NOMBRES EN EL ROCK

RTÍCULOS 2005 RUFUS WAINWRIGHT CONCIERTO

La importancia de llamarse…

 Mi nombre es (“My Name Is”; Eminem)

Por supuesto que el título, la portada y la imagen son importantes en el mundo del rock, casi tanto -en algunos casos, incluso más- como el contenido de las canciones. ¿Y el nombre? “Mi nombre es…”, cantaba Eminem. Y no se sabe si lo tenía muy claro entonces, porque, al igual que otros muchos, se presentó en sus discos con diversas encarnaciones como Marshall Matthers o Slim Shady.

El nombre es, sobre todo, definitorio. Todos lo saben -o deberían saberlo-. Vamos, que Pink Martini no es un grupo de heavy y Sepultura no son la última sensación del sonido lounge. Lo habitual, si no se aventura uno en solitario, es tirar folios y folios a la papelera hasta que aparece ese nombre que hará fácilmente identificable un sonido y en el que todos los componentes de la nueva banda hallen un mínimo común denominador.

Una vez elegido, es mejor no cambiarlo. No por nada, aunque los antecedentes indican que conviene no andar dando bandazos por la vida y mantener al respetable en la seguridad de que saben a qué se enfrentan. En caso contrario, la esquizofrenia del artista conduce, irremisiblemente, al olvido inmediato sin la más mínima piedad.

Madonna es el último caso, aunque por ahora no está claro en qué acabará todo. Louise Veronica Ciccone -su auténtico nombre- comunicó a mediados del 2004 en una entrevista al canal televisivo estadounidense ABC que pasaba a ser Esther. Así, sin más, aunque no era todo: Madonna seguiría una nueva filosofía de vida: “He pasado al menos una década quitándome la ropa y sacándome fotos, diciendo palabrotas en televisión y haciendo cosas por el estilo. No me arrepiento, pero todo el mundo se quita la ropa y después, ¿qué? Me pusieron el nombre de mi madre. Ella murió de cáncer cuando yo era muy joven y yo… quería otro nombre”, confesó para justificar su decisión, añadiendo que se había recargado de energía gracias a “haber adoptado un nombre distinto”. 

La razón del cambio se debe a su identificación con el personaje bíblico del mismo nombre, Esther, y a sus años de práctica del estudio de la Cábala, teosofía esotérica derivada de la lectura del judaísmo más antiguo. En el Antiguo Testamento de la Biblia, Esther es el nombre de la reina que salvó a los judíos de una matanza, acontecimiento recordado en la festividad judía del Purim.

No obstante, reconociendo su especial devoción y tino con los negocios, y que seguro conoce bien los casos de aquellos que la precedieron, no parece fácil que se decida a correr el riesgo. Se admiten apuestas. ¿Seguirá la ‘chica material’ utilizando el nombre de Madonna en las portadas de sus discos y en sus lucrativas giras? ¿Se olvidará de Esther tan rápidamente como abrazó su nueva fe?

No tiene más que recordar el caso de Prince y seguro que se lo piensa. El de Minneapolis, después de ser el artista de color más creativo de los 80, decidió, a principios de los 90, que, desde ese momento, cambiaba su nombre por el de TAPKAP -The Artist Previously Known as Prince, El artista antes conocido como Prince-.

En su caso, todo aquello coincidió con su etapa de enfrentamiento con su discográfica, que se negaba a editar los cientos de canciones que el prolífico artista grababa indiscriminadamente, un episodio que tuvo su punto más reivindicativo cuando apareció en público con la palabra ‘esclavo’ escrita en sus mejillas.

Podría haber terminado ahí, pero no. Después se inventó un símbolo para identificarse,O(+>, tan complicado de reproducir que sólo podía escribirse manualmente. Su compañía tuvo que remitir urgentemente a los medios de comunicación archivos en los que aparecía el susodicho símbolo para que fuera posible transcribirlo en letra impresa. Si a alguien le pareció que el tema estaba más o menos bajo control, Prince rompió todos los esquemas al anunciar un nuevo nombre: Víctor.

Para cuando se cansó y claudicó, retomando el nombre de Prince, a nadie en el mundo le importaba ya lo más mínimo. Su carrera comercial había caído en picado y tan sólo sus actuaciones en directo mantenían su figura de actualidad, aunque hubiera que leerse los carteles un par de veces para saber con qué nombre actuaba.

