CHRISTINA ROSENVINGE 2009
Christina Rosenvinge, tres acordes y un corazón roto
Tiene mucho de regreso a las estructuras pop de sus discos de los 90, y eso sin prescindir de la complejidad y madurez de su trilogía en inglés, la de Frozen Pool (2001), Foreign Land (2002) y Continental 62 (2006). Podríamos verlo como una secuela, once años después, del ya fantástico Cerrado, con la ventaja de la experiencia, o quizá de Mi pequeño animal (1994), porque desde aquel disco no publicaba Rosenvinge un álbum completo en castellano. También podríamos decir que con Tu labio superior estamos ante el consabido disco ‘de madurez’, pero vamos a pasar de ello, porque la madurez no suele incluir tanta intensidad ni tanto vértigo.