STERLIN 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 2005


Sterlin: soledad, eléctrica emoción

Sterlin es un grupo mallorquín que, en palabras de Adela, su cantante, quien reconoce que le gusta más interpretar que componer, hace “canciones con un aire de melancolía afrontada con optimismo”.

Todo está meditado, desde el nombre del grupo, en el que parece haber un homenaje a Sterling Morrison, el componente de The Velvet Underground. “Sí. La Velvet es un grupo que ha significado mucho para todos y pensamos que a Sterling Morrison nunca se le ha hecho el caso suficiente -es un fenómeno a la guitarra-. Pero no es la única razón de llamarnos Sterlin. También buscábamos un nombre fácil de recordar, sonoro, y, además, en la época en que andábamos buscando un nombre, Paco viajaba bastante a Dinamarca con una línea aérea que se llama Sterling”.

El grupo empieza ahora a tener una cierta relevancia, aunque todo comenzó a partir de un encuentro para una banda sonora. “Era un proyecto de Steve, el guitarrista, y fue una de las excusas para empezar a ensayar. El encuentro fue casual. La primera vez que nos vimos fue en un concierto y no teníamos ni idea de lo que iba a pasar. Steve me propuso trabajar juntos en ese proyecto, pero al final la película no llegó a  hacerse y, mientras tanto, ya había nacido Sterlin. Estuvimos medio año preparando las canciones, sin salir del local, y nuestro primer concierto nos pilló de improviso. Debutamos en directo en enero del 2004 y las canciones cambiaron mucho después de ver cómo funcionaban en directo. Tras ese primer concierto, hicimos unos 4 ó 5 más antes de entrar a grabar”.

Algunas de las canciones ya las tenía el guitarrista Steve antes de formar el grupo. “Tenía una maqueta con varios temas que fueron los primeros con los que se empezó a trabajar. Los fuimos probando y, según las íbamos ensayando en el local, se fueron transformando y creciendo. Algunas se quedaron en el repertorio, otras se cayeron y surgieron muchas nuevas. Cuando entramos a grabar teníamos unas 20 canciones propias”.

Al ser un grupo con componentes veteranos en la escena de Mallorca, se puede pensar que ya tenían claro el sonido que querían. “Más que un sonido, buscábamos una sensación. Lo que nunca buscamos ni pretendimos es imitar o sonar como otro artista, aunque, obviamente, detrás de nuestro sonido están todas las influencias de forma inconsciente. El sonido ha surgido de forma natural y hemos tratado de mantenernos fieles a uno de los lemas que tenemos en el grupo, ‘menos es más’. También buscábamos un sonido fresco y directo, aunque no sabemos bien si lo hemos conseguido. Creo que siempre estaremos buscando un sonido; es parte de la motivación a la hora de componer, ensayar y tocar.”

 “Underground”, por ejemplo, remite a The Beatles. “La canción surgió a partir de una guitarra acústica. Le añadimos el piano -que creo que es el elemento que la gente identifica con los Beatles- porque era algo que la canción nos pedía a gritos. Pero si existe una similitud, no ha sido intencionada, aunque es difícil que las influencias clásicas no afloren a la hora de crear”.

En “Rave On” versionean a Buddy Holly. “Hay muchas canciones de los 50 que se han olvidado y nos pareció interesante resucitar alguna de ellas y darles otro punto de vista. En un futuro, nos gustaría hacer un disco con versiones de viejos rockeros muertos. Es una forma de homenajear a estas grandes canciones, rescatarlas para un público nuevo, pero, sobre todo, lo que no nos gusta es ser absolutamente fieles a la original, porque nunca podríamos competir; una versión no tiene sentido si no le das un poco la vuelta. Lo bonito de la música es que no dependa de las modas y sea atemporal. Eso es lo que nos gusta. Una buena canción se convierte en clásico independientemente del año en que se haya compuesto, y es un clásico porque no se ajusta a una moda, simplemente es buena.

Al final del disco, aparece una canción no acreditada en la que el grupo se vuelve más rockero y Adela cambia de registro. “El grupo fue creciendo con esta canción. Es una de las primeras, de las que estaban en la primera maqueta de Steve, pero las primeras versiones eran muy diferentes y la canción ha ido evolucionando. El resultado final no encajaba del todo con la línea general del disco, pero teníamos que incluirla. También representa una de las facetas del sonido del grupo en directo y, además, al final esta canción te da una idea de que Sterlin puede ser algo mas que “The loneliest girl in the world”.

