El caso del Sambre

El caso del Sambre

Jean-Xavier de Lestrade

(France 2-Movistar)

Lo primero que vemos es un cuerpo de mujer inerte en la ribera de un río, el Sambre. Poco a poco revive, con signos evidentes de haber sufrido una agresión sexual. Desorientada, se levanta y la seguimos en su primera llamada a su hermana y, luego, en su declaración ante la policía. Ahí sabremos ya que no cuenta con el apoyo y la compresión que necesita y se le debe. Ni lo tendrá durante 30 años.

Es la primera protagonista de El caso Sambre, una serie realmente centrada en las víctimas, a diferencia del resto, que se preocupa por escucharlas y acompañarlas en el difícil reto de recuperar sus vidas. Y lo hace evitando las escenas gráficas o violentas, lo que incrementa el impacto.

Tras la dirección se encuentra Jean-Xavier de Lestrade, una de las figuras claves del crimen-real, reconocido por La escalera o la oscarizada Un culpable ideal. Aquí firma la mejor serie del año, angustiosa y desgarradora, que plantea preguntas incómodas a partir de la investigación que llevó a cabo sobre el caso la periodista Alice Géraud.

Lestrade opta por evitar la típica estructura de la investigación de un crimen, ampliando su rango de acción. Son seis capítulos con seis personajes principales, cuatro de ellas (las mujeres) marcadas por una pesada sensación de impotencia: la mencionada víctima, una joven jueza de instrucción, una alcaldesa preocupada por la violación de una de las empleadas de su ayuntamiento, una investigadora que trabaja en patrones de conducta y, finalmente, el violador y un inspector de policía.

La serie deja en evidencia la misoginia cultural arraigada en la sociedad y las negligencias y errores de la policía y de distintos estamentos sociales que, durante 30 años, prefirieron no investigar y mirar para otro lado, simplemente por lo que podría encontrarse. Al final, aquella mujer de la primera escena que interviene intermitentemente en varios de los capítulos, reaparece para representar a todas las víctimas (54 reconocidas hasta el momento) del depredador sexual y dejar para el recuerdo los traumas que nunca las abandonarán. Su plano final es más que elocuente.

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