Onda siniestra y afterpunk en España

Pablo Martínez Vaquero: Onda siniestra y afterpunk en España (Milenio)

 

 

Según se puede constatar en las páginas de este libro, fue el periodista José Manuel Costa el que acuñó el epígrafe ‘onda siniestra’, empezando por un artículo en El País del 17 de enero de 1982 y continuando por la revista Rock Espezial de septiembre de aquel año, en el que manifestaba que “Esta Onda Siniestra mezcla en sus canciones el horror de los campos de concentración nazis con la más temible depresión urbana. No te los tomes muy en serio, pero escucha lo que tienen que decirte. ¡Si la Santa Inquisición levantara la cabeza!”.

 

Costa iba a ser el autor del epílogo del libro (a él va dedicado) y no llegó a tiempo porque hace año y medio falleció repentinamente. Puede que fuese un final idóneo pero, la verdad, es que tal y como ha quedado tampoco se echa de menos porque Pablo Martínez Vaquero parece haber dicho todo lo que el tema reclamaba, en un libro de título Negroscuro y que ha acabado subtitulándose, más explícitamente, Onda siniestra y afterpunk en España.

 

Tras su anterior volumen dedicado al mundo mod (¡AHORA! No mañana. Los mods en la nueva ola española, 1979-1985, Milenio, 2008), Vaquero centra su atención en esta ocasión en lo que se dio en llamar rock gótico en el Reino Unido, y que tuvo su traslación a nuestro país en lo que ahora el autor aglutina bajo ese concepto, aunque en su momento sus responsables y sus seguidores no tuviesen clara consciencia de formar parte de un movimiento ni siquiera de una etiqueta.

 

Es en la clarividente introducción donde se ponen en contexto los términos empleados, revisando unos antecedentes que llegan muchos siglos atrás, aunque en lo musical no despunten hasta finales de los 70. Para acotar de qué se trata, se conceptúa el sonido de las bandas, se mencionan los sellos discográficos que editaron sus discos, los clubes en los que tocaron, su estética y, especialmente, qué artistas podrían encuadrarse en el género a nivel internacional.

 

A partir de ahí llega el grueso del trabajo, estudiando en once capítulos la obra de Alaska y Los Pegamoides, Parálisis Permanente, Gabinete Caligari, Derribos Arias, Los Seres Vacíos, Décima Víctima, La Fundación, Los Monaguillosh, Alphaville, Claustrofobia y Desechables. Cada uno merecería un libro por sí solo y, de hecho, varios lo tienen ya. Pero aquí se trata de revisar expresamente su etapa ‘siniestra’ que, por ejemplo, en el caso de Gabinete Caligari se limitó únicamente a sus inicios, repasando en cada caso su discografía relacionada con el tema, aunque no en una entrada aparte.

 

El último capítulo, el más extenso, recorre esa onda que tuvo su correspondiente correlato en todas las Comunidades Autónomas del Estado, citando, pues, formaciones conocidas que en algún momento coquetearon con ese sonido (091, sin ir más lejos) junto a otras muchas que no llegaron muy lejos o que no despuntaron fuera de su ámbito territorial, en un período de tiempo que llega desde finales de los 70 hasta 1985, salvo contadas excepciones.

 

Con una narración siempre fluida y atinada en sus comparaciones y definiciones, despunta al lograr que una escena tan dispersa y con tantos nombres (aunque sin una bibliografía casi necesaria) encuentre en sus páginas esa unidad que entonces no tuvo, acompañándolo de una excelente colección de fotos en la que todo el mundo (y todos los créditos) aparecen además convenientemente identificados.

 

 

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