CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON EL PUTO LA FAMILIA

ENTREVISTAS 2002

El Puto / La Familia, rap con sol

El Puto Coke es ya una referencia del rap en Galicia. Ahora presenta su tercer disco en solitario, Un rayo de soul, y el primero con su grupo La Familia.

¿Tu tercer disco, Un rayo de soul, está más cercano al soul?

– A lo que el soul como estilo musical se refiere, no. Las influencias que el mismo rap ya tiene de por sí del soul, en mayor o menor medida, están ahí. Pero no es por eso lo de un rayo de soul: el título se refiere a que es un disco en el que puse el alma de una forma contundente.

Esa canción es, precisamente, la más oscura. ¿Por qué le da título al disco?

– Fue la primera que hice del disco, y mi vida, que es lo que reflejo en mis raps, estaba en ese punto: tenía mis ralladas y ahí las expreso. El resto del disco es lo que se desencadeno después: fiesta y más fiesta para olvidar. De ahí que sea una canción distinta al resto del disco, pero, a la vez, la más representativa a mi parecer.

¿Qué otras diferencias hay con los dos discos anteriores?

– Antes era más existencialista, más oscuro. Eso fue cambiando hasta hacer un rap más fresco. Pero lo que sucede es que lo que ahora hago se parece más a las primeras cosas que grabé. Son etapas por las que paso y que me dan que pensar que el futuro puede deparar muchos más cambios. Y es que hay grupos que llevan una línea y yo no. Por lo menos hasta ahora.

¿Es "Con acento" una canción en la que se adelanta por donde va a ir tu música en un futuro?

– No necesariamente, porque rapear con acento no lo voy a hacer todo el rato. Y en cuanto al estilo de las producciones, es algo que varía con el tiempo.

¿Por qué no cuentas con un productor?

– Responderé con otra pregunta: ¿Para qué? Me gusta más el producto que hago si es lo más cien por cien mío que pueda, ya que es lo que me gusta y sé cómo hacerlo. Contar con peña está guay también, pero para mí no es necesario.

¿Cómo te gusta que sea el sonido?

– Depende, porque hay discos con sonido guarro que molan y discos que alucinas al escuchar el sonido. Pero, al margen de esto, me gustan las mezclas duras normalmente.

¿Por qué te decidiste a grabar en Londres?

– Porque me salía más barato el viaje y grabar allí que hacerlo en España.

¿Cómo surgió el contacto con DJ Vadim?

– Vino a actuar en el mismo concierto que yo en Redondela y, luego,Roty340 se fue a vivir a Londres, donde se consagró la amistad con él y con Yara Bravo, su mujer.

¿Por qué ahora el cambio de El Puto Coke a El Coke en tu tercer discos?

– Ahora me llamo El Puto artísticamente y Coke me lo reservo como nombre personal. Fue porque no me gustaba ya el nombre de El Puto Coke, como no me gustaba mi melena y me la corté, como no me gustaba mi situación personal y la cambié. Fue un cambio general.

¿Cómo está la escena en Galicia? ¿Qué grupos destacarías?

– Pues en primer lugar está la peña que lleva tiempo, como El Seis o El Rack, y que tarde o temprano saldrán a la luz por su peso. Después está la peña que lleva menos, pero que no hay que tomar a coña, porque evolucionan muy rápido, y en Vigo por lo menos estoy viendo que abundan y alguno le pega bastante.

¿Cuándo fue compuesto el disco de La Familia?

– Del 2000 al 2002. Son temas hechos una tarde. Los hemos editado para que, antes de que salga el disco bien trabajado, la peña escuche lo que estuvimos haciendo a nivel de maqueta.

¿Qué diferencia hay a la hora de trabajar en grupo?

– Nosotros estamos muy compenetraos y, a la vez, nos hemos acostumbrado a hacer temas rápido. Por eso cuando nos ponemos mola, pero el caso también es ponerse. Y contar con cuatro personas es depender de ellos. No sé: eso es relativo. También está claro que tres voces se agradecen.

¿Has quedado contento con ese disco?

Mucho, lógicamente. Le saco defectos, pero viendo lo que hay por ahí, lo mío es cojonudo.

Por último, ¿qué se puede encontrar quien vaya a ver un concierto de El Puto o de La Familia?