Evidentemente, la voz de Adela condiciona el sonido. “En el sonido del grupo todos ponemos algo. Partiendo de las composiciones de Steve, el sonido va cambiando con la aportación de cada uno. Mi voz es uno de los factores que componen el sonido Sterlin, por supuesto, junto con las guitarras de Paco y Steve, la batería de Toni, el bajo de Juanjo y el piano de Dani”.

Xavier Valiño
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DELUXE 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

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ENTREVISTAS 2005


Deluxe: melodía, no actitud

 

         Los jóvenes mueren antes de tiempo. Así de lapidario está Xoel para lo que se supone será el gran paso de Deluxe, su tercer disco. A él le parece difícil: ha pasado a cantar en castellano, sí, pero los textos son más oscuros.  

¿Cómo ha sido la experiencia con Lovely Luna?

         – Ha ido bien, ya que no había ningún objetivo que cumplir. Lo que hemos conseguido es nuestro objetivo principal: disfrutar. Por ejemplo, hace poco dimos un concierto en Vigo en el que, y ya sé que está mal que yo lo diga, disfruté como en los primeros conciertos del Instituto. Muchas veces soy frío y me parece que el mundo de la música es frívolo, pero en esa actuación me emocioné, como cuando te quedas sólo con la parte romántica de la música. 

¿Crees que el disco no ha sido entendido?

         – Sí, hubo una cierta confusión, ya que mucha gente se acercó con el prejuicio de que estaba yo, el tío de Deluxe. Por otra parte, como partía de la discográfica Mushroom Pillow, se le condenó al mundo independiente, cuando yo creo que era un disco para gente más bien adulta, con más cultura musical y gustos abiertos. Lo que reflejaba es más nuestro lado americano y de los 60 o 70. 

Con este nuevo disco como Deluxe parece que será más fácil dar el gran salto. ¿Cómo te enfrentas a ello?

         – Me alegro que lo veas así, pero yo soy más pesimista en este aspecto. Creo que cada uno llega a ser lo que quiere ser, si se trabaja para ello. Mi intención era dar un gran paso a nivel artístico, pero no a nivel de ventas, aunque nunca se sabe. Creo, desde mi punto de vista, que mi disco anterior era más comercial, con una producción más moderna y limpia, y en este disco las letras son oscuras y trágicas, con lo que no va a encajar muy bien con la sociedad actual. 

De llegar el gran éxito, ¿crees que estás preparado después de tantos años en el mundo de la música?

         – Si pudiese manejar mi destino futuro, te diría que preferiría que no fuese así, ya que no es mi camino. Si vendiese lo mismo, perfecto. Duplicar las ventas no estaría mal, pero pasar a multiplicarlas creo que no sería bueno. He ido creciendo poco a poco, y me gustaría seguir por ese camino, aunque está claro que yo no domino eso, aunque no haya hecho nada para conseguirlo. El disco anterior, si lo hubiese cantado en castellano, se adaptaría más a las exigencias del mercado. 

¿Qué opinas de los que están empezando a criticar tus textos y que opinan que era mejor en inglés porque no se te entendía?

         – Siempre va a haber gente que no va a estar de acuerdo. La verdad es que estoy harto de escuchar comentarios banales sobre cosas que la gente no conoce en profundidad, como que los Doors eran muy malos, que los Beatles eran el gran timo del rock…Por otra parte, es muy respetable, porque somos libres de decir lo que queramos. 

¿Es “Los jóvenes mueren antes de tiempo” un homenaje a los Smiths?

         – Sí, no te voy a engañar. Cuando haces una canción, no lo haces intencionadamente, aunque después te das cuenta.  

¿De qué canción has quedado más contento?

– Como autor, creo que ésta es mi canción favorita del disco. En este álbum, lo que queda claro es que me gustan las melodías de los grupos de los 80, algo que hasta ahora no había reivindicado en público, de grupos como The Smiths, Depeche Mode, The Housemartins… El sonido de aquella década no ha envejecido muy bien, pero en los 90, en la que se trataba más de actitud, no ha habido ni el 10% de melodías como las de los 80. Es lógico, ya que se trata de algo cíclico. Me está afectando el revival de los 80, por tema generacional, y en eso no soy nada original. Alguien me ha hablado del disco Música moderna de Radio Futura en relación a este álbum, y se da la casualidad de que es el único disco de ellos que tengo y que me gusta mucho, por cierto. 

