Alaska, arqueología pop
Nada menos que hasta tres novedades discográficas del clan Alaska se han publicado casi simultáneamente en el breve lapso de tiempo de medio año. Lo de novedades habría que relativizarlo porque, en realidad, la actual formación de Fangoria -Olvido Gara, que es el nombre real de la propia Alaska, y Nacho Canut- parece atravesar un período de escasa creatividad. Y contamos sólo tres si no tenemos en cuenta el disco Delirios de grandeza, un disco recopilatorio más convencional, aunque con algunas curiosidades, publicado también en el curso de los últimos meses.
Primero apareció Interferencias, un álbum de versiones de canciones de Adamo, Cecilia, Tino Casal, Mina, Los Vegetales, Adam Ant, Radio Futura y Décima Víctima, a cargo de su más reciente aventura, Fangoria, acompañada de diferentes invitados -Family, Le Mans, Intronautas, Doctor Explosion, Madelman, Iluminados, Heroica y Terry IV-, un disco que resultaba interesante precisamente por los invitados y la elección de los temas repescados.
Más recientemente se ha editado El huracán mexicano, con remezclas, remixes, rarezas, caras B y curiosidades que abarcan toda la trayectoria de Alaska en sus diferentes etapas. Lo acaba de editar su antigua compañía, Hispavox, seguramente aprovechando el reciente tirón mediático de la revisitada movida madrileña.
Esta segunda iniciativa recorre hasta treinta y cuatro títulos de la diva madrileño-mexicana. Las canciones reflejan primero la pionera etapa popera de Los Pegamoides, en los que militó Eduardo Benavente, mente inquieta que creó luego Parálisis Permanente, antes de fallecer en un accidente de tráfico, víctima del alocado mundo de las giras. Hay también sitio para las aventuras con Dinarama o como Fangoria, incluyendo la versión en inglés de “Bailando”, colaboraciones con Los Nikis o versiones impagables de Los Panchos (”Basura”) o Raffaela Carra (“Rumore”).
Y, por último, éste un poco más reciente, aparece Mundo indómito, editado por la inquieta gente del sello Subterfuge, que es, quizás, el más interesante por ser el recopilatorio en el que más se han involucrado los propios interesados. Se incluye dentro de la colección Canciones desde la tumba, una repesca de grabaciones de grupos ya desaparecidos, y lleva el subtítulo Las grabaciones inéditas de Alaska y Los Pegamoides. Lo que se puede encontrar son veintiocho canciones que van desde febrero de 1980 hasta finales de 1982, algunas inéditas y otras más conocidas en su repertorio, en el primitivo formato de maqueta. O sea, tomas domésticas de canciones que marcaron a una generación en una curiosa labor de arqueología pop.