Categoría: Discos

YO LA TENGO: I Am Not Afraid Of You And I’ll Beat Your Ass (Matador)

         Parece mentira, pero en 20 años Yo La Tengo nunca han entregado un disco por debajo del notable. Y, a pesar de todo, son la gran banda americana ninguneada por casi todos. El título de su duodécimo disco, No te tengo miedo y te daré una patada en el culo, parece indicar que no han perdido la confianza en sí mismos. Su nuevo disco se abre y se cierra con piezas que superan los diez minutos, estirando su duración total hasta los 76 minutos. En medio, lo de siempre, sin dejar de mostrarse interesante en ningún momento: rock, Velvet Underground, pop, noise, jazz, experimentos, country, electro, sixties, pasajes ambientales… Y la gema está en “Beanbag Chair”, una de esas canciones pop que convertiría en estrella a cualquier otra banda.

EDITORS: An End Has A Start (Kitchenware-PIAS)

            ¡Quién iba a decir que el sello independiente que dio a conocer al mundo el pop pluscuamperfecto de Prefab Sprout iba a tener su mayor éxito con un grupo que sigue las enseñanzas de Joy Division! El cuarteto de Birmingham sorprendió con su debut del 2005, The Back Room: sus angustiadas canciones llegaron a las listas de éxitos. Dos años más tarde repiten el esquema: si Interpol han mareado la fórmula en tres discos, ellos también lo pueden hacer: voz de barítono de su líder Tom Smith, temas entre Joy Division y The Chamaleons -en esta ocasión añadiendo algo de la épica de U2 de mediados de los 80- y singles contagiosos como “Smokers Outside Hospital Doors”. Por difícil que parezca, casi 30 años después de que alguien diera con este sonido, esto vende y Editors -con Interpol- son sus principales beneficiarios.

THE GO-BETWEENS: That Striped Sunlight Sound DVD (Tuition-Dock)

            Ahora que Grant McLennan nos ha dejado, se le echa aún más de menos. Tras Ocean’s Apart (2005), el disco con el que The Go-Betweens cosecharon más éxito en todo el mundo, se editaba un DVD que ahora se convierte en su testamento. En él se incluye un directo de 70 minutos en el Teatro Tivoli de su Brisbane natal, con una banda que no tiene nada que envidiar a sus mejores formaciones de los 80. Pero lo mejor viene después: una curiosa e intimista sesión acústica de Robert Forster y Grant McLennan tocando sus temas favoritos de los últimos 30 años, entre comentarios sobre la concepción, formulación y longevidad de una de las mejores bandas australianas: ahí están las claves de una relación única, de una habilidad especial para construir canciones sin el más mínimo fuego de artificio, de una amistad que se impuso a través de casi tres décadas por encima de todo, de una empatía fuera de toda duda. En muy contadas ocasiones uno puede ser testigo tan directo de la relación y el don de unos músicos, y ésta es una de ellas.

ELECTRALANE: No Shouts No Call (Too Pure-Popstock!)

            Nunca han tocado realmente bien, no cantan especialmente bien, graban todo de forma natural y, sin embargo, Electralane apuntan cada vez más alto. Desde Rock It To The Moon en 2001, el cuarteto ha venido combinando post-rock rudimentario y repetitivo, indie-pop, jazz, krautrock y música coral, intentando dar unidad a sus intenciones. Ahora, en su cuarto disco, tras perder el miedo a comunicarse directamente (aquí hay textos hacia la persona amada, en lugar de poemas en francés) y una vez que han intentado aportar algo de emoción a su música y una intimidad sónica impensable en sus tres discos anteriores, Electralane han conseguido la quintaesencia de lo que se puede lograr con los elementos más básicos del rock (guitarras, baterías, voces y buenas melodías).

AKLI D: Ma Yela (Because-Warner)

        Akli es la voz de la inmigración en una sociedad acostumbrada a fagocitar noticias de cayucos todos los días. Su debut, Ma yela, es una de las sorpresas del año. Producido por Manu Chao, el disco contiene 13 canciones cantadas en argelino, francés y castellano. Como exiliado bereber de Argelia, Akli D pasó sus primeros años en Francia sin hogar, tocando en el metro de París. Su debut va más allá de un único estilo o historia. Como sus primeros días en Europa, su música tiene mucho de impredecible y algo de afortunado caos, combinando pop del Norte de África, folk de Argelia y algo así como blues, con letras políticas que hablan de problemas en lugares olvidados como Chechenia o Argelia.