ULTRASÓNICA2006 DISCOS ROD STEWART

Rod Stewart: Reason to believe – The Complete Mercury Studio Recordings (Mercury)

 

 

A los que conocimos a Rod Stewart entonando “Da ya think I’m sexy?” enfundado en unas indescriptibles mallas de leopardo no nos ha resultado fácil creer todo lo que otros contaban sobre él, pero el caso es que era cierto. Como lo era aquella frase de Greil Marcus que venía a decir que raramente alguien ha traicionado tan completamente su talento, y posiblemente lo sea el rumor que cuenta que Elvis Costello llegó a ofrecerse como su productor pocos años ha, para encontrarse con que el único interés de Rod era aparecer por el estudio a grabar su voz cuando todo estuviera rematado.

 

Porque si al oír su voz podías intuir algo de la grandeza de la que hablaban, resultaba difícil de creer que alguien con su aparente desinterés por la música hubiera deslumbrado en sus años grandes con la sensibilidad necesaria para escribir canciones imperecederas como las que abundan en estos discos (sí, escribir, ¿cuánto hace que no escribe una canción Rod Stewart?); con la aparente facilidad para combinar folk y r’n’b, soul y r’n’r, guitarras acústicas de doce cuerdas y Gibson saturadas, como si fuera lo más natural del mundo y sin que se noten las costuras; con la fascinante capacidad de transformar en inconfundiblemente suyas canciones de talentos tan dispares como Dylan y Eddie Cochran, Elton John y Motown, Ewan MacColl y Goffin & King; y, en definitiva, con esa voz en estado de gracia que en aquellos años parecía poder con todo.

 

En este coqueto estuche de tres CDs está todo lo que grabó para Mercury entre 1969 y 1973, sus cinco primeros discos grandes, singles sueltos y canciones que sólo aparecieron en recopilaciones, como su participación en la representación teatral de Tommy cantando “Pinball Wizard”, todo lo que le ha ganado un sitio entre los grandes. No sobra nada, aunque falta en los créditos, excelentes en cuanto a fechas, fotos e información sobre músicos participantes, un estudio en  profundidad sobre estos agitados años en los que simultaneaba su carrera en solitario con la de los Faces.

Carlos Rego

 

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SEXSMITH & KERR

Sexsmith & Kerr: Destination unknown

 

 

Pueden pasar modas, podemos inventar efímeros géneros y subgéneros, modernidades que dejan de serlo en seis meses condenadas al rutinario revival veinte años después. Quizá sea necesario, pero lo que no cambiará nunca es algo tan viejo, quizá intemporal suene mejor, como el arte de escribir una gran canción, lograr en tres minutos ese inefable ‘no-se-qué’ que consigue emocionar al que escucha. Podemos hablar de acordes o letras, diseccionar   el esqueleto de los clásicos, pero lo que no puede de ninguna manera faltar es ese algo inexplicable que va mucho más allá, y que reconocemos al instante cuando se produce.

 

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ULTRASÓNICA2006 DISCOS SAM COOKE

Sam Cooke: Night Beat / Live at the Harlem Square Club (RCA Legacy)

 

 

Cuando Sam Cooke grabó Night Beat en tres noches de febrero de 1963, tenía claro que iba a hacer algo que no había hecho nunca, grabar un Lp como tal, no una colección de éxitos con algún número de relleno. Ni singles ni violines, sólo su voz (¿¿sólo??) acompañada por un pequeño pero extraordinario grupo que lo arroparía sutilmente: aparte de sus habituales Rene Hall y Clif White, ahí estaban nada menos que Barney Kessel, Hal Blaine, Billy Preston o el pianista Raymond Johnson impartiendo una master class a lo largo y ancho del disco.

 

El resultado fue deslumbrante: desde el sobrecogedor “Lost and Lookin’” que abre el disco con el simple acompañamiento de una sencilla línea de bajo y una batería acariciada, hasta un trotón “Shake, Rattle and Roll” que lo cierra, Night Beat nos muestra a un cantante de inmenso talento en la cima de su arte, pleno de facultades pero sin exhibicionismos estériles, llegando al tuétano de un repertorio con sabor a blues y gospel y regusto noctámbulo, que cuarenta y dos años después sigue sonando a gloria.

 

El directo desde el Harlem Square Club de Miami grabado un mes antes es otra cosa. No resulta extraño que RCA archivara las cintas de lo que se suponía iba a ser su  nuevo disco, porque éste no era el Sam Cooke que ellos estaban vendiendo, no el de atildados trajes y voz sedosa apto para todos los públicos. Aquí aparecía descamisado y en medio de una audiencia hermana de raza, una audiencia galvanizada por una fuerza desatada que no deja de azuzarlos desde un escenario que Sam Cooke convertía en un auténtico púlpito profano. Una audiencia que se convierte en parte imprescindible de la celebración, al devolver multiplicado el fervor que emana del escenario en un diálogo que eleva la temperatura al límite.

 

El grupo de King Curtis se ve arrastrado a interpretar un repertorio infalible (“Cupid”, “Chain Gang”, “Somebody Have Mercy”, “Nothing Can Change This Love”….) en unas electrizantes versiones en clave r’n’b que  dejan a las originales, enormes como son, en simple juego de niños, y la voz pierde en terciopelo lo que gana en fuego. Es imposible encontrar palabras que estén a la altura del crescendo que enlaza el final de “You Send Me”, recortado de la versión de ¡quince minutos! que interpretó en el concierto, con la explosiva interpretación de “Bring It On Home to Me”, un auténtico clímax en el que tanto el cantante como la audiencia, particularmente la femenina, a juzgar por los aullidos que recogen los micrófonos, parecen alcanzar el éxtasis. No me extraña. Veinte años después de su primera edición en vinilo, un servidor no puede evitar que sus ojos vuelvan a humedecerse y su piel a erizarse ante esta monumental celebración del poder de comunicación de una música que no tiene fecha de caducidad.  

Carlos Rego

 

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SANTI CAMPOS 2005: Amigos imaginarios

Santi Campos: Amigos imaginarios (Rock Indiana)

 

 

Creo que ni los que seguimos la carrera de Santi desde el principio (o casi) nos esperábamos el giro que ha dado con este disco. Sí, está el Santi de siempre, comprometido a fondo emocionalmente con unas canciones que desde el desasosiego vital buscan asideros que le (nos) mantengan a flote, pero desde que escuchamos los ruidos que inician el disco, quizá ya desde los colores de la portada, sabemos que nada va a ser igual que antes, y que esta vez el sello de Rock Indiana no va a garantizar el pop instantáneo al que nos tiene acostumbrados.

 

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THE WATERBOYS: «UNIVERSAL HALL»

THE WATERBOYS: Universal Hall (Puck-Dock)

Como muchos de los diez anteriores discos del grupo, este álbum crece con cada nueva escucha. Una vez recuperado el nombre de su banda, tras intentarlo en solitario, Mike Scott regresa en un nuevo sello que ha creado para la ocasión, recuperando, además, al gran Steve Wickham, uno de los mejores músicos que jamás hayan pasado por la banda. Leer más

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