SOPHIA KENNEDY: Squeeze Me
SOPHIA KENNEDY: Squeeze Me (City Slang-Music As Usual)
Dice que ya no habla inglés bien desde hace mucho tiempo, aunque nació en Baltimore. Cuando contaba cinco años se mudó a un pueblo en el centro de Alemania, de donde es su madrastra. Desde Hamburgo, donde estudió cine y empezó componiendo bandas sonoras para cine y televisión, lanzó su carrera en 2017 con un debut homónimo, al que le dio continuidad en 2021 con Monsters.
El acento alemán permanece casi oculto en su tercera entrega aunque, cuando asoma ocasionalmente, le aporta a su música un extra de singularidad, algo que ya tienen de por sí sus canciones. “Hay un mundo fuera del mío / Puedo verlo a través de mis ojos”, dice en la canción “Runner”, aunque su protagonista no deja claro si quiere o puede escapar. De hecho, el tema del disco podría condensarse en una pregunta, “¿Me estás abrazando o me estás reteniendo?”, con unas letras que hablan de la complejidad de las relaciones interpersonales, de la dependencia, del ejercicio de poder entre personas que comparten vida en algún momento y de la autodeterminación.
Kennedy, junto con su productor habitual Mense Reents (Die Goldenen Zitronen), ha optado en esta ocasión por el minimalismo frente a la paleta vibrante y colorida de sus anteriores entregas. No obstante, ello no significa que este trabajo carezca de intensidad, sino todo lo contrario: es difícil sustraerse al embrujo de unas canciones que parten de melodías de pop accesible para acabar mecidas por torbellinos psicodélicos levemente insinuados.
En su inicio, con “Nose for a Mountain”, Kennedy crea una atmósfera de ensueño de la que solo es posible despertar con un pellizco en el brazo. Le sigue “Imaginary Friend”, más orientada al baile aunque sin desprenderse del tono pausado del resto del disco, algo que repite en la pegadiza “Rodeo”. Si “Drive the Lorry” se sustenta en sonidos más inusuales, “Oakwood 21” parece haber sido compuesta en estado de duermevela. “Closing Time”, con su tono más acústico, y “Hot Mach”, imbuida en parte de ritmos motorik germanos, ponen el broche perfecto.