SHOAH

Shoah

Claude Lanzmann (Les Films Aleph)

 

 

“Él cantaba, pero su corazón lloraba”. Es él era un niño judío en el campo de concentración de Chelmno, uno de sus dos únicos supervivientes, ya que la bala con la que lo fusilaron el día anterior a que los rusos entrasen en el campo no consiguió matarlo. Tenía 13 años y su condena se fue retrasando porque a los alemanes les gustaba su canto y le obligaban a amenizar los crímenes del resto de los reclusos.

 

Años después se convertiría en uno de los protagonistas de Shoah, el gran documental sobre el Holocausto, probablemente el gran documental de la historia del cine, rodado por su director durante diez años, entre los 70 y los 80. Nunca proyectado comercialmente en las salas españolas, acaba de estrenarse en Filmin. Y. además de las víctimas, en esta cinta aparecen también testigos directos de aquellas atrocidades e incluso dos de los verdugos, a los que se filmó asegurándoles (falsamente) que nunca se revelaría su identidad.

 

“Marionetas, trapos, muñecos”. Así definían los alemanes a esas víctimas. Es una de las declaraciones que el incisivo director saca a sus entrevistados en este documental que su versión final quedó en 10 horas de historia oral que recogen mejor que cualquier libro o recreación lo que allí sucedió, solo con las palabras, sin banda sonora ni imágenes de archivo. No es necesario:  su poder es aplastante. Y la película, además de necesaria, un hito sin parangón.

 

 

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