Terence Trent D’Arby le siguió los pasos, y no sólo en lo musical. Tras un primer disco plagado de éxitos, Introducing The Hardline According To Terence Trent D’Arby, nunca volvió a conseguir la misma relevancia pública, ni siquiera cuando fue contratado para suplir al fallecido Michael Hutchence al frente de INXS. Así que, cuando reapareció como Sananda Maitreya, según él debido a una orden que había recibido en un sueño, pocos se lo tomaron en serio. Los conciertos de Sananda Maitreya de los últimos tiempos se anunciaban, cómo no, como el artista antes conocido como Terence Trent D’Arby.

La fe fue la que motivó que uno de los grandes artistas de los 70 a nivel comercial dejara de ser Cat Stevens para pasar a llamarse Yusuf Islam. Evidentemente, con la palabra Islam en su nombre, quedaba clara su conversión. Además, por si quedaba alguna duda, fue una de las voces públicas más relevantes que apoyaron la amenaza de muerte integrista contra el escritor Salman Rushdie. En su caso, su carrera no empezó una cuesta abajo sin final visible, sino que se negó a seguir grabando y editando discos.

En todo este tiempo, sus apariciones se pueden contar con los dedos de una mano. Cuando editó una nueva versión de su “Peace Train” en homenaje a los menores víctimas de la guerra de Irak, al Gobierno de los Estados Unidos no le pareció precisamente bien: durante un tiempo se le prohibió la entrada en aquel país. La explicación oficial, más que una disculpa, parecía una amenaza a todo aquel que profesara la religión musulmana: aunque pudiera no ser Cat Stevens, había alguien con el nombre de Yusuf Islam fichado en los archivos policiales.

El cambio puede reducirse a quitarse el diminutivo para recuperar su verdadero nombre, como intentó Debbie Harry de Blondie con su carrera en solitario, al decidir pasar a ser Deborah, un movimiento que más parecía querer ser un signo de madurez con el que dejar atrás el pop -¿simple, según su impresión?- de sus inicios.

 

También se puede reducir a un sencillo cambio de apellidos. John Cougar pasó a ser John Cougar Mellencamp, justo antes de decidirse por John Mellencamp. Daba igual: tanto Debbie como John no consiguieron con sus nuevas encarnaciones el éxito de antaño.

 

En el caso de John Lydon, lo cierto es que tuvo una digna carrera al frente de Public Image Limited (PIL). Su carácter deslenguado y provocador eran los ingredientes perfectos para que acabara formando parte de la versión británica de La isla de los famosos, poco después de la gira de reunión de los Sex Pistols, The Filthy Lucre Tour (La gira del lucro indecente), en la que reconocía abiertamente que se habían reunido “por la pasta”.

 

Suponemos que, con el mismo espíritu punk de siempre, lo que los demás pudieran pensar le daba igual. Él también es consciente de que su verdadera huella en la historia del rock la dejó cuando se hacía llamar Johnny Rotten -Juanito Podrido- al frente de los Sex Pistols, en unos pocos meses a finales de los 70.

 

También se han dado casos de cambios de nombres por parejas. Cuando Jennifer López decidió dejar a Puff Daddy en el momento en el que éste tenía que enfrentarse a un juicio que todo el mundo seguía -y que afectaba a la imagen pública de Jennifer: el amor no puede con los negocios en determinados ámbitos-, ambos optaron por nuevas identidades. J-Lo consiguió mantenerse más o menos en una primera plana, pero P Diddy, nombre sugerido por su colega Notorius Big, no volvió a levantar cabeza y se convirtió en objeto universal de ridículo.

 

Otros se complican más la vida. Lisa ‘Left Eye’ Lopes, componente del exitoso trío TLC optó por iniciar una carrera es solitario con el nombre de NINA, acrónimo de Nueva Identidad No Aplicable, siglas que, al parecer, también sirven en los ghettos para designar a las armas de nueve milímetros. Mientras, el rapero Q-Tip pasaba a ser Kamaal The Abstract, un nombre que, según él, iba mucho mejor con su música “más real y arriesgada”, y que era una combinación de su auténtico nombre y de un viejo seudónimo de los tiempos en que formaba parte de A Tribe Called Quest.

