LOS ENEMIGOS 2002
Los Enemigos, carretera y manta
“Me sobra Carnaval”
Los Enemigos se retiran, sí. Por la puerta grande, tras quince años de ser únicamente ellos mismos. Lo más triste: que no habrá más canciones suyas. Lo mejor: que lo hacen con la misma dignidad y honradez con la que siempre se mantuvieron en este oscuro negocio. Al habla con Fino Oyonarte, su bajista.
Me gustaría empezar sabiendo cuál ha sido la reacción hasta ahora ante el anuncio de la despedida del grupo.
– Para muchos ha sido una sorpresa, sobre todo para los seguidores más recientes o los que se niegan a que un grupo como Los Enemigos no sea para siempre, quizás por la pasión que les une a las canciones. Y para nosotros una sorpresa que tantos medios de comunicación nos tengan en cuenta más que antes, y sobre todo la respuesta de la gente en los conciertos, que están siendo muy intensos y los estamos disfrutando a tope con ellos.
Además de Obras escocidas y Obras escondidas, ¿queda alguna otra colección, grabación o disco de Los Enemigos pendiente?
– Al-kilo Discos, nuestro sello, surgió a raíz de un pequeño sueño, que era sacar una caja con todos los singles en vinilo, pero fue muy difícil realizarlo: necesitas muchos permisos de compañías de discos donde hemos grabado discos y, además, económicamente es una locura, pero nunca se sabe: cuando a Los Enemigos se lo ponen difícil… Así que nos dedicamos a sacar nuestros discos en ediciones limitadas en vinilo con algún tema extra e incluso de colores, como el Nada que es azul y este último que es de color blanco.
Este disco resucita vuestro sello. ¿Fue difícil reunir las canciones? ¿Qué criterio seguisteis?
– Este sello no ha sido muy normal, porque hemos editado muy pocas referencias. Es muy casero, y de hecho lo llevo yo desde casa. Cuando ves que hacer discos, comercializarlos, distribuirlos y promocionarlos es un coñazo, sin tener una plataforma para ello, te das cuenta que te dedicas a una parte de la música que no te interesa tanto y te alejas de lo que realmente querías hacer: tocar, escribir canciones… Elegir las canciones no fue tan difícil como trasmitirlas con frescura, que es muy importante para nosotros, que tengan vida. Algunas canciones quedaron fuera en el disco anterior, Obras escocidas, por su corte más tranquilo y reposado, y pensamos que si quedaba algo por hacer antes de separarnos era trasmitir estas canciones en un teatro de una forma relajada, ya que en todos los discos había alguna, pero pasaban desapercibidas, y en los directos no las tocábamos. Por eso Obras escondidas es como el hermano pequeño de Obras escocidas.
¿De cuál de vuestros discos estáis más contentos?
– De todos, aunque destacaría La vida mata y Gas. En este último caso, por como lo hicimos, con la convivencia durante un mes y medio en un caserío, en Oiartzun. Y de este último también, por lo que significa para nosotros.
¿Qué hay de esa tesis que afirma que las letras de vuestros discos tenían siempre un hilo conductor?
– Eso es muy relativo, porque tampoco es que sea premeditado. Según te pilla una temporada, cada uno tiene sus obsesiones y, luego, eso se refleja en que las canciones que haces tengan un cierto hilo conductor. Pero no es nada premeditado, no es como una ópera rock ni nada de eso, sino que sale así.
¿Quedasteis escarmentados del negocio musical?
– Con el tiempo te das cuenta que esto es un negocio como todos, pero es lo que menos nos interesa. Nos metimos en esto por la música, las canciones, grabar discos, viajar, hacer conciertos y tener experiencias. Sabes que a quien más les gusta la música es a los propios grupos, músicos y compositores. A los demás generalmente les interesa más el negocio. De hecho, hay más gente viviendo de la música que trabajan en una oficina que los que ensayan en un local.
¿Llegasteis a pensar en algún momento que se podía tener una cierta repercusión sin acceder a canales masivos?
– Es lo que hemos estado haciendo siempre: estar en canales independientes. Nos hemos tenido que defender en estos, ya que los canales masivos han pasado de nosotros. No les interesaban nuestras canciones. ¿O será que no teníamos el dinero necesario para invertir en ellos? Nunca nos hemos apuntado a ninguna moda, aunque lo han intentado desde fuera. Nos han llamado garajeros, reivindicativos, indie… La gente piensa que sólo escuchamos un tipo de música, y no es verdad.
