EDITORIAL 3
EDITORIAL 3
Afrontémoslo: a este país la música pop le importa un pimiento. Mientras que en el Reino Unido y Estados Unidos forma parte de la vida cultural (y emocional), que para eso la inventaron ellos, aquí tan sólo afecta a un mercado caprichoso. El aficionado a la música es un bicho raro. Gente en cuya educación nombres como Dylan, Bowie, Sex Pistols, Soft Cell, Pixies o Nirvana tengan la misma importancia que Verne, Cortázar o Carver, Ford, Wenders, Spielberg o Tarantino. Leer más