LOS FLECHAZOS

Los Flechazos, alta fidelidad

 

Ha pasado un poco desapercibida, como de refilón. Pero la separación definitiva de Los Flechazos -y esta vez sí que podemos estar seguros de que es para siempre- ha dejado un hueco muy grande en los –fieles- seguidores de los sonidos mod y de los años 60. Alex y Elena siguen en el tajo de una manera u otra, y aquí explican muchas de las razones de su disolución. Leer más

GOLDIE

Goldie, desde la pista oscura

 

Pocas figuras hay hoy más carismáticas e influyentes en el mundo de la música de baile que Goldie, de 31 años. Educado musicalmente, como muchos de sus compañeros, con los éxitos del hip-hop que dominaron la primera parte de los años 80, la influencia de Goldie ha cambiado radicalmente la cara anónima de los artistas de ese entorno y su forma de componer. Leer más

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON MONACO

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON MONACO

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1998


Monaco, el regreso del bajo encadenado

 

 

A no ser que alguien se haya mantenido totalmente alejado de la música pop desde 1978, seguro que en el fondo de alguno de sus recuerdos o en lo más profundo de su mente se esconde todavía un grupo de notas o una melodía creada por Peter Hook. Casi todos hemos disfrutado más de una vez con alguna canción suya, bien con el ritmo profundo y contagioso de "Love Will Tear Us Apart", de Joy Division, con el encanto del famoso "Blue Monday", de New Order, o incluso con el sonido electrónico de "Pineapple Face" de Revenge. Quizá incluso hayamos escuchado todos esos temas y algunos más, y lo que es aún mejor, ahora tenemos la posibilidad de añadir nuevos ritmos de esos que no se olvidan fácilmente a nuestro subconsciente pop. La razón es sencilla: Peter Hook, considerado el bajista post-punk por excelencia, ha regresado al mundo de la música, y lo ha hecho con más energía que nunca a bordo de su cuarta banda, de nombre suficientemente explícito, Monaco.

 

Parte de esa energía se debe al hecho de que Peter Hook, quien siempre se ha mostrado orgulloso de lo diferentes que han resultado sus proyectos, y en los que siempre ha demostrado una gran dosis de ingenio, sobre todo junto a New Order, se muestra ahora mucho más feliz y seguro de sí mismo como para crear un álbum instintivo por encima de todo en el que ha recogido buena parte de las ideas y experiencias que ha aprendido a lo largo de las últimas dos décadas. Además, en su nuevo compañero en Monaco, David Potts, ha encontrado un nuevo apoyo a su inspiración y el entusiasmo que estaba necesitando.

 

"Estoy tan orgulloso de esta nueva experiencia como lo estoy de cualquier otra cosa de las que he hecho a lo largo de mi carrera", afirma. "En mi último proyecto, el álbum de Revenge, me alejé de New Order y de los aspectos relacionados con el sonido del bajo, porque sentía la necesidad de hacerlo de ese modo. Me parece que en cierto modo fui bastante egoísta y el disco se resintió de esa actitud mía. Ahora, con Monaco me siento más feliz y cómodo que nunca".

 

Cuando dice nunca, Hook se refiere sobre todo al principio de los 90, en su etapa con Revenge, pero su experiencia profesional se remonta mucho más atrás. Su historia musical empezó en el terreno del punk-rock, sobre todo con una actuación de los Sex Pistols a la que asistió en el Free Trade Hall de Manchester en 1976 y que le sirvió como auténtica inspiración.

 

Entonces, Hook sólo tenía 16 años. "Después de aquel concierto monté con dos amigos un grupo llamado The Stiff Kittens. No sabía tocar ningún instrumento y elegí el bajo. No tenía profesor y no me gustaban los convencionalismos, así que solía tocar como si fuera el guitarrista principal, eligiendo las notas más altas porque era la única manera de poder escucharme por encima del insoportable ruido que hacía el grupo en los ensayos". Poco a poco, Hook fue creando un estilo nuevo y personal que más tarde influyó en varias bandas británicas como Cocteau Twins o The Cure.

