BON IVER: 22, A Million
BON IVER: 22, A Million (Jagjaguwar)
Tras haberse convertido en bandera de la nueva escena folk, Justin Vernon respondió de forma inesperada tomándose cinco años de descanso para centrarse en otros proyectos: lanzó álbumes con proyectos paralelos como The Shouting Matches y Volcano Choir, montó el Festival Eaux Claires Music & Arts y, puede que lo que más le ha influido, colaboró y contribuyó al trabajo de innovadores sónicos como James Blake y Kanye West.
22, A Million, grabado y producido entre Wisconsin, Londres y Lisboa, es en parte carta de amor y en parte lugar en el que confluyen dos décadas de búsqueda de sí mismo, incluida la posibilidad de no encontrar nunca aquello que busca tan ansiadamente. En él, Bon Iver ha plasmado una colección de momentos sagrados como el tormento y la salvación del amor, intensos recuerdos y detalles que podrían estar repletos de significado o ser pura coincidencia. Para ello opta por modificar su voz, algo que otros han hecho antes, como los propios Kanye o Blake, Thom Yorke, Lil Wayne o Sufjan Stevens y gran parte del mundo de la música electrónica, como un medio de escapar o trascender los límites del género. Sin embargo, en el contexto de Bon Iver, es un relevante paso hacia adelante que, en lugar de escapar de la realidad, refleja a la perfección nuestro mundo fracturado.