SELF ESTEEM: A Complicated Woman
SELF ESTEEM: A Complicated Woman (Polydor-Universal)

El nombre que utiliza la británica Rebecca Lucy Taylor en esta, su segunda aventura musical conocida, no es casualidad. Autoestima (Self Esteem) tiene que ver con que su primer proyecto musical, el dúo folk Slow Club, no le llenaba, tal y como ella misma aseguraba en el documental Our Most Brilliant Friends, que coincidió con el final del grupo en 2017. Desde entonces ha publicado dos álbumes, Compliments Please (2019) y Prioritise Pleasure (2015), ambos reconocidos en prestigiosos premios como el Mercury Prize o los de la publicación NME. Y su estrella no va a declinar precisamente: ha sido la protagonista de Cabaret en Londres durante casi un año, en la presentación de su nuevo disco comparecía una rendida Madonna y a finales de año editará un libro sobre la identidad femenina.
¿Qué podemos encontrar en su tercera entrega? Pues un trabajo que lleva su sonido más allá gracias, en parte, a una producción más generosa, que le permite contar con distintos músicos y coristas para hacer realidad sus sueños, manteniendo su precepto de “hacer de las letras algo incómodo”. El álbum se abre y se cierra con dos cortes espléndidos, en los que un coro casi góspel compuesto por mujeres refuerza el inicial “I Do and I Don’t”, mientras que la jubilosa y edificante “The Deep Blue Okay” lo cierra poniendo el momento más luminoso en lo que es un single ciertamente edificante. También puede pasar sin despeinarse de un catálogo de posturas sexuales explícitas a ritmo de house entrecortado en “69” a un tema a capela sobre cómo cicatrizar heridas, “What Now”.
Taylor se rebela exasperada frente a haberse visto frenada por hombres, personal y artísticamente, en “Focus Is Power”, cuando proclama directamente “No dependía de mí, pero ahora podría serlo / Lo veo claro con cada año que pasa / Merezco estar aquí”. Exacto, la autoestima. Mientras, en “Mother” se dirige a un hombre repitiendo “No soy tu madre / No soy tu madre / No soy tu terapeuta / No me pagas lo suficiente para ello”.
El disco deja claro lo que es tomar las riendas tras haber sufrido ansiedad, euforia, depresión, reconocimiento y soledad desde que trabaja en solitario, mientras expone las desigualdades sociales impuestas a las mujeres. No sorprende, pues, que su autora haya comentado que quería utilizar el formato asequible de la música pop como un caballo de Troya para tratar temas en verdad relevantes. Y ha conseguido ambos: atrapar al oyente con canciones adictivas mientras provoca el debate y la reflexión sobre los roles de género.