DRUGDEALER: Hiding in Plain Sight
DRUGDEALER: Hiding in Plain Sight (Mexican Summer-Popstock!)
Michael Collins tiene un don para componer canciones que podrían gustar a un público amplio, al menos a cualquiera que pudiese sintonizar una emisora de principios de los 70 y disfrutase con el pop de la época. Eso es lo que incluía en sus dos discos previos, The End of Comedy, 2016 y Raw Honey de 2019, aunque parte de sus canciones se escondiesen tras algunos giros atípicos o una producción no precisamente lustrosa. Desde entonces, Collins pensó en abandonar su carrera musical para dedicarse a su sueño de rodar películas, convencido de que no había encontrado su voz y que los invitados de sus discos habían oscurecido su papel.
Un encuentro con la veterana Annette Peacock en el festival de Texas Marfa Myths fue el que lo decidió a grabar un nuevo álbum, tras asegurarle esta que lo que estaba haciendo pedía a gritos continuidad y que debía cantar con un registro más alto. Ahora, con el tono tenor de un Nick Lowe (“Baby”), Van Morrison (“Madison”) o Phil Lynott (“New Fascination”), Collins ofrece nueve canciones en las que no le importa ya compartir micrófono con Tim Presley (White Fence), Kate Bollinger o Sean Nicholas Savage.
A ritmo de funk-pop-soul, Collins rubrica su mejor disco, en el que acepta las contribuciones de otros para hallarse a sí mismo y descubrirse radiante y realizado, al tiempo que cautivador en piezas redondas como “Valentine”, “Pictures of You”, “Posse Cut” o “Someone to Love”.