 

Nadie se enteró en ninguno de los dos casos, lo mismo que le pasó a Colin Vearncombe, nombre con el que ahora se presenta quien hace años consiguió el mérito de poner “Wonderful Life” en todas las listas para poder decir que fue artista de un único éxito cuando grababa como Black. ¿Y si hablamos de Peter None? Lo mismo, que nadie identifica a Herman, otrora líder de los recordados Herman’s Hermits.

 

Distinto es el caso de aquellos que utilizan otros nombres para ocasiones muy especiales, sobre todo conciertos únicos o grabaciones especiales, y que siguen con su nombre de siempre el resto de las veinticuatro horas del día. REM triunfó en un pequeño club londinense en 1991 como Bingo Hand Job, alcanzándose en la reventa cifras astronómicas para conseguir una entrada, después de que se corriera la voz por toda la ciudad. 

 

 

Sin embargo, a sus amigos de U2, disfrazados como The Daltons -se supone que un grupo de country- y teloneándose a sí mismos en su gira americana, nadie les hizo caso. En la gira de The Joshua Tree de 1987 aparecieron en escena dos veces: el 1 de noviembre en Indianápolis y el 18 del mismo mes en Los Ángeles. Poco después, el 12 de diciembre en Virginia, su lugar fue ocupado por miembros de su equipo. La última aparición pública de U2 como The Daltons se produjo en la ceremonia de entrega de los Grammy de 1989, donde Adam Clayton tomó, para presentarse, una famosa frase de los Blues Brothers de su película Granujas a todo ritmo: “Somos un grupo que tocamos dos estilos: country y western”.

 

Componentes de ambos grupos, REM y U2, tocaron juntos en una única ocasión, con motivo de la investidura del presidente Bill Clinton. Michael Stipe y Peter Back, de REM, junto a Adam Clayton y Larry Mullen, de U2, aparecieron con el nombre de Automatic Baby (en referencia a dos de sus discos de más éxito, Automatic For The People de REM y Achtung Baby de U2), para interpretar una única canción, “One”, de los irlandeses.

 

Franz Ferdinand utilizaron el nombre de A Touch Of Velvet para poder adelantar en pequeños clubes las canciones que formarían parte de su segundo disco. Y, a mediados de los 80, XTC editaron un par de discos psicodélicos con el nombre de The Dukes Of The Stratosphere (Los duques de la estratosfera) sin que nadie reconociese su verdadera identidad hasta que ellos mismos se descubrieron.

 

 

No es algo nuevo. The Beatles coquetearon con un nombre ficticio que no llegaron a utilizar, Ricky And The Red Streaks, que Paul McCartney propuso para irse de gira y con el que Jack Oliver, un ejecutivo de Apple, incluso llegó a reservar una actuación en Alemania para el grupo en la época del disco Let It Be, más o menos cuando estaban en trámites de separación definitiva.

 

Después, cada uno de ellos utilizó distintos seudónimos en sus aventuras en solitario. John Lennon fue, entre otros, Reverend Thumbs Ghurkin, Mel Torment, Dr. Winston, Booker Table And The Maitre D's, The Reverend Fred Gherkin, Beatcomber, Kaptain Kundalini, Mr. Leslie o Dwarf McDougal; Paul McCartney se convirtió en Percy Thrillington, Billy Martin, Apollo C. Vermouth o The Fireman para un disco que editó con el productor Youth; George Harrison apareció como Son Of Harry, Hari Georgeson, Jai Raj Harisein o L’Angelo Misterioso; finalmente, Ringo Starr se hizo pasar por Ognir Rats, Roy Dyke o Richie Snare.

 

El juego llegó tan lejos que, en más de una ocasión, The Beatles parecieron revivir tras su separación. En 1976, un grupo canadiense llamado Klaatu, que sonaba como los de Liverpool, jugó con el equívoco durante un tiempo hasta desvelar su identidad. Más adelante, en 1996, unos daneses llamados Rubber Band editaron Xmas The Beatmas, en el que jugaban a recrear conocidas canciones navideñas como si se tratase de temas de The Beatles. Sin ir más lejos, el “Last Christmas” de Wham sonaba como “Mr. Postman” y “Silent Night” adoptaba la forma de “Lucy In The Sky With Diamonds”, entre las once joyas de aquel impagable disco.

