Javier Lago

Javier Lago

Javier Lago

Han pasado más de tres años desde que lanzó su primera canción, “Aunque te quiera”. Por el camino ha ido dejando otras siete canciones que lo sitúan como uno de los cantautores cercanos al pop con más proyección de los últimos tiempos. Ahora el vigués radicado en Pontevedra Javier Lago publica su álbum de debut, Perdón por las molestias, que él mismo nos presenta.

¿De dónde vienes (físicamente y otras bandas)?

– Nací en Vigo en 1996, pero vivo en Pontevedra desde niño. Estudié violín en el conservatorio y siempre me ha interesado el mundo de la música y la creación. Tuve una banda antes de empezar mi proyecto en solitario, que me permitió aprender mucho. Fueron tres años maravillosos, pero la vida se complicó, sobre todo con la universidad, y cada uno empezó a mostrar unos intereses diferentes a los otros.

¿Cómo nace tu proyecto solista?

– Un poco de forma inconsciente. Siempre he sido demasiado prudente a la hora de compartir mis canciones, que llevo haciendo desde niño. Solía publicar algunas versiones en redes sociales, hasta que un día me animé a publicar una canción original, “Aunque te quiera”, y la respuesta fue tan positiva que eso me animó a seguir componiendo y creando. La peor parte fue que justo ese momento cuadró con el inicio de la pandemia en 2020, pero por suerte eso no me impidió seguir componiendo y compartiendo mis canciones. Antes de lanzarme a hacer un álbum, decidí probarme sacando singles, como “El temblor” o “Nada tiene sentido”, un alegato contra el acoso escolar que contó con el apoyo de la Fundación ANAR y que me trajo cosas maravillosas.

Describe tu sonido.

– Suelo decir que soy un cantautor que huye del concepto clásico de cantautor. Mis canciones pueden nacer con ese germen, pero luego encuentran su sitio en sonidos más pop, a pesar de que esa es una etiqueta muy amplia. La voz y las letras son protagonistas absolutas y todo se crea para favorecerlas. En este disco se han abierto unas vías que me parece interesante seguir explorando. Tengo mucho que aprender.

Principales influencias.

– En mi familia materna siempre se ha cantado mucho en las sobremesas, y yo me crié escuchando todas esas canciones, entre Serrat y boleros. Y todo eso también se vio contaminado, en el mejor sentido de la palabra, por el pop español de finales de los 90 y principios de los 2000.

¿Cómo definirías tu nuevo disco?

– Es un disco bastante ecléctico en el que el hilo conductor son la voz y las letras. Habla sobre el espacio, tanto físico como personal, y cómo muchas veces nos sentimos intrusos en él, de ahí la ironía del título.

Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como los de…

– Una de las cosas que más nos preocuparon a Raúl Ben, el productor del disco, y a mí, era encontrar un sonido que pudiera ser mío. Hay mucho de otros artistas, pero creo que la clave de lo que hicimos, que se puede escuchar en algunas canciones más que en otras, es llegar a un punto de entendimiento entre sonidos clásicos y algunos más contemporáneos. Así que me gustaría que las personas que lo oyesen sintieran que el disco suena a mí.

Cinco discos de cabecera.

– Muy difícil elegir. Me voy a quedar con Tapestry de Carole King, Melodrama de Lorde, Mediterráneo de Joan Manuel Serrat, 21 de Adele y Estrella de Mar de Amaral. Y me dejo muchos fuera.

Cinco canciones perfectas.

– Otra complicada. “In the Air Tonight” de Phill Collins, “Landslide”de Fleetwood Mac, “I Drink Wine” de Adele, “Batiscafo Katiuskas” de Antònia Font y “La playa” de La Oreja de Van Gogh.

¿Prefieres estudio o directo?

– Creo que para todo hay un momento. Disfruto mucho en un directo, ya sea con banda o acústico, del vínculo con el público y de la euforia del momento, pero también creo que donde uno puede encontrar mayor libertad es en el estudio. Es un sitio en el que te sientes protegido, en el que aprendes constantemente y al que estoy deseando volver cuando sea el momento.

¿A quién te gustaría telonear?

– Cumpliría un sueño teloneando a Amaral. Los admiro mucho, tanto como artistas como personas. Y en los últimos meses me he enganchado mucho al último disco de Travis Birds, Perro deseo, y creo que podría encajar también de telonero.

¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?

– Viendo hacia el futuro, porque aún tienen mucho que dar, creo que versionar a Amaral o La Oreja de Van Gogh sería darle un abrazo al niño que creció escuchándolos.

¿Qué canción del disco es la que mejor te representa?

– Depende del momento, pero me siento muy cercano a “Ligero”. La siento muy mía y creo que resume bastante bien el concepto y el sonido del disco. En él hay muchos años de composición detrás, pero a su vez representa a la perfección el momento vital que viví mientras lo producíamos.

¿Cómo eres encima de un escenario?

– Me considero una persona bastante reservada, pero en el escenario ocurre algo que me hace desconectar de esa parte de mí. Me gusta prepararlo todo: suelo hacer guiones para saber qué decir en cada momento y aprenderlos para que quede lo más natural posible, siempre dejando un espacio para la improvisación. Me encanta hablar de las canciones, aportar información y no simplemente cantar. Como espectador, es lo que me gusta que ocurra en un concierto. Además, darle un toque de humor hace que se rebaje la intensidad de algunas letras.

¿Qué planes tienes este año?

– Llegar hasta aquí ha sido muy complicado. Ha habido muchísimo trabajo detrás de este disco, y esto tiene que convivir con la sensación de que nunca es suficiente. Ahora, lo que queda por delante es la puesta en escena. Comenzaremos a preparar los directos, que de momento tenemos confirmado un festival en junio en Pontevedra. Y todo eso a la par que se desarrolla mi proyecto en Sonemerxente, una aceleradora de proyectos musicales que financia AGADIC (Axencia Galega de Industriais Culturais) a través de los fondos europeos y que lleva a cabo la Fundación Paideia. Estoy seguro de que tanto el disco como este programa me van a traer muchas cosas positivas. Abrazo todo lo que venga.

Tienes cincuenta palabras para vender tu primer disco. ¡Adelante!

Perdón por las molestias habla sobre un momento concreto en la vida donde debemos reclamar nuestro espacio sin miedo a lo que eso pueda generar. Es un sentimiento universal por el que muchas personas habrán pasado y otras tantas pasarán. Espero que mucha gente se encuentre entre las canciones.

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