GILBERTO GIL: Gil Favourites 1967-1977 (Dubas/Wrasse-Harmonia Mundi)

        Gilberto Gil es, además de un ministro del Gobierno de Lula, uno de los músicos más reputados de Brasil, por si alguien aún no se había enterado. Fue una figura clave en el bossa nova y, sobre todo, el tropicalismo que inició con su gran amigo Caetano Veloso, arrancando a finales de los 60 para dar al mundo una nueva, extravagante y talentosa generación de músicos del Brasil. También es uno de los pioneros de lo que se ha dado en llamar ‘músicas del mundo’, al fundir samba, salsa y bossa nova con rock y folk music. Favourites recoge parte de lo más interesante de su carrera, una colección que va de Louvaçao en 1967 a Refavela en 1977, puede que su etapa más creativa.

BECK: The Information (Universal)

            Según Beck, éste iba a ser su disco de hip-hop. Pues no: The Information es un disco que recupera gran parte del espíritu de Odelay y Midnight Vultures, como si Sea Change nunca hubiera existido, y ello a pesar de contar con Nigel Godrich, habitual de Radiohead, como productor. Por lo tanto, en su noveno álbum encontramos al Beck más juguetón, el que combina sonidos de todos los tiempos para parir ese crisol que es su marca de la casa, al menos por lo que más se le recuerda. De todas formas hay que decir que algo de razón lleva: el hip-hop está en la base de una buena parte de los temas, por lo que su intención original tampoco se ha desvirtuado tanto.

BLOC PARTY: A Weekend In The City (Wichita-V2/Nuevos Medios)

            Llega el momento del temido segundo álbum. Complicada papeleta para quienes consiguieron epatar a medio mundo con los ritmos quebrados de su debut, Silent Alarm, uno de los mejores discos del 2005. Aquí, Kele Okereke y sus secuaces siguen cantándole a la vida urbana (empiezan cantando “El Este de Londres es un vampiro, me chupa la vida”), aunque sus guitarras ya no sorprenden de la misma forma. Ahora, gracias a la producción de Jacknife Lee, incluso se atreven con algún detalle electrónico. Pero lo que más sorprende es que un grupo que parecía rompedor en su momento, ahora se acerca incluso a U2 en cortes como “I Still Remember” o “Hunting For Witches”, lo que seguro que les reporta más seguidores.

BLONDE REDHEAD: 23 (4AD-Popstock!)

         Lejos quedan ya los días en que Blonde Redhead sonaban como émulos de Sonic Youth, algo que en directo aún conservan un tanto, como se pudo comprobar recientemente en el Festival Primavera Sound. Han tenido que pasar varios años y algunos discos hasta encontrar su propio hueco. El grupo formado por dos hermanos gemelos italianos y la cantante japonesa Kazu Makino editó en el 2004 Misery Is, más centrado en las atmósferas a lo Cocteau Twins o Lush. Ahora, tres años después, fuerzan la fórmula en su séptimo álbum con algo más de riesgo, guitarras en cascada, ritmos militares y melodías ensoñadoras como “The Dress” o “Spring And By Summer Fall”.

BRIGHT EYES: Cassadaga (Polydor/Universal)

            Conor Oberst llega a su sexto disco convertido en uno de los máximos representantes de las raíces del rock. Su sonido es ya tan clásico que compararlo a Dylan en ese sentido no es ninguna herejía. Su cima, desde que comenzó a grabar a los 14 años, está por ahora en uno de los dos discos que editó en el 2005, I’m Wide Awake, It’s Morning. Cassadaga pule aún más las aristas, escasas, que quedaban por depurar en aquel álbum, para hacerse completamente accesible y un valor a reivindicar por aquellos que echan de menos el country-folk-rock de principios de los 70 del -americana lo llaman hoy-, en un disco en el que colaboran Ben Kweller, Gillian Welch, David Rawlings, John McEntire y M. Ward.