Lo que si me parece es un disco más homogéneo. En tu anterior álbum había más variedad de sonidos.

         – Todo el camino que he recorrido hasta ahora me ha llevado hasta este disco, y creo que he encontrado un estilo más personal. Para bien o para mal, este disco se diferencia bastante a lo que se hace en este país. 

¿Por qué siempre optas por tocar casi todo tú?

         – Pues igual que tú preferirás preparar esta entrevista solo que con otra persona. Se puede hacer con otras personas, pero al final lleva más tiempo y te rompes más la cabeza. Lo hago más que nada para aprovechar el tiempo, ya que me estoy dando cuenta de que no tengo tanto tiempo como querría para hacer todo lo que tengo en mi cabeza. De todas formas, como toqué todo excepto la batería, acabé contento con este disco pero muy cansado, así que ya veré si para el próximo me busco una banda para grabarlo. 

¿Algún descubrimiento musical reciente?

         – Anthony & The Johnsons, que tiene un punto tétrico, como de ópera, con una voz brutal y fantasmagórica. 

Supongo que tu compañía tendrá un rasero para fijar el éxito de este disco y los medios otro, pero ¿dónde fijas tú el éxito o fracaso de este álbum?

         – Me gustaría que la gente a la que le guste el disco, le guste mucho. También me gustaría invitar a la gente a dejar de discutir y a escuchar más música y disfrutarla, que es para lo que está hecha.

Xavier Valiño
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JOSH ROUSE 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 2005


Josh Rouse, la otra cultura sureña

        A la hora de escribir sobre Josh Rouse, ya no se puede decir que es un artista residente en Nashville; pero, irónicamente, si se puede hacer referencia a este enorme artista y compositor, cuyo nuevo disco lleva por título Nashville. Durante casi una década, Rouse se refería a la capital de Tennessee como su hogar. Una noche, acabando este Nashville, decidió que Nashville se había acabado para él. 

        Después de su separación matrimonial y meses adentrándose en sus sentimientos, Rouse decidió preparar una maleta lo más pequeña posible, añadir los últimos retoques a su Nuevo trabajo y partir hacia Altea, España. Pese a haber cambiado su base de operaciones artística de la mayoría de su carrera, nos ha dejado una muestra de la influencia musical de la ciudad, propia de la compleja y bella naturaleza de una de las ciudades, artísticamente hablando, más ignoradas en todo el mundo. 

        “Es un título introspectivo, supongo. Nosotros, los músicos que vivimos o hemos vivido allí que, en cierto modo, no estamos dentro del circuito country comercial, sabemos lo que en realidad se está cociendo,” explica Josh. “Siempre ha habido propuestas musicales muy interesantes en esta ciudad al margen del country, pero poca gente en realidad identifica Nashville desde esta perspectiva.” 

        El disco al principio no se iba a llamar Nashville. En realidad no tuvo ningún otro título al principio. Después de recopilar los temas, pensando en qué nombre darle al disco, una voz de más arriba le dio la respuesta. “El disco estaba completamente grabado y estaba dándole vueltas a qué nombre asignarle,” recuerda Rouse. “Estábamos volando de vuelta desde Los Ángeles en julio y el capitán por megafonía anunció que íbamos a aterrizar en Nashville y pensé en llamar al disco Nashville.”

        Después de reflexionar, el título fue adquiriendo mucho más significado para él, y se empezó a revelar que era algo más que un pensamiento espontáneo volando por el cielo. “Es una especie de reflejo del punto en que me encuentro. Pensé que estaría muy bien editar un disco que se llamara Nashville y que no sonara al típico disco de Nashville. Hay gente que está haciendo música más interesante que su verdadero país de origen.” 

        Los temas del álbum fueron recogiendo de manera eficaz distintas versiones de Nashville, que están escondidas desde del punto de vista de la mayoría de la gente de fuera de la escena musical. Así, el disco se convierte también en una postal, en muchos aspectos una carta de amor, a una ciudad cuya vibrante comunidad musical y riqueza histórica han significado muchísimo en el desarrollo como artista de Josh Rouse.   

