FARIÑA

Fariña

Carlos Sedes (Bambú)

 

 

Digamos que coincide Fariña con la edad adulta de las series en España. Por fin ya no hay intención de contentar a todo el mundo, a toda la familia, sino que lo principal es ser fiel a unos hechos reales, a una época y, sí, también a libro homónimo de Nacho Carretero con el que llegó la polémica –y, también, la promoción inesperada–.

 

Si alguien vivió aquellos años en la costa gallega, no le puede caber ninguna duda de que en la serie se ha logrado una representación en pantalla perfecta de lo que allí sucedía, con unas secuencias de acción nocturnas de persecuciones en lanchas por las rías completamente logradas. Pero no solo eso: localizaciones, acento, banquetes, actores (de la extensa y siempre en gracia cantera gallega) que se mimetizan con los protagonistas reales a los que interpretan…

 

Cierto es que la violencia y el sexo aún quedan recogidos de forma un tanto pacata, a veces fuera de toma, pero ello no es óbice para que el ritmo, el pulso, el clima, los escenarios, la tensión, las traiciones, la ambición y la factura técnica se sobrepongan a unos hechos conocidos y a un guion al uso, con un arco narrativo perfectamente delimitado y unos personajes que evolucionan, y mucho, y que ven cómo se cierran sus historias al final del último capítulo.

 

 

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