 

"Poco después, al grupo se incorporó Stephen Morris como nuevo batería e lan Curtis como cantante. Dejamos de llamarnos The Stiff Kittens para convertirnos en Joy Division y firmamos un contrato con el nuevo sello independiente Mancunian". Con su estilo oscuro, claustrofóbico y neurótico, Joy Division llevó el punk al límite más peligroso y tétrico. Tal como afirmó en una ocasión Jon Savage, "el punk te empuja a sumergirte en el fondo más oscuro de tu mente".

 

Durante su breve carrera como grupo, Joy Division fue más allá de todo lo acostumbrado, hasta que lan Curtis se suicidó el día antes de iniciar la que iba a ser la gira más importante del grupo por los Estados Unidos, en 1980. "Poco después, en junio de 1980, se editó el segundo álbum de Joy Division, mi favorito, y tras un breve paréntesis los tres miembros restantes dimos la bienvenida a Gillian Gilbert como teclista, iniciando una nueva etapa, esta vez con un nuevo nombre, New Order."

 

New Order fue el grupo pop más importante de su generación, transformando la emoción a través de la música de baile electrónica. Marcando ese nuevo estilo, destacaba la presencia de Peter Hook, acompañado de su bajo y de su capacidad para pasar, en la misma canción, de tocar notas duras y descarnadas a ofrecer toques refinados y totalmente pop. "Lo que tenían ambos grupos era la potencia y la oscuridad de su música, porque esas cualidades ayudan a comunicar al público auténticas emociones, algo que, para mí, es lo más importante en el mundo de la música."

 

Luego vino Revenge, su aventura de menor repercusión y que, evidentemente, guarda ciertas diferencias con el pop bailable de Monaco. "Estas canciones", continúa David Potts, su nuevo compañero, "no tropiezan consigo mismas, algo que sucedía con frecuencia en los temas de Revenge. Hemos trabajado mucho para crear este disco, pero, para mí, lo más importante es que se trata de algo que hemos hecho con el corazón, algo que no tiene nada que ver con el arte".

 

Curiosamente, Hook nunca se ha dejado influir demasiado por otros estilos o grupos, a excepción de los Sex Pistols, que le sirvieron como inspiración, aunque admira el sonido del bajo que había en los viejos discos de los Temptations y en los álbumes de Hot Chocolate durante los años 70. "Los temas de nuestro primer disco como Monaco", afirma Peter Hook, "surgen del corazón y no de la parte racional, como ocurría en Revenge. En Revenge hacía muchas cosas porque veía que otras personas las hacían. Esto, en cambio, es exactamente lo que quiero hacer, y creo que el resultado es algo que el público puede escuchar bastante bien". Así es Monaco, el ¿último? proyecto de Peter Hook.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON MORCHEEBA

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON MORCHEEBA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1998


Morcheeba, gran calma ante la adversidad

 

   

 

El problema de Morcheeba es haber llegado después de Massive Attack, Portishead o Tricky. O sea, que siempre serán los segundones del trip-hop. Pero por lo menos no demuestran estar preocupados por ello. Ross Godfrey, guitarrista y compositor, incluso confiesa que no le interesa en absoluto la música británica. ¿Serán ellos los que consigan introducirse en el mercado americano?

 

¿Pretendíais cambiar algo con Big Calm, vuestro segundo disco, en relación con el primero?

– Puede que sí. Queríamos ser más ricos y más famosos, tener más chicas y más drogas. No, de verdad, no intentábamos cambiar nada. Se trata simplemente de una progresión natural. Siempre hemos estado haciendo música country, folk y hip-hop. Está bien tener la posibilidad de hacer lo que queramos, porque en el primer disco estábamos un poco asustados por la producción y todo eso, y ahora ya es mucho más fácil porque estamos mucho más asentados.

 

Lo habéis grabado en el propio estudio de vuestra casa.

