TINARIWEN: Idrache (Traces of the Past)
TINARIWEN: Idrache (Traces of the Past) (Wedge)
Desde nómadas rebeldes en la tierra de Gadafi a reclamos de festivales masivos como Coachella o Glastonbury, la transformación de Tinariwen ha sido tan fascinante como inquietante. Su nuevo álbum, Idrache (Traces of the Past), una colección de maquetas y grabaciones inéditas, parece el resumen de una banda que lucha contra su propia historia de éxito.
¿Quién hubiera pensado en 1979 que la formación rebelde de Ibrahim Ag Alhabib, nacida de la opresión política y el servicio militar forzoso, algún día crecería hasta convertirse en un colectivo que colabora con Daniel Lanois, Nels Cline, la Dirty Dozen Brass Band, Cass McCombs o Warren Ellis? Su “Tishoumaren” -literalmente “la música de los desempleados”- fue una vez la voz de la resistencia popular que circulaba por una región sin servicios postales a través de cintas de casete. Ahora, después de colaboraciones como las citadas o de discos cercanos al country como Amatssou, surge la pregunta: ¿Dónde está la línea entre evolución y alienación?
En Idrache, la banda rebusca en sus archivos, tal vez para convencer a los escépticos de su autenticidad y tener presentes sus raíces. Las grabaciones tienen un indudable valor histórico y en algunos momentos resultan tan fascinantes como los discos que venían editando en el momento en que se grabaron. Son un recordatorio de la época en que Tinariwen era una voz pura del despertar político y la lucha por la soberanía.
Es irónico que su propio éxito, nacido de contar historias de opresión y exilio, ahora los arroje a una nueva forma de desarraigo. Su música, que alguna vez fue un medio de conciencia política, parece correr el peligro de convertirse en un producto exótico para el consumo occidental. Seguro que lo han captado y, sin tiempo ni espacio para un resurgir artístico a partir de la tradición, han optado por ganar tiempo. Sí, una jugada a la defensiva que parece revelar una cierta crisis de identidad, en la que la banda que distribuía casetes por todo el Sahara como forma de resistencia ahora opta por la excavación arqueológica en su pasado en busca de la esencia que los ha traído hasta aquí.