– Potencia, alma, risas, makarreo…

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA ECHO AND THE BUNNYMEN

ENTREVISTAS 2002

Echo And The Bunnymen, clásicos populares

El regreso más en forma en los 90 lo han protagonizado Echo And The Bunnymen. Tres discos en esta nueva década se completan ahora con un directo, Live In Liverpool (Cooking Vinyl-Discmedi) que Ian McCulloch y Will Sergeant presentan este fin de semana como cabeza de cartel del Primavera Sound en Barcelona.

– Con el tiempo, ¿pensáis que habéis tenido dos carreras distintas?

– Ian (I): Sí, supongo que sí. Una vez que empezamos de nuevo, fue como si no hubiera pasado nada, como si todo fuera irrelevante.

– En el período que va del último disco de los ochenta a cuando os juntasteis de nuevo para Evergreen, ¿cómo fueron vuestras relaciones?

– I: Una vez que nos encontramos, no pasó nada. Fue un tanto estúpido lo de esos años. Volvió a ser como siempre fue: nada perfecto. Todavía hay malos momentos entre nosotros. No somos grandes colegas que salen de copas todo el tiempo. Pero lo que hacemos, lo hacemos bien.

– Después de tanto tiempo, aparece vuestro primer disco en directo. ¿Había necesidad de un álbum así?

– Will (W): No lo sé. Fue nuestro manager el que tuvo la idea, así que lo hicimos. Hasta ahora no nos lo habíamos planteado porque no nos preocupaba y no nos parecía que fuese necesario. Pero como sabemos que va dirigido a nuestros seguidores, a la gente que nos quiere, sabemos que si no tocamos a finales de año, el próximo año o durante el resto de nuestras vidas, al menos tienen este disco… Y ésa es una razón tan buena como cualquier otra.

– Habéis vuelto recientemente de los Estados Unidos. ¿Cómo ha sido la recepción allí?

– I: Muy bien. Ha sido una gira con todo vendido. Lo más curioso es que recibimos una oferta de un tipo que quería que diéramos un concierto sólo para él. El año pasado alguien en Las Vegas nos comentó que intentó contratarnos para tocar en su boda, pero no nos localizó, así que ahora intenta que lo hagamos en su aniversario. Pensamos que esta nueva oferta era de él, pero no, viene de otra persona.

– ¿Es una nueva faceta de vuestra carrera?

– I: No vamos a hacer este tipo de cosas, pero por una sola vez puede que sí. No nos importa lo del dinero, ya que lo agradable es escuchar algo como lo que nos dijo este tío.

– Cuando empezasteis hace 24 años, ¿os imaginabais aquí ahora?
– W: Ni siquiera pensaba que llegaríamos a la semana siguiente. Tampoco queríamos que sucediera algo así, ya que nos parecía que era todo lo contrario a lo que debe ser la música.

– ¿Cómo sienta seguir dando conciertos dos décadas después?

– W: Depende del día. Esta bien cuando sale bien, y otras veces es horrible, como cuando estás en el medio de los Estados Unidos en un lugar en el que nadie ha oído hablar de ti.

– ¿Os trata la gente diferente desde vuestro regreso en 1997?

– I: No realmente. En determinados lugares del mundo te dicen: “Eres Ian McCulloch, un icono,” lo que es agradable. No me parece que sea un cantante viejo ni que seamos un grupo antiguo. Además, parte de lo que me empujo a hacer esto al principio era ser como David Bowie, Iggy Pop, Lou Reed y Leonard Cohen, cuatro iconos. No quería ser un líder del montón, estancado en un sonido determinado, sino que se trataba de la calidad de lo que podía ofrecer.

– ¿Consideráis que todavía sois relevantes en el 2002?

– W: Nunca nos preocupamos de rollos como esos. Siempre intentamos estar al margen cuando se supone que éramos relevantes: no queríamos tener nada que ver con el resto de la escena. Siempre quisimos hacer lo que nos diera la gana y todavía seguimos pensando de la misma manera.