– Sí; más bien está hecho en nuestro estudio de grabación. La verdad es que se trata más de un estudio que una casa propiamente dicha. Y ayuda mucho porque somos nosotros los que controlamos el proceso. Echamos a todo el mundo fuera, para que no haya interferencias, hasta que todos estamos bien jodidos y entonces empieza la grabación

 

¿No os gusta que otro productor interfiera en vuestro trabajo?

– No. No saben lo que hacen y tú no sabes lo que cuesta. De todas formas, nuestro amigo Pete Norris nos ayuda con la grabación y también un poco con la producción. Fue una decisión que tuvo que ver con nuestra historia, que comenzó cuando mi hermano se trasladó a Londres, donde yo vivía entonces, y empezamos a trabajar juntos. Después encontramos a Skye, fuimos a un estudio de grabación, buscamos un técnico e hicimos "Trigger Hippie". A todo el mundo le gustó tanto la canción que acabamos por hacer nosotros mismos todo un álbum.

 

Tu hermano fue productor durante cinco años. ¿Hacéis el trabajo de producción entre los tres?

– Sí, mi hermano trabajó durante cinco años como técnico de sonido en un estudio en Kent y se cansó de trabajar en esa mierda, con bandas de estilo pub-rock. En este disco, buena parte de la producción la he hecho yo, ya que se trata de un disco con sonido más orientado al blues y al folk en mi guitarra, pero en general la producción fue un trabajo compartido entre mi hermano, Pete Norris y yo.

 

¿Qué tipo de música habéis escuchado recientemente para influiros en esa dirección?

– Mucho blues como Lightning Hopkins, mucho hip-hop como Wu-Tang Clan, Ghostaface Killah, Doctor Octagon y otro tipo de cosas muy diferentes como Cat Stevens, Jim White, Lambchop… Un montón. También Patsy Kline, Hank Williams y Gram Parsons.

 

¿Y cómo ayuda la nebulosa del hachís en el estudio para construir vuestras canciones? Por lo menos en el Doctor Music Festival en el 96 quedó claro.

– Sí, pone la nube sobre nuestra cabeza. Recibimos muchas llamadas de negocios todos los días, así que es difícil lograr el ambiente apropiado, y ésta es la única forma de desconectar. No obstante, no es una parte esencial del proceso. Aquel concierto en los Pirineos fue fantástico. Era nuestra primera gira y uno de nuestros primeros conciertos. Lo que le pasaban a Skye desde las primeras filas era un hachís sólido y muy bueno, especial de Marruecos.

 

¿Cómo exploráis las relaciones entre la electrónica y el blues clásico?

– La verdad es que no lo pensamos, simplemente lo hacemos. No podemos perder el tiempo en pensar en la tecnología y su relación con lo que hacemos. Sólo es parte del viaje: ya se usaron loops de baterías antes, los Beatles usaron loops de batería en Sgt. Pepper’s. Lo que pasa es que trabajaban con las cintas en el estudio, en lugar de hacerlo con los samplers. Ahora es más rápido, más fácil y más barato, pero no es nada nuevo. Tampoco significa que por utilizar la tecnología la música tenga que ser mala.

 

¿Es cierto que escribís las canciones con guitarras españolas?

– Sí, con guitarras y piano. Puede que el resto estén a años luz por detrás o nosotros les llevemos la delantera, no lo sé. La única forma posible de componer es con un instrumento y la voz. Se trata de comunicar un sentimiento, obtener una empatía con la audiencia, y no creo que eso se pueda obtener de una batería electrónica y un sintetizador. No tiene sentido. En nuestro caso, la mayor parte de la canción sale de mi guitarra, pero no necesariamente el concepto de la canción. Sale de las aportaciones de los tres, y la producción no hace más que acompañar la dirección de la canción.

 

¿Es posible conseguir un efecto dramático en las canciones sin los arreglos de cuerda?