        “No hay otro sitio en el mundo como éste. Simplemente la historia de la gente que ha participado en grandes discos, todos los grandes compositores, y todo lo que se puede sentir y apreciar es, simplemente, increíble. Aprendí a escribir canciones rodeándome de todas esas personas, aprendiendo de ellos y aplicándolas cada día.” 

        “Nashville son canciones. No se trata de ser el más ‘chulo’ o llevar puesto lo que esté más de moda. Se trata de poder hacerlo o no. Creo que es extraordinario ser capaz de sentarte con una guitarra y ser capaz de improvisar una gran melodía, encontrar el acorde indicado, sentirte bien y eso es todo. En Nashville hay gente que conoce esto. No se les puede engañar. La ciudad es ser capaz de hacerlo y hacerlo bien. Este disco es una especie de homenaje, es una especie de agradecimiento a Nashville porque es donde definitivamente aprendí cómo funciona.”  

        Es algo que Rouse lo ha estado desarrollando considerablemente bien a lo largo de los años, en discos muy bien considerados por la crítica musical como 1972 y Under Cold Blue Stars, pero, quizás, es más correcto decir que este disco realmente marca a Rouse como un consolidado compositor e intérprete semitradicional.   

        “Es la impresión que yo tengo. En el pasado pude interpretar mis temas con guitarra acústica, pero estas canciones son más folk en el sentido de que son más simples y concisas. Es parecido a lo que me propuse. Le comenté al productor Brad Jones que tenía más canciones, pero que no nos preocupásemos realmente en grabar un disco, sino únicamente canciones. Brad me había estado hablando de Neil Young, sobre como cuando tenía buenas canciones no pensaba en hacer un nuevo disco. Simplemente iba acumulando canciones hasta que pensaba que quizás encajaran bien juntas, que ése sería su nuevo disco. Creo que mis canciones tienen calidad, aunque no pensaba que tenía que hacer una obra de arte o nada por el estilo. No tenía grandes planes, sólo quería que fuese un disco de canciones.”  

        Por lo tanto, es un capítulo importante, pero cerrado. “Viví en Nashville por algún motivo. Me mudé de allí por otros. A estas alturas de mi vida, creo que las cosas suceden por algún motivo y estoy convencido que pasé por Nashville por alguna razón. Parte de esa razón fue el conocer a mucha de la gente que encontré y ‘emborracharme’ de parte de esa cultura sureña,” comenta para finalizar la charla entre risas.  

Xavier Valiño
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ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON MORRISSEY

ENTREVISTAS 2004 


Morrissey, al Este del Edén

 

         Morrissey ha vuelto. Tras siete años, You Are The Quarry lo sitúa de nuevo en la primera división de los artistas británicos de los últimos 20 años, un lugar que ocupa desde que puso cara e imagen a la banda más importante de estas dos décadas en las islas, The Smiths. 

         Su séptimo disco en solitario se edita en Attack Records, un sello discográfico de reggae que fue adquirido por la compañía Sanctuary cuando ésta también compró Trojan. “Hace mucho tiempo que soy un fan indiscutible del sello Attack,” comenta Morrissey. “Tengo un viejo single de Gregory Isaacs pegado en la puerta de mi nevera. Desde el principio le propuse a Sanctuary ocuparme del relanzamiento del sello. Una de las cosas que quería hacer era publicar You Are The Quarry a través de Attack, y desde el principio estuvieron de acuerdo”.        

         En este disco hay ya canciones legendarias, gracias a que las ha venido presentado en directo en diversas actuaciones. “Temas como “Irish Blood, English Heart” o “The First Of The Gang To Die” las pudo escuchar el público por primera vez en el Royal Albert Hall, en unos conciertos que hasta a mí me emocionaron.” 

         You Are The Quarry puede considerarse ya como uno de los mejores discos de Morrissey, al lado de Vauxhall & I o Your Arsenal. “Ha sido la primera vez que he grabado en un estudio acompañado por un grupo, incluyendo mis discos con los Smiths. El cambio de actitud ha sido propiciado por el productor Jerry Finn (Blink 182, Green Day y AFI). Creo que facilitado mucho el proceso creativo.”  

         You Are The Quarry es, también, el primer álbum que ha compuesto Morrissey desde que se fue a vivir a California, algo sintomático para un artista que siempre ha expresado su sentimiento de no sentirse identificado con ningún lugar en concreto. Sin duda, su nueva actitud se refleja en el resultado final.  