– Pero supongo que, hasta un cierto punto, os preocupa cómo se os percibe…

– W: Sí, de vez en cuando. Recuerdo, por ejemplo, cuando hicimos esa horrorosa canción para la Copa del Mundo de Fútbol con las Spice Girls en 1998, “(How Does It Feel) To Be On Top Of The World”, y a ninguno de nosotros le gustaba especialmente la idea. Fue algo equivocado desde el principio. Nos preguntábamos por qué razón lo hacíamos, sabíamos que era una basura, pero había un buen montón de gente alrededor empujándonos y persuadiéndonos de que era una buena idea, sólo porque podían oler dinero cerca. Y nadie sacó ni un céntimo de aquel asunto: fue el mayor fiasco imaginable.

– Mirando hacia atrás ¿os hubiera gustado haber tenido algo más de éxito?

– W: No lo sé, siempre se nos pregunta sobre este tema, porque supuestamente estamos en la cúspide, pero no hay nada que podamos hacer sobre este tema.

– I: Seguramente, hubiéramos sido muy grandes si hubiéramos entendido lo que los americanos entendieron antes que nosotros: que éramos un gran grupo. Sólo que, mientras tanto, nosotros estábamos tocando en un lugar perdido por ahí adelante. La gente nos acusaba de tener miedo de ser tan grandes como alguno de nuestros coetáneos. A mí no me asustaba ser grande, sino convertirme en un gilipollas. Claro que lo soy de vez en cuando, pero en mis propios términos, no porque tenga que satisfacer a una multitud. Lo que tengo, tengo suerte de tenerlo, haciendo aún lo que quiero y no siendo como, por ejemplo, The Stranglers. Somos Echo And The Bunnymen y nadie nos lo puede quitar: es algo eterno e impenetrable.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA DJ SHADOW

ENTREVISTAS 2002

DJ Shadow, el arte del entretenimiento

Después de Endtroducing…, DJ Shadow lo tenía difícil. Lo mejor: facturar un segundo disco sin preocuparse por las comparaciones, aunque tardase en llegar. Aquí está The Private Press y la verdad es que, si no lo comparamos con el anterior, hay mucha miga.

“Más que ninguna otra cosa, lo que quería hacer era un disco entretenido.” No es que éstas sean exactamente las palabras que uno espera escuchar de Josh Davis, más conocido como DJ Shadow. Su reputación es la de un perfeccionista -lo que es, ciertamente-, o, cuando menos, la de un artista serio. No alguien que se dedique al entretenimiento.

Puede ser que, con el tiempo, nuestra percepción de esos dos arquetipos, el del artista y el de aquel que se dedica a entretener, se hayan ido distanciando. Y basta con verlo en directo, tal y como tuvimos ocasión de comprobar en el reciente Festival Internacional de Benicassim, para darnos cuenta de que la realidad es otra.

Seis años después de Endtroducing…, el disco que recientemente ha sido considerado por la revista Muzik el mejor álbum de la escena dance de todos los tiempos, DJ Shadow regresa con un segundo disco, The Private Press, que tiene unas ambiciones algo distintas.

El título del disco ya hace referencia a algo muy personal. “Esa copia privada del título habla de una única copia de un disco que las compañías te publican si les pagas; serían algo así como los artistas más vanidosos del mundo de la música y del mundo de los coleccionistas.”

En su caso, aunque haya muchas más copias, la idea es que cada oyente lo haga suyo. “A medida que iba avanzando en el disco, me encontré girando sobre muchos estilos y discos distintos que me inspiraban, y lo que tenían en común todos ellos era que el factor “casero” era lo más importante.”

El homenaje a tantos músicos anónimos no escapaba de su intención. “Aquellos artistas que se esfuerzan por ser escuchados, al margen de lo que está en las listas, ya sean grupos de funk, garage, o guitarristas folk, tienen un espíritu independiente infinitamente admirable. En ese sentido, The Private Press es mi homenaje a todos esos músicos a los que no se les presta atención, que han dado a la luz sus canciones generosamente a un público generalmente indiferente. También me gusta el título porque no tienes que ser un coleccionista loco para que signifique algo.”

DJ Shadow nació en la ciudad universitaria de Davis, California, cerca de la bahía de San Francisco. Ya en 1990, obsesionado con el hip-hop, envió una serie de grabaciones a distintas compañías, y al año siguiente estaba trabajando remezclando a otros artistas.

