RADIO OCÉANO – Memorias do óxido
Radio Océano: Memorias do óxido (Subterfuge)
“Reivindicamos la lluvia y la bruma, la melancolía y la niebla como fuente de inspiración”. Así se presentaban Radio Océano en una entrevista que mantuvieron con Manuel Rivas en 1985 y que se publicó entonces en las páginas de El País. Era otra forma de decir que ellos eran la banda sonora del atlantismo, un grupo explosivo que no tuvo la suerte de otras bandas coetáneas. Ya llevaban en activo cuatro años pero aún no habían editado su debut.
Xosé Manuel Pereiro, más conocido como Johnny Rotring, y Santiago Romero, como Ross Mero, dos periodistas influidos por el punk, lideraron esta caótica aventura entre los años 81 e 87 en la adormecida ciudad de A Coruña, al mismo tiempo que expandían la idea del atlantismo desde la publicación La Naval.
Fue en 1986 cuando editaron su único álbum, Nin falta que fai, con el sello que por aquel entonces tenía Radio Nacional de España, como ganadores de un concurso para nuevos grupos. Su sonido, con influencias del post-punk de Public Image Ltd., Echo & the Bunnymen o el primer álbum de U2 (con los que coincidieron tocando en Portugal), ya no tenía tanto predicamento entonces, pero aun así puede que sea uno de sus mejores exponentes en nuestro país. Aquel disco contenía clásicos incontestables como “Terra Chá”, “Como o vento” (versión de los portugueses Setima Legião), “Hago cine con mi coche” o “Aplazamiento”, canciones que mezclaban los pantalones de cuero con Álvaro Cunqueiro y los versos de Lois Pereiro con la electricidad.
El disco, grabado en una semana en los estudios de Prado del Rey por un técnico especialista en música clásica, se agotó pronto y así ha permanecido desde entonces, cambiando sus copias de manos por encima de los 100 euros hoy en día. Carlos Galán, factótum del sello Subterfuge, los descubrió hace poco y se decidió a recuperarlos en la colección “Canciones desde la tumba” de su discográfica, en la que también ha editado grabaciones perdidas o descatalogadas de Los Vegetales, Plástico, WAQ, Ciudad Jardín, Alaska y Los Pegamoides, La Banda Sin Futuro o Farmacia de Guardia.
Coincide esta reedición con el regreso de la banda a los escenarios, treinta años después en la gira que llaman del ‘estorbo incesante’ (una referencia a la Gira del Lucro Indecente de la reunión de Sex Pistols en 1996). Su vuelta se había venía fraguando en esporádicas novedades alrededor de la banda, como el concierto de la Sala Nasa en Santiago el 22 de abril de 2010 o la edición del single “Narcisismo” en un single que el sello Pantera e Iribarne Producciones lanzó hace dos años, tal vez su tema estandarte y que hasta ahora solo había apareció en un recopilatorio, Rock gallego (1994).
El álbum doble que ahora se edita como Memorias do óxido contiene, en su primer disco, versiones grabadas en estudio de doce de sus canciones, registradas en distintas sesiones en 1983, 1984 y 1986. Están los diez temas de aquel álbum de debut (aunque “Pánico” aquí se presenta como “Pánico en las Falklands” y “Me gustaría que Stanley me confundiera con Livingstone” pasa a ser “Quisiera que Stanley me confundiera con Livingstone”) más “Narcisismo” y la hasta ahora inédita “Volverá” (que en su primera maqueta no editada aparecía como “Volverás”).
En el segundo disco se recogen grabaciones en directo realizadas en 1982, 1984 y 1986, incorporando incluso un corte registrado el año pasado (“Como o vento”, en A Nave 1839 de A Coruña). Entre ellas, registradas en distintas circunstancias y con calidad diversa en el sonido, aparecen más inéditas, como “Vendidos”, “Hombre pálido”, “La educación”, “Soy adicto al Trombocid”, “Reconversión”, “Chungs Not Dead” o “No me mola tu pistola”. Si ya en disco sus canciones resultaban cortantes, cargadas de guitarras afiladas, voces retadoras y un lirismo mal contenido (como bien señala Julián Hernández en el libreto que lo acompaña), esa sensación se intensifica y recrudece en estas grabaciones.
Con textos del citado Hernández (Siniestro Total), el editor Carlos Galán y una biografía aparentemente anónima (en la que, aún a riesgo de equivocarnos, vemos la pluma de Xosé Manuel Pereiro), este es, por fin, el disco que el grupo necesitaba. Y lo mejor es que no han vuelto únicamente para recordar aquellos años, sino que ya tienen compuestas unas cuantas canciones, entre ellas nuevas adaptaciones de Lois Pereiro, que bien podrían desembocar en un nuevo disco.