 

Elvis Costello utilizó a lo largo de su carrera diferentes disfraces, como Howard Coward, The Imposter, Napoleon Dynamite, The Beloved Entertainer, The Emotional Toothpaste o, incluso, su verdadero nombre, Declan Patrick -con el añadido de Aloysius- MacManus, pero sin olvidar nunca aquel que le había dado la fama. Por su parte, los Sex Pistols llegaron a presentarse de muy distintas guisas, entre ellas la de The Spots, acrónimo de Sex Pistols On Tour Secretly -Sex Pistols de gira secreta-.

 

En nuestro Estado, Los Peatones nacieron de la unión de Radio Futura y El Último de la Fila para una fiesta de Radio 3, mientras que Manolo García y Quimi Portet jugaron a ser teloneros de sí mismos en alguna ocasión cuando aún eran conocidos por Los Burros, vestidos de mujer y con el ‘original’ nombre de Las Burras. Travestido en ama de casa también se presentó Iván de Los Piratas junto a su hermano bajo el nombre de As Ferreiro, acompañando a un imaginario artista portugués llamado Rai Doriva, en actuaciones semanales durante unos meses en un pub de Vigo.

 

Los Del-Tonos, por problemas legales, se presentaron como Albert & The Blue Kings en un disco grabado con un pianista austriaco recreando clásicos del blues, o como Z Z Top un 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Su líder, Hendrik Roever, grabó dos discos de ‘turbo-pop’ disfrazado de Hank, que se hacía pasar por su hermano.

 

 

No obstante, el grupo que más ha jugado al despiste es Siniestro Total, quienes se han presentado, según la ocasión, como Sonny Boy And The Williamson, Hound Dog Men (ambos grupos con una orientación blues), Los Minusválidos del Ritmo (su faceta pop), Os Subxenios (mirando hacia Frank Zappa), Los 7 Pelmas (banda de ska tipo Madness) o Loopy de Loup (tocando un poco de todo). Nada raro en un grupo que empezó con el descacharrante nombre de Mari Cruz Soriano y los que Afinan su Piano.

 

En cualquier caso, todos tenían claro el nombre que les daba de comer y sólo hicieron uso de sus alter egos para aventuras esporádicas. Por eso, lo de Madonna transformándose en Esther está por ver.

 

Xavier Valiño
<a href="http://www.addfreestats.com" > <img src="http://www8.addfreestats.com/cgi-bin/connect.cgi?usr=00802541Pauto" border=0 title="AddFreeStats.com Free Web Stats!"></a>
<script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript"> </script> <script type="text/javascript"> _uacct = "UA-1011382-1"; urchinTracker(); </script></body> </html>

MARVIN GAYE THE MASTER

ARTÍCULOS 2005 RUFUS WAINWRIGHT CONCIERTO

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 2005


Marvin Gaye: The Master 1961-1984

        Cuando Marvin Gaye falleció en 1984, había dejado detrás uno de los legados más importantes del pop y, por extensión, de la música del siglo XX. Más que un brillante vocalista y un sutil compositor, fue un visionario, un artista revolucionario que expresó el sino de los tiempos al mismo tiempo que rompía moldes y creaba nuevas formas. Fue radical y romántico a la vez, un cantante que se había creado a sí mismo con un instinto nato para la revelación autobiográfica.

        Tuvo el talento único de convertir a sus oyentes en confidentes, de hacernos sentir su presencia inmediata. Su aura combinó esencias espirituales y sensuales. En su música, la combinación hizo maravillas; en su vida personal, los dos extremos chocaron. Tuvo éxito al traducir sus contradicciones en canciones complejas y hermosas. Hoy, más que nunca, aquella música habla a nuestros corazones con la máxima urgencia. Es música de valores permanentes, y eso es algo que la colección editada recientemente, The Master, 1961-1984 -tal vez la caja definitiva en el extenso abanico de sus recopilatorios- nos ayuda a recordar y comprender.

        Marvin Pentz Gay Jr. -la “e” la añadió a su apellido al entrar en el negocio musical- había nacido en 1939 en el estado de Washington. Su vida familiar fue determinante: su padre era un predicador y la mujer con la que se casó, Anna, no era otra que la hermana de Berry Gordy, el fundador del sello Motown. Como el mismo reconoció, en la iglesia aprendió el gozo esencial de la música y con Motown forjó el grueso de su gloriosa carrera.

