CECILIA ANN

Cecilia Ann, pop de guitarras

 

Cecilia Ann siguen el camino de Los Planetas o La Habitación Roja: melodías exquisitas y canciones para el recuerdo. Ahora presentan su primer disco.

 

¿Cómo llegó el contacto con Elefant para editar vuestras canciones?

– Se puede decir que de la forma más habitual: llegó a sus manos una maqueta nuestra y les gustó bastante, por lo que en el verano del 96 empezamos a hablar de trabajar juntos, lo que se tradujo en un contrato discográfico. Todo fue muy fluido.

 

¿Qué es lo que más os gusta de vuestro primer mini-LP y qué cambiaríais?

‑ Por supuesto que lo que más nos gusta son las canciones, que hubieran merecido estar en un disco largo. Quizás lo que menos nos convenció fue el resultado de la grabación, que se llevo a cabo en muy poco tiempo, 4 días, con poca experiencia de estudio. Y a pesar de que Alejandro Díez de Los Flechazos nos ayudó en todo, no pudo hacer una producción propiamente dicha, pero la idea de ese single era precisamente la de sondear un poco cómo estaba el grupo y que fallos no debíamos cometer a la hora de enfrentarnos a la grabación  del disco largo. Es mejor arriesgarte con cuatro temas que con un LP. (Una pena por las canciones!

 

¿Cómo tratáis las armonías vocales a la hora de componer?

‑ Todas nuestras canciones están concebidas para que las voces tengan un protagonismo especial, por esta razón, desde el momento en que componemos una melodía, empezamos a trabajar en las posibilidades vocales que pueda tener el tema, ya sea en cuanto a coros como a la armonización de varias voces. En este caso, Estrella y yo nos encargamos de esta tarea que exige mucho ensayo y dedicación, aunque el resultado merece la pena.

¿Puede haber una cierta relación con las bandas estatales de los 60?

‑ Pienso que en cierta medida coincidimos con los grupos estatales de los 60 en cuanto a la recepción de conceptos básicos del pop y el rock procedentes de fuera. En ambos casos tomamos como referencia la música que se hacía fuera de España. Sin embargo, estos grupos fueron muy miméticos y se limitaron a reciclar estos patrones básicos; los grupos de ahora tenemos una herencia musical más amplia, incluso de grupos estatales, que nos permite enriquecer más nuestra música.

 

¿Son muy reacias las bandas de ahora a mostrar en público sus deudas con bandas de los 80?

‑ Suele adoptarse un comportamiento absurdo, que consiste en romper siempre con el pasado más reciente, lo que supone un grave error. En cuanto a los 80, hay que decir que fue una etapa fundamental en cuanto a la consolidación en nuestro país de unos valores culturales y musicales sin los cuales no existiría ahora mismo un panorama musical  tan amplio. Si en los 60 y 70 nuestra vista estaba puesta en lo que se hacía fuera, en los 80 existió una  motivación especial por crear una escena musical propia en lo que al pop y al rock se refiere. Ahora, en los 90, se ha conseguido unificar criterios, y de ahí los resultados tan buenos que se están consiguiendo a todos los niveles: grupos, estilos, sellos discográficos, eventos musicales, incluso prensa especializada.

 

¿No creéis que se sueltan más fácilmente al hablar de las influencias de más allá de las fronteras?

‑ El hecho de adorar a los grupos foráneos e ignorar  lo que se hace aquí , no es más que el reflejo de que la industria musical inglesa o americana nos lleva todavía mucha ventaja. Si hacemos una valoración general, nos superan en todos los planos: mercado, producciones, prensa… Y entonces es más fácil  que alguien se acuerde de citar antes a los Smiths o a The Cure que a Los Secretos o Golpes Bajos. Pero todo se andará.

 

¿Qué relación o paralelismo hay con grupos como La Habitación Roja?

‑ Cuando empezamos podía haber ciertos paralelismos. Ahora ya con un LP en la calle, pienso que lo único que nos une es una referencia generacional y una amistad, y cada grupo va creando un estilo propio y diferenciado.

 

¿Se puede llegar más allá del techo que han marcado bandas como Australian Blonde, Los Planetas o El Niño Gusano?

‑ Supongo que sí. Pienso que nuestra música no tiene techo alguno, además la nueva generación de grupos que está saliendo se ve con más proyección. A la vista está que grupos que pertenecen a compañías independientes, con menos recursos en teoría, están vendiendo mucho más que estos grupos que me nombras, que pertenecen a una multinacional fuerte.

 

¿Creéis que en el mundo de la música hay cada vez un mayor interés pero por un círculo más reducido de gente?

‑ Desgraciadamente sí, pero afortunadamente aquellos a quien

verdaderamente interesa esto cada vez lo hacen mejor. Los grupos abarcan un abanico de estilos muy amplio y con mucho acierto, los sellos discográficos se esfuerzan por introducir en el mercado música que antes no tenía oportunidad alguna, los promotores organizan grandes festivales… Creo que falta que los medios de comunicación potentes se hagan eco de este fenómeno, porque sólo en sus manos está la posibilidad de que el círculo se abra a un mayor número de gente.

 

¿Y no es más fácil hoy tener repercusión si se hace música electrónica?

‑ No necesariamente: afortunadamente el panorama musical es más amplio y te ofrece la oportunidad de hacer cosas distintas sin necesidad de seguir una tendencia única.

 

Por último, ¿qué sentido tiene hoy el pop de guitarras?

‑ Para nosotros es la música que nos hace más felices y dichosos.

Xavier Valiño

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