BRITTI
Britti, un jardín de melodías veladas
Al igual que sucedió con Yola hace ahora cinco años, Britti (Brittany Guerin) acaba de editar su debut en el sello de Dan Auerbach, Easy Eye Sound, tras ser ‘descubierta’ por este y fichada para su sello. Cantando desde niña, pasó años trabajando en una tienda de música mientras componía canciones incansablemente esperando una oportunidad. Esta le llegó el día en que hizo una versión de un tema de Auerbach, concretamente “Whispered Words (Pretty Lies)”. El punto de partida de su debut, Hello, I’m Britti,fue una ruptura amorosa. Le dolió, y mucho, pero a nosotros nos ha dado, para nuestro regocijo, una artista que despunta en todo lo alto con un álbum de atmósfera y sonidos similares al de, sin ir más lejos, Dusty in Memphis.
Naciste en Nueva Orleans y empezaste a cantar desde muy joven. ¿Cuál es tu primer recuerdo musical?
– Nací en Baton Rouge, que está muy cerca de Nueva Orleáns, lugar en el que he vivido más de la mitad de mi vida. No tengo constancia exactamente de mi primer recuerdo o experiencia musical, pero sí que siempre estuve rodeada de música y que he amado la música desde niña.
¿Cuánto influyó en ti crecer en Nueva Orleans? Parece que escuchas diferentes tipos de música.
-Siempre he escuchado diferentes estilos de música. Suelo hablar de personas de mi familia que escuchaban cada uno un tipo distinto de música: con mi abuela escuchaba zydeco, Motown y blues, y con mi tío, jazz. En la escuela también escuchaba diferentes géneros y aprendí a amarlos a todos.
Parece que siempre tuviste en mente grabar un disco. ¿Cómo ha sido este proceso?
– Este proceso me ha cambiado la vida de la mejor manera posible, algo que nunca hubiera podido soñar. Siempre soñé con ser cantante a tiempo completo, hacer lo que amaba y hacer feliz a la gente. Así que ha sido un sueño conseguir realizarlo.
¿Qué querías transmitir al oyente con tu primer disco?
– Siempre comento que este es un disco donde me muestro vulnerable, así que los oyentes pueden verme a mí. Lo que quería era enviarle al universo una carta de amor con mi corazón dentro y que la gente se sintiera cómoda viéndome realmente como soy. Todos hemos pasado por momentos complicados en nuestra vida de maneras diferentes, como cuando te rompen el corazón. En el disco hay letras que la gente puede escuchar, que les pueden curar y con las que pueden tratar de no sentirse solos en ese tipo de situaciones.
Tu debut me parece un disco delicado, tranquilo y puro. ¿Es el tipo de música que has escrito a lo largo de los años?
– Recuerdo que cuando era niña mi madre me pedía que cantase canciones alegres. Pero a mí me gustaban las melodías melancólicas, letras con distintas capas. Cuando compongo no quiero sonar como algo en concreto. El proceso creativo sigue su propio camino y, cuando escribo con otros, sigo la marea del momento, la energía de la creación. Pero sé que lo que está en mí internamente saldrá afuera seguro. Mi frase favorita es “Lo que buscas, te está buscando a ti”, así que creo que la música que escribo me representa como soy.
¿Hay un tema recurrente en todas las canciones del álbum Hello, I’m Britti, incluso si esa no era la intención al principio?
– El amor.
¿Y estás satisfecha con el álbum? ¿Has podido plasmar lo que tenías en mente de antemano?
– Estoy más que satisfecha con el disco. Tanto que creo que estoy en un sueño.
¿Cuántas canciones son tuyas? ¿Son temas que tenías ya? ¿O es una colaboración entera con Dan Auerbach? ¿Cómo fue su aportación y también la del resto de músicos?
– Cuando empecé a trabajar con Dan, me preguntó si quería seguir con canciones que ya tenía medio escritas o si quería empezar desde cero. Decidí optar por lo segundo, así que son canciones que compuse con él, aunque hay algunas en las que colaboró también otra persona. Los músicos que participan en el disco son músicos con un don increíble. Todavía estoy anonadada por su talento y su humildad. Fue muy importante tener gente con esa esencia en el disco, porque consiguieron hacer realidad lo que Dan y yo habíamos escrito de forma acústica. Así que la colaboración de cada músico que está en el disco consiguió que sea todavía más especial. Entre todos, y con las diversas aportaciones, creamos una pieza atemporal.
Tu música le llegó a Dan cuando hiciste una versión de una de sus canciones. Supongo que es uno de los puntos de inflexión en tu vida.
– Desde luego, fue un punto crucial en mi existencia, algo que me cambió la vida.