        Aunque creció en una generación conformista, Marvin Gaye era todo lo contrario: un poeta concienciado, un artista anti-autoritarismo, tímido pero ambicioso, delicado pero temeroso, reflexivo y serio. Comenzó como batería de sesión aunque, muy pronto, se encontró cantando al frente de varias formaciones. Se veía a sí mismo como un baladista al estilo Sinatra y estaba decidido a oponerse a la maquinaria del sello Motown. 

        Sus primerizos intentos con material del tipo Nat King Cole fracasaron, así que pronto cedió e inició el mismo recorrido que los otros artistas de su discográfica. Con el ramillete de productores de la casa no tuvo ningún problema para hacerse popular. El espectro de sus primeros éxitos era amplio: de las locuras bailables como “Hitch Hike” a canciones empapadas de raíz gospel como “Can I Get A Witness”, de la caprichosa “Ain’t That Peculiar” a la desarmantemente sincera “How Sweet It Is (To Be Loved By You)”, Marvin Gaye se estableció como un solista reputado, incluso al iniciar una serie de celebrados duetos con Mary Wells (“What’s The Matter With You Baby”), Kim Weston (“It Takes Two”) y, sobre todo, Tammi Terrel. 

        Aún hoy, el equipo que formó con Tammi Terrel es el estándar con el que se comparan todos los duetos soul. Con Tammi Terrel, Marvin Gaye interpretaba el papel del amante sensible y entregado. Su estilo vocal nunca hostigaba, pero tampoco era arrollado por el de la mujer amada. Amantes sólo en la ficción de sus canciones, crearon la verosimilitud del romance perfecto. Mientras su país se estremecía por la Guerra del Vietnam, mientras los disturbios raciales estallaban por todas partes, aquellos duetos se convertían en una buena excusa para escapar de la realidad. 

        Marvin Gaye era, entonces, un maestro de la ensoñación. Aquellas canciones -“Ain’t No Mountain High Enough”, “Your Precious Love”, “If I Could Build My Whole World Around You”, “Ain’t Nothing Like The Real Thing”, “You Are All I Need To Get By”- todavía emocionan. Cuando Tammi Terrel sufrió un colapso en los brazos de Marvin Gaye, durante una actuación en el verano del 67, la fantasía terminó. Ella murió de un temor cerebral tres años más tarde y nada volvió a ser igual. 

        Ahí fue cuando Marvin Gaye se puso en la piel de su hermano, un veterano de guerra de Vietnam que regresaba a la confusión de la vida americana y, entre 1969 y 1971, compuso el que aún hoy es considerado por muchos el mejor disco de la historia del pop, What’s Going On

        Esta suite autoproducida fue escrita desde un punto de vista inequívocamente afroamericano, al tiempo que recogía la identificación de su autor con las ideas más perdurables de los hippies de la época y se inspiraba en los valores cristianos. Además de encarar temas de índole ecológico, social o espiritual, Marvin Gaye también rompió todos los moldes previos al grabar y repetir infinitas veces su voz. En lugar de un Marvin Gaye, se podían escuchar tres o cuatro a la vez; mientras fijaba una armonía, cada voz -su falsetto, su tenor suave, su gruñido- reflejaba un estado de ánimo diferente. 

        Aún hubo nuevos hitos, como Let’s Get It On o Here My Dear, hasta la resurrección triunfal en el 83 con Midnight Love, justo un año antes de ser asesinado por su padre con la pistola que él mismo le había regalado. En ese momento, los continuos roces entre los dos, marcados por el temor, los celos, el abuso de sustancias químicas y una fuerte carga autodestructiva por parte de ambos, tuvieron un abrupto final, liberando a aquella voz de ángel atrapada en un cuerpo de hombre. 

        Más de tres lustros después de su desaparición, las contradicciones que le acompañaron en vida continúan. Elementos de discordia y armonía aún resuenan en su música en forma de dulces oraciones. Cuando cantaba, como demuestra The Master, 1961-1984, los demonios que tiranizaban su alma eran controlados y se les hacía formar parte de su elevado código de belleza. Había conseguido, en fin, lo que Oscar Wilde llamó una “espiritualización de los sentidos”. 