– Sí, depende de cómo lo hagas. A mí me gusta la sección de cuerda, porque cuando grabas suena muy emocional. De todas formas, en directo tocamos más parte de piano y guitarra y nos ayudamos con la voz también. Pero no se puede conseguir tanto drama como con una orquesta real, eso es lo mejor.

 

Siempre he pensado que Morcheeba tiene más que ver con la música negra americana.

– Sí. La verdad es que no tenemos nada que ver con la música europea o británica. No tenemos nada que ver con los británicos y sí con el hip-hop de los 80, el funk de los 70, el blues de los 30, 40 y 50, el jazz

 

¿Estabais interesados en la música de David Byrne o de su compañía de discos antes de trabajar con él?

– Creo que él es increíble y su sello discográfico más. Tiene a Jim White, que me encanta, a Cornershop y distribuye mucha música latina y sudamericana, cosa que no hace ninguna compañía grande en Europa o América, lo que es muy saludable para el mundo de la música. Lo respeto mucho como artista y compositor y me resultó un poco sorprendente estar relacionado con tal genio, pero estamos muy contentos con los resultados.

 

¿También habéis colaborado con George Michael?

– Sí, hicimos algunas canciones juntos, pero no sé si se llegarán a publicar. Es amigo nuestro y quería hacer un par de canciones compuestas por nosotros. Nos llamó para producirle un par de versiones. Por lo de ahora mantenemos un acuerdo para no publicarlo.

 

¿Qué otras cantantes femeninas os interesan?

– Carole King, que es una gran compositora. Y últimamente Missy ‘Misdemeanor’ Elliot. A Skye le gustan Patsy Kline, Ella Fitgerald, Nina Simone, Bilie Holiday, Sade, gente así… Últimamente también escucha mucho a Casandra Wilson.

 

¿Os sentís cerca de grupos como St. Etienne, Dubstar or Moloko?

– No. Ponemos mucho sentimiento en nuestras canciones como para que se nos compare con ellos, y lo cierto es que a mí lo suyo me parece muy superficial.

 

Hay tres definiciones vuestras que me gustan especialmente. ¿Qué me decís de ellas? Por ejemplo: ‘Hip-hop instrumental hecho por gente de clase media que pueden pagarse el equipo pero no conocen a ningún raper’.

– Ésa es de mi hermano. Piensa que la gente que hace hip-hop en Inglaterra no tienen ni idea de dónde viene ni saben nada de su cultura, lo que es cierto, ya que se trata de música del ghetto hecha por gente negra oprimida de los barrios de Nueva York, y nadie en Sussex, a quien su padre le ha comprado un teclado, puede entenderlo ni llegará nunca a hacer música tan profunda.

 

‘Parte de una gran tradición de tríos con vocalista femenina y nostalgia por los 60, obsesionados con las bandas sonoras’.

Ésa es muy buena. Pero la verdad es que no puedes retener más que un par de ángulos con cada definición y yo no podría hacerlo tan bien como los demás lo hacen. Nos gusta Jack Nietzsche, que hizo los arreglos para los Beach Boys, y bandas sonoras con Ry Cooder o Randy Newman. También Ennio Morricone, Henry Mancini, John Barry…

 

‘Delirio cargado de ácido  y country hip-hop psicodélico’.

– Ésa es la mejor hasta ahora.

 

Y por último, ¿en quién se puede confiar?

– En nadie.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON NEIL FINN

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON NEIL FINN

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1998


Neil Finn, melodías para silbar

 

 

Cuando un artista cuyas canciones han sido, por su proyección universal, equiparadas a las de John Lennon y Paul McCartney, Elton John o Brian Wilson, cuando un compositor tan elogiado por su melodías como Neil Finn titula su primer disco en solitario Try Whistling ThisIntenta silbar esto-, hay que sospechar que lo ha hecho con una sonrisa socarrona en la cara.

