ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE STOOGES: The Weirdness

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE STOOGES: The Weirdness

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

DISCOS 2007


THE STOOGES: The Weirdness (Virgin)

 

 

            “Mi idea de la diversión es matar a todo el mundo”. Sí, es la frase principal del primer disco en 34 años de los Stooges, el grupo con el que Iggy Pop se labró su reputación. Y no habla de él mismo, sino que la canción está escrita desde el pellejo de George Bush. Así aun parece más punk, dando la razón a quienes sitúan su comienzo en los orígenes de The Stooges. A pesar de que Iggy cumple 60 este año y de que no grababa con sus viejos colegas desde el 73, puede que esta nueva encarnación de la banda, tan salvaje como sus orígenes, con la colaboración de Steve Albini en la producción, dure más tiempo que la original, aunque lo que de verdad cuenta son los tres discos que grabaron entonces.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE PERNICE BROTHERS: Live A Little

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE PERNICE BROTHERS: Live A Little

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THE PERNICE BROTHERS: Live A Little (Ashmont-One Little Indian-¡Pop Stock!)

 

 

            Joe Pernice se ha venido ocultando tras varios alias desde que se dio a conocer. Tanto en Scud Mountain Boys como en solitario, en Chappaquiddick Skyline o Pernice Brothers, Joe Pernice es quien moldea a sus colaboradores para obtener lo que busca: desde las raíces más americanas de sus primeros tiempos a la perfecta canción pop que parece buscar con Pernice Brothers. En este nuevo álbum y sus dos discos anteriores, Yours, Mine & Ours (2003) y Discover A Lovelier You (2005), Pernice Brothers se revela como su proyecto más personal, para el que cuenta con una serie de colaboradores esporádicos, entre los que se encuentra a menudo su hermano Bob. Y Live A Little regresa al terreno ya transitado con Overcome By Happiness y The World Won’t End, el del pop orquestado. Hay guiños a The Raspberries, ecos de sus admirados The Smiths (“Lightheaded”, “High As A Kite”), momentos que no desentonarían en los discos de los primeros 80 de Elvis Costello (“Microscopic View”), los Wilco más pop de Summerteeth (“Conscience Clean (I Went To Spain)”), The Beatles (“How Can I Compare”), canciones que podrían tomar al asalto las FMs (“Somerville”, “B.S. Jonson”), Mojave 3 haciendo el “(Don’t Go Back To) Rockville” de REM (“PCH One”), Hall & Oates (“Zero Refills”)… Todo en un disco que acaba retomando una añeja canción de Scud Mountain Boys, ahora retitulada “Grude F*** 2006”, como queriendo cuadrar el círculo.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE HIGH LLAMAS: Can Cladders

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE HIGH LLAMAS: Can Cladders

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THE HIGH LLAMAS: Can Cladders (Sub Pop-Pop Stock!)

 

 

         Como en todos los discos anteriores de The High Llamas, el trabajo de producción en Can Cladders es inmaculado. Las armonías son casi perfectas. Algunas de sus melodías son de las que se recuerdan. La instrumentación acompaña, dejando caer guitarras acústicas, pianos, bajos, percusiones que casi no se notan, vibráfonos, cuartetos de cuerda, arpas, banjos y, en ocasiones, un cuarteto de coristas. Sí, suena familiar porque ése ha sido el modus operandi del grupo en sus siete discos anteriores. Y apetece volver a escucharlo otra vez más, aún sabiendo que, a diferencia de su modelo Brian Wilson, los textos de Sean O’Hagan miran más al mundo que hay a su alrededor que dentro de sí mismo.

 

Después de sus obras magnas, Gideon Gaye (95) y Hawai (96), el grupo entregó tres discos en los que intentaba reproducir con escasas variaciones su sonido entregado a actualizar lo mejor de los Beach Boys, los ecos de Burt Bacharach y algo de Steely Dan. Tras tres años de descanso, Beet, Maize And Corn en el 2002 mostró que la posible evolución pasaba por algo de electrónica y una cierta experimentación. Pero Can Cladders, con 13 canciones en menos de 40 minutos, desanda el camino desbrozado y vuelve a mediados de los 90 para entregar su mejor disco desde entonces, incluyendo, entre lo más destacado, “The Old Spring Town”, una bossa-nova con voz femenina y arpas, “Rollin’”, un perfecto tema para el inicio de la primavera (“Le decimos hola a los ríos y las montañas”, repite incansablemente), y “Honeytrop”, con ritmo casi reggae, cuerdas y ritmos entrecortados a los que acompaña la voz de Sean O’Hagan intentando ir más allá de lo que se le supone.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE FRATELLIS: Costello Music

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE FRATELLIS: Costello Music

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THE FRATELLIS: Costello Music (Island-Universal)

 

 

            Ha habido que esperar unos meses, pero por fin está publicado aquí el debut del trío de Glasgow The Fratellis. El grupo no se complica la vida, lo que en estos tiempos no está nada mal: canciones directas y estribillos contagiosos en 13 canciones pensadas para disfrutar, para bailar y que no den mucho que cavilar. Hay punk-pop de finales de los 70, brit-pop de principios de los 90, ecos de Madness, The Clash, Oasis, Blur y, para completar la jugada, algunos temas más acústicos. O sea, sonido a pleno volumen, claro, directo a la cara, justo lo que uno espera -y no muchas veces encuentra- en un trío de guitarras.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE BLACK HEART PROCESSION: The Spell

ULTRASÓNICA 2007 DISCOS THE BLACK HEART PROCESSION: The Spell

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THE BLACK HEART PROCESSION: The Spell (Touch & Go-Green Ufos)

 

 

            The Spell (El Hechizo) es el nombre más apropiado que nunca ha tenido un disco de Black Heart Procession. Es cierto que One, Two y Three tenían la economía de su parte, y Amore del Tropico ya nos inclinaba a pensar en la intriga. Pero The Spell lo clava. Los hechizos caen sobre una persona, un amor, un país, el mundo; te encantan y te hacen caer en su trampa, te desorientan y te ilusionan. Aquí, un medio tiempo puede convertirse en un oscuro y seductor vals, y cerca, el violín y el piano evocan la banda de un cabaret solitario y lúgubre. Entonces, las cuerdas callan su llanto triste y cambian a un repiqueteo impulsivo y, más tarde, pedales que suenan a metal, con lo que estamos avanzando en línea recta por una carretera en un cinematográfico crepúsculo. Hechizado, claro.

Xavier Valiño

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