Xavier Valiño

<a href="http://www.addfreestats.com" > <img src="http://www8.addfreestats.com/cgi-bin/connect.cgi?usr=00802541Pauto" border=0 title="AddFreeStats.com Free Web Stats!"></a>
<script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript"> </script> <script type="text/javascript"> _uacct = "UA-1011382-1"; urchinTracker(); </script></body> </html>

JASON RINGENBERG EN CONCIERTO

ARTÍCULOS 2005 RUFUS WAINWRIGHT CONCIERTO

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 2005


 

Jason Ringenberg en directo

(A Estrada, 22 de enero de 2005)

 

 

         El tipo parecía verdaderamente convencido. Allí, encima del escenario, y tras reconocer que su acompañante gallego -y parte de la organización de su gira española- le había insistido mucho para que viniera a Galicia, Jason Ringenberg dijo hasta tres veces que le encantaba Galicia. Y eso que era el primer día que pasaba en su vida por aquí.

 

         El paisaje y la comida eran las principales razones de su convicción. Lo mejor: que reconoció que no tardaría en volver, si alguien se lo propone. Y será un buen reencuentro porque lo que se vio en A Estrada, con hasta conselleiros entre el público, es para recordar.

 

         Como un tipo con sólo una guitarra acústica se puede quedar con todo el mundo es una lección para cualquier persona que se dedique al mundo del espectáculo. Antes de iniciar la segunda canción ya anunció que aceptaba peticiones.

 

         No se hicieron esperar. Todo lo que uno recuerda de bueno de Jason & The Scorchers cayó por allí y en verdad que no echamos de menos a una banda de country-punk como eran aquellos. También de sus discos en solitario, incluso de aquel dirigido más a los niños publicado como Jason el granjero. En pocos sitios mejor que aquí le van a aceptar esas canciones. Él se bastaba solo para entretener, hacernos cantar, contagiar, hacer reír…

 

         Acabó cantando entre el público, por encima de las butacas y con un bis que, dijo, iba a ser mucho más lento que el resto del concierto, aunque se trataba del mejor poema que nunca había leído: ¡el “I Wanna Be Sedated” de los Ramones!

 

Después no tardó ni dos minutos en quitarse su estupendo atuendo de vaquero para ir hasta la puerta a charlar con todo Dios, comentar la jugada y hablar de todo, incluyendo sus discos favoritos de los Scorchers. ¡Que vuelva ya, que os lo perdisteis!

 

Xavier Valiño
<a href="http://www.addfreestats.com" > <img src="http://www8.addfreestats.com/cgi-bin/connect.cgi?usr=00802541Pauto" border=0 title="AddFreeStats.com Free Web Stats!"></a>
<script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript"> </script> <script type="text/javascript"> _uacct = "UA-1011382-1"; urchinTracker(); </script></body> </html>

ROCK INDIANA 2005

ARTÍCULOS 2005 RUFUS WAINWRIGHT CONCIERTO

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 2005


Rock Indiana, el pop de guitarras

        Decía Elvis Costello, hace unos años, que la nueva ola nunca existió: fue un invento de la prensa. Por si fuera poco, hay quien no quiere quitarle la razón al señor Costello y para ello se han puesto durante bastantes meses a la labor de darle forma escrita a aquello que él no vio, aunque formara parte de su lanzamiento. 

        Rock Indiana es una pequeña editorial que consigue con la edición de la Guía esencial del punk y la nueva ola un salto cualitativo de los que conviene tener en cuenta. Más que nada por la auténtica voluntad enciclopédica del trabajo, que bien podría competir con la Enciclopedia Británica en exhaustividad, aunque el objeto de sus trabajos sea bien distinto. 

        Tres personas -Fito Feijoo, Pablo Carrero y Pepe Palau- se han encargado de la recopilación de datos en la Guía esencial del punk y la nueva ola, un trabajo que asusta por su envergadura. En total 334 páginas repletas de información sobre las bandas que comenzaron a partir del 76 y tomaron las guitarras como arma principal, muchas de las cuales ni sabíamos que habían existido.

