ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 ZONA DE OBRAS

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Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1997


Zona de Obras, la revista-fanzine

 

 

 

Desde la capital maña, aunque no centrado exclusivamente en esa ciudad, se viene trabajando desde hace más de dos años en una publicación –¿fanzine?- que es, sin duda alguna, una de las más interesantes que se pueden leer por estos pagos.

 

Zona de Obras es responsabilidad principal de Rubén Scaramuzzino, que hace ya más de tres años se estableció en Zaragoza, después de dejar su Argentina natal, para trabajar como diseñador gráfico. Detrás de Rubén, en la dirección, y se supone que prestando apoyo crematístico, está el misterioso Dr. Feelgood, que no es otro que el líder de la banda hispano-argentina de mayor impacto de los últimos siete años, desaparecida recientemente. Piensa un poco y acertarás.

 

Cuando Rubén llegó de Argentina tuvo la idea de elaborar una publicación en la que dar rienda suelta a su creatividad artística, recoger la actividad musical del Estado y de Hispanoamérica y acercar más los dos continentes. Y así nació Zona de Obras, que actualmente cuenta con la distribución en el Estado a través de SURCO y en Argentina y Uruguay por medios propios.

 

         Dado el trabajo de Rubén, el auténtico lujo de esta publicación es su concepción gráfica, absolutamente brillante y a años luz de todo lo que se pueda ver en este tipo de publicaciones y, por supuesto, infinitamente superior a la de las grandes revistas que cuentan con una amplia tirada. Todas las páginas están cuidadas al detalle e, independientemente del gusto personal de cada uno, no se les puede negar originalidad y buen hacer.

 


 

Los contenidos de Zona de Obras conservan la frescura de los fanzines, con alguna particularidad. Para empezar, cuentan con las entrevistas que les apetecen según su gusto musical, con las que pueden competir sin ningún problema con las revistas especializadas -Rock de Lux, Mondo Sonoro, Ruta 66, El Tubo…- y sin caer en la cutrez de bastantes fanzines. Repasemos alguna de estas entrevistas: Antonio Escohotado, Alaska, Mil Dolores Pequeños, Sabino Méndez, Bustamante, El Niño Gusano, Cheikha Rimitti…

 

Pero no se conforman con tener acceso a todas esas bandas, sino que también consiguen que buena parte del mundillo musical colabore escribiendo artículos para ellos. Así, en los últimos números puedes leer lo que piensan o desvarían Manu Chao, Antón Reixa, Kike Turmix, Malcom Scarpa, Félix -Dr. Explosión-, Sergio Algora y hasta el ex-futbolista Miguel Pardeza.

 

Otra nota diferente la pone su redacción en Argentina. Desde allí se elabora la parte dedicada a grupos y artistas sudamericanos, y, gracias a ellos, en sus páginas puedes enterarte de quienes son Massacre, Patricio Rey, Chicos Eléctricos o de las últimas propuestas de Fabulosos Cadillacs, Los Tres, Café Tacuba y Spinetta. O sea, que creen en el rock latino y no como una moda, sino como una realidad que han mamado desde siempre y de la que pueden ofrecer una opinión de primera mano. De cómo se puede elaborar una revista a caballo de dos continentes, con la redacción dividida, es algo que pasa, inevitablemente, por el correo electrónico. Cuestión de modernidades.

 

Pero no todo se reduce a una revista pretenciosa en sus contenidos. Del mundo de los fanzines toman lo mejor: su falta de complejos y prejuicios. Así, junto a lo que ya hemos mencionado, pueden aparecer artículos sobre el heavy estatal -un completísimo dossier por entregas-, autos argentinos de los 70, cine gore, reggae, chamanismo, tatuajes, el Ché Guevara, los dictadores bananeros sudamericanos, el vinilo de siete pulgadas … Muchos de ellos son lo más reconfortante de Zona de Obras, por la duda que presentan: ¿están hechos de cachondeo o son todo un tratado versado sobre la materia? Puro material para el regocijo o la polémica.

 


 

La idea original vino acompañada desde el principio de la edición de un compacto para hacer aún más atractiva su propuesta. Desde entonces,  y cada dos meses, se han dedicado a repasar lo más interesante de los sellos independientes estatales, con un completo informe sobre sus artistas y un disco compacto en el que escucharlos: Triquinoise (n1 1), Subterfuge (n1 2), Munster (n1 3), Siesta y Grabaciones en el Mar (n1 4), Roto (n1 5), Por Caridad y Hall Of Fame (n1 6), Elefant (n1 7), Animal (n1 8), y Zona Bruta, Full On y Yo Gano (n1 9).

