CLINT: Asuntos internos

CLINT: Asuntos internos (Discos malos)

 

 

El cuarteto madrileño Clint alcanza, tras no pocas dificultades, su tercer álbum. Los cambios en las vidas personales de los cuatro Harrys y las tensiones que esas y otras circunstancias generaron entre ellos comprometieron seriamente la continuidad de la banda. Su amor propio (también el ajeno) y, sobre todo, su amor al rock and roll, ayudaron a apretar los dientes y buscar una salida para sus frustraciones en forma de álbum.

 

No es casualidad, por tanto, que este se titule Asuntos internos y lo hayan financiado y editado ellos mismos en su propio sello, Discos Malos, llevando su ya loca idea de hacer rock instrumental un paso más allá. Sin saber si sería el primer álbum de una nueva etapa o el último de su carrera, Clint lo han puesto todo en este disco y se han empeñado (en todos los sentidos) en que un técnico y productor de primer nivel internacional como Guy Fixsen (ex miembro del dúo Laika, ingeniero de sonido de largo currículum que incluye haber sido uno de los 16 que participaron en la grabación del Loveless de My Bloody Valentine) aportara ideas frescas a sus nuevas canciones.

 

Durante dos largas semanas de la pasada primavera en el madrileño Estudio La Cabaña, los cuatro Harrys y sus colaboradores (hasta seis multiinstrumentistas) se pusieron en manos de Fixsen, que ha logrado aportar esa experiencia e imaginación a las nuevas canciones. Estos once cortes (más una sorpresa oculta al final) nos muestran a la misma banda cinematográfica de siempre en la que los que hablan son los instrumentos. Solo que ahora hablan con una mayor rotundidad, fiereza y seguridad, eliminando las huellas latinas de Los tipos duros también bailan y dejando que el rock and roll más puro y eléctrico gane presencia.

 

Si “Serie B”, al inicio, hace de nexo de unión con sus anteriores obras por su aire detectivesco, en cortes como “Caso cerrado”, “Pólvora eres”, “Difunde notas divinas” o “Aparadores” se percibe la intención del grupo por sonar afilados y aguerridos, sin renunciar a la sutileza de las decenas de arreglos que inventan en cada canción. Ese afán por la delicadeza, por dejar que los temas crezcan sin prisas, destaca aquí en cortes como “No te alarmes” (¿referencia a alguna película?), “Flirted with You All My Life” o “Tómalo con calma”.

 

Pese a las dificultades de su gestación, Asuntos internos nos muestra incluso momentos especialmente coloridos como el ágil lounge-rock de “Vacaciones en el bar” y la festiva y coral “Alguno de los nuestros”, en las que, en el desmadre, hasta se animan a usar sus voces como otros instrumentos.

 

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