        Cada ficha, en riguroso orden alfabético, se ocupa de glosar las aventuras y desventuras de los grupos, con su historia, atinados comentarios críticos, reseñas, discografía, trabajos recomendados y selección de reediciones, explicando cuales están aún disponibles, así como alguna ilustración gráfica de sus portadas. Puede que haya algún que otro error, algo que no sería nada extraño en una recopilación tan completa, aunque para encontrarlo hay que pasarse horas. 

        La parte final del volumen está dedicada a los sellos independientes de aquellos años, algunos tan decisivos como Chiswick, Demon, Factory, Stiff o Two Tone. Hay también un capítulo dedicado al precedente más directo de la escena, el pub-rock -representado por bandas como Eddie & The Hot Rods, Doctor Feelgood, Brinsley Scharz, Rockpile…- y otro consagrado a las reediciones de discos del pasado por parte de distintos sellos. 

CONTACTO: Rock Indiana. Apdo. 150.257. 28080 Madrid. Teléfono: 91-3838664. www.rockindiana.biz

Xavier Valiño

 

<a href="http://www.addfreestats.com" > <img src="http://www8.addfreestats.com/cgi-bin/connect.cgi?usr=00802541Pauto" border=0 title="AddFreeStats.com Free Web Stats!"></a>
<script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript"> </script> <script type="text/javascript"> _uacct = "UA-1011382-1"; urchinTracker(); </script></body> </html>

GOLDEN SMOG CONCIERTO 2005

ARTÍCULOS 2005 RUFUS WAINWRIGHT CONCIERTO

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 2005


 

Golden Smog en directo

(Sala Capitol, Santiago de Compostela, 13 de abril de 2005)

 

 

Doce meses después, los actores principales se sitúan de nuevo en el mismo escenario. Gary Louris y Marc Perlman atacan, para empezar, “Until You Came Along”, su mejor canción, la misma con la que habían cerrado el concierto de su grupo principal, The Jayhawks, el 27 de marzo del 2004. Junto a ellos, están ahora en la cambiante formación de Golden Smog, Kraig Jarret Johnson, que en aquella ocasión había sido su telonero, Linda Pitmon (batería de Steve Wynn) y Dan Murphy (de Soul Asylum).

 

         Doce meses después, el resultado con la misma canción es bien distinto. Lógico, teniendo en cuenta que entonces cerraba una noche triunfal, con un montón de invitados en el escenario que se lo estaban pasando estupendamente, y, ahora, sólo sirve para empezar a coger el tono del concierto.

 

         El quinteto cumple y, una vez acabado, queda claro que no se les podía pedir más. Empezar con su mejor momento no es la mejor idea. El repertorio de Golden Smog, en el que tantos meten su mano, no da para tanto como el de The Jayhawks, por lo que los asistentes parecen estar esperando continuamente a que salte la chispa.

 

         Gary Louris se siente cómodo sin desmelenarse y sin ser todo el tiempo la atracción principal. El bajista Marc Perlman está contento de seguir siendo el invitado en el grupo que otros crearon. Kraig Jarret Johnson sigue reivindicando que merece un lugar en The Jayhawks. A Dan Murphy le dejan los momentos más rabiosos. Y Linda Pitmon parece pedir, mientras se ve que aún está aprendiendo las canciones, una mayor inyección de adrenalina.

 

         La emoción llega por fin en la versión de “Starman” de Bowie y en el primero de los bises, una canción nueva que parece haber sido tocada por la mano experimental de Jeff Tweedy -el líder de Wilco se pasó días antes por el Puerto de Santa María para grabar con ellos el tercer disco, aunque no participa en la gira-, y que ya pugna por convertirse en su canción de referencia. Eso sí, para el segundo bis se quedaron en los tiempos de Led Zeppelin, algo que nunca relacionaríamos con ellos. ¡Quién lo iba a decir!

 

Xavier Valiño

 

<a href="http://www.addfreestats.com" > <img src="http://www8.addfreestats.com/cgi-bin/connect.cgi?usr=00802541Pauto" border=0 title="AddFreeStats.com Free Web Stats!"></a>
<script src="http://www.google-analytics.com/urchin.js" type="text/javascript"> </script> <script type="text/javascript"> _uacct = "UA-1011382-1"; urchinTracker(); </script></body> </html>
1 1.427 1.428 1.429 1.430 1.431 1.485