Manu G. Sanz es uno de los músicos más inquietos surgidos en los últimos años. Vale la pena recuperar su trabajo con Indómitos o Selvática, que fue derivando de un rock garagero y con ecos del post-punk hacia un rock más vibrante, influenciado por su estancia en Brasil.
Manu G. Sanz es uno de los músicos más inquietos surgidos en los últimos años. Vale la pena recuperar su trabajo con Indómitos o Selvática, que fue derivando de un rock garagero y con ecos del post-punk hacia un rock más vibrante, influenciado por su estancia en Brasil.
Ahora se presenta con su propio nombre con un primer disco en el que abandona los instrumentos eléctricos por las armonías y los arreglos en canciones melódicas y desnudas, en las que trasluce su experiencia con sus bandas anteriores y otros proyectos en el estudio de grabación.
Xavier Valiño
¿De dónde vienes (ffísicamente y otras bandas)?
– Soy de Vigo y llevo prácticamente toda la vida haciendo música. Formé parte de Indómitos y Selvática. En la actualidad también hago música para otros proyectos como Digital Mother, Orphan Tracks o Violeta Ultra Multiverse.
¿Cómo nace tu proyecto solista?
– La pandemia se llevó por delante a Selvática. Durante estos años me he concentrado en mi estudio, donde he podido hacer volar mi imaginación y publicar muchos álbumes en mi web Violeta Ultra Multiverse, pero siempre con seudónimos. Entonces pensé que ya era hora de editar en vinilo un disco con mi nombre, que representara fielmente el momento en el que estoy ahora.
Describe tu sonido.
– El sonido de este disco es suave y natural. He utilizado instrumentos acústicos aunque hay alguna pincelada electrónica. Quería mostrar las emociones con la mayor desnudez posible.
Principales influencias.
– Me gusta absolutamente de todo, pero en relación a este disco diría: Love, Big Star, Nico (Velvet Underground), Vainica Doble, Los Brincos, Beach Boys, Stereolab o Jeanette por citar algunas.
¿Cómo definirías tu nuevo disco?
– Un disco muy personal, emocional, de corte clásico y canción melódica.
Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como los de…
– Neil Young o el primer disco de Plastic Ono Band por ejemplo. Un sonido natural, en general como se grababa en los años 60 y 70.
Cinco discos de cabecera.
– In a Silent Way de Miles Davies, Fun House de The Stooges, Suicide de Suicide, The White Album de The Beatles y Radio City de Big Star.
Cinco canciones perfectas.
– “You Tore Me Down” de Flamin’ Groovies, “Wouldn’t It Be Nice” de The Beach Boys, “Ballad of a Thin Man” de Bob Dylan, “The Chain” de Fleetwood Mac y “Riders on the Storm” de The Doors.
¿Prefieres estudio o directo?
– En estos momentos de mi vida, el estudio.
¿A quién te gustaría telonear?
– Soñar es gratis, así que a Aldous Harding, Feist, Cat Power… Aunque este disco no va a tener gira
¿En quédisco de homenaje te gustaría participar?
– Probablemente en uno de Arthur Lee o de Mark E. Smith
¿Quécanción del disco es la que mejor te representa?
– Tengo un cariño especial por “La lluvia de abril” porque apareció al final, cuando ya había prácticamente dado el disco por cerrado. A veces es difícil determinar cuándo está terminado un disco. En este caso le di un último empujoncito al trabajo y funcionó. Después pensé que sería buena idea lanzarla como single de adelanto.
¿Cómo eres encima de un escenario?
– Tranquilo pero un poco control-freak
¿Quéplanes tienes este año?
– De momento intentar promocionar el disco y vender copias físicas, cosa bastante complicada estos días.
¿Cómo fue el proceso de creación del disco?
– Tardé unos siete meses en hacerlo. Primero grabé unas demos y, tras una selección, empecé a trabajar bocetos. Les di bastantes vueltas, cambiando el tempo, el tono, el compás, hasta que logré dar con lo que cada canción necesitaba.
¿Cuál es la temática principal del disco?
– Es un disco que habla de la búsqueda de emociones, amor, muerte… Los textos reflejan mucho cómo ha sido mi vida durante estos últimos años. Están abiertos a varias interpretaciones, pero nacen de una pulsión interna y la experiencia propia
Tienes cincuenta palabras para vender tu primer disco. ¡Adelante!
– Siempre había querido hacer un disco así. He dado rienda suelta a una vena pop melódica que está dentro de mí y me lleva a mi infancia, cuando hacía mis primeras canciones. Es un disco muy emocional. Si se entra en él desde ese ángulo, creo que se disfrutará mucho.
The Mysterines llegan en este 2024 a su segundo álbum, Afraid of Tomorrows, disco que fue precedido en el 2022 por Reeling y que llega después de recorrer medio mundo con su debut. No está mal para una banda de veinteañeros formada por Lia Metcalfe (voz), George Favager (bajo), Callum Thompson (guitarra) y Paul Crilly (batería).
En este nuevo disco siguen combinando elementos del grunge de los 90 y del rock alternativo de ahora, guitarras pesadas, voces poderosas y temas oscuros. Sin embargo, hay diferencias apreciables. Según reconoce su cantante y compositora, se trata de “un espejo donde descubres que no eres más que un ser sin forma, hecho de constelaciones celestiales: de traumas, de lo viejo y lo nuevo, de los errores, de la adicción, del miedo, de la felicidad, de la soledad y, en definitiva, de ganas de vivir y lucha por seguir viviendo. Es un collage de lo que se ha perdido y del amor sin límites…”.
Brittany Howard, la música como terapia alternativa
Cinco años después, Brittany Howard le da continuidad a su aclamado debut en solitario, Jaime, con What Now?, extrayendo un poder inmenso e indeleble de la imprevisibilidad sin fin. A lo largo de sus doce temas, Howard aporta su singular musicalidad a un sonido cambiante que abarca desde la psicodelia y la música de baile hasta el dream-pop y el avant-jazz, un telón de fondo adecuado para un álbum cuyas letras pasan de la efusión desenfrenada al comentario incisivo y radicalmente idealista sobre el estado de la condición humana. El resultado es un paso adelante importante para una de los artistas esenciales de nuestro tiempo.
Lo han llamado Mersey Beach, el puente sonoro imaginario entre Liverpool y el Laurel Canyon californiano. Más exacto sería circunscribir el quinto álbum de los hermanos Brian D’Addario y Michael D’Addario como el mejor exponente hoy en día de lo que se dio en llamar sunshine pop a finales de los 60, justo cuando su padre, Ronnie D’Addario, el que les inculcó el amor por la música que ha derivado en su imparable carrera, tocaba con el cantante de folk irlandés Tommy Makem.