LITTLE SIMZ

Little Simz, extrayendo luz en tiempos turbulentos

 

 

Días después de anunciar que editaría un nuevo disco en 2020, la rapera Little Simz publicaba ya Drop 6. El proyecto que da continuidad a su aclamado álbum GREY Area de 2019, fue grabado por completo durante la cuarentena por la propia Simz, apuntando a un horizonte lleno de lanzamientos emocionantes. 

 

Además de lanzar el EP, Simz empleaba días después sus redes sociales por primera vez para crear un tema en directo, al que le seguía una sesión de preguntas y respuestas con sus seguidores.

 

La artista londinense de origen nigeriano, nacida en 1994, explica en las próximas líneas todo sobre la creación del EP y las emociones conflictivas que guiaron el proceso.

 

“No me importa estar sola. De hecho, me gusta bastante disfrutar de mi propia compañía. Sin embargo, elegir estar sola es distinto de que te fuercen a estarlo y ahí reside el problema. Estás encerrada contigo misma 24 horas al día, los 7 días de la semana. Hay un límite de siestas que me puedo echar en un día. Así que esto es lo que ocurre cuando para el mundo.

 

2018 fue una mierda de año, por decirlo de forma suave. 2019 fue, probablemente, el mejor año de mi vida. Hacía lo que me gustaba y estaba en lo alto. Soy una adicta al trabajo. Desde siempre. Probablemente siempre lo seré. Quedarme quieta es un desafío. También soy una persona de hábitos. Si me conoces, sabrás que mi comodidad se basa en tener mi bufanda roja y negra alrededor de la cabeza, en mi bolsa de agua caliente, un sofá y una manta. Con eso me contento.

 

Pienso en cómo este aislamiento ha impactado en mi salud mental y ha sacado a la luz lo mucho que suprimo las cosas que siento con demasiada intensidad. Odio llorar. Me siento débil cuando lo hago. He llorado mucho estos últimos meses. Me he sentido agobiada y decepcionada al mismo tiempo. He sentido que no tenía nada valioso que ofrecer porque el mundo está tan jodido que me planteo si realmente hay algo que se pueda contribuir a él.

 

Nada importa y a nadie le importa. Toda esa inseguridad, que nunca imaginé que iba a tener. Pienso en mi madre y en todo lo que me gustaría darle y hacer junto a ella, pero no puedo porque hay una maldita pandemia y estoy encerrada, ¿no? Ella no pide mucho. Solo que me cuide y que haga lo que me hace feliz.

 

Empecé a trabajar en un EP a comienzos de abril, con la idea de acabarlo antes de la última semana. A mediados del mes, me comencé a desanimar y a interponerme en mi propio camino. Mi inseguridad llegó otra vez. “No es lo suficientemente bueno, no le gustará a la gente, es una mierda, la mezcla es una basura», todo negatividad.

 

Mi vecino me dijo que bajara la música un día, porque trabaja desde casa. Desde luego, no era tan tolerante como Mary. Nunca lo había visto antes, acababa de mudarse al piso de al lado. Yo le pregunté por las horas a las que trabajaba (para llegar a un acuerdo).“9:30am – 6:30pm“, me dijo. No le importaba el ruido después de esas horas. Dije que me valía.

 

 

Él me preguntó si estaba tocando la batería, ja. No, es el bajo (el bajo de “Osiris”, estaba trabajando en una canción con uno de mis ritmos, la pista número 5). Le expliqué en lo que estaba trabajando y él dijo: “Ah, ¿así que esto es en realidad también tu trabajo?». Respondí que sí, aunque tampoco tenía muchas ganas de tener una conversación larga así que le pedí perdón por el ruido y me retiré educadamente.

 

Bueno, esto es molesto. Me gusta trabajar en mi música durante el día. Me gusta la luz solar, especialmente cómo ilumina mi salón. Me hace sentir inspirada y productiva. Pero no importaba, porque ya estaba renunciando al EP de todas formas.

 

Me desperté una mañana tras un par de días sintiéndome triste, de bajón. Miré mi Twitter y vi algunas fotografías preciosas, retratos que alguien habría realizado. Me impactaron de inmediato. Siempre he sabido que mi creatividad no tiene límites ni fronteras, que siempre irá más allá de la música.

 

La fotografía es otro método para expresarme. Es un arte instantáneo. Eso es lo que me gusta de ella. Cuando empecé, me gustaba hacer críticas de cada foto, buscando la perfección. Eliminando en el mismo sitio las imágenes que no me gustaban. Un amigo se dio cuenta de que hacía eso. Es pintor y también hace fotografías. Me dijo que no me centrara en borrar, sino en sacar más fotos.

 

Después de una seria procrastinación, decidí dejar de portarme como un bebé llorón y darle caña al EP. Me obligué a levantarme. No hay nadie más aquí. Estoy sola. Tengo que hacerlo. Me empecé a sentir mejor. Empecé a estar realmente emocionada. Tenía que hacerlo. Lo terminé al final del mes que me había dado como plazo.

 

Las cosas siempre tienen forma circular. A la mitad llegan los dolores, las inseguridades, que son un rollo y que solo se evitan tirándose en plancha. Gracias por ser mi luz. Todos somos valorados, necesitados, apreciados y queridos. No solo por mí, por supuesto, y estoy segura de hablar por cada una de las personas a las que estimáis y mantenéis cerca de vosotros. Estos son momentos turbulentos, pero no permitimos que nos venzan. Siempre estaremos bien”.

 

 

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