¿Qué le podéis decir a la gente nueva cuando todo lo que conseguisteis fue a base de conciertos y carretera?
– Que era lo que queríamos hacer. Que no es fácil y hay que trabajar muy duro, pero estamos orgullosos de ello.
Un momento así pide una mirada al pasado. ¿Cómo os veis ahora respecto a aquellos días?
– Pensaba que lo que habíamos hecho no era nada coherente, pero la verdad es que los temas de antes no desentonan con los nuevos. Tiene una lógica, ya que vas creciendo a todos los niveles, haciéndote más tolerante, mientras que, cuando eres joven, te lo tomas todo más a las bravas.
¿Qué quedó o que aprendisteis de vuestra aventura mexicana y norteamericana?
– Fueron como unas vacaciones. Lo pasamos en grande. Lo triste es no haberlo repetido e incluso habernos movido por toda Sudamérica. Si aquí no vendes demasiado, las compañías no se van a poner a trabajar en promocionarte en otros países. Nos quedaremos con unas breves imágenes grabadas por Alex Calvo-Sotelo que irán incluidas en un DVD junto a imágenes de cuando empezábamos tocando en clubes de Malasaña y un reportaje de la grabación y ensayos del álbum Gas en Oiartzun. Al ir a Los Ángeles te das cuenta que no eres nadie, que tienes que trabajar mucho para que tus canciones se oigan o te puedan conocer. Si aquí es difícil, allí ya ni te cuento.
¿Están los medios más o menos predispuestos al rock que cuando empezasteis?
– Está igual o peor. Las independientes siguen apostando, pero incluso hay cada vez menos, y las compañías comerciales ya sabemos cómo funcionan: apostarían al bingo los fines de semana libres. Así que las alternativas no son muy prometedoras, aunque siempre habrá buen gusto y donde encontrarlo.
¿Por qué es distinta la acogida que Galicia le dio siempre a Los Enemigos?
– Porque Galicia es lo más. Desde el principio nos habéis tratado de una forma muy especial. Se nos ha recibido como si estuviéramos en nuestra propia casa, y la gente nos ha apoyado siempre. Hemos hecho grandes amigos, y el público es muy intenso. No quiero ni imaginar cómo será nuestro último concierto en Galicia. Será una fiesta inolvidable. Un momento muy importante, tanto en nuestra carrera como en nuestras personas y en la de nuestros seguidores.
¿Hay algún grupo hoy en día que veáis que continúa la estela de Los Enemigos?
– Hay grupos que, quizás por la actitud que hemos tenido para vivir de esto, estén trabajando sin la ayuda de grandes plataformas y con una actitud más independiente. Ahí están Mercromina, La Buena Vida, Chucho, Sexy Sadie, Lagartija Nick, Mastretta, Los Planetas… En fin, creo que hay grupos que, por su música, merece la pena que sigan trabajando en esa línea.
¿Sentís ya la influencia en gente más joven?
– Bueno, eso sucede, ¿no? A medida que pasa el tiempo se va pasando el testigo y, por supuesto, es un orgullo. Pero tampoco conocemos demasiado de lo último, no nos enteramos mucho de la escena actual. Nos gusta mucho un grupo que es de ahora, pero que podría ser de hace veinte años, que es Wilco. Escuchamos lo que escuchábamos hace diez años más o menos. No nos dicen mucho los grupos actuales.
¿Qué va a hacer cada uno de vosotros?
– Josele seguirá haciendo canciones cada vez mejores, en su línea, quizás más tranquilas, de corte más acústico. Manolo reagrupará a Freedom, un grupo de guitarras al estilo Led Zeppelin. Chema ha montado la Compañía de Teatro Cónkavo y próximamente lo veremos en su faceta como actor en la sala Pradillo de Madrid, aunque seguirá tocando la batería. Y yo me dedicaré a Clovis, mi nuevo grupo junto a Cristina Plaza, de corte más pop, con los que ya edité un single grabado en Nueva York junto a Mattew Caws, guitarrista y cantante de Nada Surf. También haré alguna producción, aunque más adelante.
Por último, ¿cuál sería el epitafio perfecto para Los Enemigos?
– Antes morir que perder la vida (Alberto Haro).