 

Además de los nueve números editados hasta el momento, a los responsables de Zona de Obras les ha parecido que no tenían suficiente trabajo -o es que son masocas- y se han decidido a lanzar su propia línea de números especiales monográficos, con una periodicidad semestral. Empezaron por la fiebre futbolera (n1 1), acompañado por un compacto con 27 de los himnos más coreados en los campos de fútbol ingleses, cortesía del sello británico dedicado al tema Exótica Records, que contiene más de una curiosidad.

 

 

Hace poco continuaron con el Especial Amor (n1 2), cargado de sugerentes y divertidos textos, en este caso con un doble compacto en el que aparecen, entre otros, Vainica Doble, Killer Barbies, Club 8, Sergio Makaroff, Joxe Ripiau, Tav Falco, Los Flechazos, Todos tus muertos, Willy Giménez…

 

Y no acaban ahí. El último especial se centra en los años 60, con un doble compacto con atención tanto a los grupos estatales como foráneos, y que inaugura una colección que va a repasar la historia del rock a través de sus cuatro décadas. ¿Quién da más?

 

Xavier Valiño

WILCO

Wilco: el solitario Jeff

 

Más o menos después de las dos terceras partes de esta maratón rústica es cuando todo encuentra su exacto lugar: «No te puedo decir nada que no sepas ya», canta Jeff Tweedy en «Someone Else’s Song», de Being There, y el gesto se asemeja más a un triunfo que a una derrota. Leer más

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 U2

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 U2

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1997


U 2, la re-generación

 

 

(Llamarlo Pop…! (Hah! U2 siempre fueron una banda de rock. Lo intentaron todo: folk, gospel, blues, e incluso tuvieron su mayor desliz intentando hacer sólo rockRattle & Hum-. Pero las bandas de rock que se hicieron en los 80 no pueden sobrevivir en los 90 sin tomar prestados algunos capítulos del libro de oro del pop. Además, la mayoría provienen del catálogo del post-punk, por lo que todavía se preocupan por conceptos como ‘credibilidad’, ‘integridad’ y ‘respeto’. La ambición muerde las uñas del éxito, o algo así. Si Everything But The Girl pueden reinventarse a sí mismos, entonces cualquiera puede.

 

Si U2 fueron una de las bandas que definieron los 80, especialmente la segunda mitad con su rock para estadios concienciados, la aristocracia del Live Aid, la paranoia nuclear, la hegemonía cultural americana, etc., entonces son demasiado conscientes de que únicamente desde una posición desinteresada pueden reflejar determinados aspectos de los 90 -el internacionalismo después de la Guerra Fría,  el eclecticismo y el cruce de culturas en los ritmos de baile, la ironía y la apatía post-Tatcher y Reagan, la saturación de los medios de información…-. Ahora ya no se atreven a erigirse en portavoces generacionales. Así que dejémosles participar en la fiesta del fin del milenio, más teniendo en cuenta que este Pop es un buen disco que prueba que todavía tienen mucho que aportar como banda de rock’n’roll revitalizada, reciclada y reembasada.

 

 

 

Después del desastre de los 80, ¿cuándo volvió todo a ser interesante? No fue la música de baile ni siquiera un par de gafas de sol a la moda. Fue con el cambio de década cuando se dieron cuenta que se abocaban a un abismo de mediocridad. Así que se relajaron y se dedicaron a contemplar la marcha del mundo. Dejaron que algo de funk y aire fresco entrara en sus esquemas y se permitieron echar unas risas. Todavía lo intentaban con ahínco. Y en su mayor parte funcionó.

 

Pop es tan postmoderno como sentido, suena tan sexy como lleno de emoción, tan hedonista como político, tan luminoso como sombrío y tan humilde como vasto. Se podría discutir toda la noche sobre sus motivos pero, tanto si han tenido una honesta conversión a la música de baile como el futuro del rock o simplemente si se han subido al tren comprando un billete de primera con la intención de robar alguna idea, el resultado es a ratos condenadamente deslumbrante -"Mofo", "Miami", el chill out de los cuatro cortes finales-.

 

¿Así que U 2 todavía son relevantes en el 97? Sí, y tal vez este disco sea Pop al fin y al cabo, en el sentido de que ha ido a por todas y ha extendido su insano y desaliñado sonido por toda su concepción. Han conseguido con éxito su propia visión de como el rock’n’roll debe parecer y sonar, y han pasado de la guitarra roja, los tres acordes y toda la verdad al modernismo techno sin tener que sufrir una lenta deshonra.

