Richmond Fontaine: You Can’t Go Back If There’s Nothing to Go Back to
Richmond Fontaine: You Can’t Go Back If There’s Nothing to Go Back to (Decor)
Cuando el bajista del grupo Dave Harding se mudó a Dinamarca, el camino de Richmond Fontaine quedó empantanado en las arenas del desierto. Sin saber muy bien qué hacer, su principal compositor y motor Willy Vlautin montó una nueva banda, The Delines, junto a su socio el baterista Sean Oldham, más orientada al soul-country y dándole el protagonismo a una cantante que les había desarmado, Amy Boone.
Cinco años después del último álbum de Richmond Fontaine, ambos reviven la formación, con Dan Eccles en la guitarra y Paul Brainard el pedal steel, a los que se unen Freddy Trujillo al bajo (recuperado desde The Delines) y Jenny Conlee (The Decemberists) en los teclados, además de la ocasional aparición de Dave Harding. En su décimo álbum han optado por volver la vista hacia clásicos de la banda como Post a Wire o Winnemucca, con tiempo para la épica “A Night in the City”, lo acústico en “Three Brothers Roll into Town” y un gran trabajo a la guitarra de Dan Eccles en “Don’t Skip out on Me”.
Sus letras, punto fuerte de un Vlautin ya reputado escritor, nos recuerdan que llega un momento en la vida en el que hay que pagar por las decisiones que se han tomado a lo largo de camino. Según él, la inspiración en este caso le vino al pensar en todos aquellos que han sentido ganas de estamparse contra la pared alguna vez. O sea, un escritor maduro tocando temas que le corresponden a su edad, algo que no todos en el rock saben aceptar.