         No en vano, el disco se inicia con el tema “America Is Not The World”, un tema ya polémico por su letra. “Sí, es una compleja carta de amor dedicada a mi nuevo hogar,” afirma Morrissey. “Tienes razón en que hay varios versos llenos de ironía dedicados claramente a la ciudad en la que vivo en estos momentos. Sí, sí, hablo del imperialismo cultural, el exceso de consumismo y la intolerancia racial y sexual como elementos que caracterizan la vida en el mundo occidental, pero concluyo diciendo, de un modo especialmente emotivo y con total sinceridad, “te quiero”.   

         “Irish Blood, English Heart” también se presta a la polémica. “Se trata de una canción dirigida claramente a los poderes más importantes del mundo en que vivimos. Hablo del día en que “ser inglés no resulte algo destructivo, cuando podamos permanecer junto a nuestra bandera sin sentirnos avergonzados, racistas o interesados,” continúa Morrissey.  

         A continuación, critica a los políticos de todas las tendencias, así como al hombre con el que empezó todo, Cromwell. Es difícil encontrar otra canción que consiga dejar las ideas tan claras en tan poco tiempo y espacio, dos minutos y medio. Además, a medida que el sonido de la guitarra va añadiendo más ritmo a las notas con las que concluye la canción, es fácil comprobar por qué ese tema en concreto ha adquirido una categoría casi mítica entre los fans de Morrissey. 

         No acaba ahí la cosa. “I Have Forgiven Jesus”, la tercera canción del disco, va a sorprender sin duda a cualquiera que aún no se hubiera sentido ofendido hasta ahora. En ella, Morrissey perdona a Jesucristo “por todo el deseo que ha metido dentro de mí / Cuando no hay nada que pueda hacer con ese deseo”. Posteriormente, hace referencia a un diario que dice: “Lunes, humillación / Martes, asfixia / Miércoles, condescendencia / El jueves es patético / Cuando llego al viernes, la vida ya me ha matado”. 

         Así es Morrissey. No se limita a interpretar, sino que en todo momento se expresa tal y como es. A su lado, los demás sólo podemos permanecer sorprendidos al vernos reflejados en esos pensamientos  de una forma que nunca podríamos haber imaginado que existieran. “Siempre he incluido mis propias emociones, mi propia vida, en todas mis canciones,” aclara, y, afortunadamente para todos, él lo hace para los demás no tengamos que hacerlo.  

         Por eso no es de extrañar que a lo largo del disco se enfrente a lo que él mismo define como “prostitutas de uniforme”, a los “los jueces que se pasan la vida ocultando sus errores” o al ejército de “diabólicos buitres de la ley, carroñeros contables y similares”, que concreta en “mujeres y hombres policías, mujeres estúpidas y recaudadores de impuestos”.  

         En “The World If Full Of Crashing Bores” se pregunta: “¿Qué hay detrás de los límites de mi mente?”, antes de concluir diciendo: “No somos más que estrellas del pop de sonrisa falsa / Más grande que la mierda de cerdo”. Para Morrissey, “todos sentimos miedo de mostrar nuestra inteligencia, y en vez de eso nos limitamos a presumir de nuestra maravillosa carrera.”  

         A estas alturas, seguramente nadie seguirá pensando que las ideas se vuelven más moderadas a medida que pasa el tiempo. Las reglas de la física y las normas morales por las que se rige nuestra sociedad parecen no tener cabida en el mundo de Morrissey. La complejidad de sus teorías y las críticas que hace a todo y a todos a través de sus mensajes siguen destacando como algo único. Sin embargo, tal como nos dice con una impecable lógica: “¿Cómo puede saber alguien / cómo me siento, cuando los demás son los demás / y cuándo yo soy yo mismo?”. Desde luego, nadie tiene más derecho a definir su disco como una ventana a su mundo interior más el propio Morrissey.

Xavier Valiño

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KASABIAN 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 2005


Kasabian, adiós a las almas perdidas

 

En el mundo de la música, la pasión es algo cada vez menos frecuente, pero en el caso de Kasabian, la tienen a montones. No hacen música para ser famosos, o porque el mundo discográfico vaya a convertirles en millonarios. En su caso, se trata ante todo de una auténtica necesidad, porque llevan la música grabada en las venas. “¿Por qué formamos parte de un grupo?”, pregunta el cantante de Kasabian, Tom Meighan. “Sencillamente porque es lo único que sé hacer, y no hay nada en el mundo que me guste más que la música. Esto es exactamente lo que siempre había soñado hacer desde que tenía cuatro años. Por eso he llegado al lugar donde estoy”.