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 TRICKY

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ARTÍCULOS 1997


Tricky, angustia vital

 

 

El increíble artista que ahora conocemos por Tricky nació en Bristol en 1968. Después de varios años intentando sobrevivir en el ghetto, visitas a la cárcel incluidas, consiguió unirse al grupo de rap local Fresh, formando parte del Wild Bunch. Allí conoció a los componentes de Massive Attack, escribiendo con ellos varias canciones de sus dos discos: Blue Lines, del 91 y Protection, del 94. No era más que el primer paso de una trayectoria que le ha llevado a intervenir en los discos más influyentes de la música de baile de esta década -los de Massive Attack, por supuesto, Björk y los suyos propios- y colaborar con los nombres más creativos de los últimos años.

 

Empezó a trabajar con la cantante Martina después de un encuentro fortuito. Primero grabaron "Aftermath", después "Ponderosa" y, por fin, su primer disco, Maxinquaye, considerado por todo el mundo, sin excepción, como el disco del año 95, en el que se incluía la impresionante versión de la canción de Public Enemy "Black Steel". ¿Qué encerraba Maxinquaye para tener tal acogida? Todo un nuevo mundo sonoro, que definía el futuro del pop, a base de una mezcla irreconocible de estilos, traducidos en un revolucionario trip-hop -etiqueta de la que el propio Tricky reniega-, tan nervioso como lánguido, según el estado de ánimo.

 

 

A partir de ahí colabora en los discos de Neneh Cherry, Whale, Björk, Elvis Costello o Garbage y publica uno nuevo con el seudónimo de Nearly God, en el que presentaba cantantes invitados como Alison Moyet, Neneh Cherry, Terry Hall -antiguo líder de los Specials- y Björk. Todo el mundo quiere trabajar con él o contar con su bendición. Incluso acompaña a la artista rock más interesante de esta década, P J Harvey, en su gira por Europa y América.

 

Durante diciembre de 95 y enero del 96, Tricky grabó una serie de canciones en un pequeño estudio perdido en los valles de Jamaica, que se convertirían en su segundo disco, Pre-Millennium Tension. Aunque parezca que debería haber sido más soleado y cercano a los sonidos de raíces que su predecesor, el resultado indica todo lo contrario. Se trata de una grabación sombría, nerviosa y con dificultades para encontrar una melodía. Él lo explica así: "Hay una aspereza en Jamaica que también refleja este álbum, pero yo no diría que tiene una influencia de reggae. Yo quería hacer un disco más duro de lo que había hecho antes. Quería adoptar una postura. Avanzamos demasiado rápido. No es realmente el milenio, es sólo que estamos llegando a un punto con montones de tensión."

 

Por ahora, su sonido sigue marcando el futuro, a golpe de tensión nerviosa, paisajes absorbentes, voces angustiosas y cruce de caminos. Nadie como él para enfrentarse al cambio de milenio.   

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 TINDERSTICKS

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La hiel de Tindersticks

 

 

A veces resulta difícil que nos gusten, eso está claro. Seguramente te será imposible escuchar sus lamentos en la radio. Parecen más tristes con cada nueva canción. Sus discos no escatiman duración o intensidad. Y nunca, nunca les verás una sonrisa.

 

Pero deberíamos amarlos profundamente. Su tercer disco -sexto si contamos sus dos directos y la banda sonora de la película francesa "Nenette et Boni"- viene a confirmar aun más que nunca que ningún hombre triste enfundado en un traje de corte clásico sonó tan bien.

 

Curtains es tan interesante como los dos discos que le precedieron, colecciones de canciones que oscurecen todos los intentos previos de languidez alcoholizada. "Another Night In" fluye y se crece entre cuerdas furiosas, con Stuart Staples sollozando todo el rato como un hombre que acaba de perder a su mujer, su perro y la colección completa de los discos de Leonard Cohen. Y resulta hermoso. Así que estamos en territorio familiar. La dieta habitual de personajes suspirando de amor, relaciones que se desmoronan, corazones rotos y dudas terminales.

 

 

"Rented Rooms" es elegantemente sórdida, abriéndose con una sección de cuerda que brilla como luz de luna en callejones oscuros y empedrados. Staples ofrece su mejor interpretación aquí, un libertino que observa impúdicamente el sexo vacío en hoteles baratos, mientras su voz es una sombra sepulcral batiéndose entre guitarras de ambientación latina.

 

Los instrumentistas no son los más lustrosos del universo, pero confirman su condición de perfecto fondo sonoro para el desgarro: la forma en la que la dispersa "Don’t Look Down" se transforma en un absorbente y doloroso clímax al estilo de Henri Mancini es un lujo por el que debemos estar agradecidos; o el soporífero vals "Dancing", como si se tratase de una interpretación aún más arrastrada de cualquier canción de Nick Cave.

 

Curtains es la banda sonora perfecta para todas aquellas veces que uno se ha sentado solitario en la barra del bar, hundiéndose en su propia miseria. Al fin y al cabo los momentos más tristes son los que proporcionan mayor seguridad en uno mismo.

 

Xavier Valiño

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