Ahora, para su segundo disco, ya no está en el sello que lo lanzó, Mo’ Wax. Mucho se ha dicho al respecto, pero él quiere dejar claro que tiene más que ver con la forma en que opera la industria musical.

“En 1998, una compañía grande compró otra compañía grande y un buen montón de artistas nos encontramos huérfanos con respecto a nuestros primeros sellos. Decidí sacarle el mayor partido a esta situación y trabar nuevas relaciones, lo que me pareció entonces lo más adecuado. No me arrepiento de nada y no hay malos rollos entre la gente que estuvo implicada, por lo que yo sé. Desde luego, he aprendido en esta industria a dejarme llevar con lo que te depare, y ésa fue una de esas ocasiones para probar.” No hay más comentarios.

Este segundo disco fue compuesto, en su mayor parte, entre agosto del 2000 y diciembre del 2001. “Estuve ocupado hasta mediados del 2000 con otros proyectos musicales como para enfrentarme a la continuación de Endtroducing… Nunca he pretendido ser de esa clase de artistas que tiene un disco nuevo cada dos años, aunque espero que el próximo disco llegue antes.”

De nuevo, cada corte es una experiencia distinta. Y, más que gustarle el hip hop, el funk, el soul y el rock de los últimos treinta años, a DJ Shadow le gusta el espíritu de esa música y las combinaciones que se pueden conseguir. “Mi meta en la vida no es duplicar un disco de hip hop del 88 o uno psicodélico del 68, sino incorporar elementos de todo tipo a algo que espero que sea considerado nuevo e innovador.” Eso, le concedemos nosotros, sí es entretenimiento.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON DEATH IN VEGAS

ENTREVISTAS 2002

Death In Vegas, el escorpión de jade

El pasado mes de septiembre se editaba Scorpio Rising, el tercer álbum de Death In Vegas, unos tres años después del arrollador The Contino Sessions, su disco mejor acogido. En estos días lo presentan en gira por nuestro Estado.

Puede que Scorpio Rising se haya servido del título del corto de guerra de 29 minutos del realizador Kenneth Anger, filmado en 1964 y repleta de moteros e imágenes religiosas, pero eso no desvela los secretos de su nuevo disco. Para eso es necesario ver la ilustración de la portada de álbum.

La portada representa a un escorpión que se aleja de un tentáculo dentro de una prisma. Así lo explica Richard Fearless, una de las dos mitades del núcleo de Death In Vegas junto con Tim Holmes: “Tiene que ver con el bien emergiendo del mal, y eso está muy ligado al sonido de la música del álbum. Después del último disco, queríamos hacer algo más ligero.”

Reforzado por una corte de vocalistas de primera fila, desde Iggy Pop hasta Bobby Gillespie de Primal Scream, el álbum The Contino Sessions de 1999 vibraba con una psicosis violenta. Puede decirse lo mismo de la canción “Aisha”, con la voz de Iggy Pop, que le aportó a Death In Vegas su primer éxito a principios del 2000. Esa misma primavera, “Dirge”, otro tema del disco con la voz de Dot Allison, llegó a figurar a las listas.

La maldad que predominaba en el predecesor de Scorpio Rising no se detecta en este álbum. Al contrario, “se trata de un disco de canciones psicodélicas de amor,” según Tim Holmes. Los vocalistas del disco son en su mayoría mujeres: Hope Sandoval -de Mazzy Star-, Nicola Kuperus -de Adult., el grupo techno de Detroit-, Susan Dillane -deWoodbine- y Dot Allison, que contribuyen para conseguir ese aire de feminidad trance que contrasta perfectamente con la presencia de las voces de Paul Weller y Liam Gallagher de Oasis.

La responsabilidad se puede atribuir, en parte, a la influencia principal en el álbum: la del subcontinente indio. Tanto Fearless como Holmes han sido viajeros asiduos a la India durante los últimos cuatro o cinco años, y el ambiente y los sonidos del lugar han influenciado de manera espectacular sus canciones.

“Porque me crié en África,” dice Fearless, “creo que existe una parte de mí que añora el lado caótico y loco de la vida. No obstante como artista, India es un lugar que inspira mucho, tanto visual como auditivamente. Atraviesas los bosques y te encuentras con pequeñísimos pueblos, y en cada palmera hay altavoces con la música a tope.”