 

"Sí, hay algo de humor en el título", comenta Neil Finn sonriendo. "Siempre me han puesto la etiqueta de artesano del pop, pero todavía existe la idea generalizada de que hacer rock es mejor o más subversivo. Como digo siempre, no hay nada más difícil que una buena melodía".

 

Hagamos un breve resumen. Siendo muy joven, y recién salido de un fugaz proyecto, Neil fue reclutado por su hermano mayor, Tim, para la banda Split Enz. Siete años después, Neil formó su propia banda, Crowded House, nombre que tomó de la abarrotada casa donde vivían de alquiler en Los Ángeles. Sus cuatro discos, Crowded House, Temple Of Low Men, Woodface y Together Alone, lo consolidaron como consumado compositor, incluyendo entre sus más ardientes defensores a Radiohead, Steven Taylor de Aerosmith o Liam Gallager de Oasis.

 

En 1996 decidió dejar atrás aquella aventura con un gran concierto en la principal ciudad del continente del que partieron a la conquista del mundo, Sydney, en Australia. Antes de embarcarse en este proyecto en solitario, aún tuvo tiempo para grabar otro disco más con su hermano Tim. "Me gustan las bandas, son un gran invento y siempre son más que la suma de sus componentes. Recuerdo que me uní a Split Enz cuando era muy joven y he pasado la mitad de mi vida en bandas. Aunque la vida como artista en solitario pueda ser… solitaria, también hay algo de liberador en el hecho de trabajar por mi cuenta y ser responsable sólo ante mi mismo y mi familia".

 

Inmediatamente después de Crowded House, y de grabar de nuevo con su hermano, Neil necesitaba un descanso, escapar de la presión que conlleva componer y actuar, y sintió la tentación de tomar un largo descanso lejos de la civilización. "Un amigo mío sugirió que podíamos ir al campo durante unas semanas y pintar. En aquel momento era un buen consejo, significaba dejar de pensar en la música o en lo que hacer después, y simplemente dejar fluir la música naturalmente".

 

"Por las noches, después de todo un día chapoteando en pintura, Robert y yo hacíamos pequeñas sesiones. La primera noche salió una canción que parecía querer decirme algo: "hay un hambre dentro que no se va… cuanto más te escondas, más lo niegas". Llegó un momento, poco después, en que me di cuenta de que estoy destinado a salir y tocar música, es algo profundamente arraigado a mí. Negarlo sería absurdo".

 

De aquellos días surgió Try Whistling This, un disco que se empezó a gestar en una playa paradisíaca del continente australiano y que se completó en un estudio de su propia casa. Las letras son todas suyas pero, como siempre, se resiste a hablar sobre el significado de las canciones. "El sonido es tan importante como el significado. Cuando te viene a la cabeza una canción, tienes unas cuantas frases y luego tienes que seguir tu instinto. Así es una canción… Es algo misterioso que no puedo explicar, por mucho que me preguntes".

 

Después de tener las canciones, y como pensaba que no estaban lo suficientemente pulidas, se llevó a su familia a Nueva York durante un par de meses. "Nunca había trabajado allí antes y pensé que sería un buen contraste con el ambiente del Pacífico Sur. Quería que la música reflejase el mundo y no solamente un ambiente concreto"

 

Nueva York fue como una inyección de adrenalina. "Fue un período fantástico y productivo: de camino al trabajo atravesaba el bullicio de las calles y escuchaba la música que salía de los altavoces. En gran parte los ritmos se lograron en Nueva York, sobre todo por el modo en que el bajista apuntaló todo de una forma muy eficaz".

 

Ahora, con el álbum en la rampa de salida, Neil no se ha desanimado por la perspectiva de volver al combate con este nuevo disco. "Sabes, lo peor es la duración de los vuelos de Nueva Zelanda a cualquier otro lugar del mundo. Estoy deseando conocer la reacción de la gente y volver a la carretera. Sé que la música pop es un negocio muy voluble, pero pienso que también hay mucha buena voluntad. Y tengo la maravillosa impresión de que todo es posible".

Xavier Valiño
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