxing And Pop Music”

         Georgie Fame: “The Ali Shuffle”

         Hazel: “Joe Louis Punch Out”

         Jo Boxers: “Boxer Beat”

         Johnny Wakelin: “Black Superman (Muhammad Ali)”

         Simon And Garfunkel: “The Boxer”

         The Supremes: “You Beat Me To The Punch”

Xavier Valiño

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