THE WATERBOYS: Life, Death and Dennis Hopper

THE WATERBOYS: Life, Death and Dennis Hopper (Puck2014-Sun Records)

Curiosamente, la banda de su generación de trayectoria más larga y sin excesivos altibajos ha resultado ser The Waterboys. Se pueden encontrar momentos interesantes en todos sus discos, pudiendo también tomar los que editó su líder Mike Scott en solitario como álbumes de la banda aunque no portasen el nombre de la formación en la portada.

Por ello no sorprende que su decimosexto álbum mantenga el nivel, cuando coetáneos como U2 o Simple Minds (de los pocos que han llegado hasta aquí) no estén ya a esa altura. La excusa o hilo narrativo en esta ocasión lo pone el actor Dennis Hopper, citado ya en la portada. Según Scott, haberlo erigido en protagonista le sirve para hablar tanto de su historia como de los últimos 75 años de cultura pop y, yendo incluso más allá, la extraña aventura de ser un alma humana en el planeta Tierra.

Lo más inmediato sería relacionar este trabajo con el que editaron en 2017, Out of All this Blue, un disco con 23 temas (34 en la edición Deluxe) dedicado a la artista japonesa de la que se había enamorado entonces, Megumi Igarashi, más conocida como Rokudenashiko, y que partía de su interés de entonces por el hip-hop para transitar por distintos estilos. Algo parecido sucede aquí, con 25 temas breves, y diferentes palos.

Lo mejor está justo al inicio, con Steve Earle apropiándose del tema “Kansas”, tanto que parece de un disco suyo. Algo parecido sucede con Fiona Apple y su colaboración en “Letter from an Unknown Girlfriend”. Otros invitados, como Bruce Springsteen, no cobran el mismo protagonismo ni tienen una melodía tan redonda para su causa. El brioso “Freakout at the Mud Palace” sería otro de esos temas a recordar, al igual que el single “Hooper’s on Top (Genius)”.

El resto se mueve entre el exabrupto de “Frank (Let’s F*ck)” y la plácida melancolía de “Brooke/1712 North Crescent Heights”, pasando de un extremo al otro sin problema, todo bien heterogéneo en una sucesión continua de altibajos. Lo que sí se echa de menos son sus gloriosos temas largos de sus últimos discos como “Morning Came Too Soon”, “Long Strange Golden Rod”, “My Wearings in the Weary Land” o “Pipers at the Gates of Dawn”.

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