Kasabian surgió y se formó en Leicester, una ciudad como tantas otras. Se trata de esa clase de sitios donde la gente se pasa la vida escuchando música, jugando al fútbol, emborrachándose y recorriendo las calles por las noches porque no hay nada mejor que hacer.

“Cuando éramos más jóvenes vivimos de cerca los intensos primeros años 90. Se estaba viviendo una auténtica revolución musical”, afirman, “y resultaba una experiencia increíble. En cierto modo fue algo parecido a lo que ocurrió con la compañía Motown Records, salvando las diferencias y centrándonos en el mundo del sonido drum’n’bass, un género que ofrece un ritmo único que se echa de menos en la música independiente, un universo que muchas veces peca de aburrido y poco innovador”.

Kasabian empezaron a tocar juntos en serio cuando tenían 17 años. Tom (vocalista), Sergio Pizzorno (compositor, guitarra principal y teclados) y Chris Edwards (bajo) se conocían desde pequeños. Christopher Karloff (guitarra y teclados) se incorporó al grupo cuando los demás miembros de la banda le conocieron en un pub: “Un día, cuando menos lo esperábamos, vimos a un tipo con unas patillas muy largas y al instante pensamos: ‘Este tío tiene toda la pinta de poder tocar con nosotros’. Se lo propusimos y se unió al grupo. Ni más ni menos”.

Poco después, la explosión del brit-pop les proporcionó la energía necesaria para crear su propio grupo. Lo primero que hicieron fue conseguir su primer teclado. “Era la primera herramienta que necesitábamos para tocar, así que no nos lo pensamos dos veces y nos fuimos a comprarlo”, afirma Tom. “En cuanto tuvimos el teclado empezamos a componer temas de rock. Teníamos un montón de buenas ideas y muchísima creatividad”.

Más tarde, uno de los componentes del grupo estaba leyendo acerca de la historia de Charles Manson, y en el artículo aparecía el nombre de la joven embarazada que ayudó a escapar a aquel grupo de asesinos, Linda Kasabian. En un principio pensaron utilizar aquel nombre en una sola canción, pero finalmente acabaron sintiéndose muy cómodos con el nombre de Kasabian, mucho más cuando se enteraron de que en armenio significa ‘carnicero’, un término muy apropiado para un grupo con un estilo muy ecléctico cuya principal ambición, por otra parte, ha sido siempre crear sin barreras. “Desde el primer día en que creamos el grupo, siempre he estado seguro de que podíamos conseguir cualquier cosa, sin limitación alguna. Sabíamos que podíamos ofrecerle a la gente algo especial”, afirma Tom.

La siguiente parte de la historia del grupo surgió cuando asistieron a una fiesta que se celebraba en una granja en la ciudad de Rutland, a unos 50 kilómetros a las afueras de Leicester. Pasaron un buen rato charlando con el hijo del granjero, y acabaron quedándose allí. La granja, situada junto a un lago artificial, en un lugar aislado y especialmente tranquilo, había sido en otros tiempos un antiguo molino que se utilizaba para proyectos textiles y estaba formado por un gran número de edificios abandonados.  

En cuanto los miembros de Kasabian se instalaron en su nuevo hogar, todos tuvieron muy claro que aquel era el sitio ideal para iniciar su nueva carrera musical. “Teníamos una televisión enorme, montañas de DVDs y videojuegos, un equipo de sonido tan potente que te hacía temblar hasta el último pelo de la cabeza cuando lo escuchabas, y, sobre todo, teníamos suficientes discos como para que aquel enorme aparato tuviera siempre algo que digerir. En la parte de arriba del local, junto a la habitación que compartíamos, creamos un estudio lleno de sintetizadores procedentes de todas las décadas imaginables, y un montón de guitarras e instrumentos de percusión. Sólo teníamos dinero para alquilar dos habitaciones, así que no había más remedio que quedarnos en una habitación”, recuerdan.  