“Se escuchan unas frecuencias que son completamente distintas a lo que tenemos aquí,” continúa. “Está repleto de altos y casi no hay bajo. Eso es algo que tuvimos muy en cuenta a la hora de mezclar. Es fácil mezclar los instrumentos de cuerda de manera que tengan un sonido profuso y vasto, pero nosotros queríamos darles un sonido tenue y agudo.”

Hubo alguien que les ayudó a conseguir ese objetivo, en concreto Dr. L. Subramanian, un conocido violinista indio que en su país es una estrella. Aunque hizo una gira por América y Europa a mediados de los años 70 con George Harrison y Ravi Shankar, el único músico occidental con el que había grabado con anterioridad fue el pianista de jazz Herbie Hanckok.

Fearless había oído su música por primera vez hace algunos años, mientras se encontraba en una cafetería india. En cuanto establecieron contacto con él, quedó bastante claro que iba a ejercer una influencia importante a la hora de ponerle el sonido al álbum. Su colaboración consistió en tocar y en ayudar en la selección de los músicos indios, además de escribir la partitura para los instrumentos de cuerda para tres temas: “So You Say You Lost Your Baby”, “Killing Smile” y “Help Yourself”.

“Fue alucinante trabajar con él,” admite Fearless. “Es extremadamente religioso, así que cuando estuvo aquí grabando un solo, abría el estuche de su violín y lo veías repleto de ilustraciones de sus deidades y de su familia a quienes bendecía antes de empezar a tocar. Era como trabajar con un genio, y para mí ese fue el mayor logro de este álbum.”

Mientras que esto representa el núcleo de Scorpio Rising, también influyen otros orígenes. Según Fearless, Gene Clark, Roky Erickson, Fad Gadget, Alice Coltrane y Sonic Youth participaron cada uno con su particular estilo, así como la idea de hacer un disco con un sonido en directo. Holmes y Fearless habían disfrutado al ver cómo se había desarrollado The Contino Sessions durante la gira y estaban decididos a inyectar parte de esa experiencia en Scorpio Rising.

Esto queda mejor reflejado en las canciones con la colaboración de unos invitados de lujo: Liam Gallagher en la canción que da título del álbum y Paul Weller en “So You Say You Lost Your Baby”.

“El hecho de haber atado todos los cabos es en sí todo un logro, pero en muchos aspectos el álbum terminado es sólo la primera fase de este proyecto. Más que nada, estos temas ayudan a asentar la idea de Death In Vegas como un grupo en lugar de un proyecto de estudio,” afirma Holmes.

Esto se subraya con más ímpetu en los conciertos que llevan ofreciendo desde el mes de septiembre. “Queremos que la gente vea lo lejos que hemos llegado como grupo en directo,” dice Fearless. “Creo que los conciertos son de los mejores que jamás hayamos dado. Tenemos muchas ideas diferentes. Estábamos ya ansiosos por salir y tocar este disco. Las letras que hemos escrito tienen mucha más fuerza y creo que la gente lo va a notar.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON COUNTING CROWS

ENTREVISTAS 2002

Counting Crows, agosto y todo lo que vino después

En 1999, después de la publicación de This Desert Life, Counting Crows estudiaron la posibilidad de editar un disco con una colección de versiones. Pero esta idea desapareció cuando Adam Duritz empezó a darle forma a sus pensamientos y a componer canciones para un nuevo álbum. De ahí surge Hard Candy, su cuarto y más logrado disco.

“Quería hacer un álbum completamente diferente esta vez,” dice Adam. “Tuve una conversación con Paul McCartney en el Rock And Roll Hall Of Fame hace un par de años y me alejé de la idea de concentrarme en la melodía. Para el nuevo disco sólo quería canciones que se metieran en tu cabeza y que no volvieran a salir de ella. La gente empezó a tomar las melodías como algo normal cuando comenzaron a pensar en autores musicales o poetas. Sí, la poesía es grande y yo leo poesía, pero no tengo ni el más mínimo interés en ser un poeta. Yo soy un cantautor y quiero que mis canciones se metan en la cabeza de la gente.”