Parece que encontraste un espíritu afín en Dan Auerbach y que realmente pudiste forjar con él una conexión creativa muy especial. ¿Cómo fue trabajar juntos? ¿Qué crees que hay en los dos para que funciones tan bien?
– La forma en la que suelo describirlo es que se trató de algo muy familiar. Lo digo porque nunca había trabajado con él antes, pero así lo sentí. Parecía que estábamos destinados a encontrarnos. Cuando empezamos a trabajar, todo fluyó. Yo tenía miedo de componer con él porque se trata de una estrella del rock, algo descomunal, y en mi caso mucha gente no sabe quién soy todavía. Componiendo, Dan es un tío muy apegado al suelo, muy amable y muy humilde, aunque también es un genio. Siempre había sido una seguidora de sus discos en solitario y de los discos de The Black Keys, así que sabía, desde que me pagaron el billete para volar a Nashville y cuando me senté con él, que estaba con alguien muy importante. De repente me encontraba con alguien que había ganado muchos Grammys y que había creado canciones atemporales. Pero cuando me puse a trabajar con él, hice que se esfumaran los temores y dejé fluir las vibraciones. Fue algo muy cómodo, muy familiar, y me sentí como si hubiéramos creado una dimensión diferente entre ambos
“Nothing Compares to You” me recuerda a Sade.
– Amo a esa mujer. Ella es eterna. Nunca he coincidido con ella, pero crecí escuchándola. Simplemente viéndola en una pantalla puedes ver y sentir que estás dentro de ella.
Tu disco tiene una atmósfera similar al álbum de Dusty Springfield Dusty in Memphis.
– Sí, me lo han dicho ya con anterioridad, y me siento muy honrada y halagada de ser comparada con ese disco. Lo tomo como un gran piropo. Muchas gracias.
En tus canciones puedes encontrar country, soul o pop, pero no es algo que suene retro. ¿Cómo haces que suene fresco y relevante hoy?
– Cuando compongo no estoy intentando que una canción encaje dentro de un determinado estilo. Es como cuando hablas con alguien que te ama o a quien amas, le preguntas algo y te responde genuinamente desde su corazón. Así es mi forma de componer. Escribo melodías desde el corazón. Intento hacerlo lo mejor posible para plantar una semilla, preocupándome porque esa semilla tenga suficiente agua, que tenga suficiente luz, que tenga tierra fresca, que esté protegida para seguir creciendo. Y si esas flores florecen, voy a estar muy satisfecha. Por eso este disco tiene tantos sonidos diferentes: se trata de un jardín lleno de flores. Y dejo que la gente decida qué tipo de flor es cada una. Mi intención era crear un jardín, no decidir cómo tenía que ser cada una de ellas.
¿El proceso de composición de canciones es algo que te resulta fácil?
– Muy fácil. Para mí componer me resulta tan fácil como respirar. Siempre ha sido así, soy como una poetisa que puedo improvisar en el momento. Me encanta crear. Tengo muchas canciones escritas y también sé que tengo muchas canciones que vienen de mis antepasados y que ni siquiera he puesto en papel todavía.
¿Cómo traduces tu visión del mundo que te rodea en tus letras?
– Me encanta todo lo relacionado con el amor y yo soy una persona completamente amorosa.
¿Eres consciente del efecto que tu voz puede provocar en las personas?
– No del todo. Es interesante porque siempre he tenido esta voz pero no lo doy por hecho. Como me escucho todos los días, no pienso que sea especial. Pero puedo ver las caras y la expresión de quienes la escuchan por primera vez. Uf, me está costando responder a esta pregunta, es difícil articular mis pensamientos. No conozco exactamente la profundidad y el efecto que puede tener mi voz en la gente. Pero sí sé que me gusta cantar y he podido ver desde una edad temprana que a la gente le gusta escucharme. Cuanto más descubro la repercusión de mi disco y lo que la gente me dice, todo el amor y las reacciones que me transmiten, especialmente los extraños, más me cuesta creerlo. No soy consciente de ello, pero estoy aprendiendo.
En lugar de aparentar y lucir la voz en todo sus esplendor todo el tiempo, como hacen algunos artistas en sus álbumes de debut, tú te contienes y muestras diferentes colores en tu voz. ¿Qué cantantes, qué voces son tus favoritas? ¿Tienen que destacar?
– Siempre me he sentido muy cerca de los cantantes de finales de los 50, los 60 y principios de los 70. Mi cantante favorito es Otis Redding. La primera canción que aprendí de pequeña es “These Arms of Mine”. Su música es eterna. Cuando escuchas a cantantes como Sam Cooke puedes captar el amor en sus voces. Yo canto desde un lugar profundo en mi corazón, y mi forma de cantar no intenta forzar la voz, sino que busco hacerlo como un pájaro, cantar como me gusta cantar y dejar que eso cuente mi historia.