Por supuesto, también contaban con todo el tiempo que fuera necesario para hacer con él lo que les diera la gana. Claro, tampoco faltaban las fiestas. “En 2003 organizamos un mini-festival al que invitamos a un montón de amigos, los cuales instalaron sus tiendas de campaña alrededor de la granja, mientras tocábamos en directo en uno de los edificios industriales abandonados que formaban parte del complejo en el que se encontraba la granja”. 

Sin embargo, como la mayoría de sus amigos vivían a más 100 kilómetros de distancia del grupo, también pasaron largas etapas en las que podían trabajar sin interrupciones ni distracciones de ningún tipo. Tenían tiempo para dormir, para pasear, para tocar o para ver películas durante todo el día, y después se pasaban las noches enteras trabajando. “Es el momento ideal, cuando surgen las mejores ideas”, afirma Karloff. “En lo que se refiere a la inspiración, es como si absorbiéramos toda la música imaginable y después la escupiéramos convertida en algo mucho más fresco e innovador”.  

“La buena música se encuentra en cualquier sitio. Incluso una canción que aparentemente es una porquería puede incluir algún pequeño detalle interesante”, afirman. Entre los ingredientes que dan forma a los temas del grupo se encuentra una mezcla explosiva formada por influencias de Los Beatles, The Doors y los Rolling Stones, es decir, los discos que formaban parte de las colecciones de sus padres. A todo ello se une la pasión de la madre de Tom hacia el sonido Motown, la afición que Karloff siente hacia el cine y las bandas sonoras (una actitud que heredó de su padre), la sensación de libertad que surge cuando te pasas la noche bailando al aire libre en pleno campo, junto con una mezcla de influencias rave y hip hop con elementos del brit-pop y algunos toques de la música de Chuck Berry, Roy Orbison, The Tour Tops, The Supremes, The Ronettes, Ennio Morricone, la primera etapa de Pink Floyd, el álbum de Brian Eno Music For Airports, Donna Summer, Joy Division, Eminem y un montón de artistas más, de ayer, de hoy y de mañana. Es decir, prácticamente de todo.

“Al principio, las ideas surgen como algo muy pequeño y, después, a medida que pasan los meses se van convirtiendo en algo cada vez más grande”, afirma Sergio. “Para preparar algunos temas necesitábamos un monitor del tamaño de una pantalla de cine. Con este disco hemos sentido algo muy especial, la alegría que surge cuando creas música por el simple placer de hacerlo”.  

Por si no tuvieran bastante con la tranquilidad y la inspiración que han disfrutado trabajando en la granja, lo cual les ha aportado toda la libertad que necesitaban para explorar nuevos retos, también han sido suficientemente inteligentes como para echar la vista atrás de vez en cuando y someterse a la disciplina de crear canciones que no superaran los tres minutos de duración. A Kasabian les gustan los temas que incluyen un buen estribillo, con melodías que enganchan fácilmente con el público y que, además, ofrecen una música llena de energía que Sergio define como “una experiencia que te empuja a luchar y que te ofrece un subidón de adrenalina”.

Sin embargo, lo que realmente marca una gran diferencia entre Kasabian y el resto de grupos es su actitud: “Cada vez es más difícil encontrar bandas con verdadera personalidad, la mayoría son bastante grises y poco atractivas”, afirma Sergio. “En muchos casos, la música actual es aburrida, no tiene alma, ni ritmo, nadie se arriesga, y eso hace que ya no sea algo divertido. Nosotros, en cambio, nos tomamos la música muy en serio, pero también queremos pasárnoslo bien con ella. Para nosotros esto no es un trabajo”, añade Tom. “Necesitábamos grabar este álbum, y ahora necesitamos irnos de gira. Tenemos muy claro que tenemos una vida alucinante, y estamos haciendo exactamente lo que nos gusta. Si no disfrutásemos tanto con la música seríamos como almas perdidas. Creo que la música necesita de gente como nosotros. La música británica necesita a alguien que le dé una patada en el trasero y, en ese sentido, Inglaterra necesita contar con un grupo que pueda volver a ilusionar al público. Eso es algo que ahora mismo no está haciendo nadie más. Parece como si la música hubiera pasado a mejor vida, y no queremos que la gente le dé la espalda. La gran serpiente de la música va a resurgir de nuevo del fondo de los mares y va a asustar a todos los piratas que asolan los mares…”

Xavier Valiño
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