Esto le llevó a un ligero cambio en su método de trabajo con las canciones de Hard Candy. Esta vez, la inspiración llegó de muy pequeños detalles: si trabajándola no resultaba, tiraba la canción y comenzaba con la siguiente. Además, Duritz y sus colegas trabajaron más que nunca para encontrar la parte de cuerda perfecta o para crear un ritmo. Incluso cambiaron su rutina de estudio para mantener las cosas frescas: en vez de estirar las sesiones de grabación, la banda alternaba períodos de estudio con pequeñas giras.

También, por primera vez, utilizaron más de un productor. Su trabajo con Ethan John -Ryan Adams, Rufus Wainwright, Whiskeytown…- funcionó inmediatamente. Pasaron una semana más o menos con él, lo dejaron para estar en la carretera algún tiempo, y después volvieron para una segunda y muy productiva sesión.

Aunque esas sesiones fueron bien, la banda le dio vueltas a alguna de las canciones durante otra gira; cuando volvieron, llamaron a un nuevo productor: Steve Lillywhite -U2, The Pogues, Rolling Stones, XTC, Talking Heads, The La´s…-. Con él terminaron el álbum, retocando algunos de los temas de las primeras sesiones y dándole forma al resto de su material no grabado.

“Había trabajado con Ethan en algunos de los discos de Ryan Adams. Así que sabía que era realmente bueno,” dice Duritz. “Está mucho más atento a captar el sonido del directo, lo que nos iba muy bien a nosotros. Ha sido muy interesante trabajar con ambos por períodos de entre dos y cuatro semanas, y después estar en la carretera durante tres o cuatro meses antes de volver al estudio. Tenías que estar muy identificado con todo ello mientras estabas en el estudio, porque estabas todo el rato pensando que se te acababa el tiempo.”

“La predisposición de los productores para trabajar con nuestro calendario también fue muy importante,” añade. “No fue la cosa más sencilla para ninguno de ellos; eso creaba diferencias en su forma de trabajar y en su agenda. Y cuando Steve fue nombrado presidente de Mercury Records en Inglaterra, él retrasó ese momento para poder terminar su trabajo con nosotros, lo que es un detalle inmenso.”

En sus canciones hay lugares cercanos y lejanos: un Los Angeles vacío visto a través del filtro de la desesperación, una llamativa vista de los rascacielos de Miami, un espejismo idílico de España, el color del agua en Long Island por la tarde…

“Eso de los lugares se transformó en una broma dentro de la banda,” admite Duritz. “Pusieron un trozo de papel en la pared y lo llamaron la página de la dominación mundial. Cada vez que aparecía nombrado otro lugar en una canción, lo apuntaban en ese papel como parte de mi intento de conquistar el mundo a través de las canciones.”

Estas imágenes reflejan la intención de Duritz de llegar a los oyentes al corazón de una historia a través de la atención a los detalles. “Los detalles lo son todo cuando escribes”, insiste él. “Es más importante describir una habitación que contar como se siente alguien dentro de una habitación. ¿Qué es lo interesante cuando dices que alguien se encuentra solo entre cuatro paredes? Vaya historia. ¿Qué significa resaca? Nada. Pero si dices, como en “Holiday in Spain”, “alguien me robó los zapatos, hay unos cuantos plátanos y una botella de cerveza,” puedes comprender perfectamente la situación.”

Estos detalles nos conducen, una vez más, a la personalidad de Duritz y su compleja vida interior. Con todo, la variedad de temas presentes en las canciones de Hard Candy, están unidos por un único hilo, que Duritz identifica como la memoria.

“Este álbum trata sobre la memoria. Lo que tienes cuando no lo parece: ésas son las cosas que tienes que hacer para sentirte bien. Cuando te unes a un grupo porque crees que ya no puedes estar en casa o cuando saltas desde el borde del mundo, como los chicos en “New Frontier”, porque eliges no ir a casa, todo lo que te queda es la memoria. Quedarte mirando fotos y recordar cuando las cosas te iban mejor es una manera de hacerte sentir bien. Llamar a tu chica en mitad de la noche es otra forma. Y recordar a la gente que se ha muerto es otra manera más. Así no desaparecen así por así. Todo esto son maneras de utilizar la memoria para hacerte flotar, para sentirte mejor.”

Xavier Valiño

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