Portada Let It Bleed

Let It Bleed portada

 

 

No está acostumbrado a ello, pero Mick Jagger ha tenido algún que otro desplante. Entre los más comentados, el del artista holandés M. C. Escher, a quien el cantante le escribió una carta solicitándole que diseñara la portada de su siguiente disco a publicar en 1969.

 

Este le respondió de forma cortante, así que Keith Richards tuvo que acudir a su amigo Robert Brownjohn (autor de, entre otros, los títulos de crédito de las películas James Bond contra Goldfinger y Desde Rusia con amor), quien diseñó una escultura surrealista, nueve meses antes de fallecer de un infarto a los 45 años.

 

Según Bill Wyman, la idea partió del título provisional del disco, Automatic Changer (Tocadiscos automático). Brownjohn ideó un conjunto montado en uno de esos tocadiscos antiguos que permitían cargar varios discos para que fuesen cayendo automáticamente al acabar de sonar el anterior. El disco que se ve reproduciéndose en la composición es, precisamente, el que reviste la carátula. Por encima de él, en lugar de otros vinilos, colocó un neumático de motocicleta, una pizza, el panel de un reloj y una lata de cinta magnética que dice “Stones-Let It Bleed”.

 

En la capa superior situó una tarta preparada por Delia Smith, entonces una desconocida cocinera británica que acabó siendo popular en su país presentando programas de cocina en televisión, y a quien se le pidió que fuese ‘chillona’. A cambio, Jagger le envió una copia del disco firmada y enmarcada. Entre la decoración, además de guindas de tres colores, Smith añadió unas figuritas al estilo de las de los pasteles de boda que representan a los cinco miembros del grupo tocando en directo.

 

En la contraportada, el montaje aparece desmoronado: el pastel se ha deshecho en parte, el neumático se ha salido, la pizza ha caído encima del disco y las figurillas de los Stones se han derrumbado encima de lo que queda de la tarta, excepto Keith Richards, quien, aunque está hundido por encima de las rodillas, su amigo mantuvo en pie rasgueando su guitarra. Finalmente se cambió el título del álbum pero el grupo mantuvo el montaje de Brownjohn. Parece que tuvieron buen ojo: la portada acabó siendo una de las diez elegidas por Royal Mail para un conjunto de sellos llamados ‘Classic Album Cover’, lanzados en enero de 2010.

 

 

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