THE MARÍAS: Submarine

THE MARÍAS: Submarine (Nice Life/Atlantic-Warner)

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Un encuentro entre la puertorriqueña -criada en Atlanta- María Zardoya y el californiano Josh Conway, donde la primera actuaba y el segundo se encargaba del sonido, dio lugar al nacimiento de esta banda que tomó el nombre de ella para denominarse. Empezaron componiendo canciones para televisión y ahí encontraron su sonido, envolvente, onírico. Su álbum de debut, Cinema, estaba envuelto -y dedicado- en color rojo, relacionándose con el amor y la pasión con los que se asocia.

Ahora, para su segunda entrega, optan por el azul de la esperanza y el renacimiento, pero también el color del mar. Nada más apropiado, ya que su sonido bien se podría asimilar con un océano mayoritariamente en calma. Si lo que buscaban es un concepto que evocase un estado de ánimo, entonces se puede decir que lo han conseguido, con su ecléctica mezcla de electrónica de ensueño y riffs de guitarra jazz que apelan más a la imaginación que a otra cosa.

Ahora bien, el disco parece flotar siempre en la superficie, sin lograr, ni probablemente pretender, mayores profundidades, manteniendo una atmósfera en la que cuesta identificar o destacar algunas canciones sobre las otras. Evidentemente, “Run Your Mouth”, el single elegido, lo logra con su convincente combinación de electrónica y ritmo, por su sonido cálido y su riff veraniego. “Paranoia” también encaja en esos parámetros, fluyendo con su ritmo hasta un solo de guitarra melancólico, con Zardoya desempeñando un papel determinante una vez más. Es también el caso de “Real Life”, guiado por un bajo profundo y melancólico mientras que “Blur” (“Difuminado”) hace honor a su título.

Cuando Zardoya canta en castellano, el grupo parece dotar a sus composiciones de un toque exótico, con los tres músicos norteamericanos de la banda haciendo su interpretación de lo que ellos entienden como sonidos latinos, con lo que “Ay no puedo” recuerda a Khruangbin, sin ir más lejos. En conjunto, Submarine parece más una piscina olímpica, con algún movimiento esporádico en el agua motivado por sus ocasionales inquilinos, siempre bellamente estilizados y con un atractivo que reclama la atención.

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