Entrevistas musicales, artículos y comentarios de discos, libros y películas de Xavier Valiño
MARTHA WAINWRIGHT: Sans fusils, ni souliers, a Paris (Republic Of Music-V2)
Si a su hermano Rufus le da por hacer un disco entero recreando las canciones de Judy Garland, ¿por qué no puede ella hacer lo propio con Edith Piaf? Martha quedó prendada por la cantante francesa a los 8 años, gracias a la educación musical de sus padres en su Canadá natal.
McENROE: Tú nunca morirás (Subterfuge)
Con nombre de tenista genial en la pista y único, como poco, en su actitud, un primer EP con un título tan increíble como Apaga el día y me quedo y procedentes de Getxo, McEnroe no podían ser un grupo cualquiera. Los descubrimos con El sur de mi vida, un disco ya íntegramente en castellano, al que le siguió Mundo marino.
JAIME T: Kings & Queens (Virgin)
A muchos les pasó desapercibido su excelente debut, Panic Prevention, de hace casi tres años. Ahí había un chaval, Jaime Treays, muy joven, despierto, que veía la realidad que le rodeaba desde dentro y la canalizaba a través de distintos sonidos de una forma tal que hasta a Billy Bragg le pareció haber encontrado un digno heredero. Se retiró, empezó a componer canciones en clave folk y acabó desechando todo lo hecho. Así que en lugar de caer en la trampa de un segundo disco endeble, como tantos otros, se encerró a componer nuevos temas, decidiendo no editar nada hasta no encontrar algo nuevo que decir.
Fue hacia el medio de su concierto presentación en Madrid. Sonó “Mr. Blue Sky” de la Electric Light Orchestra (¡sí, la ELO!) y entonces todo se entendió un poco mejor. Sí, Mayer Hawthorne tiene su hueco en el 2009 haciendo revival del soul clásico (“sonando actual, para que a los hijos no les parezca música de sus padres”, reconoce), pero como sabe que con eso sólo no basta, se lo toma con bastante humor. Y amor. Y baile.
THE FEELIES: Crazy Rhythms, The Good Earth (Domino-PIAS)
Hace más de una década que están descatalogados, y era necesario recuperar dos de los discos más imprescindibles y menospreciados de la historia del rock. Ahora aparecen remasterizados, con mucho material extra y unos libretos explicativos de su relevancia y de cómo, a pesar de ello, nunca tuvieron el más mínimo reconocimiento.