CLASH
Clash
Mohamed Diab (Golem)
No ha sido el primero en constreñir toda la trama de una película a un único escenario cerrado: ahí están Náufragos, Buried o Locke. No obstante, Mohamed Diab, en lo que es su segunda película tras la denuncia del acoso sexual en Egipto de Cairo 678, consigue meter metafóricamente a toda la sociedad egipcia en un furgón policial, sin rumbo aparente y sin nadie al mando.
Su cinta relata unas horas de los disturbios de 2013 que siguieron al golpe militar que destituyó al presidente Mohamed Morsi, elegido democráticamente tras el fin de la dictadura provocado por la Primavera Árabe. En ese furgón van entrando periodistas, partidarios del golpe y Hermanos Musulmanes, hombres y mujeres de distintas edades, creencias, clases sociales y tendencias políticas.
Al mismo tiempo que ellos, el espectador comparte su angustia, su desconcierto, sus miedos y sus motivaciones, a través de una cámara en mano que se mueve con maestría en ese vehículo (aunque parezca encogerse y ensancharse según el momento), recogiendo también a través de las ventanas enrejadas los tumultos y manifestaciones del exterior. Como si fuese un documental, de esa tensión claustrofóbica se concluye que la única salida posible es la reconciliación… si no fuera porque la cruda realidad siempre se empeña en impedirlo.