Anora

Anora

Sean Baker

(Cre-Universal)

Cuando Sean Baker filmó Red Rocket hace tres años, permitió que su cine reciente cogiese algo de aire al darle un tono de comedia sin rehuir la temática social. En Anora, donde regresa por quinta vez al tema de la prostitución, lo perfecciona, quitándole la gravedad de su película más conocida y puede que más conseguida, The Florida Project.

Hay aquí dos partes claramente diferenciadas y un breve pero contundente epílogo. La primera se alarga más de lo necesario para mostrar la vida hedonista y despreocupada de un rico heredero ruso y el entorno que le rodea, reinventándose como la perfecta anti Pretty Woman. Tras un magnífico giro de guion, y la entrada en escena de un cura armenio y dos matones de poca monta, la cinta se eleva y se convierte en una comedia ácida, una montaña rusa de enredos clásicos a lo Lubtisch y ecos del mismo Tarantino.

La coda final, desgarradora y redentora, sirve también para reivindicar a su protagonista, la Anora del título, interpretada por una Mikey Madison destinada a ser una actriz enorme, si nada se tuerce. Ella domina y controla todo lo que sucede a su alrededor, como representante de una feminidad electrizante y de una clase obrera que se rebela contra la explotación a base de genio e ingenio. Inolvidable.

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